27 de marzo de 2017

La ciudad de los ojos invisibles



Reconozco que adquirí La ciudad de los ojos invisibles, de Armando Vega-Gil, con cierto recelo: su anterior lectura, Picnic en la Fosa Común, me resultó irritante, aunque esa es una de las características de su obra literaria y musical: la provocación.

Vega-Gil (Ciudad de méxico, 1955), no provoca indiferencia: columnista, antropólogo, narrador, locutor, poeta, fotógrafo, músico y director de cine, se ha ganado un lugar en la clase culta mexicana y en la contradictoria cultura popular.

Su currículum es extenso en el medio literario (ha publicado 30 libros y ganó el “Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí”) y en el ambiente musical (con el grupo Botellita de Jerez): si algo puede decirse de su obra es que la descubra recibirá un bofetón de realidad por su personal manera de diseccionar a la sociedad mexicana.

Sobre escribir Vega revela que es una fuente de trabajo: “la escritura es un oficio, yo escribo desde los quince años (…) es lo mismo ser músico y escritor”, pero se queja: “mis libros son de bajo perfil, salen con 3 o 4 mil ejemplares. Diario íntimo de un guacarróquer es el que ha tenido mayor éxito y está agotado, pero no quieren reeditarlo. Ahora sólo se buscan las novedades editoriales, los libros se vuelven efímeros”.

“La ciudad de los ojos invisibles” resulta de “seis años de un cuento al mes. He sido muy puntual en ello y se trata de múltiples colaboraciones que he hecho y he ido juntando para construir un universo de historias que tienen en común el tener como telón de fondo la ciudad de méxico”. El título es “porque andamos por las calles con dificultad para ver a los otros, somos como sombras (…) son cuentos sobre hechos reales, imaginados, historias mías, de mis amigos (…) de todo”.


Se justifica: “soy un cazador de historias de la ciudad, siempre estoy ventaneando. Los escritores somos como cazadores de mariposas, traemos nuestra red y, si vemos una que anda volando, la atrapamos y la tenemos guardada hasta escribirla y soltarla de nuevo”.

Lo anterior lo plasma en La ciudad de los ojos invisibles y sus historias cargadas de amor, rabia, burla, ironía, crudeza, crítica, ruptura e insidia que alterna con sentencias, aforismos y filosofía. Cuando se le pregunta si este país fuera un libro, qué título tendría? Armando confiesa: El Botín de los malditos”. Así, con este texto su reputación literaria se consolida (aunque a estas alturas no lo necesite), a través de una narrativa precisa, aplicando una acertada economía de palabras, describiendo sobriamente escenarios y creando protagonistas de carne y hueso.

Vega-Gil no se limita a retratar violencia, pobreza, hacinamiento, tráfico, contaminación, corrupción, desamor ni desempleo: ya los conocemos, de paso nos recuerda que por debajo de esos males existen historias a las que nos hemos hecho insensibles por pelear cada centímetro dentro de las entrañas del monstruo urbano, anécdotas con las que advierte que nos estamos olvidando de algunas cosas como vivir.

Armando Vega-Gil, La ciudad de los ojos invisibles, 276 páginas, Ediciones B, 2011

La ciudad de los ojos invisibles


Reconozco que adquirí La ciudad de los ojos invisibles, de Armando Vega-Gil, con cierto recelo: su anterior lectura, Picnic en la Fosa Común, me resultó irritante, aunque esa es una de las características de su obra literaria y musical: la provocación.

Vega-Gil (Ciudad de méxico, 1955), no provoca indiferencia: columnista, antropólogo, narrador, locutor, poeta, fotógrafo, músico y director de cine, se ha ganado un lugar en la clase culta mexicana y en la contradictoria cultura popular.

Su currículum es extenso en el medio literario (ha publicado 30 libros y ganó el “Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí”) y en el ambiente musical (con el grupo Botellita de Jerez): si algo puede decirse de su obra es que la descubra recibirá un bofetón de realidad por su personal manera de diseccionar a la sociedad mexicana.

