1.Una de
las expectativas de no creer en la leyenda urbana de que la Osha o Ifa “son la
mejor religión del mundo”, es que al expandir la búsqueda de la evolución espiritual
hacia otros terrenos se conocen personas cuyos dones asombran: es una excelente
oportunidad para saber qué sucede con la espiritualidad en los tiempos que
corren. En ese
ir y venir también se descubre que ilés, templos, casas religiosas y centros
espirituales viven una crisis por peleas internas, la migración de sus fieles de
un sitio a otro, enemistad entre guías y entre ahijados y padrinos, y/o la muerte
de sus líderes, lo que permite inducir que los guías están condenados a
desaparecer, a largo plazo, pero lo harán. Las
razones son obvias: robo, falsas promesas, consultas manipuladas, venganza, envidia,
ambición desmedida, chantaje emocional, soberbia, abuso sexual, engaño, falsas iniciaciones,
guerras y otras mezquindades alrededor del mesianismo con el que se asumen como
“elegidos” y la única solución a los
problemas de la vida. Lo grave de ello es que la idealización y devoción
que un creyente tiene por su gurú le lleva
a entregarle la llave para regalarle su
espiritualidad. Son
muchos compromisos que se adquieren cuando se confirma que en su actual
reencarnación una persona debe ejercer un don, recibir una iniciación o ser guía
espiritual, aunque ello incluye tentaciones como la de sentirse un dios, mas la
realidad es diferente y las consecuencias para guías y creyentes
indistintamente alcanzan a ambos. 2.En días
pasados conversaba con un Chamán sobre sus problemas de salud y vejez, confiándome
su intención “retirarse”, aunque sabe que es casi imposible y deberá seguir su
labor hasta que su cuerpo se lo permita. Le pregunté si estaban iniciando a
jóvenes para continuar con su misión, respondió con un rotundo “no” y avisó: “se vienen cambios importantes para la raza
humana y el planeta”. Como no siempre responde mis dudas desistí, pero
ratificó mi opinión sobre la extinción de los guías: ellos saben que la
evolución espiritual debe ser individual y por eso dejarán de ser necesarios. La
historia demuestra que un guía es, en la soledad de su recámara, un ser humano
que come, duerme, caga e idea cómo joder al prójimo. Ejemplos: Aum Shinrikyo,
David Koresh, Juan Pablo ll, Osho, James W. Jones y Sai Baba, quienes olvidando
su misión utilizaron sus templos para dar rienda suelta a su mezquindad. Ifa
también tiene lo suyo, con elegidos como Max Ifasegun Awo Aseda, Zuglin Claret,
Frank Cabrera, Águila de Ifa y Taiwo Abimbola, los cual han hecho un mierdero
con la religión de los Orishas. ¿Elegidos? veamos cómo estos líderes se definen
a sí mismos: Debido a mi deseo personal y la pasión por
Dios, cuando yo crecí, me di cuenta de que no sólo era el Mesías que fue
predicho por los profetas antiguos, sino que también estaba en un proceso
diseñado por Dios que todos los seres humanos podrían seguir, si así lo desean (Alan John Miller,
líder de Verdad Divina). Este soy yo el Santoral Yoruba, repicar de
los tambores africanos que hacen vibrar los corazones de quien en mí sigue el
eco melódico de dioses y Orishas. Soy el bastón del que en mi se apoya en fe el
Santoral Yoruba
(Misael Ochun, El mago de los caracoles, Palero y Santero). Un verdadero gurú es un maestro divinamente
iluminado que ha superado toda limitación y realizado su identidad con el
Espíritu omnipresente. Tal maestro está singularmente capacitado para guiar a
otros en su viaje interior hacia la perfección (Paramahansa
Yogananda, Yogui y Gurú hinduista). Yo, el Maestro de los Misterios egipcios, soy
el Gran avatar de acuario, el iniciador de la nueva era, el maestro de la
Fuerza, el Venerable maestro de los misterios mayores (Samael Aun Weor,
fundador del Neognosticismo). Cuando una persona nos busca a los Babalowos
es porque Dios no puede o no quiere solucionarle su problema, entonces nosotros
nos encargamos de arreglar lo que él no hace: estamos puestos para componer eso
y más… todo
(José, Babalowo, Awo Ojuani shobe). Mi misión es preparar a los elegidos, a los
sobrevivientes de la inevitable hecatombe nuclear que culminará en el fin de
este mundo caótico, para la formación de una nueva sociedad terrena que buscará
llevar a cabo la voluntad del Creador (Inri Cristo, vidente y fundador de la
Suprema Orden Universal de la Santísima Trinidad). 3. Un
recorrido por la historia religiosa y/o espiritual reciente de este país, ofrece
pruebas de que padrinos, guías, maestros y gurús han fracasado en su misión al
basar sus estructuras de poder en la institucionalización de las creencias a
través de templos, casas religiosas y centros espirituales, pues lo único que
consiguen es generar un culto alrededor del ego y el saqueo de su pueblo (sus fieles), en lugar de ofrecer
solución a los problemas del alma o conflictos terrenales. Es
común señalar que el empoderamiento del
yo impide reconocer su identidad individual y bloquea su evolución,
entonces ¿qué opción se tiene en un mundo en el que sólo importa la vanidad, el
dinero y las comodidades para dejarlos de lado y continuar con la evolución
espiritual, sin caer en los placeres mundanos ni reproducir la lujosa vida de
