26 de enero de 2018

Todos involucrados


“El traje del muerto” es un buen libro para los interesados en el tema de los desencarnados. Lo leí en 2007 y desde la primera página me atrapó, pero desde entonces ningún otro había logrado impresionarme al iniciarlo hasta que cayó en mis manos “Todos involucrados”.

Su autor, Ryan Gattis, nació en Illinois en 1978, se crio en Colorado, vivió en Londres, pero reside en Los Ángeles, es fundador de “1888”, una organización dedicada a la literatura en California e integrante del colectivo de artistas urbanos UGLAR. Ha publicado seis libros, el más reciente “Safe”, sin versión en español a la vista.

El éxito le llega con “Todos involucrados”, traducido a 10 idiomas y con sus derechos adquiridos por HBO. La trama gira alrededor de una pandilla latina y cómo aprovecharon para robar y asesinar durante el caos que generó en Los Ángeles, en mayo de 1992, la absolución de los policías que golpearon a Rodney King.

Gattis afirma que es solo una novela, aunque está basada en pláticas con comerciantes, pandilleros, grafiteros, paramilitares, enfermeras, bomberos y policías que presenciaron el motín, estilo que lo acerca al Nuevo Periodismo iniciado por Talese, Wolfe, Mailer y Capote.

El libro es propositivo y ambicioso no sólo por la trama, sino por la estructura (seis capítulos, uno por cada día de protestas), el vertiginoso ritmo narrativo, la detallada personalidad de los protagonistas y por los amplios recursos literarios del autor.

“Todos involucrados” inicia con el asesinato de Ernesto, empleado de un restaurant y hermano de los pandilleros Payasa (una sicario lesbiana), Gran Destino (jefe de la pandilla) y Mosco (psicópata dispuesto a matar con cualquier pretexto). A partir de ahí se genera una venganza durante seis desquiciantes jornadas llenas de violencia, mentira, robo, droga, destrucción, racismo, traición y muerte.

Sobre la zona y la época en que se desarrolla la trama, Gattis señala: “South Central era un lugar muy balcanizado, con gente de muchos lugares que no se comunicaban entre sí. Hoy es diferente porque hay más comunicación entre ellos, pero los problemas no han cambiado”.

Si bien el racismo en EU es latente, explica por qué en lugar de abordarlo a través de negros lo hizo con latinos: “es parte de la realidad de aquel momento y nunca se cuenta desde esa perspectiva. Por ejemplo, ni siquiera se dice que uno de los tres policías absueltos en el caso de Rodney King era latino”. 

Con respecto al proceso creativo señala: “Cuando me mudé a Los Ángeles trabajaba de profesor mientras trataba de escribir un libro. Entré en contacto con Uglar Collective y comencé ir con ellos a todas partes. Estar en la calle fue muy importante para entender el contexto en el que viven muchas comunidades del sur de Los Ángeles, para escuchar su lenguaje, su ritmo... así conocí a algunos pandilleros”.

Por qué las bandas le confiaron las historias que inspiraron su libro? dice: “porque les dejé muy claro que me interesaba contar cómo es vivir aquí de verdad y mi intención de no demonizarlos. En realidad son supervivientes y sin duda hicieron cosas horribles pero yo como escritor no debo juzgarles (…) yo sólo quería presentar la violencia tal y cómo me la contaban quienes la ejercieron y la sufrieron”.

Si bien los personajes no logran justificar su actitud, no estamos ante un mero catálogo de mezquindades: el libro aborda también la ilusión, la esperanza y la solidaridad que se manifiesta, por ejemplo, en la huida del grafitero Freer rumbo a Arizona para no ser reclutado en la banda de Gran Destino… con Gloria, una enfermera rodeada de caos y violencia que no le hacen perder el anhelo de encontrar el amor… o de Mikey Rivera, quien estudia administración para ayudar a su padre en sus negocios mientras evita meterse en problemas con las pandillas.

Una gran novela cercana a la perfección (que seguramente la convertirá en un clásico en el género negro), a la que hay que agregar su excelente traducción y cuidada edición.

Ryan Gattis, Todos involucrados, 496 Páginas, editorial Planeta, 2016

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