9 de febrero de 2013

Mi vida en la Santería 3: Ozaín "te salvará la vida"


1. Un viernes por la noche

- … pero pueden empezar sin nosotros - le dije mientras terminaba de estacionar mi auto, dando a entender que nuestra presencia no era necesaria pero insinuando a su vez que podríamos no llegar…
- Nooooo!!!! – fue su alarmada respuesta -  yo quiero que ustedes estén ahí…
- Bien, entonces te pido que tengas paciencia y que les avises a los Babalowos que llegaremos en cuanto podamos – le respondí a manera de venganza…

Terminamos la llamada…

Entré a mi casa, me serví un vaso de refresco y al dar el primer trago mi celular sonó de nuevo…

- Qué pasó camarada? – escuché decir al Babalowo X – ya estamos acá…
 - Bien, es cosa de que podamos llegar, porque el tráfico está del carajo – le avisé sin especificarle que aún estaba en mi casa en espera de que mi esposa llegara del trabajo… ni que mientras estaba disfrutando de mi bebida…
- Acá los esperamos – avisó bastante animado…

Yo corté la llamada…

Después de vaso y medio más de refresco llegó mi esposa, le ofrecí también de beber y platicamos un rato hasta que le dije que era la hora de irnos a trabajar Santería… pero por el tono en que lo dije me miró y dijo:

- Si no quieres ir, no vamos…
- Claro que iremos – le respondí – quiero ver la cara que ponen esos cabrones cuando los mande a la chingada…

2. Un sábado al medio día, dos semanas antes

Saboreaba tranquilamente el primer trago de un “charro negro” (exquisita combinación de tequila quemado con sal, limón y mezclado con refresco de cola), mientras leía... mi esposa había salido de compras y yo me “relajaba” a ritmo de Blue Oyster Cult… en eso sonó el teléfono de casa, vi el número y no lo reconocí, por lo que decidí no tomar la llamada, pero mi muerto me dijo “es para ti”, así que levanté la bocina…

- Padrino, ayúdame por favor, estoy que me muero de miedo…

Al principio dudé, pero finalmente reconocí la voz de mi ahijado/ahijada que llamaba desde Mexicali…

- Y ahora? – le dije estirándome para paliar mi flojera sabatina…
- Es que fui al tocador y al momento de subirme el pantalón, se atoró mi eleke de Orunla y se rompió y el Babalowo X siempre me dijo que cuando eso pasa se advierte de peligro de muerte…
- Anda la cosa – le dije sin poder llegar al segundo trago a mi “charro negro” – y luego?…
- Pues que tengo mucho miedo…
- Y entonces? – agregué…
- Tú dime qué hacemos? – agregó mi ahijado/ahijada con el pánico hasta el tope de sus uñas…
- Dame unos 30 minutos y vuélveme a marcar – le dije, pero tras reflexionar unos instantes, agregué – en dónde estás?
- En mi oficina – gritó de tal modo que alejé el auricular de mi oído…
- Dame 30 minutos… no salgas de ahí…

Colgamos…

Yo miré con melancolía mi “charro negro”, pero por aquel entonces todavía pensaba erróneamente que la religión y los ahijados estaban antes que todo, así que marqué al celular del Babalowo X para pedirle su opinión, pero me dio tono ocupado… me metí a la ducha, después de salir me vestí de blanco, me puse frente a la Bóveda espiritual y me hice despojo, marqué de nuevo pero el teléfono marcó una vez más ocupado, así que dudé entre el Diloggun y el Obi… abrí un coco, saqué unas vistas y pregunté a Eshu si me recibía para hacer una consulta y respondió con un eyeife…

Hice varias preguntas, interpreté con facilidad unas, otras que me generaron dudas las consulte con un tratado sobre la tirada de Obi y finalmente llegué a una conclusión junto con algunas obras… sé que no era lo apropiado tratándose de Orunmila, pero era lo que había a la mano… mientras… pero ya habían pasado más de 30 minutos y mi teléfono de casa seguía sin sonar…

Regresé para continuar con mi lectura y mirando mi “charro negro” de reojo… nomás viéndolo… marqué de nuevo el número del Babalowo X y el resultado fue el mismo: ocupado, marque finalmente a su casa y nadie contestó… tiempo después me puse hacer la comida, regresó mi esposa, comimos y ya en la sobre mesa, unas 2 horas después, sonó el teléfono…

