25 de mayo de 2016

Kim Gordon: La chica del grupo

Se podía pasar por alto La chica del grupo, la autobiografía de Kim Gordon, icono en el rock subterráneo, fundadora, cantante y bajista de Sonic Youth?, obvio no.

Y no porque se trate de la historia de una de las bandas de rock más influyentes de toda la historia, ni porque sirviera para enterarse los motivos por los que Thurston Moore (su esposo y guitarrista), le fue infiel y con ello provocó la desintegración de grupo, sino porque está escrito por una mujer, lo que le confiere novedad dentro del cúmulo de memorias con las que los rockeros desempleados o en vías de jubilación están saturando el mercado literario.

Gordon explica: “era buen momento para escribir mis memorias porque empezaba a contemplar mi vida de un modo retrospectivo"… tan sabe que la gente tiene los ojos puestos en ella por el divorcio de quien era considerada la pareja musical perfecta, que a manera de presentación el libro inicia narrando las tensiones generadas en Sonic Youth en el último concierto ofrecido en Sao Pablo y en plena separación de su esposo.

El capítulo termina con una confesión: “La gente me ha dicho que, cuando actúo, soy opaca o misteriosa o enigmática o incluso fría. Pero aún más que esas cosas, soy sumamente tímida y sensible…” que sirve de antecedente para lo que se leerá y donde Kim mostrará facetas poco conocidas como la adolescente jipi, precursora del no-wave, experta en arte, diseñadora, amorosa madre, artista experimental, explicando de paso el origen de su principal trauma en la vida.

Así, Gordon comparte su opinión sobre gente como Billy Corgan a quien califica de chillón; a Larry Gagosian lo considera mezquino; a Courtney Love la acusa de psicópata bipolar; a Johnny Thunders lo define como drogadicto consumado y tratará de explicarse la infidelidad de Thurston vía la crisis de los cincuenta que afecta al sexo masculino…


Por el contrario, elogia a Neil Young; relata sus incursiones en la ropa de moda con Daisy Cafritz; agradece a Dan Graham por motivarla a entrar al arte experimental; manifiesta frustración por el destino de Kurt Kobain y celebra sus colaboraciones con Kathleen Hanna.

El libro ha sido una revelación al no fungir como un anecdotario que nos contaría la historia del grupo gracias al cual saltó a la fama ni ser una venganza literaria contra su ex, pues detrás de su imagen que ella misma califica como retraídaencontramos una narradora ágil, inspirada y sarcástica cuyos chispazos ya se dejaban entrever en los artículos que publicó durante años en revistas de rock y cultura.

Lejos de describir la agitada vida de un músico, nos entrega un retrato íntimo de los miedos que le provoca su inseguridad, su conflictiva su niñez producto de sus padres jipis, su huida de California a Nueva York, su conflicto con la ropa, sus amores y desamores, la ilusoria extrañez de la maternidad, estar de gira Sonic Youth, su amor por la instalación y la pintura y la decadencia del underground neoyorkino.

Kim confiesa cómo le impactó la relación con su esquizofrénico hermano Keller (lo define como cruel, sádico y arrogante), revela el terror que le provocaba convivir con él, el acoso al que la sometía, el remordimiento por dejar California y cómo las entradas y salidas de manicomios no curaron a ese monstruo familiar quedurante años carcomió su alma.

Así, “La chica del grupo” es un libro perspicaz, fustigador, mordaz, y en el extremo, divertido: escrito por una mujer que ha destacado en facetas como la música, el arte y la moda y que han sido el motivo para encontrar el lugar que permita dar rienda a su incansable creatividad.

Más el texto también puede verse como un tratado sobre filosofía en el que Kim Gordon, excelente observadora de su entorno, ofrece opiniones indiscutibles como “el feminismo no implica que las mujeres puedan hacer lo que les dé la gana: no puedes ir apuñalando a la gente” y otra: “la gente paga por ver a otras personas creer en ellas mismas”.

Kim Gordon, La chica del grupo, 344 Páginas, Editorial Contra, 2015



17 de mayo de 2016

La extraña Yemaya de JJ Benítez

No soy seguidor de JJ Benítez... tal vez sea que tras leer el primer volumen de “Caballo de Troya” me dejó más dudas que certezas, pero además se me hizo raroque tuviera que leer sus subsiguientes libros (hasta alcanzar 9), para saber si existía la verdad sobre la que nos hablaba...

