19 de octubre de 2017

El don de Mai Jia

Uno de los obstáculos de la literatura china para penetrar en occidente es su particular forma de ver la vida y su equilibrio, de ahí que escritore(a)s como Yan Lianke, Amy Tan, Qiu Xiaolong (ya reseñado aquí), Lao Ma, Mo Yan (Nobel de Literatura 2012), Liu Zhenyun, Liu Cixin y Xiao Hong sean de los pocos nombres que se recuerden en las letras contemporáneas.

A tan exclusiva lista se debe agregar a Mai Jia: nacido en 1964, ex militar cuyo paso por el ejército le permitió estudiar radio comunicaciones y escritura creativa. Su primera novela, “El don”, trata sobre criptografía y espionaje, ganó ocho premios y vendió 15 millones de ejemplares en su país. Sus siguientes libros han sido adaptados a la televisión y el cine.

“El don” cuenta la vida de Rong Jinzhen, un niño bastardo, solitario, cuasi-autista, extraordinario intérprete de sueños, analítico, educado por un extranjero y cuya formación académica se ve truncada al ser alistado por el departamento de criptografía del servicio secreto chino.

Mai Jia tardó 11 años en escribirla y afirma que “la experiencia de haber trabajado en el ejército, me inspiró a escribir esta novela. Sin embargo, la historia en sí es pura ficción; no he contado mi propia experiencia por tratarse de una entidad vinculada al servicio de inteligencia”.

Sobre el éxito señala: “en China he recibido  críticas, tanto a favor como en contra. A favor, porque creen que he inventado un nuevo tipo de novela China. En contra porque hay mucha gente que cuestiona y el énfasis que he puesto en contar una buena historia”… ante la duda de si es una novela negra o thriller, afirma que es: “literatura pura y seria”. 


El libro es también una crítica al gobierno:“ese sistema de control férreo, consigue alienar y empujar a la locura, en este caso, a los genios que trabajan en esa unidad. Pero no creo estar criticando sólo al sistema chino. Se trata, más bien, de una sensación de asfixia que, entiendo, es planetaria. Todos los hombres nos encontramos secuestrados o enajenados por un sistema”.

Del autismo del protagonista advierte: “el genio tiene en sí algo muy fuerte, pero también muy frágil, por eso el autismo, la soledad… esa combinación es una trampa que tiende el narrador al protagonista. Una bomba de relojería que, tarde o temprano va a estallar, dándole al genio un desenlace trágico”. 

Así, en “El Don” somos testigos de cómo la genialidad del protagonista Rong Jinzhen está siempre a un paso de la locura y cómo su precaria estabilidad se desmorona con la pérdida de una libreta en la que anotaba sus reflexiones sobre un código llamado “Negro”, considerado imposible de descifrar (para los interesados en el tema de la criptografía recomiendo leer la trilogía “Criptonomicón” de Neal Stephenson). 

“El Don” es un excelente libro por la sutileza con la que describe la naturaleza humana a través del protagonista y su don para abstraer la realidad, los personajes secundarios bien delineados y por ser altamente propositivo a nivel narrativo al arriesgarse a tener varios narradores para contar la vida de Rong Jinzhen.

Asimismo, la novela es un dejado de sabiduría en la que a través de sus distintos personajes queda en el lector la moraleja y la filosofía de esa particular forma de ver la vida que tiene China, situación manejada con maestría por Mai Jia al resaltar las consecuencias del choque cultural y de pensamiento que hay entre oriente y occidente.  


Mai Jia, El Don, 480 páginas, Editorial Destino, 2014 (primera edición en español)

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