Las
religiones afroamericanas han ido ganando espacio en el cine y la tv, pero para
en algunas circunstancias para mal… casi siempre forman parte de truculentas
tramas en las que los malos son Santeros o Paleros (y ocasionalmente
practicantes del Vudú) que se ven inmiscuidos en actividades criminales, lo que
es un claro ejemplo de cómo la deshonesta práctica religiosa está traspasando
las fronteras de Iles y Cabildos…
Para
muestra podemos tomar capítulos de series norteamericanas actuales como
Criminal Minds y CSI Miami… o películas como “Perdita Durango”, “Borderland”, “The
Believers” y “Santeria: The Soul Possessed”, en las cuales Santeros y Paleros
son convertidos en asesinos y delincuentes que siempre caen en las manos de la
justicia…
Pero
también se han realizado otros films que suelen abordar el tema de la Santería,
el Palo y el Vudú con buenos resultados y a lo largo de varios años, como
sucede con “The Serpent and the Rainbow”, "Angel Heart", “El Curandero” y la reciente
“7 días en la Habana”…
Y
finalmente hay películas que suelen tener pequeños guiños como “Amarte duele”
donde el personaje principal de nombre Ulises trae siempre al cuello un collar
con caurís… o The Fifth Element, en donde al principio del film podemos a
preciar espacianos de voluminoso cuerpo que tienen escrito en la espalda el
signo de Obara Meyi….
Aparte
del amarillismo, el gore y la violencia explícita o los guiños al Palo, Osha y
Vudú, existen otras realizaciones cinematográficas por demás disfrutables,
menos escandalosas y que sólo viéndolas a detalle se puede descubrir que llevan
un trasfondo religioso que no necesitan hacer referencia alguna para saber que
el tema principal es sobre ellas…
Pero
vayamos por partes…
1.
Robert
Johnson está considerado uno de los mejores guitarristas de blues de toda la
historia... aunque hay algunos que dicen que en realidad es el mejor... sin
embargo, a esa leyenda le acompaña otra que habla de un pacto con el Diablo
precisamente para ser el "mejor" de todos...
Robert
nació en 1911 en Mississippi y desde joven se sintió atraído por la música,
misma a la que se dedicó de lleno cuando un problema de la vista le impidió
seguir en la escuela... sin embargo, según testimonios en realidad Robert era
bastante mediocre, mujeriego y para su desgracia negro…
En 1930
se casó y su mujer quedó embarazada, aunque ella y su bebé murieron durante el
parto, lo que hizo que se dedicara con mayor pasión a tocar el blues,
llevándolo a recorrer los caminos rurales de Mississippi durante muchos años hasta
que se le pierde la pista durante tres años (de los que no pista alguna), y sin
embargo, Robert reaparece por su pueblo, se casa con una viuda adinerada, tiene
un hijo y manifiesta gran virtuosismo en la guitarra…
Robert Johnson
Los
grandes músicos de blues de aquella época no encuentran otra razón para
explicar esto más que acusándolo de haber hecho un pacto con el Diablo… y con
el tiempo “surgieron” los detalles de dicho trato: se dice que vendió su alma
al Diablo en el cruce de lo que actualmente es la autopista 61 con la 49 en un
lugar llamado Clarksdale, a cambio de tocar el blues mejor que ningún otro
músico…
Nadie
sabe el origen de los detalles del trato, pero se dice que Robert llegó a ese
cruce y estuvo varios días pidiendo la presencia del Diablo a la media noche
(recordemos que aquella zona cuenta con la fuerte presencia del Vudú y la
Osha)… hasta que finalmente el mismo Diablo se le apareció, platicaron y
llegaron a un acuerdo: la fama a cambio de su alma… Johnson aceptó, el Diablo
le quitó su guitarra y desapareció…
Noches
después éste hizo su re-aparición a la media noche, le devolvió su guitarra y
le dijo que sus larguísimos dedos sólo tenían que posarse sobre su instrumento
para interpretar el mejor blues que se hubiera escuchado jamás… a partir de esa
noche Robert tocó por todo el sur del país sin quedarse en el mismo sitio
sorprendiendo a todos con su versatilidad, su rapidez y por el trance en que