Sobre escribir Vega revela que es una fuente de trabajo: “la escritura es un oficio, yo escribo desde los quince años (…) es lo mismo ser músico y escritor”, pero se queja: “mis libros son de bajo perfil, salen con 3 o 4 mil ejemplares. Diario íntimo de un guacarróquer es el que ha tenido mayor éxito y está agotado, pero no quieren reeditarlo. Ahora sólo se buscan las novedades editoriales, los libros se vuelven efímeros”.


“La ciudad de los ojos invisibles” resulta de “seis años de un cuento al mes. He sido muy puntual en ello y se trata de múltiples colaboraciones que he hecho y he ido juntando para construir un universo de historias que tienen en común el tener como telón de fondo la ciudad de méxico”. El título es “porque andamos por las calles con dificultad para ver a los otros, somos como sombras (…) son cuentos sobre hechos reales, imaginados, historias mías, de mis amigos (…) de todo”.

Se justifica: “soy un cazador de historias de la ciudad, siempre estoy ventaneando. Los escritores somos como cazadores de mariposas, traemos nuestra red y, si vemos una que anda volando, la atrapamos y la tenemos guardada hasta escribirla y soltarla de nuevo”.

Lo anterior lo plasma en La ciudad de los ojos invisibles y sus historias cargadas de amor, rabia, burla, ironía, crudeza, crítica, ruptura e insidia que alterna con sentencias, aforismos y filosofía. Cuando se le pregunta si este país fuera un libro, qué título tendría? Armando confiesa: El Botín de los malditos”. Así, con este texto su reputación literaria se consolida (aunque a estas alturas no lo necesite), a través de una narrativa precisa, aplicando una acertada economía de palabras, describiendo sobriamente escenarios y creando protagonistas de carne y hueso.

Vega-Gil no se limita a retratar violencia, pobreza, hacinamiento, tráfico, contaminación, corrupción, desamor ni desempleo: ya los conocemos, de paso nos recuerda que por debajo de esos males existen historias a las que nos hemos hecho insensibles por pelear cada centímetro dentro de las entrañas del monstruo urbano, anécdotas con las que advierte que nos estamos olvidando de algunas cosas como vivir.

Armando Vega-Gil, La ciudad de los ojos invisibles, 276 páginas, Ediciones B, 2011


25 de marzo de 2017

Parte de guerra de V, Tata Ndoki

V no sólo es el mejor amigo que hecho en la práctica de las religiones de origen africano, es además el Tata Ndoki más impresionante que he conocido en mi vida. Su vocación espiritual siempre ha sido en defensa del débil y el inocente, utilizando la energía muertera que se desprende de su extraordinaria Nganga para ayudar al prójimo.

Si bien hemos sido mutuos testigos de cómo cada uno trabaja la religión, también presenciamos que la necesidad de aprender y evolucionar nos ha llevado a expandir nuestros conocimientos más allá del Palo y la Osha.

En ese ir y venir V ha mantenido siempre una actitud  intachable que ni la más jugosa recompensa ha conseguido que cambie sus principios de ejercer el Palo con la mayor de las honestidades.

Actualmente está librando una batalla espiritual por salvar la vida de una mujer, sin embargo, esta feroz lucha se está realizando con algunas condiciones adversas en las que su mejor arma es la fe y la fortaleza espiritual que anida en su alma acumulada después de tantos años de experiencia.
En estas últimas semanas V me ha compartido una serie de reflexiones derivadas del momento por el que está atravesando su vida. No tienen que ver con que si hizo tal obra y el resultado fue este, son los pensamientos que asaltan a un Tata Ndoki, a mitad de la noche, después de haber batallado durante el día para impedir que una injusticia se consume.

Dada la emotividad de sus reflexiones, y a partir de que su servidor considera que son dignas de conocerse, hemos decidido prestar el espacio del blog hermano “Imprenta de almas” para que V comparta desde su particular punto de vista sus cavilaciones, a través de una serie de textos que él ha titulado “Parte de guerra”.

Dar click para leer su primera entrega:

15 de marzo de 2017

No tienes camino en la religión

para Julio Rocha, Awo Orunmila

1.
Se ha mencionado antes que se necesita hasta un año de investigación espiritual (usando diversos oráculos), para saber si una persona tiene camino para ser religioso en la Osha.

