2 de febrero de 2015

Hacer pacto con el Muerto para obtener un tesoro (2 y último)



8.
Al instante de pactar con los desencarnados existe un momento delicado: sólo se pactará con uno de ellos, si es que se tratara de varios, el cual debe plantear todas las solicitudes de los desencarnados, ya que se debe pactar con todos los que tengan que ver son ese tesoro… pero cómo hablar con todos? y por qué sólo se presenta uno para pactar?...

Si fueron varios los involucrados en vida para la acumulación del dinero, ese pequeño detalle podría dejar en desventaja a aquella persona que quiere negociar con ellos, pues muchas veces el comisionado de los vivos se limitará a transar con el que da la cara, corriendo el riesgo de dejar a los demás insatisfechos, molestos y dispuestos a complicar el disfrute de la riqueza…

Y cómo darse cuenta de ello? muy sencillo y eso es responsabilidad del mediador espiritual: si sabe tratar con muertos la personalidad de aquel con el que converse no deberá tener alteraciones en términos de comportamiento, forma de comunicarse y exigencias… ahora bien, en este sentido, si se trata de una persona con suficiente experiencia, con que se limite a ver el color de la energía del muerto, sabrá si siempre es el mismo con el que negocia…

Pero pueden existir otros escenarios: podría presentarse la situación de que ese desencarnado no fuera precisamente el dueño de ese tesoro, sino que se le haya contratado para cuidarlo, incluso defenderlo, y que en ello hubiese perdido la vida… esto obviamente complicaría las cosas, pues independientemente de que él haya dado señales de que resguarda una gran riqueza, aquí no necesariamente se hará un pacto para que lo ceda, en realidad lo que deberá buscarse es la manera de que acepte la orden de entregarlo, ya que esta no provendrá de quien originalmente le dio la responsabilidad…

Una última opción (aunque menos común es igual de peligrosa o mortal), es que más que lidiar con un Muerto, lo que se enfrente sea una maldición decretada por el dueño original para protegerlo… ello provocará que la persona con dones espirituales tenga que “desactivarla” para poder obtenerlo y sin cargar con alguna consecuencia grave en el futuro…


9.
Por cierto, hay otro aspecto que debe considerarse en todo esto: y si detrás de ese tesoro aún hay alguien vivo que puede hacer valer su derecho o su enojo, por la propiedad de ese tesoro?... qué tal si ese vivo está preso o viviendo en otro lejano país por razones que tienen que ver con esa riqueza?

10.
El dinero mal habido siempre acarrea problemas para vivos y Muertos... quizás a los primeros se les pueda engañar, pero los segundos son implacables y pueden desencadenar muchas desgracias... además de que se debe tomar nota de por qué en su momento los desencarnados quieran pactar sólo con cierta persona y no con cualquiera: ahí es donde deben empezar las sospechas y la obligación de saber con qué tipo de desencarnado se está tratando…

Por lo mismo entremos a otro aspecto delicado, apenas mencionado anteriormente, para la negociación/entrega: con quién se piensa que recaerán los Muertos para cobrarse la entrega de un tesoro, con los saqueadores o con el intermediario que pactó con ellos?... puede incluso que ambos…

Ninguno de los vivos puede permitir que el Muerto juegue con ellos: un desencarnado no puede andar entregando una que otra moneda “como prueba” de que realmente cuenta con un tesoro… tampoco puede ofrecer objetos como un rosario, alguna joya, una prenda ni siquiera huesos y ni mucho menos pedir se haga alguna obra con ellos… ni siquiera puede plantear el cumplimiento de fenómenos meteorológicos, horarios, fechas ni al participación de otras entidades… en este sentido el alma del fallecido obviamente no puede exigir ceremonias religiosas ni prolongar demasiado, con pretextos injustificados, la entrega del tesoro…

