“La Narcosatánica” es una
serie recién estrenada en la plataforma HBO, la cual documenta el caso de Sara
María Aldrete Villareal, conocida como Sara Aldrete, acusada y condenada por el
homicidio de trece personas en Matamoros, además de estar vinculada a un grupo
de narcos encabezados por Adolfo de Jesús Constanzo, practicantes del Palo
Mayombe, bajo el cual realizaron múltiples sacrificios humanos.
Sobre el mal llamado culto de “Los
narcosatánicos” ya se ha escrito antes en este blog, a lo que cabría agregar diversas
investigaciones como el documental “La Historia detrás del Mito: Sara Aldrete y
los Narcosatanicos", películas, “Perdita Durango” y “Borderland: Al otro
lado de la frontera”, podcast, “Laura Sánchez Ley, Expediente Narcosatánico”, discos,
“Las ultrasónicas — Yo fui una adolescente terrosátanica”, libros, “Miguel
Bonasso — El Hombre que sabía morir” y “Jorge Mejía — Satanismo y sectas narcosatánicas
en México”, incluyendo una autobiografía publicada por la propia Sara Aldrete: “Me
dicen la narcosatánica”.
Cuando se trata de libros y
películas, siempre leo entrevistas a los escritores y directores para conocer
el entorno en el que desarrollan sus proyectos. Para el caso de la directora de
“La Narcosatánica”, Patricia Martínez, hice lo mismo, lo cual me permitió
adelantar el 50% de la desilusión sobre el documental, pues en sus declaraciones
sobre como desarrolló la filmación dejó claro que apostó a un tema del que hay
suficiente información ya tratada por la prensa, aunque sin abordar la parte
espiritual ni qué sucedió tras el asesinato y arresto de los narcotraficantes.
El restante 50% de la
desilusión llegó tras ver la serie dividida en tres capítulos de una hora de duración,
pues “La Narcosatánica” no aporta nada nuevo al tema no solo por reciclar material
audiovisual, hemerográfico y entrevistas a los participantes en la investigación
policiaca, harto conocido, sino porque permite a Sara Aldrete reiterar su bien
estructurado discurso, donde alega ser inocente, luego de repetirlo los 33 años
que lleva en prisión.
Obviamente que para quienes no
conocen los sucesos, la serie los dejará “impresionados”, sin embargo, vale la
pena destacar lo siguiente:
1. El tema aún padece el halo
de censura y ocultamiento de muchos aspectos que involucraron a políticos,
artistas y policías, quienes aún siguen vivos, muchos de ellos activos, dado
que los sucesos se desarrollaron en el no tan lejano año de 1989, mismo que el
documental no logra sacudirse.
2. Si bien la serie aburre por
no contar nada nuevo, existe otra manera de verlo y es identificando las
contradicciones en las que incurren la policía norteamericana y la mexicana,
encargadas de dar cacería a los Mayomberos, durante las entrevistas, pero sobre
todo las incoherencias en la versión que cuenta Sara Aldrete sobre los hechos.
3. Para quienes conocimos el
caso por la prensa de la época (yo estaba por concluir mis estudios
universitarios), siguen existiendo las mismas preguntas de siempre: ¿quién mató
a Adolfo de Jesús Constanzo?, ¿por qué se insiste en el discurso de que el Mayombero
prefería morir antes de caer preso?, ¿quién era el interesado en que falleciera
durante la balacera?, ¿qué sucedió con Constanzo tras morir?
4. Si ve el documental con la
perspectiva de encontrar discrepancias, entonces la audiencia sacará su muy
personal conclusión sobre si Sara Aldrete es culpable o inocente, juicio del que
me reservaré mi opinión.
5. El encarcelamiento de “La
Narcosatánica”, a quien se le ha negado la libertad por cuestiones de salud (el
documental no lo dice, pero ella señaló en una entrevista a un periódico que padece
cáncer), ¿es abuso de poder o una medida de protección?
Destaca un aspecto que, como
se ha señalado en otros documentales, fue determinante para la caída de Adolfo
de Jesús y sus narcosatánicos: luego exhumar docenas de cuerpos de personas sacrificadas
en un rancho en Matamoros, un comandante llega acompañado por alguien, a quien
solo se le señala como brujo, para
que explique el significado de los altares y calderos llenos de huesos humanos,
mismo que propone incendiar todo para destruir la protección (el Nfumbe), de Constanzo,
quema que efectivamente surte efecto.
