1. Desde hace años vengo compartiendo
las advertencias que chamanes,
babalowos, psíquicos, rabinos, espiritualistas, sanadores, espiritistas,
tarotistas, santeros, curanderos, brujos, paleros, angelólogos y
demás hacen para el planeta en general, y a mexiquito en particular, las cuales
ni siquiera se convierten en tema de cantina y pasan de manera directa a la
negación de su existencia. Ante ello es conveniente
aclarar que cada quien puede creer en lo que quiera y en la versión que más le
acomode, como por ejemplo, si hablamos del texto https://basurerodealmas.blogspot.com/2023/05/la-malignidad-va-ganando-la-guerra.html?m=1, donde
se señala que la malignidad va ganando la guerra espiritual, todos tienen su
muy respetable opinión: *Los malosos que le joden la
vida al prójimo dirán que no es cierto, que no solo la malignidad no va
ganando, sino que no hay tal guerra. *Los que padecen de los abusos
dirán que sí, la malignidad va ganando, pero que en algún momento su Dios
preferido vendrá (o enviará a su hijo) al planeta a impartir justicia y pondrá
orden para acabar con tanto sufrimiento. Sin embargo, en medio de esas dos
posiciones hay quienes, viviendo encerrados en su burbuja dorada (sin carencias
y explotando sus done$ espirituale$), afirman que no hay tal triunfo de la
malignidad, sino que es la “benignidad” la que gana y en breve todos viviremos
bajo sobredosis de felicidad, salud y abundancia (¿?). 2. A los maestros ascendidos y
guías que canalizan algunos chamanes, espiritualistas y curanderos les parece
“curiosa” la versión mexicana de los terrícolas, pues ven que sus advertencias
son como las llamadas para asistir a misa, a donde van quienes desean, y
quienes no, siguen en lo suyo: sin importarles el asunto, o si este es
complicado, se limitan a quejarse de lo inmediato. Si alguien no lo ha notado, lo
que está sucediendo desde hace unas semanas en méxiquito quizá los haga cambiar
de opinión: sí, hablamos del calor, las altas temperaturas que están azotando a
todo el país, junto con su más grave consecuencia, la sequía. Cada quién puede dar su
versión, incluyendo una explicación científica, sobre el tema, pero, va de
nuevo, desde hace tiempo, por lo menos dos veces al año, en este blog se viene
advirtiendo sobre sobre la inminente presencia de este fenómeno… y ha llegado
la hora de padecerlo. 3. Lo ideal sería que todos los
mexicanos (sí, es un deseo iluso) hubiesen estado en algún momento de su vida ante
un chamán, espiritualista y curandero al momento de canalizar, ya sea en una
consulta, durante una limpia o en una Cátedra (ya sé que ofrecí escribir textos
sobre esa práctica espiritual prohibida hasta por El Vaticano, pero prometo que
este año los publicaré), para que se dieran que el mundo espiritual existe y
que sus consejos no son palabras a ignorar. A la última Cátedra a la que
asistí fue en el templo de una amiga espiritualista, hace un par de semanas (me
pidió no publicar su nombre ni hacer referencia a su guía: la llamaré VO y
hasta ahí), una mujer a quien reconozco su sabiduría y sus dones para
solucionar cualquier problema, así como lo maravillosos que son los guías que
canaliza. En esa Cátedra VO montó a guía
X, de origen indígena, concretamente del sureste del país, y advirtió, ante
unas 120 personas que estábamos presentes, que ya se había advertido que padeceríamos
esta fuerte oleada de calor, con escasas lluvias, la cual, sin que lo
percibiéramos, provocaría significativos cambios para lo que sucederá en este
país y en todo el mundo a partir del mes de junio de este 2023 y hasta el año
2027. Vale la pena destacar que un
guía espiritual puede tener numerosos orígenes y que, en el caso de algunos,
especialmente, conocen a la perfección la naturaleza humana, conocen sus
pensamientos y sentimientos porque en su momento fueron personas, por lo que
sus advertencias no pueden ni deben ser desechadas. 4. En la Cátedra hubo advertencias
para los habitantes de este país, los cuales deberían ser compartidos por los