El muerto no puede solicitar nada que no sea razonable y que se pueda realizar dentro de las posibilidades de los vivos… en caso muy exagerado de que el intermediario entre los vivos y los Muertos estime que éstos últimos dan largas y quieran convertir un proceso de no más de tres meses en años de estira y afloja en el que los desencarnados incluyan nuevas peticiones, mejor olvidarse del asunto…

Tampoco se debe olvidar que una cosa que los desencarnados busquen entregar una riqueza para conseguir la paz, evolucionar o desprenderse de sus karmas, y otra que se trate de un Muerto oscuro que tenga razones personales para tender una trampa: cuántos Muertos han entregado tesoros sin aparentemente pedir nada cambio? sin que haya consecuencia alguna?... sin que el beneficiado sepa que ha firmado un pacto indisoluble aún y en las siguientes reencarnaciones?

Si el Muerto ve a un negociador o al propio beneficiario con carácter débil, cree que puede orillarlo a entregar hasta lo inimaginable porque conoce las debilidades humanas (estuvo vivo antes, recuerdan?), y en ese sentido la ambición es lo que a los vivos les lleva a ofrecer hasta lo que no les pertenece…
 
11.
Ahora, si aún con todas las consideraciones anteriormente descritas se insiste en transar* con el Muerto, haré las últimas recomendaciones:

- Como beneficiario de un tesoro: hablen claro con la persona espiritualista que hará el pacto (y en general con todos los involucrados), de manera que cualquier situación sea aclarada (incluyendo los pagos) y no de pie a conflictos o malos entendidos una vez obtenida la riqueza…


- Como beneficiario de un tesoro: nunca confíe en los dones que “se jacte” tener cualquier persona para pactar con un Muerto… por más que él o ella crean poder controlar a los desencarnados estos suelen dar sorpresas cuando menos se pueda imaginar…

- Como intermediario: antes de hacer un pacto obligue a que Muertos y vivos digan todo lo necesario antes de buscar un acuerdo, porque aunque el Muerto tenga razones escondidas y quiera tender una trampa, si se le sabe hablar, él dirá todo lo que quiere a cambio que finalmente lo que necesita es “luz” para seguir su camino, aunque en ocasiones quieren vender caros sus favores… y por su lado, para el vivo, no le quedará más remedio que cumplir lo ofrecido…

- Como beneficiario de un tesoro: pregunte todo lo relacionado con el pacto que se hará, deje claro y exija que ese será el único que se hará y que no habrá otro tipo de dádiva posterior al desencarnado…

- Como beneficiario de un tesoro: pregunté al intermediario si sabe qué es lo que debe hacer para que ni usted ni su familia ni nadie vuelva a tener noticias del Muerto (esto, aunque suene reiterativo NO lo es)…

Pero además…

- Como intermediario: si hay cosas que no le quedan claras, aún y con la promesa de los vivos de recompensarle y de los Muertos con no volver a molestar a nadie, es mejor desentenderse del asunto para que no le quieran pasar una factura que usted o su familia deba pagar pues aunque el desencarnado quede satisfecho, le quedará lidiar con la ambición, la mezquindad, la necedad y la traición de los vivos...

- Como intermediario: haga las consultas necesarias con todos los oráculos pertinentes para investigar si el beneficiado cumplirá con el pago ofrecido, pero también si hay personas ajenas que estén a la espera de que se obtenga el tesoro para tratar de apropiarse por la fuerza de él…

- Como intermediario: a título personal y antes de iniciar cualquier actividad relacionada con la mediación, pregunte si en general existe algún peligro (de cualquier tipo), con eso usted se dará una idea de dónde está parado...

* no se puede dejar de lado una situación completamente opuesta a las aquí planteadas, pero que finalmente forma parte de la existencia de una fortuna escondida: se sugiere que si alguna persona no ha sido directamente la seleccionada para recibir un tesoro se olvide del tema, pues lo único que sucederá, en el mejor de los casos, es que el muerto se dedique a jugar con su ambición y tras varios años nunca le entregue nada… mientras, en el peor de los escenarios, el entrometido o algún miembro de su familia saldrá perjudicado (sugiero releer el texto en cursiva del inciso 5 de la entrada anterior)…

5 comentarios:

hesiquio74 dijo...