Si bien hay ocasiones que desde las primeras consultas ante Ifa a la persona se le informa que irremediablemente deberá recibir iniciaciones mayores, en términos prácticos ello puede definirse con la ceremonia de Mano de Orunla (entre muchas otra formas), en la que incluso se determinará el paso a la Osha, Ifa y quizá jurarse en Palo o Espiritismo.

Wande Abimbola (máximo representante de Ifa en Nigeria), señaló en una entrevista que en su país a los recién nacen se les hace un registro para saber si tienen camino en la religión, y en caso de que ese sea su destino, desde pequeños se les educa para en su momento ser consagrados como Sacerdotes de Osha y/o Ifa, más fuera de Nigeria las cosas cambian y tanto Santeros como Babalowos inician a mansalva a personas sólo para obtener dinero por el pago del derecho.

2.
Reflexioné sobre lo anterior tras ser interrogado vía telefónica por J (una exitosa ejecutiva industrial), quien insistía en cómo saber si el religioso con el que se consulta era honesto al mandarla a recibir la Mano de Orunla; conversé largamente con ella (nos dio la madrugada), sobre la conducta del que podría ser su padrino, más insistía con el tema:

- qué tal que soy pésima para detectar actitudes que me has enlistado o soy muy ingenua? – cuestionó - o mis problemas son tan complicados que necesito una solución tajante y la de iniciarme me suena a una respuesta viable para todo?
- tú nunca pierdes la paciencia – advertí viendo mi reloj.
- suponte que lo hago – neceó - de qué otra manera puedo saber si no me estaré metiendo en más dificultades con estas religiones?
- nunca falta la señal – afirmé y prometí a explicarle cómo la vida cotidiana va dando indicios de si vamos en el camino correcto, más dada la hora propuse vernos el fin de semana para conversarlo con calma.
- nunca has querido consultarme – agregó a manera de reclamo, solté una carcajada y cortó la llamada.

3.
Apenas llegó J y reiteró sus dudas. En mis explicaciones incluí que los antepasados, guías o protectores (como se les guste llamar), mandan señales sobre un error que está a punto de cometerse, ya sea por recibir una iniciación innecesaria, estarán mal hechas o porque el padrino es un bandido que sólo busca su dinero y alterará su astral, generándole una cadena de calamidades. Le compartí algunas anécdotas:

a. Conocí a un matrimonio, ambos hijos de Obatalá, quienes me contaron que el día que iban a recibir su Mano de Orunla, el tráfico rumbo a casa de su padrino estaba extrañamente complicado; por si fuera poco se desató una tupida lluvia que retrasó más su llegada.

Al entrar a la colonia se desinfló una llanta, tras varios minutos se contactaron con un conocido que iba en otro auto y entre todos la cambiaron, más al encender el auto no tenía corriente y hubo necesidad de conectarle algunos cables para pasarle corriente.

Recibieron la Mano de Orunla y a los dos meses coronaron Santo, más su situación económica no mejoró, vendieron su casa, él perdió su trabajo y a ella los problemas de salud ningún Babalowo se los solucionó. Me preguntaron cuál podría ser el origen de tantos males, les hice una Consulta Espiritual y el resultado fue que no tenían camino en la religión de los Orishas.

b. Lo conocí en un tambor para Yemayá: era un joven homosexual culto y amable que no atinaba a entender por qué su vida no levantaba: había perdido su empleo, su novio lo abandonó y en el colmo de la mala suerte se rompió la pierna y el brazo que ese día llevaba enyesados.

Contó que desde que dio sus primeros pasos en la religión todo se le complicó: le corrigieron en tres ocasiones la Mano de Orunla, los tres itás hablaron diferente, le cambiaron dos veces a su Orisha tutelar, lo rayaron en Palo, recibió Prenda, coronó a Obatalá y en un mes le rectificarían el santo pues Shangó reclamaba su cabeza.