Tras conversar con JJ Benítez (un viernes de marzo de 2014 en el "Museo Casa del Risco", con motivo da la presentación de su libro "Estoy bien"),  (http://basurerodealmas.blogspot.mx/2014/07/como-viven-los-muertos-1.html) me quedó claro que él sabe lo suyo y bastante… tiene demasiadas cosas claras aunque también varios bloqueos mentales/espirituales que le impiden ver el tesoro de información que tiene en sus manos, más no se le puede ignorar ni descalificar a la ligera... quizá darle el beneficio de la duda sea lo adecuado porque cuando se ven sus documentales o se leen los libros que no tienen que ver con “Caballo de Troya”, queda esa sensación: él sabe cosas...

Benítez tiene una serie de documentales llamada "Planeta Encantado", en el cual hay uno, “Los Señores del Agua”, que incluye a una extraña Yemaya en la Malí de la tribu Dogón y que seguramente interesará a los religiosos de Osha e Ifa...

Les sugiero verlo varias veces: primero escuchando lo que dicen JJ Benítez y sus entrevistados, pero después observando las imágenes que se presentan, sobre todo la escena en la que en una libreta se dibuja a esa deidad del agua y cuya explicación sobre su origen, comportamiento y cómo se alimenta resultan sorprendentes...

Reitero que ver la serie "Planeta Encantado" no tiene desperdicio, y por si no fuera suficiente, sugiero a su vez el excelente soundtrack compuesto por Stefano Mainetti…

Acá les comparto el video:


10 de mayo de 2016

Ana Tijoux

Una seductora propuesta resultó el reinvento de su concepto musical que hizo chilena-francesa Ana Tijoux con su disco “Vengo”, la cual desde que irrumpiera en la escena musical acompañando en las voces a diversas bandas chilenas ha ido acumulando éxito, ya sea como integrante de algún proyecto musical o en su carrera solista…

Es de dominio público la historia de que Tijoux nació en Francia en 1977, es hija dos chilenos exiliados tras el golpe de estado de Augusto Pinochet y tras regresar al país de origen de sus progenitores en 1993, se mete de lleno a la escena local del rock, el hip-hop y el jazz…

En ese ambiente funda en 1997 el grupo “Makiza”, que destaca por su actitud militante, con quienes graba 3 discos y a partir de ahí se le ve colaborando con “Santo Barrio”, “Alüzinati”, “Los Tres”, “DJ Bitman”, “Julieta Venegas” y “Jorge Drexler” entre otros… ha publicado 4 discos como solista: “Kaos”, “1977”, “La bala” y el más reciente “Vengo”…

Podría decirse que la mayor distinción la recibió de Tom Yorke, líder de Radiohead, cuando recomendó escuchar sus discos, más ella no se lo tomó a bien y se queja en cada entrevista: "¿Por qué todos me preguntan por Thom Yorke? en Chile hay que esperar la alabanza de un extranjero para tener el reconocimiento por tus años de trabajo?”

Ana destaca por sus posiciones políticas, feministas y reivindicativas: “no tengo los cojones para tomar un arma” y señala que lo suyo es disparar rimas y ser directa: “Los artistas que a mí me gustan, de cualquier rama del arte, son los que toman posiciónel arte es tomar posición… el arte es un arma de resistencia”…


Tijoux se asume humilde: “Yo soy una ignorante. Cuando escucho hablar amigos con tremenda formación política, me siento una pelotuda porque pa’ mí me hablan en álgebra. Yo necesito subtítulos. Cuando la cosa se pone muy académica y políticamente alta, me pierdo un poco”…

“Vengo” no es un panfleto… en su grabación Ana puso atención al aspecto musical y lo explica: “nace de la necesidad de hacer un disco, un poco laboratorio y experimental y encontrar una suerte de lenguaje entre el rap pero también recuperar esa instrumentación que es parte de nuestra historia … entonces recuperamos gaitas colombianas, charango, me puse a escuchar música boliviana, peruana, ecuatoriana”… mientras que en la parte lírica afirma que es: “una suerte de manifiesto… de volver a querer a aprender y mirar este mundo de otra manera, con otros ojos”…