Hace ya varios años un tío de mi esposa que vivía aquí en la Ciudad de México (ella es de Michoacán), se fue a vivir sospechosamente a una casa abandonada d ese Estado que había pertenecido a su papá o a su abuelo, y después de algunos meses regresó nuevamente a la Capital de la República.
En los meses posteriores, su nivel de vida cambió radicalmente, se compró varios camiones de volteo y empezó a gastar sin medida. Cuando alguien de la familia visitó esa casa observaron hoyos en el piso, las paredes dañadas como si las hubieran golpeado y todos sospechan que encontró un "tesoro" del que supuestamente ya les había hablado su familiar antes de morir para que se lo repartieran entre todos los hermanos por igual y que obviamente se quedó en su totalidad este personaje. De esto hace ya tiempo y aparentemente no han habido consecuencias negativas para el señor, entendiendo como tales alguna enfermedad, secuestro, asalto, etc. Me pregunto: Invariablemente hay consecuencias? O es algo que puede o no pasar?

ujule rachid dijo...

en realidad lo que señalas son varias cosas y diferentes unas de otras…

mencionas un "tesoro del que supuestamente ya les había hablado su familiar antes de morir”, y si entiendo bien ahí no había necesidad de hacer pacto con ningún muerto pues un vivo ya había dispuesto que debería hacerse con él, sin embargo, destacas algo muy delicado cuando dices que se dejó “para que se lo repartieran entre todos los hermanos por igual y que obviamente se quedó en su totalidad este personaje”, ya que aquí tenemos la última voluntad de un vivo que ahora al ser un desencarnado seguramente no estará nada contento de que “uno” se haya robado lo que él había dispuesto para “muchos”…

ahora bien, aquí no debemos olvidar un principio fundamental de que el concepto de justicia de los muertos es diferente al de los vivos… los desencarnados no basan la justicia en la aplicación de leyes, el encarcelamiento, el robo o incluso la muerte, mientras que para los vivos la aplicación de una ley que haga pagar al abusivo sí incluye todo ello….

a un muerto enojado le “reconforta” más la desgracia permanente, por ello el cáncer es su “arma favorita”… el secuestro o asalto en algún momento sólo le satisface si hay una consecuencia permanente en el vivo… sin embargo, no debemos olvidar que los desencarnados tienen demasiadas formas para cobrar una afrenta, ya sea directamente con el que abusó o con su esposa (abandono, divorcio, infifelidad), hijos (muerte, mutilaciones), nietos (enfermedades incurables, desaparición), y lo mejor para ellos: no tienen necesariamente prisa, por ello no se debe olvidar que en muchas ocasiones el cáncer es conocido como “el asesino silencioso” que se manifiesta cuando ya está extendido en todo el cuerpo…

finalmente, tampoco debemos dejar de lado que por encima de cualquier muerto, deidad o entidad espiritual (oscura o lucificada), está el gran Dios en el que cada uno quiera creer y ese es el que irremediablemente hace la justicia única ante las malas acciones de los vivos, pero no porque él busque que el malo pago, eso sería humanizar demasiado a ese Dios, no, lo que provoca es que se se hagan presentes las consecuencias de cuqlquier acto, bueno o malo… es el equlibrio dinámico de la vida, la ley de karma-darma, la del ojo por ojo, la de todo lo que hagas se te revierte o esa que avisa: “nunca escupas hacia el cielo”…

hesiquio74 dijo...

Creo que pase por alto lo que menciona respecto a que el tiempo se mide de distinta forma, ahorita despues de bastantes años sigue disfrutando este señor, pero tarde o temprano lo va a pagar, saludos

Anónimo dijo...

Hol

ujule rachid dijo...

hola hesiquio, un gusto que te aparezcas por aquí... saludos...