- y quién te dijo que tenías mal tu santo? – lo interrogué.
- mi nuevo padrino – señaló a un Babalowo de dudosa reputación.
- vas a coronar Osha otra vez? – lo cuestioné.
- sí, me dice que te pueden asentar en tu cabeza hasta 3 Orishas siempre y cuando no pase más de un año desde la primera vez.
- vaya.
- pero todo se ha pospuesto… la última vez faltaban un par de días para la rectificación y me caí, me rompí un brazo, una pierna y todo se retrasó tres meses.
- vaya – repetí.
- qué opinas? – preguntó - me han contado que eres vidente.
- no es fácil darte una respuesta en este momento – expliqué – dame tus datos y llámame en una semana - apuntó todo en un papel, me lo entregó, le di una palmada en la espalda y me alejé.

No me devolvió la llamada y después me enteré que tras rectificarle el Santo sufrió un cambio radical en su carácter: se volvió iracundo, irreverente y vengativo, reforzó su Nganga, brujeaba a cualquiera persona al menor pretexto y se estaba haciendo millonario por trabajar Mayombe negro; fue cuando recordé que la investigación advirtió que él no tenía camino en ninguna religión de origen africano.

c. Hace años una joven recomendada por una amiga me llamó por teléfono y pidió la consultara a ella, a su esposo y a su hijo. Tratándose de niños no me involucro, así que le propuse llevarla con un Babalowo al que acababa de conocer. Estuvo de acuerdo.

Los acompañé y los resultados no fueron buenos para ninguno, pero a partir de ahí tuve cierta comunicación con ella hasta que cierto día desapareció y al Babalowo gradualmente le perdí la pista.

Un año después ella me llamó para contarme que lo seguía consultando, la juró en Palo, le entregó Mano de Orunla, guerreros y Orishas de adimú (al igual que su esposo), pero ni con eso evitó que su negocio quebrara, después se divorciaran y ahora estuvieran en litigio por la custodia de su hijo… por eso me llamaba: quería que le respondiera por qué tantas desgracias en su vida si ella era buena religiosa.

Le ofrecí una Consulta Espiritual y accedió. Semanas después nos vimos y le expliqué que la respuesta a sus infortunios estaba en que no tenía camino religioso; la noticia lo tomó por sorpresa y tras hacerme varias preguntas ella misma tomó la decisión de deshacerse de sus atributos y afirmó que todo lo que hizo aquel Babalowo fue estafarla.

Días después me llamó por teléfono para decirme que le había dado camino en el monte a sus guerreros y demás Orishas y que su situación había mejorado un poco. Desapareció de nuevo.

Volví a saber de ella cuando se plantó frente a mi casa: la invité a pasar y me explicó que no sólo había regresado a rescatar a sus Orishas, sino que volvió a consultarse con el mismo Babalowo.

- lo que no entiendo es por qué de nuevo mi vida tiene graves retrasos.
- por lo que ya te expliqué: no tienes camino en la religión.
- mi padrino dijo que debo hacer Santo – advirtió…
- la gente cree que la religión de los Orishas soluciona todo, pero eso es mentira: la Osha e Ifa son destino, y bueno o malo, si te inicias lo vives para depurar karma… solo si lo tomas con sabiduría evolucionarás espiritualmente – respondí antes de agregar que ella era dueña de su vida y que deberá hacerse responsable de sus decisiones.

Minutos después se despidió. Seguimos ocasionalmente en contacto, más lo curioso es que en su página de facebook publica cada cierto tiempo textos sobre los Orishas que copia de foros religiosos de la web.

4.
- no lo había visto de esa manera – reconoció J.
- qué? – la cuestioné.
- últimamente surgen imprevistos cuando me propongo ver al que será mi padrino de Mano de Orunla, a veces por situaciones ridículas que hacen que no llegue a su casa – señaló – pero hay algo de él que comienza a irritarme, aunque no sé qué es.
- seguramente lo sabes – señalé y lo pensó largamente.
- son dos cosas: me está cobrando mucho dinero – se quejó – y repite hasta la náusea que el pago de derecho me será recompensado con creces por los Orishas.
- y la otra? – pregunté al ver que vacilaba.
- su manera de verme – se sinceró - se ha vuelto… lujuriosa… ayer dijo que por ser Babalowo hará el rompimiento, me dará el baño con omiero el día de la ceremonia y no sé qué tanto más.
- ahí tienes – avisé – aparte de los problemas que tengas para verlo, que son una advertencia, su interés en ti no es religioso: ese tipo de razones para hacer ciertas etapas de una obra están prohibidas.
- creo que me ha quedado todo claro – anunció y sin dudar agregó – me gustaría que me hicieras una consulta espiritual.