asistentes (“correr la voz”), más fueron amonestaciones las que llamaron mi
atención, hechas solamente a personas cuyo comportamiento, de acuerdo al guía (y
que no fue negado por los amonestados), no correspondía a lo que se espera de
ellos, como el caso de un famoso Santero del oriente de la ciudad, al cual se
le regañó duramente. He asistido durante muchos años
a numerosas Cátedras, he visto “bajar” todo tipo de guías, los cuales suelen
ser pacientes, e incluso, algunos llegan a ser amorosos, manifestándose por la
forma de hablar o por los regalos espirituales y bendiciones que entregan a
cada asistente, pero esta vez fue diferente: se entregaron bendiciones en general
y antes de abandonar el cuerpo de VO, el guía dijo una metáfora, como siempre
hacen cuando hablan cuando nos invitan a reflexionar: —El blanco y el negro son
perfectos en las manos del que sea su dueño, mis pequeños, pero el gris es un
remolino que no proporciona luz, no sirve de mucho, como el agua tibia, como millones
de espíritus apagados. Aquello desconcertó a muchos,
pero lo que agregó lo hizo aún más: —Hacer oración en algún rincón
de sus chozas tiene una consecuencia, mis pequeños, no hacerlo también produce
un efecto, pero en cualquiera de los dos casos, hacerla o no, es una decisión
que sale del corazón. Y remató, endureciendo la voz,
sin gritar, pero mostrando enfado, aunque sin que nadie entendiera el final de
su mensaje. —La vida para ustedes, mis pequeños,
nunca volverá a ser igual, pero por desgracia, no se cuestionarán que el origen
de su nueva realidad son sus corazones, y en consecuencia, no estarán
preparados para adaptarse a los cambios. 5. Terminada la Cátedra una mujer,
a quien yo no conocía, se plantó frente a mi, acompañada de una niña de unos
diez años. —El guía no tenía derecho a
hablarnos así: yo rezo todas las noches — se quejó, tras lo cual se fue
indignada. Una vez que el templo quedó
vacío, la Curandera me preguntó sobre el mensaje que había dejado su guía. —¿Cómo lo interpretas? —Ya sabes que para no meterme
en problemas ahora parafraseo a los sabios... —No entiendo. —Usaré a Carlos Muñoz Ferrada…
cuando en su última entrevista dijo: cada quien que se las arregle como pueda. —¿Tan terrible se ve? —El calor que estamos viviendo
será lo de menos… al tiempo. —Me queda claro que el mundo
espiritual está enojado y a los mexicanos no les importa… lo peor es que tú
sabes cosas y no las compartes — se quejó. —¿Para qué? —Harto no estás, sigues
recordándole a la gente en tu blog que se dejen de tonterías. —¿Por qué todo mundo piensa que
sé cosas? —Eres vidente — dijo. —¿Te vas a cagar sobre mi
paciencia? —Dime toda la interpretación de
lo que dijo mi guía. —Mierda — protesté pero tuve
que aceptar que su reclamo era justo — mira, tu guía fue claro, pero a tu pueblo no le interesa entender ni mierda…
sí, las cosas nunca serán como antes porque como dio a entender, cambió el eje
terrestre y la velocidad con la que gira la tierra a partir de los últimos
terremotos que tuvo el planeta. —No entiendo — se quejó. —Bien que lo comprendes, y es
que al moverse el eje terrestre todo el clima en el planeta cambió, ya no
estamos en la misma posición del meridiano… ve el caso de México: sí, debía
padecer calor en esta época del año, pero equilibrado con lluvias, y ve,
estamos bajo un calor seco…. pero además, al cambiar la velocidad en la que la
tierra gira, cuya intención es poco a poco detenerse en cierto punto, y girar
en sentido contrario, nos hará perder, entre otras cosas, el sentido de la
estabilidad… —Carajo. —No, wey, esas son mamadas que
la gente no cree… —¿Otra cosa? —Muchas más… mucha gente se
dedica a comprar amuletos, libros, ver videos, meditar, ir a retiros espirituales,
quemar inciensos, hacer yoga y demás, pero eso no sirve de nada, pues en esencia
siguen siendo las mismas personas que no entienden nada del mundo espiritual…
se convierten en meros consumidores de productos esotéricos de boutiques. —No entiendo… —Encender una vela de color o