- Hablé con el Babalowo X – escuché que me soltaba a bocajarro mi ahijado/ahijada -  ya me sacó unos signos por teléfono y me dijo “…” y que “bla, bla, bla”…

Escuché con paciencia mientras comparaba lo que decía con lo que yo había determinado con el coco: nada parecido… pero mi ahijado/ahijada gritaba y lloraba hasta que finalmente me recitó los ebboses marcados… le pregunté por el plazo, qué cómo le haría viviendo al norte del país esquina con la frontera estadounidense (y nosotros en la capital-centro-del-país) y me detalló su plan para que el Babalowo X le salvara la vida, lo que por supuesto incluía venir hasta “acá” para, entre otras cosas, jurarse en Ozaín… 10 minutos después colgamos mientras yo me quedé en silencio…

- Y esa cara? – me preguntó mi esposa…
- Hemos perdido a nuestro ahijado/ahijada – procedí a explicarle lo que había sucedido un par de horas antes, y al final dije – no me molesta que se consulte con el Babalowo X, pero primero me habló a llorando, me pidió ayuda y al final ha terminado yendo a otro lado… cómo? si pertenece a nuestra casa? y si con X sólo tenemos una relación laboral???!!! – y agregué - ya no hay moral – y me reí…

Atributos de Orunla

3. Regresando al mismo Viernes por la noche

El tráfico para llegar al lugar acordado estuvo insufrible, pero finalmente llegamos alrededor de las 10 de la noche… en el camino mi esposa repitió eso de:

- Si no quieres ir para qué vamos?
- Para que quede claro que es la última vez que los veo… a todos – le dije no muy convencido, y sentencié – pero ya verás…

Me estacioné frente a la casa del Babalowo Z (viejo conocido, de aquí que ya conociera la ubicación de su Ilé), marqué el celular del Babalowo X y este salió a recibirnos… nos saludamos, entramos, nos vio nuestro ahijado/ahijada y de inmediato corrió hacia nosotros para abrazarnos con efusivo cariño: “el beso de Judas”, pensé…

Saludamos a otro Santero y al Babalowo Z, el cuál se veía bastante demacrado y apagado: parecía estar enfermo… una vez colocado nuestro ahijado/ahijada en la penitencia, el Babalowo X nos hizo un ademán para que saliéramos a la calle… lo seguimos y una vez afuera, soltó:

- Qué crees, camarada?... vi al Babalowo ABC*… me fue a buscar a mi casa después de tantos años de no vernos para pedirme que le ayudara con unas obras… así que me fui con él y “el trabajo” era darle de comer a su prenda de Ozaín para chingarse a “bla, bla, bla”, incluyendo al Babalowo Z y a tu otro padrino…

- Y eso nos incluye a nosotros? – le solté sin piedad…
- Sí, pero el de "ustedes" no entró – respondió al tiempo que me soltaba un cómplice guiño de ojo con una sonrisa…
Comentamos varias cosas más hasta que le pregunté por la salud del Babalowo Z, a lo que me respondió:
- No te digo que el Babalowo ABC se lo chingó también – repitió…
- Pero carajo: acaso no se da cuenta lo mal que se ve? – le pregunté ingenuamente? – ya debería haberse registrado al pie de Orunla – y agregué con sorna - o mínimo debió haber ido con un médico…
- Supongo que lo sabe – dijo a manera de excusa, pues él era el responsable indirecto de aquello y agregó con satisfacción – pero la próxima semana se va a Cuba, así que supongo que ahí le “brincará” que el Babalowo ABC se lo kimbó y ya veremos de a cómo les toca… yo estoy bien protegido: ya me fui a "lavar las manos", así que yo no pinto en el cuadro – y se rió… 
- Bueeeeh – dije en tono aburrido…
- Aaaahh pero ya sabes: el Babalowo Z va a Cuba también a hecharle un "ojito" a su novia: una Santera hija de... casada que insisite en venirse acá con él - pero ante mi indiferente silencio por la indiscreción, agregó usando un tono confidente – por cierto camarada: de lo que haremos con tu ahijado/ahijada luego te doy tu derecho…
- Cuál derecho? – pregunté tratando de ocultar mi indignación, pero en espera de que se explayara…
- Lo de tu derecho… lo que pasa es que dice que "no trae el dinero", pero que me lo dejará en… y ya de ahí te doy lo tuyo…