No tienes camino en la religión


para Julio Rocha, Awo Orunmila

1.
Se ha mencionado antes que se necesita hasta un año de investigación espiritual (usando diversos oráculos), para saber si una persona tiene camino para ser religioso en la Osha.

Si bien hay ocasiones que desde las primeras consultas ante Ifa a la persona se le informa que irremediablemente deberá recibir iniciaciones mayores, en términos prácticos ello puede definirse con la ceremonia de Mano de Orunla (entre muchas otra formas), en la que incluso se determinará el paso a la Osha, Ifa y quizá jurarse en Palo o Espiritismo.

Wande Abimbola (máximo representante de Ifa en Nigeria), señaló en una entrevista que en su país a los recién nacen se les hace un registro para saber si tienen camino en la religión, y en caso de que ese sea su destino, desde pequeños se les educa para en su momento ser consagrados como Sacerdotes de Osha y/o Ifa, más fuera de Nigeria las cosas cambian y tanto Santeros como Babalowos inician a mansalva a personas sólo para obtener dinero por el pago del derecho.

2.
Reflexioné sobre lo anterior tras ser interrogado vía telefónica por J (una exitosa ejecutiva industrial), quien insistía en cómo saber si el religioso con el que se consulta era honesto al mandarla a recibir la Mano de Orunla; conversé largamente con ella (nos dio la madrugada), sobre la conducta del que podría ser su padrino, más insistía con el tema:

- qué tal que soy pésima para detectar actitudes que me has enlistado o soy muy ingenua? – cuestionó - o mis problemas son tan complicados que necesito una solución tajante y la de iniciarme me suena a una respuesta viable para todo?
- tú nunca pierdes la paciencia – advertí viendo mi reloj.
- suponte que lo hago – neceó - de qué otra manera puedo saber si no me estaré metiendo en más dificultades con estas religiones?
- nunca falta la señal – afirmé y prometí a explicarle cómo la vida cotidiana va dando indicios de si vamos en el camino correcto, más dada la hora propuse vernos el fin de semana para conversarlo con calma.
- nunca has querido consultarme – agregó a manera de reclamo, solté una carcajada y cortó la llamada.

3.
Apenas llegó J y reiteró sus dudas. En mis explicaciones incluí que los antepasados, guías o protectores (como se les guste llamar), mandan señales sobre un error que está a punto de cometerse, ya sea por recibir una iniciación innecesaria, estarán mal hechas o porque el padrino es un bandido que sólo busca su dinero y alterará su astral, generándole una cadena de calamidades. Le compartí algunas anécdotas:

a. Conocí a un matrimonio, ambos hijos de Obatalá, quienes me contaron que el día que iban a recibir su Mano de Orunla, el tráfico rumbo a casa de su padrino estaba extrañamente complicado; por si fuera poco se desató una tupida lluvia que retrasó más su llegada.

Al entrar a la colonia se desinfló una llanta, tras varios minutos se contactaron con un conocido que iba en otro auto y entre todos la cambiaron, más al encender el auto no tenía corriente y hubo necesidad de conectarle algunos cables para pasarle corriente.

Recibieron la Mano de Orunla y a los dos meses coronaron Santo, más su situación económica no mejoró, vendieron su casa, él perdió su trabajo y a ella los problemas de salud ningún Babalowo se los solucionó. Me preguntaron cuál podría ser el origen de tantos males, les hice una Consulta Espiritual y el resultado fue que no tenían camino en la religión de los Orishas.

b. Lo conocí en un tambor para Yemayá: era un joven homosexual culto y amable que no atinaba a entender por qué su vida no levantaba: había perdido su empleo, su novio lo abandonó y en el colmo de la mala suerte se rompió la pierna y el brazo que ese día llevaba enyesados.

