21 de julio de 2017

Participación en la Expobrujas: Diosas olvidadas o amantes del diablo?

Atendiendo a la invitación de mi amigo Cutberto Enríquez y al apoyo de Voodoo Girl (Vianka Mildred), daré una plática sobre brujería y temas afines en la “Expobrujas: Diosas olvidadas o amantes del diablo?”, el sábado 29 de julio a las 6 pm, en la Fundación Fertilizando el Esfuerzo A.C., ubicada en Av. Revolución 1734, Álvaro Obregón, CP: 01000, CDMX (cerca de la estación del metrobus La Bombilla) teléfono: 5616 0254.

Sobre el proyecto, ExpoBrujas se define como una exposición artística y cultural enfocada al esclarecimiento, análisis y explicación del fenómeno histórico, social y cultural de la brujería.

A partir de elementos culturales, fenómenos sociales y elementos históricos, reconstruimos y explicamos la evolución y faceta de la brujería a través del tiempo y las culturas.

La exposición se compone de 13 puntos donde se muestra una colección de más de 400 objetos relacionados con el ejercicio de la magia y la brujería y su manifestación artística o social.

Nos diferenciamos de otras propuestas, al ser una colección seria, que contiene elementos antropológicos, además de que los integrantes del proyecto son investigadores especialistas en el tema (historiadores, antropólogos y arqueólogos).


La presente exposición tiene como  fin  dos grandes objetivos:

· Presentar las formas y características del fenómeno cultural conocido como brujería a través del tiempo y el espacio.

· La concientización del tema ante el público en general para que una vez finalizado el recorrido pueda tomar una decisión basada en  elementos antropológicos y evite  la toma de decisiones en base a la ignorancia y la especulación.

Todo esto respetando las creencia personales y sin demeritar o acentuar el valor de dichas creencias y prácticas, sino desde un punto de vista neutral, antropológico e histórico. Así como evitando las situaciones relacionadas a la política, y centrándonos en el puro aspecto cultural.

Sin embargo no hay mejor forma de conocer algo que viviéndolo, y es a través de una experiencia en el mundo de la magia, una historia personal, que buscamos extraer y experimentar de forma masiva un viaje por el mundo de la brujería. Un viaje por el camino izquierdo.

Esperamos que al finalizar podamos entender y entendernos mejor en ese apartado tan fabulosos que tiene el ser humano que es el pensamiento mágico y la vida mágico-religiosa.

Recomiendo ampliamente llegar unas horas antes de la plática para que disfruten de tan interesante exposición. Para conocer detalles sobre precios, horarios y actividades pueden visitar: 

 www.facebook.com/VoodooGirlFans 
www.expobrujas.com 
www.facebook.com/ExpoBrujas 


13 de julio de 2017

Sí se puede dejar la Santería


Contexto religioso. Hace mucho tiempo leí un texto en el que se mencionaba que el sistema de esclavitud perfecto era la Ley del Karma: ese concepto hinduista mezclado con budismo que señala que la reencarnación está condicionada por las acciones de la vida anterior.

Aquello me impresionó y durante años lo di por válido hasta que coroné Santo, creí en la honestidad religiosa, descubrí la existencia de Olofi, el creador de todo, y a partir de él los Orishas: encargados de que cada persona cumpla el destino elegido antes de nacer.

Gracias a las mentiras de los ya iniciados en la Osha e Ifa, se cae ahora sí en la esclavitud perfecta que hace ver a la Ley del Karma (Oyekun Ika), como una broma infantil por "la obligación" de tener contentas a las deidades so pena de padecer su furia, pero cuántas mentiras como ésta han dicho Santeros y Babalowos (Ogbe Iroso) en nombre de Olofi? muchas, millones, durante siglos.

Se empieza ya a reconocer que los Patakíes cubanos (a diferencia de los nigerianos), están manipulados, los padrinos los usan para engañar y hacer de la Osha e Ifa un negocio (Kali Argyriadis da una pista al hablar de un “Turismo religioso”), lo que lleva a los ahijados, tarde que temprano, a descubrir que los Orishas NO son lo vengativos que desde Cuba pretenden hacernos creer.

