8 de agosto de 2016

Imanol Caneyada: Tardarás en morir

Una de las características de la personalidad del mexicano es su obsesión por el escarnio y el desprecio contra las personas débiles, de la tercera edad, los homosexuales y los discapacitados, de ahí que su pasatiempo preferido sea poner apodos a partir de algún defecto, lo que ha dado lugar a toda una subcultura con los sobrenombres más mezquinos que ni la biblia pueda compilar…

Así, la literatura popular (autonombrada retratista) está contaminada de este tipo de prejuicios y demuestra que la burla al prójimo está en nuestros genes, más cuando un extranjero que afirma amar a este país incurre en la misma actitud, y además lo plasma en una novela, entonces nos encontramos ante un virus altamente contagioso…

Tal es el caso del vasco Imanol Caneyada, quien optó por afincarse en Sonora, dedicarse al periodismo y publicar el libro “Tardarás un rato en morir”, título premonitorio a lo que se enfrentará el lector: tardará un desesperado y largo rato en leerlo

Desconozco qué “recomendaciones” llevaron a Imanol a ver publicado su texto en la prestigiada editorial “Suma de letras”, pero anunciarlo como un thriller explosivo con una intriga bien lograda y una visión ácida de la realidad no sólo es engañosa sino rotundamente falsa…

La enredada historia gira alrededor de “el Tinín” (exgobernador caído en desgracia), “el Cabezón” (su fiel secretario) y “el Cheque” (oportunista venido a narco), cuyos orígenes de amistad no son claros, pero sí los motivos de la tolerancia mutua, la corrupción, hasta que una poco explicada traición los convierte en enemigos…

De estos personajes un 40% del libro está enfocado al defecto físico de Juan José, quien por el tamaño de su cabeza se gana el obvio apodo de “el Cabezón”… una vez saciada la perversa fijación de Imanol por las deformaciones, trata de darle lógica a una trama en la que la cobardía, la vulgaridad, la venganza, el narcisismo y la soledad (salpicados con un dejo de homosexualidad), son aderezadas con una subtrama innecesaria que curiosamente es lo más destacable del libro…


Por si fuera poco incluir forzadamente a cuatro narradores en diferente persona termina por descarrilar la novela en el camino de la inconsistencia y la falta de cohesión, llevando al lector a cuestionarse si realmente Caneyada tenía una historia que compartirnos…

En este universo incongruente se asoma un bien logrado asesino serial, se incluye una inverosímil aventura de amor de “el Cabezón” y surgen tramas secundarias que al final servirán de pretexto para que los personajes converjan en una ensaladera cuya mezcla final se queda en una somnolienta parodia del “inevitable destino”…

Es de valorar el intento el autor de tocar las profundas fibras de la corrupción del poder político en méxico, más todo se queda en eso, en una intentona que otras propuestas como la novela El abogánster de Eugenio Aguirre o el film El infierno de Luis Estrada logran con creces…

A su vez se reconoce esa capacidad de señalar cómo la soledad, la incertidumbre y el olvido (la metáfora del frío y la nieve), terminan por desnudar la vaciedad existencial del ser humano, más estos leves atisbos de oficio literario no son suficientes para darle fortaleza al texto ni para hacer de alguno de sus personajes algo memorable…

En suma, un libro tedioso y olvidable por su excesiva oralidad, el abuso de un lenguaje común (intercalado con innecesarias oraciones en francés), su borrosa narrativa, por ser una irritante compilación de bajezas humanas y sobre todo por su predecible final, ratificando la máxima de que hay libros que no debieron publicarse…


Tardarás un rato en morir, Imanol Caneyada, editorial Suma de letras, méxico, 2012

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