aromática en tu casa, usar jabones de sabores o bañarte con aceites o lociones no
te hace más espiritual, solo te hace creer que eres espiritual. —Sigo sin comprender… —Exacto, porque precisamente se
trata de entender más allá de la pose espiritual — reiteré aburrido — de
analizar lo que realmente ocurre a nuestro alrededor, no lo que los falsos
guías, profeta, padrinos e instructores nos quieren vender o hacer creer,
porque al final de cuentas hasta eso, la espiritualidad, ya es un negocio. —Dame un ejemplo de lo que no
vemos — pidió intrigada. —¿Sabías que desde hace unos 5
años muchos niños están naciendo astrológicamente con el signo de escorpio o ascendente
escorpio? —¿Y…? —Se vienen cambios tan cabrones
en el planeta que las nuevas generaciones deben tener gran fuerza de voluntad, carácter
firme y ser excelentes estrategas… y eso solo lo tienen los que nacen como escorpio…
eso es entender el mundo espiritual, no presumir de “yo soy muy espiritual” y
mantener actitudes mundanas… — señalé y VO me miró con curiosidad tal que me
provocó una carcajada. —Creo entender — dijo tras
reflexionar un rato. —Eso espero, porque es muy
desgastante explicarlo — avisé y luego propuse — ya, cierra tu templo, te
invito a comer para contarte por qué el Dios en que nos quieren hacer creer no
existe.
Creí que “Habana réquiem”, de Vladimir Hernández, me quitaría el rancio sabor
de boca que dejó la otra lectura (https://basurerodealmas.blogspot.com/2023/02/la-sal-y-el-cordero.html),
pero para ser flexibles con la trama hay que mirar hacia atrás y recordar que muchos
autores cubanos, al ser seducidos por las sirenas españolas, publican libros
sesgados cuando se trata de describir la vida en la isla caribeña. Ese dato es importante pues a partir del año 2000, fecha en la que Vladimir
se refugia en España (justificando su decisión diciendo que en su familia hay
sangre asturiana), comienza a recibir premios menores por una carrera que
carece de interés, como su libro “Terra Ignota”, galardones suficientes para
comprar su ideología. Pero la tierra llama e independiente de las comodidades
en Barcelona, la vida en el caribe le hace guiños de que lo suyo es y será la
isla y él, en su melancolía, lo refleja en “Habana réquiem”. Así, lo que prometía ser una interesante novela negra, teniendo como trasfondo
una Cuba a punto de caer en recesión, se convierte en la descripción de un
arrecife imaginario donde la policía es como en todos lados, efectiva y corrupta,
y por lo mismo, no hay final feliz para quienes aparentemente eran los buenos
en la trama. La novela tiene aspectos positivos: inicia en una comandancia de la Habana Vieja
(llamada “La Mazmorra”), y a partir de ahí desarrolla subtramas sobre un trío
de comandantes encargados de investigar, obvio, tres crímenes (un suicidio, un
violador en serie y la muerte de un vendedor de drogas), aunque se echa en
falta un lenguaje local que permita al lector ubicarse en la isla para “darle
saber” a la trama, misma que se le va de las manos al forzar la aclaración de
los crímenes. Si no es porque cita algunos rumbos de la Habana Vieja, Sánchez describe a una
policía ejecutando su trabajo en cualquier país del primer mundo por el razonamiento
que impone a sus investigadores, la manera de vincularse con su entorno, el uso
de la tecnología policiaca, pero también por la dudosa ética de los jefes
policiacos (esa que, hay que reconocer, no tiene nacionalidad). Nada más que decir que no sea que “Habana réquiem” es un intento de novela
negra que termina en una novela policíaca común y corriente, cumple con los
rigores del género (incluyendo las famosas vueltas de tuerca que pretenden
desconcertar al lector), y si bien posee chispazos de genialidad, los
señalamientos de una Cuba corrupta quedan en cómico intento de denuncia a consecuencia
de personajes demasiado comunes y un desenlace tan vulgar que parece una broma que
busca más desprestigiar al comunismo caribeño que mostrar la eficacia de la ley.