No respondí nada, pero mis dientes rechinaron por la rabia…

4. Ese viernes convirtiéndose en sábado

El Santero se asomó por la puerta y dijo que era la hora de empezar: todos entramos… se realizaron completos las obres que el Bablowo X le “determinó” a nuestro ahijado/ahijada por teléfono… yo me abstuve totalmente de participar – indignado - atrincherándome en un rincón y poniendo cara de “no-me-molesten”, aunque en algún momento mi esposa sí fue requerida…

Eso sí: cuando comenzó la parte más ruda del juramento, abrí la boca para regañar a mi ahijado/ahijada diciéndole que no se quejara, que era “por su bien” y que finalmente todo “era por alguna razón - y le dije burlón - además, acuérdate que con eso se supone que salvas tu vida"...

Representación de Oazín

Finalmente ya después de las 3 de la madrugada del sábado se dio por terminado todo…

Los Babalowos X y Z comentaron algunas cosas de los signos con los que cerraron las obras, mientras el Santero/Santera platicaba coquetamente animoso con nuestro ahijado/ahijada… yo me acerqué y avisé discretamente a mi esposa:

- Vámonos: no pienso ir a tirar nada a ninguna esquina de tu ahijado/ahijada a ningún puto lado, ni pienso llevarle a ningún pinche lugar donde se hospede, por más cerca que quede de nuestra casa…

Ella asintió…

Le dije al Babalowo X, al Z y al Santero que nos retirábamos y mañosamente solté en voz alta:

- Ustedes llevan a mi ahijado/ahijada, verdad?

El Babalowo X me miró con una especie de intento fulminante de mirada que en realidad no pasó de ser una sorpresa…

- Sí, claro – atinó a decir no muy convencido – no te preocupes…

Me acerqué al ahijado/ahijada y disimulando mi desprecio por su traición, le dije:

- No te preocupes: ellos te llevan - le regresé su abrazo de Judas y me despedí de todos, mi esposa también se despidió y salimos de la casa…

En el camino invité a mi esposa a cenar y mientras aplacábamos el hambre le solté un “no pienso volver a ver a estos cabrones”…

5. Varias semanas después

El teléfono de casa sonó insistentemente cierto sábado, mientras yo saboreaba el cuarto trago de un “charro negro”, escuchaba a Grateful Dead (con toda la jodida ironía del mundo) tocar su “Mexicali Blues”, y leía tranquilamente… no pensaba atender la llamada, pero el eternamente indiscreto de mi muerto insistía en que la tomara…

- Sí? – pregunté con esa odiosa palabra que la gente tanto detesta escuchar cuando llama a mi casa (y siempre que me reclaman su uso, les explico que decir “bueno” para contestar el teléfono es una pendejada y entonces les repito la consabida historia de por qué los mexicanos contestan con un “bueno” al teléfono, cuando en materia de sintaxis nada tiene de lógico y si de vulgar ignorancia)…

- Camarada – soltó efusivamente el Babalowo X – cómo están?
- Bien, aquí descansando, dime...
- Oye, antes que nada: tu ahijado/ahijada no nos dejó el derecho como dijo… pero ya me llamó y avisó que en unas semanas nos deposita… entonces luego te doy lo "tuyo"…
- No te preocupes – le respondí después de dudar en si recordarle su origen materno o si cortarle la llamada o si en esperar a verlo de nuevo para que cuando tratara de darme mi inmerecido "derecho” se lo pudiera aventar en la cara… opté por esto último…

6. Mi silencio

A mi ahijado/ahijada no volví a tomarle la llamada…

7. Miles de reencarnaciones después

Obviamente que al Babalowo X le dio una terrible, degenerada e infecciosa amnesia y nunca hizo el intento de recordar algo relacionado con algún "derecho" despositado desde Mexicali, lo que a su vez me impidió hecharle en cara que era un vulgar ladrón... y del Babalowo Z, por obvias razones, nunca supe nada más...

*Nota: el Babalowo ABC había sido "padrino de todos", incluyendo al Babalowo X, pero en su momento todos decidimos huir  de su casa religiosa al ver las porquerías que hacía con la religión para joderle la vida a los demás…

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