Reitero, “La Narcosatánica” es
un documental aburrido que se puede volver interesante solo si se ve más allá
de lo que Patricia Martínez pretende transmitir visualmente, pues en esta
ocasión la famosa frase “una imagen dice más que mil palabras” queda obsoleta
por las contradicciones en las que incurren todos los entrevistados.
Así, mi recomendación es verlo en una de esas tardes de domingo en la que por lo regular los seres humanos
no le encuentran sentido a su vida.
21 de julio de 2023
19 de julio de 2023
Calor y mal carácter
feministas, absténganse de leer
esta entrada,misma que trata de un empoderamientobasado solo en acaloradas hormonas,no en respeto ni en sentido
común.
1.
Hace unos días una compañera
del trabajo pidió al personal de servicios materiales abriera, arbitrariamente,
los ductos del aire acondicionado porque “hacía mucho calor”. Yo señalo que fue
despótico porque no me consultó, a sabiendas de mis problemas pulmonares:
simplemente se puso de acuerdo con sus compañeras de alrededor y ya.
Así se lo hice saber. Ni que
decir que la corriente de aire me afectó de inmediato. Me quejé de nuevo con
ella y su actitud fue ríspida, insinuando que algo le sudaba en exceso y que, por lo mismo, no estaba a discusión.
Esa misma semana insistí que
teníamos a llegar a un acuerdo porque para mí no es sano vivir en una sección
de carnes frías de carne de cerdo. Se convocó a una reunión, sin presencia de
una autoridad institucional de por medio, donde las empoderadas y exclusiva derechohabientes
mujeres exigieron mantener el aire al nivel que sudorosamente les adecuaba. Mi
argumento fue: “ustedes tienen calor, lo cual se puede solucionar de otra
manera, mientras que lo mío es un problema de salud permanente que si me
descuido puede agravarse”. No les importó.
Lo más extraño es que una de
ellas, con quien nunca he cruzado ni un saludo, se comportó como auténtica
verdulera, mientras otra propuso cambiarme a otro piso si no estaba de acuerdo.
Al final entre ellas pactaron reducir el número de ductos abiertos, lo que para
mí no fue una solución.
Gracias a esto salí de mi autismo para descubrir que vivo en un serpentario donde, curiosamente, la prepotencia provino de las empoderadas,
perdón, las santificadas y sensibles mujeres, cuyo problema es que les suda el
occipucio (no lector, no piense en que hablo vulgaridades: el occipucio no es
una parte íntima), que derivó en un saldo mayor: la fractura en varias
relaciones que hasta ese día yo creí eran respetuosas y cordiales.
Sí, pero en esta agitación
hormonal hay un caso en especial: una compañera
cuyo comportamiento cotidiano está basado en odio al género masculino, a consecuencia
de su materna mal parida relación con su esposo, su posterior amasiato con un don
nadie, y los subsiguientes hombres que cometieron el error de acostarse con
ella, perversión heredada por su madre, heredera de un indisoluble odio hacia
los hombres que ella se ha encargado de cumplir al pie de la letra.
En términos de su argumentación,
exclamó: “¡Mi pareja (ojo, no dijo esposo,
pese a que fue madre soltera y encontró quién la aceptara con su hijo), abre o cierra las ventanas de mi
departamento cuando yo se lo digo, solo sin tengo frio o calor, no por mamadas
sobre si a alguien le hace daño el aire”!
Sí, una feminista que vive al
pie de la letra en el ganar - ganar, a cuyos subalternos llama “perritos” y que no tiene empacho en compartir a su amante de la oficina con su jefa.
2.
Son curiosos los terrícolas:
tan inmediatos, básicos y reactivos que lo único que hacen es mostrar su
verdadera naturaleza ante situaciones insignificantes, sin pensar en el
verdadero origen de los problemas que afectan su entorno y el de la humanidad.
3.
Siempre que sucede algún
cataclismo o alteración en la naturaleza, termino por sentir pena ante la
ignorancia de aquellos que dan una explicación científica o le asignan un
origen casual a algo que es en estricto espiritual.
Lo anterior viene a cuento por
la “Ola de calor” que azota al planeta Tierra desde hace un par de meses, mismo
que se ha reforzado en este mes de julio y que en breve América del Norte,
Europa y Asia serán los más afectados.
Sobre el origen de estos calores se acusa al Cambio climático,
llamaradas solares y/o a los fenómenos naturales de El Niño y La Niña,
culpables de que el pasado junio haya sido el mes más cálido de toda la
historia, con máximas de entre 45o y 50o, pero cuya sensación
térmica oscila entre 50o y 60o en algunas regiones
del planeta.