En su libro “Leyendas de la Santeria”, Migene González-Wippler explica que los Patakíes fueron manoseados en Cuba para humanizar a los Orishas, con el objeto de enseñar que por mucho que se equivoquen (Oshe Fun), la sabiduría de Orunmila los llevará, vía el regaño y el ebboe, a convertir lo malo en lo bueno tras incurrir en el robo, los abusos, la mentira, el sexo, el asesinato, la traiciones, los placeres, la ambición y la venganza.

Tras pertenecer a diferentes cabildos descubrí que ese concepto obedece más al establecimiento de la esclavitud perfecta que a un llamado para reflexionar sobre una actitud y sus consecuencias. Ahí comienzan las dudas, pero más al escuchar chantajes como te voy a multar, Ochosi está enojado contigo, Oshun te va a tumbar tu negocio, tienes que darle un chivo a Yemaya, Shangó está esperando un carnero, Oggun te pide 3 perros, tienes que sacrificarle un cerdo a Olokun en medio del mar, pero uno de los que vayan contigo morirá o el clásico chantaje: “si no lo haces, el Santo se va a poner bravo contigo”.


Por si esas patrañas no fueran suficientes, los religiosos cubanos afirman que Shangó y Oshun fueron personas que se convirtieron en Orishas (¡?): si en el mejor sentido de la evolución espiritual un ser humano puede llegar a sabio (Odi Ojuani), cómo un mortal se convierte en un Dios para hacer a su antojo?

Así, algunas de estas las situaciones (y otras más), pueden generar justificadas dudas como por qué esta religión la hacen las personas y no las deidades? puedo creer en una práctica religiosa condicionada por las pasiones humanas? dónde quedan los dioses? por qué me va tan mal? en dónde me vine a meter? 

Algunas razones para abandonar la religión. Los motivos por los que surgen conflictos existenciales y de conciencia, al momento de practicar la religión, son muchos y están contemplados dentro de la liturgia de Ifa, destacando aquellos en que la persona:

a) no tenía camino religioso: esto es común ya que muchos se inician por curiosidad, ambición o ignorancia…
b) fue timada por religiosos que le vendieron la idea de que la religiónle protegería de enemigos, daría salud, entregaría éxito y riqueza…
c) piensa que la religión proporciona impunidad e inmortalidad y la realidad es que debe vivir su destino (bueno o malo)…
d) está con los Orishas porque da popularidad, renombre e infunden temor, aunque en algún momento viven todo lo contrario…
e) no está de acuerdo con el sacrificio de animales, sufre presiones familiares o rechazo social…
f) va descubriendo con la actitud de sus padrinos que lo que pregonan no es lo que practican…
g) se jactan de pertenecer a un grupúsculo al que ingresó sólo porque tenía dinero para pagar la iniciación y la realidad resulta ser otra…
h) descubre que sus itás o registros fueron manipulados, ya sea tendenciosamente o por vulgar ignorancia…
i) ve su vida inmersa en una interminable serie de calamidades, pobreza, enfermedades, infamias y problemas…
j) descubre que la sabiduría y la justicia no siempre son una virtud de los Orishas…
k) ha gastado muchísimo dinero en obras sin que su vida consiga estabilidad…  
l) se da cuenta que sus iniciaciones están mal hechas o no existen…
m) ha sido objeto de vejaciones (incluyendo las de carácter sexual), por parte de sus padrinos…

Es de destacarse dos aspectos sobre este tema: el primero tiene que ver con los ciclos que tiene la vida de toda persona, basados en altas y bajas que nunca son permanentes, salvo que se violen las leyes universales, esto es, que las “malas rachas” tienen fecha de caducidad, razón por la cual un problemano debe ser pretexto para iniciarse en la religión; el segundo, como ya se ha mencionado en otros textos, se refiere a la obligación de cualquier religioso de destrabar un problema con un ebboe, sin ofrecer costosas iniciaciones con el pretexto de que sólo “el Santo” puede salvar.

Qué sucede cuando las religiones de origen africano NO satisfacen las necesidades inmediatas? si los religiosos no ofrecen respuestas? si los Orishas en lugar de solucionar permiten a los padrinos poner obstáculos?... o en el extremo: por qué tras innumerables iniciaciones, realización de obras y la entrega de dinero a los tutores (Oshe Otrupon y Oyekun Meyi), la vida sigue igual de miserable, o lo peor, está hundida en problemas mientras los que deberían remediar exhiben la opulencia y los lujos? (Iroso Juani).