Contrario a lo que opinan otros artistas de que sus nuevas grabaciones son las mejores de su carrera, ella define su disco como: “muy orgánico, en el sentido de que todos los instrumentos que se han grabado no son sampleados, todo es tocado en vivo, cosa que a mí no me había tocado trabajar"…

En esa búsqueda su sonido se expande no sólo en el aspecto musical permeado de ritmos andinos, árabes, balcánicos, funk y hip-hop, sino también en el vocal y cuya experimentación la lleva a alejarse del rapeo para expandir el concepto de “Ritmo y poesía” a estilos cercanos al crossovercon aires pop…

Más que destacar algunos temas por su calidad, en “Vengo” (producido por Andrés Celis y editado por Nacional Records), podríamos señalar dos canciones innecesarias: la sosa “Emilia” (en un dueto espantoso con un irritante RR Burning) y “Rumbo Al Sol” (de estructura similar a la anterior y con arreglos excesivos)…

Así, “Vengo” es un excelente disco, fresco y original, musicalmente bien balanceado, comprometido líricamente, ambicioso, ideal para un público no acostumbrado al hip-hop y que ha permitido a Ana Tijoux seguir construyendo una sólida carrera como intérprete, expandir su presencia en el difícil mercado anglosajón del rap y de paso reiterar que Chile sigue estando a la vanguardia en la fusión de los más variados ritmos… 

2 de mayo de 2016

La Orisha Oya y el viento negro

1.
Rechazar que la convivencia entre los Orishas está plagada de sexo, mezquindad, traición, robo y asesinato, es negar la esencia con la que se dotó en este lado del atlántico a la práctica de la Osha e Ifa…

Los motivos por los que fueron personificados así ya han sido abordados en otros textos de este blog, así que lo resumiré en pocas palabras: humanizarlos para que nos sirvan de ejemplo, y a través del ebboe, redimirlos y dejar la experiencia de que tenemos la oportunidad de ser buenas personas…

También con el paso de los años se perdieron patakies que llegaron de Nigeria con los esclavos… a ello contribuyó la cuestionable recopilación que hizo Miguel Febles Padrón de “Los Oyu Odus de Orunmila”, de ahí que la leyenda en la que originalmente Yemaya no era la dueña del mar sino Oya Yansa, se perdió y sólo es parte de la oralidad de las pocas viejas Santeras cubanas que aún viven…

Oya tiene un magnetismo impresionante y es respetada y temida por la furia con la hace su presencia… su cólera no sólo proviene de la fuerza que le dan los desencarnados, sino del rencor que tiene tras ser despojada del mar por Yemaya (en complicidad con Shango), haciéndole creer que el cementerio era más bello que el océano, de ahí la errada explicación de que Oya no puede estar en un paritorio de Yemaya: no se refiere a fenómenos meteorológicos de juntar el viento y el agua, sino por los desastres que provoca la guerra entre las dos deidades…

2.
Es selectiva con quienes serán sus hijos pues no está dispuesta a compartir con cualquiera el don de manejar a los muertos ni la habilidad para hacer terribles brujerías… pero no se conforma con recibir de ellos ofrendas en los panteones, tampoco zarazas, ni mucho menos ser colmada con berenjena: ajena a quienes la coronan posee la virtud de manifestarse imparcial a través del llamado “viento negro”, el cual no debe confundirse con el viento malo, asociado a la ira de Shangó…

Ha sido poco estudiado ese rasgo: al ser la única Orisha que puede manipular los cuatro vientos, se le asocia a la leve brisa, el vendaval, el remolino, la tromba y hasta el tifón: cuando se lo propone sus expresiones naturales son devastadoras, no sólo por la destrucción que provoca, sino porque su presencia obedece también a un acto de soborno, el eboe y la justicia, lo que le da una personalidad “dulce y aterradora” al mismo tiempo…

Así, “viento negro” es la máxima expresión de Oya cuando sale a la calle sin que se le haya invocado, pero se debe exponer con detalle en que consiste para no dar pie a más de los tantos errores que provienen de la interpretación de la Osha e Ifa en américa…

3.
La mayoría de los seres humanos conocemos el silbido que provoca el viento… explica la ciencia que es percibido dentro de las casas, y no fuera de ellas. El aire, al penetrar por los intersticios de las puertas y de las ventanas hace vibrar objetos que encuentra a su paso, produciendo así toda clase de sonidos, si se saliera de casa no llegarían a oírlos...