Contó que desde que dio sus primeros pasos en la religión todo se le complicó: le corrigieron en tres ocasiones la Mano de Orunla, los tres itás hablaron diferente, le cambiaron dos veces a su Orisha tutelar, lo rayaron en Palo, recibió Prenda, coronó a Obatalá y en un mes le rectificarían el santo pues Shangó reclamaba su cabeza.


- y quién te dijo que tenías mal tu santo? – lo interrogué.
- mi nuevo padrino – señaló a un Babalowo de dudosa reputación.
- vas a coronar Osha otra vez? – lo cuestioné.
- sí, me dice que te pueden asentar en tu cabeza hasta 3 Orishas siempre y cuando no pase más de un año desde la primera vez.
- vaya.
- pero todo se ha pospuesto… la última vez faltaban un par de días para la rectificación y me caí, me rompí un brazo, una pierna y todo se retrasó tres meses.
- vaya – repetí.
- qué opinas? – preguntó - me han contado que eres vidente.
- no es fácil darte una respuesta en este momento – expliqué – dame tus datos y llámame en una semana - apuntó todo en un papel, me lo entregó, le di una palmada en la espalda y me alejé.

No me devolvió la llamada y después me enteré que tras rectificarle el Santo sufrió un cambio radical en su carácter: se volvió iracundo, irreverente y vengativo, reforzó su Nganga, brujeaba a cualquiera persona al menor pretexto y se estaba haciendo millonario por trabajar Mayombe negro; fue cuando recordé que la investigación advirtió que él no tenía camino en ninguna religión de origen africano.

c. Hace años una joven recomendada por una amiga me llamó por teléfono y pidió la consultara a ella, a su esposo y a su hijo. Tratándose de niños no me involucro, así que le propuse llevarla con un Babalowo al que acababa de conocer. Estuvo de acuerdo.

Los acompañé y los resultados no fueron buenos para ninguno, pero a partir de ahí tuve cierta comunicación con ella hasta que cierto día desapareció y al Babalowo gradualmente le perdí la pista.

Un año después ella me llamó para contarme que lo seguía consultando, la juró en Palo, le entregó Mano de Orunla, guerreros y Orishas de adimú (al igual que su esposo), pero ni con eso evitó que su negocio quebrara, después se divorciaran y ahora estuvieran en litigio por la custodia de su hijo… por eso me llamaba: quería que le respondiera por qué tantas desgracias en su vida si ella era buena religiosa.

Le ofrecí una Consulta Espiritual y accedió. Semanas después nos vimos y le expliqué que la respuesta a sus infortunios estaba en que no tenía camino religioso; la noticia lo tomó por sorpresa y tras hacerme varias preguntas ella misma tomó la decisión de deshacerse de sus atributos y afirmó que todo lo que hizo aquel Babalowo fue estafarla.

Días después me llamó por teléfono para decirme que le había dado camino en el monte a sus guerreros y demás Orishas y que su situación había mejorado un poco. Desapareció de nuevo.

Volví a saber de ella cuando se plantó frente a mi casa: la invité a pasar y me explicó que no sólo había regresado a rescatar a sus Orishas, sino que volvió a consultarse con el mismo Babalowo.

- lo que no entiendo es por qué de nuevo mi vida tiene graves retrasos.
- por lo que ya te expliqué: no tienes camino en la religión.
- mi padrino dijo que debo hacer Santo – advirtió…
- la gente cree que la religión de los Orishas soluciona todo, pero eso es mentira: la Osha e Ifa son destino, y bueno o malo, si te inicias lo vives para depurar karma… solo si lo tomas con sabiduría evolucionarás espiritualmente – respondí antes de agregar que ella era dueña de su vida y que deberá hacerse responsable de sus decisiones.

Minutos después se despidió. Seguimos ocasionalmente en contacto, más lo curioso es que en su página de facebook publica cada cierto tiempo textos sobre los Orishas que copia de foros religiosos de la web.