Si ya no se cree, y en consecuencia, crece la inquietud de dejar de practicar la religión (Odi Iroso), ¿ello se puede hacer sin padecer consecuencias ni provocar la ira de los Orishas?... SÍ es posible porque las deidades Yoruba NO son personas, no padecen de la mezquindad humana que les haría egoístas, vengativos, rencorosos y ególatras que les achacan los cuentosde Lydia Cabrera ni los Patakíes cubanos.


Y he aquí el secreto que los padrinos NO comparten a sus ahijados, lo que hace a estas deidades superiores a nosotros y cuya esencia responde a cualquier duda sobre su origen: los Orishas son energía, no son Dioses en un trono deshaciendo con el destino de las personas (como hacían los dioses griegos en el film “Furia de titanes”).

Conocí a un Babalowo que me dijo “creas o no creas en los Orishas ellos intervienen en tu vida”… pero nunca me pudo responder a la pregunta: “si eso es cierto, por qué a los agnósticos, aquellos que NO creen en nadie ni reciben iniciaciones, la vida les es más sencilla que quienes sí creen y dan su existencia por defender una creencia religiosa?”.

No es malo dejar de creer en la Santería: forma parte de la evolución y la búsqueda espiritual, y es mentira (Ika Bemi), que salirse de ella traerá consecuencias (otra gran falsedad de Santeros y Babalowos que desconocen la mecánica religiosa Yoruba, pues el oddu Odi Iroso lo contempla a la perfección: “La persona después de hacer Santo lo abandona”), pero tal como se entró a través de iniciaciones, es de sencillo dejarla?... SÍ, si se hace correctamente.

Cómo dejar la Santería? Cuál es la desventaja de dejar de pertenecer a un club? dejar de recibir noticias sobre algo que nos interesaba… y eso es malo? no, vivíamos más o menos igual antes (con los mismos problemas, o quizá hasta menos), sin enterarnos de lo que sucedía alrededor de un tema… abandonar la religión Yoruba es parecido, quedando a expensas de su sentido común, se obtiene un regreso cuasi normal a la vida cotidiana y se vive el destino tal cual corresponde.

Conozco personas que temen dejar la Santería por temor a desatar la furia de los Orishas, pero acaso la venganza (Irete Sukankola) no es una actitud mezquina exclusivamente humana?... aún más: si abordamos con seriedad el estudio de la Osha, reiteraríamos que las deidades Yoruba son energías y por ello insisto: si los vemos como dioses debemos entender que están por encima de las reacciones mundanas.

Toda creencia o práctica religiosa merece respeto… si por alguna razón se deja de creer, profesar o no se siente satisfecho, aquel que decida alejarse debe hacerlo correctamente para no dejar ciclos abiertos (Iroso Osa), pero primero se estará seguro de que no se desea saber nada más de la Santería (Ogunda Osa)… si se va abandonarla eso obligatorio (Ogunda otura) desprenderse de sus atributos con el mismo respeto que los recibió, de ahí que lo recomendable es:

a) no den de comer sangre a los Orishas antes de darles camino…
b) a collares, pulseras, manillas y demás se dejarán en un río o en el mar…
c) a los secretos de las soperas se les dará camino en los lugares donde se concentre la energía de la naturaleza que representan (en un bosque, el mar, un río, dependiendo el origen del Orisha), se agradecerá todo lo recibido (bueno o malo) y no se transitará nunca más por ahí…
d) si no desea hacerlo de esa manera, se sugiere que se dejen en un río o en el mar y las soperas en un bosque sin que estas se rompan…
e) no se debe dejar las vasijas y su contenido en el mismo lugar…
f) los caracoles (el dilogún), de igual manera se llevan al río o al mar…
g) los atributos de muerto (teja, bastón, resguardos, etc.), se llevarán al camposanto…
h) el Idefá evítese romperlo para sacarlo, y si no hay remedio hacerlo sin que se pierda alguna cuenta: se deberá enterrar en un bosque…
i) la libreta del itá deberá dejarse en un cruce de cuatro caminos (que no quede a la vista), en un lugar apartado y en el campo…
j) tratándose de ropa es aconsejable llevarla al bosque y la entierren directamente (sin meterlas en bolsas ni cajas)…