Tratándose de Yansa el asunto cambia radicalmente, pues los ruidos que produce el viento no sólo se oyen al interior de las casas, sino también fuera: en el monte, las esquinas, los recovecos, los patios, las rejas, las azoteas y los árboles y ese “silbido” es el anuncio de que detrás de ella viene un séquito de Egguns (de quienes murieron violentamente en la calle), prestos a cumplir sus órdenes y sólo se ausentan cuando seden su lugar a Iku, el poderoso aliado de Oya…


Su presencia a través del “viento negro” tiene diversos orígenes según lo que quiera manifestar: por lo regular sale de los panteones y proviene del norte, pero también puede proceder de casas abandonadas, pozos, coladeras, barrancas, calles desiertas, terrenos baldíos, cavernas y obviamente el mercado…

Sus ráfagas son responsables de generar enfermedades en personas que por alguna razón acaban de tener un comportamiento errático, se han visto envueltos en una discusión, recién han soltado una maldición o acaban de joderle la vida al prójimo (entre muchos otros motivos), de ahí que Oya, sin ser solicitada, se aparezca para impartir su ley…

4.
El “viento negro” es inconfundible: su presencia se nota en el momento en que el rostro es directamente golpeado por una ráfaga de viento frío (caliente, húmedo o seco), por una ventolera que arrastra tras de sí hojas secas y tierra, se percibe con las corrientes que cruzan entre los árboles sin mover el follaje y con el citado silbido…  

Entre los males que genera el “viento negro” están los enfriamientos, hinchazón de pies, dolor de cabeza, agarrotamientos, reumas, convulsiones, crisis respiratorias, afecciones en la piel, llanto excesivo, sordera, tortícolis, explosiones de ira, parálisis facial, falta de apetito, cansancio, ansiedad, imposibilidad de cerrar un ojo, insomnio, diarrea, escalofrío incontrolable, lumbalgia y si se queda en medio de un remolino provoca la esterilidad, ceguera, diabetes y hasta la muerte…

Hay remedios prácticos cuando se ha sido tocado por el “viento negro”: meterse una nuez de kola en la boca, baños de hierbas, duchas de agua muy caliente haciendo oración, limpiarse con velas, enjugarse con una prenda íntima de mujer, ingerir bebidas para sudar, frotarse con barritas de azufre, hacer ofrendas a Oya o sacudirse con un Iruke…

Qué se puede hacer cuando se va por la calle y se presenta el “viento negro”?... lo primero no es manifestar aversión para no incordiar a Yansa; buscar refugio en el hueco de una puerta, comercio o edificio; portar una pulsera de cobre; colocarse detrás de un muro; cerrar los ojos, la boca, aguantar la respiración y quedarse inmóvil; colocarse a lado de un árbol viejo; repetir 9 veces su nombre como Iyámsá; situar los dedos índice y medio a la altura del corazón o santiguarse 12 veces como se hacía a la antigüita

5.
Oya también afecta a los animales (dados a presentir los fenómenos naturales –y sobrenaturales- segundos antes de que sucedan), por ello ante su presencia los gatos cierran los ojos para no ver a los Eggun o Iku y al alejarse se acicalan bigote y orejas, las aves encogen sus alas si en ese momento no están volando y si están en el aire lo hacen a mayor altura, los peces y tortugas domésticos se van al fondo del agua o los perros persiguen con ladridos la corriente para evitar que los desencarnados se queden con sus amos…

Finalmente, el efecto predilecto de Oya cuando se manifiesta como “viento negro”, es la pudrición (si se desea ver a la descomposición de todo lo orgánico como sinónimo de la muerte), por lo que se recomienda evitar el consumo de alimentos en puestos callejeros o restaurantes fijos cercanos a un panteón, un horno crematorio y los grandes hospitales…