parecía entrar cuando pulsaba las seis cuerdas… además de convertirse en un
inspirado compositor de cuyas canciones se pudo extraer “pistas” sobre el
famoso sitio donde se hizo el pacto con el Diablo, como en el tema “Crossroad
blues” que describe un cruce de caminos que muchos consideran como el lugar
señalado para el “maléfico” trato…
Entre
1936 y 1937, Robert grabó 29 canciones para un proyecto universitario que
buscaba dejar testimonio de los máximos exponentes del blues rural (se afirma
que en realidad fueron 30 temas, y que el último está perdido en la historia por
ser técnicamente imposible de interpretar), por lo que esas grabaciones y las
fotos de aquellas sesiones son la única prueba de la existencia de Robert
Johnson…
En 1938
Robert tocaría en Carolina del Sur, más cometió "el error" de seducir
a la mujer del dueño del local donde se presentaría… así que se dice que el
despechado marido le acercó una botella de whisky con estricnina, lo que
provocó su envenenamiento y dolorosa muerte un par de días después…
Hay
quienes afirman que murió de un padecimiento pulmonar por su excesiva forma de
fumar, y otros que afirman que en realidad fue de una enfermedad venérea debido
a sus correrías sexuales, sin embargo en su acta de defunción se señala que al
cuerpo de Robert no se le practicó autopsia…
Pero con
su fallecimiento se acrecentó el mito: si bien el pacto con el Diablo era la
entrega de su alma al conseguir la fama, Robert se negó a pagarla y por eso no
tenía una residencia fija y se la pasaba huyendo de un lugar a otro… más
también como se afirma: el Demonio está en todos lados y tarde que temprano se
las cobró todas a Johnson… y por si fuera poco se dice que sus restos fueron separados
en tres tumbas diferentes (situación común en las maldiciones Vudú) y en fosas
sin nombre… más si esto es cierto habría que ver quién fue el ocioso que hizo
esto las razones que lo motivaron…
2.
Hay una
película llamada “Crossroads” del director y productor Walter Hill… como el
nombre de la misma canción Robert Johnson?... sí: es un film inspirado en la
vida de Robert y su mítico pacto con el Diablo…
En la
trama un joven estudiante de música clásica es admirador de Robert Johnson y
trabaja en un asilo para ancianos… por azares del destino conoce a un viejo
negro armonicista que en sus ratos libres le cuenta que acompañó a Robert en
sus últimos días y dice haber escuchado un tema que el guitarrista nunca grabó…
con el tiempo el jovencito trata convencer al anciano que le enseñe dicha
canción inédita, pero él le advierte que lo hará sólo si lo lleva al legendario
cruce de la autopista 61 con la 49en Clarksdale, Mississippi, que fue donde el
viejo “también” vendió su alma al diablo siendo un adolescente para ser el
mejor intérprete de la armónica de su tiempo…
Cartel del film Crossroads
Así, la
película transita en el largo viaje iniciático (espiritual) en búsqueda del
cruce, con algunas clases de guitarra y con diversos encuentros y desencuentros,
entre los que destaca una chica que los acompaña en parte de su recorrido rumbo
a Mississippi y de la que el joven se enamora… y es aquí donde se da una de las
mejores escenas que se hayan filmado sobre el tema del blues: es media noche,
la chica se ha marchado y el chamaco está sentado en un sillón con su guitarra
en las manos, se le acerca el anciano y le dice, palabras más palabras menos,
que “para interpretar el blues como verdaderamente se toca, se debe estar
enamorado… y ser mal correspondido”, así que ahora con la tristeza por el
abandono ya puede tocar un verdadero blues… el anciano se va y el joven
comienza a tocar un emotivo blues…
Finalmente
llegan al famoso cruce de la ruta 61 y la 49, donde “el mismo Diablo se
aparece” nuevamente y les propone otro pacto: un duelo de guitarras entre el
jovencito y su endemoniado y consentido guitarrista… si él chico gana, el
Diablo deja libre el alma del anciano, pero si pierde se quedará también con la
suya…
3.