Específicamente, tratándose de Elegguá (se deberá dejar en un bosque), Oggún (cerca de las vías del ferrocarril), Orunla (en un bosque), Obbatalá (en un bosque cerrado), Oshún (directamente en un rio o cerca de él), Shangó (en un bosque tropical, al pie de una palmera), Yemayá (directamente en el mar), Obba (directamente en un lago o una laguna), Oshosi (en un monte), Olokun (directamente en el mar), Eshu (como atributo, un otá, en un bosque), Orisha oko (cerca de una zona de cultivo agrícola), Ibeyis (en un bosque de palmeras), Oke (en un bosque), Aggayú Solá (al pie de una montaña o cerca de un volcán), Babalú Ayé (cerca de una zona de cultivo agrícola), Osun (en un bosque), Oyá (en la puerta de un cementerio o sus alrededores) y atributos de Eggun (en un cementerio).

Otra opción es darle coco a cada Orisha (Baba Eyiogbe) y preguntarle a dónde desea que se les lleve, más esto se recomienda sólo para personas que sepan interpretar el oráculo del Obi, evitando preguntas innecesarias ni malinterpretando los diagramas que se dibujen en el suelo: no se debe aceptar la realización de alguna obra religiosa.

Finalmente debe quedar claro que una vez que se le haya desprendido de los atributos, bajo ninguna circunstancia se tratará de recuperarlos ni se acudirá a un religioso de Osha o Ifa para solucionar los problemas cotidianos: existen otras prácticas esotéricas que ofrecen soluciones.


Si bien éstas son recomendaciones en general, puede que al religioso le nazca realizar algo más, pero en este caso debe ser aquello que no implique reactivar o dejar compromisos pendientes: es normal que al momento de cerrar este capítulo de su vida surja alguna duda o sentimiento encontrado, más no deberá convertirse en motivo de arrepentimiento si se está seguro de lo que se busca en la vida.

Es de cada quien consultar el tema con su padrino, más si lo hacen no le entreguen sus atributos (Odi Fumbo), pues podrían darles mal uso: si van abandonar la religión deben tener claro que es decisión propia y no necesitan la opinión de nadie para hacerlo, más si se está inseguro del tema, deberá lavar sus atributos con omiero y sin darles atención ponerlos en un lugar tranquilo de la casa, taparlos con un lienzo blanco nuevo y dejarlos ahí hasta que tenga claro cuál será el siguiente paso.

Después de dejar la Santería. Un tema que seguramente ha estado rondando la cabeza de los lectores es qué sucede con las iniciaciones recibidas?

La primera parte de la respuesta está en el detalle de lo señalado en el inciso 8, en donde al poner a los Orishas en estado de reposo su energía se reduce al máximo por la falta de sacrificios, ofrendas y peticiones  (Iwory Meyi)… si ya se dijo que las deidades Yoruba son energía, se debe complementar el concepto de que son la energía vital del propio religioso, por ello al hacer una solicitud a un Orisha lo que se hace es visualizar la petición, misma que se comparte a la “deidad”, la cual al retroalimentarse con la fe y el ebboe, es probable que la haga realidad.

Y qué sucede cuando una persona deja de interactuar con sus atributos? los pone en el referido estado de inmovilidad y entendiendo lo ya señalado es que podemos explicar qué sucede con las iniciaciones: permanecen en el cuerpo físico y astral del religioso, sí, pero veamos…

La entrega de la Mano de Orunla y Coronación de Santo son ceremonias que alinean la espiritualidad con energías universales, en específico, con las que emana su Orisha tutelar… esa ordenación cambia el astral de manera que no vuelve a ser el mismo (Eji Elemere), más si el religioso decide abandonar la religión y cortar todo vínculo con sus atributos, la alineación astral y la energía que residen en la lerí se reducen hasta quedar inactivas, permitiendo que la persona lleve una vida normal (siempre y cuando se desvincule de la religión: dejando de asistir a tambores y casas religiosas, sin participar en iniciaciones o en ebboses).