4.
- no lo había visto de esa manera – reconoció J.
- qué? – la cuestioné.
- últimamente surgen imprevistos cuando me propongo ver al que será mi padrino de Mano de Orunla, a veces por situaciones ridículas que hacen que no llegue a su casa – señaló – pero hay algo de él que comienza a irritarme, aunque no sé qué es.
- seguramente lo sabes – señalé y lo pensó largamente.
- son dos cosas: me está cobrando mucho dinero – se quejó – y repite hasta la náusea que el pago de derecho me será recompensado con creces por los Orishas.
- y la otra? – pregunté al ver que vacilaba.
- su manera de verme – se sinceró - se ha vuelto… lujuriosa… ayer dijo que por ser Babalowo hará el rompimiento, me dará el baño con omiero el día de la ceremonia y no sé qué tanto más.
- ahí tienes – avisé – aparte de los problemas que tengas para verlo, que son una advertencia, su interés en ti no es religioso: ese tipo de razones para hacer ciertas etapas de una obra están prohibidas.
- creo que me ha quedado todo claro – anunció y sin dudar agregó – me gustaría que me hicieras una consulta espiritual.

8 de marzo de 2017

A ritmo de venganza yoruba

Desde que fue lanzada la canción de "La Estafa del Babalo", interpretado por una banda cubana llamada Kola Loka, se convirtió en un cuasi-himno de muchos practicantes de Osha e Ifa, aunque de la ironizante letra no salen bien librados.

La banda Kola Loka fue fundada en Santiago de Cuba en 2001 por los hermanos Yacer y Yamel Robinson y su amigo Ángel Torres… debido a sus ritmos pegajosos y a sus pícaras letras ganaron tal popularidad que muchos seguidores pensaron que eran originarios de Panamá, República Dominicana y hasta Puerto Rico.

Con el tiempo el grupo incursionó en ritmos más lentos, inclinándose a una variante del reggaeton salpicada de merengue, cumbia, son, guaracha y rumba conocida como cubatón, lo que los llevó a mudarse a la ciudad de La Habana en 2009 donde en poco tiempo alcanzaron el éxito internacional con el citado tema "La estafa del Babalo" y "No me da mi gana americanas".

En resumen "La estafa del Babalo" (que consiguió quedarse en el gusto de religiosos más allá de la moda pasajera), describe cómo un ahijado es embaucado por su padrino, con la promesa de solucionarle una mala racha, y para lo cual le pide una serie elementos que de exagerados (por no tener nada que ver con algún ebboe), rayan en la comicidad.

Así, la popularidad del tema entre Santeros y Babalowos destacó más por su pegajoso ritmo (y su machacante coro: “padrino quítame la sal de encima”), que por la denuncia que hace sobre las prácticas fraudulentas por parte de algunos religiosos.

Todo hubiera quedado en eso si no fuera porque un dúo musical de Babalowos (una versión cuenta que sólo Santeros y otra niega que sean religiosos), “indignados” por las falsas acusaciones, grabó la canción “Respuesta a la estafa del Babalawo”, en la que rencorosos cargaban contra Kola Loka.

Ni que decir que la réplica apenas se escuchó y la canción no tuvo impacto en los religiosos fundamentalistas ni en las listas de éxitos (pese a que uno de sus integrantes, llamado “Chucho Flash”, es un conocido interprete del género), dejando claro que fue más un desplante oportunista que una respuesta reivindicatoria…

Es de destacar el odio que se percibe en algunas partes de la letra (en el odu Ojuani Batrupon Ifa advierte estar “atentos en no caer en desesperación ante situaciones adversas para así evitar errores que incluso puedan costarnos la vida”), además de la amenaza y el insulto velado, resalta la falta de inspiración del dúo al plagiar el coro de la canción original, sustituyendo “padrino quítame la sal de encima por “padrino échale la sal de encima”…

En suma: si son religiosos los autores de la “Respuesta a la estafa del Babalawo”, su protesta deja mucho que desear al asumir una actitud vengativa que no forma parte de los principios de Ifa… por otro lado, si no tienen iniciaciones, el asunto se complica pues qué imagen pública tiene la religión de los Orishas de manera que un par de desconocidos puedan usarla para beneficios poco claros?…

Acá los dos videos, mismos que sugiero aprovechar la oportunidad y escucharlos pues el que corresponde a la respuesta ha ido despareciendo de la web poco a poco…