Sí, ya, está cabrón, pero ante
esta situación climática extrema los neófitos (este no es un término
despreciativo, se usa en el Palo mayombe para referirse a quienes desconocen la
existencia del mundo espiritual), no se hace mayores cuestionamientos, y se
limitan, por ejemplo, en méxiquito, a saturar con ventiladores su sudorosa
existencia.
4.
Es conocida la serie de textos
publicados en este blog sobre profecías a corto plazo, explicaciones de cambios
en la Tierra y guerras espirituales que me han compartido babalowos,
espiritistas, santeros y paleros, así como con chamanes, curanderos y
espiritualistas, escritos que no suelen recibir retroalimentación que no sean burlas
o acusaciones de ser falsos, pese a que los fenómenos meteorológicos y
cataclismos se comentan todos los días en la prensa.
Así, pese a tal
incredulidad, sirva este texto para explicar a quienes se quejan del calor que
este no es secuela del Cambio
climático, llamaradas ni por travesuras de El Niño y La Niña, sino por el
movimiento de un metro, aproximadamente, del eje terrestre (aunque en el medio
espiritual se habla de una inclinación de 3 a 6 grados) a partir del
terremoto que sacudió a méxico en el año 2019.
Los efectos, insisto, los
vemos en las principales planas de los diarios: inundaciones y sequías, lluvias
torrenciales, aumento de temperaturas, incendios, tormentas, alteración de las
estaciones del años y extinción de especies.
¿Todo a consecuencia de los
terremotos?, claro, y sobre su origen espiritual ya se ha escrito más que
suficiente en este blog, así que nadie puede declararse sorprendido sobre este
agobiante e inevitable vínculo.
5.
Ahora, digamos que como muchos
religiosos han señalado, babalowos,
espiritistas, santeros, paleros, chamanes, curanderos y espiritualistas se la
maman diciendo que “algo malo sucede”, así que veamos otra llamada de atención
sobre el tema: a
finales del mes de junio el cabalista Albert Gozlan lanzó una convocatoria en
su página web para que quien quisiera diera su nombre para ser objeto de una
bendición ya que julio amenazaba ser uno
de los más complicados del año, “a consecuencia del calor que afectaría de
muchas maneras la psique y la espiritualidad de la gente”, situación que me
consta, una vez más, dada la gran cantidad de solicitudes de consultas recibidas
vía mail en estas semanas.
Sí, el calor pone de mal humor
a los humanoides, sobre todo a las mujeres… pero no lo digo yo.
6.
Y vienen cosas peores que no
solo serán una manifestación femenina acalorada, sí, queja del calor juliano, que
por desgracia les da cierta potestad simplemente por poseer el mal entendido
don de la maternidad: dar vida, sin importar
la calidad espiritual de los seres, humanoides, a los que den a luz.
7.
Como sea, es bueno que haya terrícolas
que piensan que el calor se arregla con un ventilador, que cuando llegue el
frío bastará con usar una bufanda y que el origen del clima extremo tiene
muchas respuestas, menos la espiritual, pues sin su gran sapiencia no podríamos
aplicar una de las máximas de Vladimir Nabokov: “La vida es una gran sorpresa.
No veo por qué la muerte no podría ser una mayor”.
7 de julio de 2023
¿Entramos?
—¿Entramos? — sugerí a la mujer
con la que llevaba un par de horas caminando alrededor de la vieja hacienda de
mi amigo.
—No, precisamente está por cumplirse el horario que me permiten salir para asustar a la gente en las madrugadas — señaló — prefiero quedarme aquí hasta que llegue el irremediable momento de volver.
—Entremos — propuse ya.
—¿Julio te habló de mi? — me cuestionó.
—Entremos — repetí y le mostré la mochila que llevaba colgada al hombro — te prometo que será la última vez que entres y salgas.
Ella me miró y luego observó la mochila, sonrió al tener claro de qué iría todo, echó a andar hacia el interior y seguí sus pasos.
—No, precisamente está por cumplirse el horario que me permiten salir para asustar a la gente en las madrugadas — señaló — prefiero quedarme aquí hasta que llegue el irremediable momento de volver.
—Entremos — propuse ya.
—¿Julio te habló de mi? — me cuestionó.
—Entremos — repetí y le mostré la mochila que llevaba colgada al hombro — te prometo que será la última vez que entres y salgas.
Ella me miró y luego observó la mochila, sonrió al tener claro de qué iría todo, echó a andar hacia el interior y seguí sus pasos.