Debe quedar claro que la conciencia y evolución espiritual alcanzados con las iniciaciones, el estudio de la religión y el trabajo religioso practicado formarán parte del criterio para entender la vida, o lo que es lo mismo, la sabiduría obtenida tras su paso por la religión de los Orishas será parte del quehacer cotidiano.

Una última observación: una iniciación religiosa (cualquiera que modifique la espiritualidad), aunque se aleje de su práctica, seguirá siendo parte del astral aún después de haber fallecido. Ello redunda en situaciones que se pueden determinar en la Consulta espiritual, pues si bien se pueden mantener reencarnaciones (Oyekun Kana) continuas en donde la persona realice iniciaciones en la Santería o Ifa, también es factible que sólo sienta inquietud por ellas o que opte por sacerdocios como el católico, el islam, el budismo, elija consagrar su vida en un convento o prefiera mantener disciplinas como el yoga en su vida cotidiana: con cualquier nombre, pero existen opciones para elevar la vibración espiritual.

6 de julio de 2017

Cinco esquinas

Hablar de la vida de Mario Vargas Llosas ya es redundante, así que sólo destacaré que nació en Perú, se nacionalizó español, escribió un puñado de libros clásicos, recibió el Premio Nobel de Literatura en 2010, se declara liberal y es crítico de los gobiernos latinoamericanos de izquierda.

Con una carrera literaria llena de altibajos se da a conocer con su primer libro, “La ciudad y los perros” (su máxima obra) y a partir de ella sólo manifiesta destellos de creatividad con “La guerra del fin del mundo”, “La fiesta del chivo” y “Conversación en La Catedral”, de ahí que algunos críticos le acusen de “vivir cómodamente de glorias pasadas”.

No es la primera vez que Llosa sitúa una historia en un Perú azotado por la violencia guerrillera y durante el reinado del polémico Alberto Fujimori y el tétrico Vladimiro Montesinos, más vez lo hace de la manera errática y convierte a “Cinco esquinas”, su nuevo libro, en un débil retrato de la mezquindad humana, y de paso en una parodia de su calidad literaria.

La trama gira alrededor de un millonario chantajeado por el director de una revista amarillista (posee imágenes de índole sexual que lo comprometen), mientras su cónyuge mantiene un romance con la esposa de su mejor amigo. Todo se complica cuando el protagonista se niega a la estafa, el periodista es asesinado y se descubre que quien manipula el escarnio social (a través de la prensa) es la siniestra mano de Montesinos.


Lo primero que llama la atención de la novela fue que se publicitó como un thriller erótico, cuando la relación lésbica entre dos amigas es una de las tantas subtramas a las que nos tiene acostumbrado el autor, pero que en este caso no pasa de ser un erotismo light (sic). Haciendo de lado el engaño, está escrita a manera de best-seller, sus protagonistas son débiles y ninguno queda en la memoria (salvo la detestable “Retaquita” inspirada en Laura Bozzo), los diálogos son superficiales, el desarrollo de la trama bastante lineal y sin vueltas de tuerca que no consiguen acercarla ni siquiera al pasquín policiaco.

Lo peor es que alcanza grados irritantes como el que Vargas repita su técnica de diálogos superpuestos (usado con mejor suerte en otras obras), como preámbulo al desenlace (poco creíble), que lo único que provoca en el lector es desesperación, así como el exagerado uso de hipocorísticos que terminan por vulgarizar a los personajes.

Mario no solventa el tono de burla que pretende generar cuando confronta a dos clases sociales, ricos y pobres, en las que los primeros sales bien librados (al grado de perdonarles sus excesos), mientras que los segundos se convierten en los malos (no sólo por ser pobres, sino por “feos”).

Como ya es conocido Mario Vargas Llosa se ha divorciado de su esposa a consecuencia del romance que mantiene con Isabel Preysler (una socialite de mala reputación), de ahí que “Cinco esquinas” se asemeje más a una venganza contra la prensa del espectáculo que a un ejercicio literario.

Así, “Cinco esquinas” no es un libro malo, pero viniendo de un Premio Nobel de Literatura deja mucho que desear. 

Mario Vargas Llosa, Cinco esquinas, 314 páginas, Editorial Alfaguara, 2016