los gurús convertidos en un suicida ejemplo a seguir? Sobre
el tema comenté a un Babalowo que el oddu Ogbe wale señala que el Santero
siempre encontrará obstáculos con sus mayores, por eso debe confiar en las
habilidades y guías, estudiar y prepararse, pues no es lo mismo recibir un
atributo a ciegas que saber qué le entregarán: me dio la razón. Dicho en otras
palabras: la búsqueda de la evolución debe ser individual y sin ataduras, ya
que de lo contrario hay el riesgo de perder la identidad espiritual y ser un
botín de charlatanes. Recién mi
esposa y yo participamos en una iniciación. El ambiente desde el primer día era
denso, pero no atiné al motivo hasta que en una habitación de la casa descubrí
a tres desencarnados (un niño, una mujer y un violento hombre). El segundo día
conversé con el guía y me confirmó su existencia, más dijo que no pensaba hacer
nada con ellos. El resto de la semana su presencia era evidente aunque la única
agresión contra mí fue tratando de azotarme en la cara la puerta de uno de los
baños: algo me distrajo, me detuve y
ello evitó el golpe. Al
concluir tuvimos una breve conversación entre el guía, una joven que fungía
como su asistente, mi esposa y yo. - la actitud
del desencarnado afectó las iniciaciones – reconoció…- ¿y
eso? – lo cuestioné…- me he
sentido “incómodo” con esos fantasmas…- ¿los
vas a sacar? – pregunté con intención de ofrecerle una patipemba para
deshacerse de ellos.- no –
soltó arrogante – yo no trato con seres de bajo astral: mi grado espiritual no
me permite mirar abajo ni hacia atrás… Días
después, en una plática telefónica con su asistente, me confío que el guía
reconoció que estuvo a punto de abandonar la iniciación por el violento desencarnado,
pero que no pidió ayuda porque “él era la máxima autoridad en esa ceremonia” y
se vería mal. No se
debemos aceptar una conciencia espiritual inducida por un guía, pues lo que
“veamos” en él obedece a su búsqueda
individual (que nunca coincidirá con la nuestra), poniéndonos en riesgo de estar
ante un embaucador que presume tener la verdad en sus manos, cuando desde niños
sabemos que la verdad absoluta no existe. La
búsqueda del perfeccionamiento forma parte de la espiritualidad y en ella se
incluyen su individualidad y las razones para transitar el camino que nos lleve
a ella, aunque el problema es que tratamos de localizarla en templos y guías,
cuando está anidada en nuestro ser. Por
desgracia el ser humano cree necesitar un guía (como proponía Platón con las
razas de Oro, Plata y Bronce en su obra
República), sin darse cuenta que
puede tomar decisiones por sí mismo que lo lleven a la práctica de otras creencias
ajenas a sus necesidades. 4.El Espiritualismo Trinitario Mariano en méxico,
por ejemplo, tiene su auge a partir del año 1810 con Roque Rojas y luego en
1915 con Damiana Oviedo, destacando el Templo del Medio Día, fundamental para su
desarrollo. Uno de sus pilares fue Manuela Domínguez, su Guía y cuya labor permitió
también la consolidación del Templo de La Fe. El Templo del Medio Día se caracteriza no
sólo por la fuerza y destreza de sus Espiritualistas, sino porque sus servicios
son gratuitos. El santuario forma parte de una red con otros templos de todo el
país que destacan porque sus guías (llamados “El Sello”), cumplen su misión
largamente pues son sustituidos hasta que fallecen. El último caso sucedió recientemente cuando “El
Sello” del Templo falleció tras décadas de dirigirlo atinadamente. El nuevo
“Sello” es una mujer que por desconocidas razones no asumió la dirección total,
compartiendo responsabilidades a una reconocida Espiritualista. La falta de liderazgo y experiencia propició
el surgimiento de intrigas y grupúsculos entre los canalizadores que perjudicaron
el trabajo espiritual, lo que la obligó a endurecer la disciplina y tomar
decisiones drásticas que incluyó expulsar a los “Espiritualistas rijosos”. Actualmente el orden ha regresado a ese Templo,
más el daño está hecho y pese a su gratuidad, la asistencia de pacientes a
consultas espirituales (sobre todo a sus ya legendarias Cátedras), ha
disminuido en un 80%. Independiente de las razones por las que la
gente se alejó, destaca la decisión de ya no acudir buscando la guía de los
Espiritualistas, más esto no debe crear expectativa, pues los fieles se han
disgregado hacia el “Templo Raudal de la luz” y el “Templo Luz, caridad y paz”,
también Trinitarios, dejando clara su necesidad de seguir contando con un guía. Así, vale la pena cuestionarse: ¿por qué la
gente tiene capacidad de dejar un templo para buscar otro, pero no cree en sí
misma? Tarde que temprano será irremediable, ya sea por la muerte de sus guías,
por la desilusión o por los conflictos internos en que templos: no quedará otra
opción más que reconocer que la evolución comienza en nosotros. Si bien
esto ejemplifica la pudrición de la espiritualidad en méxico, aceptado por
guías y creyentes, también encierra una contradicción: releyendo al filósofo
rumano Émil Cioran recordé uno de sus postulados en el que señala que la
religión busca convencernos de que “Dios
ha explotado todos nuestros complejos de inferioridad, comenzando por nuestra
incapacidad de creer en nuestra propia divinidad”.