En
1982 ejecutaron en Buenos Aires a cuatro taxistas. Los asesinatos fueron
iguales: disparo en la sien derecha con pistola calibre 22, taxis dejados en
esquinas con las luces encendidas, conductores recargados sobre el volante y
robo de sus identificaciones. Luego de un mes, el asesino Ricardo Luis Melogno,
de 20 años de edad, fue delatado por su hermano, enjuiciado, condenado a cadena
perpetua y preso en diferentes cárceles e instituciones psiquiátricas.
El escritor Carlos Busqued rescata el caso tras 30
años y escribe Magnetizado, texto inclasificable que puede leerse como un
tratado de Psiquiatría, un anecdotario de Espiritismo, Santería y Demonología o
un testimonio en el que el asesino narra las muertes, pero no confiesa el móvil.
Carlos Busqued nació en
Chaco, Buenos Aires, en 1970. Ha sido productor de radio y articulista, da clases
de matemáticas, trabaja en una editorial, es escritor, quedó como finalista del
Premio Herralde con su primera y excelente novela “Bajo este sol tremendo” y pasaron
9 años para que publicara su segundo libro: “Magnetizado”.
A diferencia de casos abordados
por policías, oportunistas, periodistas o psicólogos, la historia detrás de “Magnetizado”
está contada por el propio asesino de manera natural y sin jactancia. El autor tampoco
emite juicios: lo que tenemos es un libro plagado vivencias para que el lector saque
su propia conclusión.
Cuenta Busqued que
entrevistó y grabó durante dos años al asesino, acumuló más de 500 cuartillas
con el testimonio transcrito y no manipuló contenido salvo para darle un orden
cronológico.
Así, nos enteramos que
el contacto de Melogno con el Espiritismo fue antes de nacer, luego se inicia en
la Santería para vencer la maldad de su madre y al final ejerce la Demonología para
darle paz a su alma, por ello destaca
que la publicidad en las entrevistas con el autor y las reseñas, nunca se haga mención
de la presencia de esas prácticas, por lo que resultó una sorpresa que formen
parte fundamental de la narración del protagonista.
Menciona que desde su
embarazo su madre practicó el espiritismo, que los Espiritistas con los que convivía
le temían por su energía oscura, que ella
lo obligaba a beber el agua usada en esas sesiones pues había sido magnetizada por
desencarnados, que siempre ha sentido presencias
a su alrededor y que fracasó en cuatro intentos de suicidio.
Señala que su madre era
una psicópata que lo golpeaba desde pequeño, más dada la fama que tenía en el medio
espiritista de Buenos Aires, él tuvo que ir a Brasil para ser iniciado en la Santería
y contar con la “energía” necesaria para enfrentarla y librarse de sus palizas.
Hay más: dice que la
construcción del primer altar para los asesinados fue para rendirles “culto” y
evitar su venganza. Ya recluido construyó otro, hizo cuatro figuras con migajón,
les dio de su sangre y su celda se convirtió en objeto de culto entre reclusos ya
que las almas de sus víctimas solucionaban todo. Sobre su actual fe al Demonio,
la anécdota de que el Papa Francisco le regaló la copa con la que oficia sus ceremonias
en prisión, sabiendo para qué la usaría, es simplemente grotesca.
Más allá de lo que
cuente el propio asesino, el autor lo cuestiona sobre el origen de las extrañas
(pero efectivas) ceremonias que hace, a lo que Melogno le contesta no saber de dónde
proviene el conocimiento y afirma que siempre ha estado dentro de él, que de toda
la vida lo sabe.
Me reservo mi teoría
sobre el motivo de los crímenes y mejor recomiendo este el libro que quizá
parezca perturbador, pero conforme se avanza en la lectura Busqued lo convierte
en un lúcido testimonio de cómo la violencia familiar, una infancia complicada,
la soledad, un pésimo sistema sanitario argentino, el desinterés social por la
salud mental, la torcida aplicación de la ley, la presencia del Demnoio y la
práctica indiscriminada del Espiritismo y la Santería, son las verdaderas
responsables de “las voces” que dice Ricardo le ordenaron
a quién y dónde matar.
Carlos Busqued, Magnetizado, 152 páginas, Editorial Anagrama, 2018