Muchas
partes de Estados Unidos están influenciadas por el Vudú… no sólo la parte del Mississippi,
sino también del otro lado del Delta y hasta New Orleans la han visto crecer…
pero el Vudú no es sinónimo de zombis… también es una religión con deidades y
liturgia bastante difíciles de entender si se desea tener un acercamiento
directo con sus fuentes, pues en Haití se habla una extraña lengua nativa
llamada créole, razón por la cual el Vudú ha tenido menos penetración que la
Santería o el Palo…
Como sea,
no se puede acusar a la Santería ni al Vudú (ni al Candomblé, ni al Mayombe, ni
a la Umbanda, ni al Kimbisa y ni a la Kimbanda) de ser sinónimos de brujería,
pues tienen muchas características en común que las hace universales y las
emparentan con la religión Católica… de hecho no hay religión más influenciada
por el catolicismo que el propio Vudú…
Una de
las similitudes que encierran estas religiones se refiere a sus deidades… en el
Vudú existe una deidad llamada Legba, en el Mayombe se llama Lucero, en el
Catolicismo Santo Niño de Atocha y en la Santería Elegguá… esta entidad se
caracteriza por ser la encargada de abrir o cerrar los caminos de las personas…
Más en el
caso de Legba se le ha caracterizado como el Dios de las encrucijadas, a donde
suelen llegar todos los seres humanos cuando en algún punto de su vida deben
tomar una decisión… es visto como un joven o un anciano y a menudo representado
con cuernos (clara alusión al Diablo), y su lugar de culto se encuentra en los
cruces de las aldeas en el campo…
Representación del Legba
La
cuestión es que el Diablo "es malo" (para los eternamente confundidos
católicos) simplemente porque le pone al ser humano la tentación para hacerle
dudar en si obrar bien o mal… si ser buena o mala persona... si se actúa bien
la persona evoluciona, pero si se comporta mal y cae ante la tentación,
involuciona… y las mismas funciones tienen Eleggua y Eshu… pero y todo esto qué
tiene qué ver?
Muy
sencillo: si Robert Johnson vivía en Mississipi, y ese lugar estaba ya
influenciado por la práctica religiosa del Vudú en esos años (1900/1920),
entonces podríamos preguntarnos: con quién se supone que hizo pacto Robert
Johnson?...
Así que
llámese Legba, Lucero, Santo Niño de Atocha o Elegguá-Eshu… o el Diablo, como
algunos ignorantes insisten en emparentarlos, posiblemente Robert Johnson sí
hizo un pacto con alguien, aunque no necesariamente con el Diablo…
originalmente, mientras se ve el film, uno puede pensar al principio que pudo
haber sido con Eshu (tanto él o cualquiera de las deidades ya citadas viven en
las esquinas de los cruceros… en los “Crossroad” a los que les cantó el mismito
Robert y hasta dónde puede llegar cualquier persona para hacer lo mismo), pero…
4.
Supongamos
que mientras se ve el filme uno puede pensar que si efectivamente Robert hizo
un pacto para ser famoso, entonces uno de los residentes de las esquinas lo
mató por no cumplir su palabra?
Hasta
donde yo sé ni Legba, ni Lucero, ni el Santo Niño de Atocha, ni Elegguá-Eshu
matan a alguien por no cumplir una promesa: nomás hacen la vida imposible y son
capaces de dejar a la persona hasta en la indigencia… o sea que si se les pide
que abran camino para obtener algo y después no se cumple lo prometido, lo que
hacen es cerrar todas las opciones en la vida para que el incumplido pierda
todo, hasta que pague… pero matar?... bueno, por el Diablo no puedo asegurar
nada…
Como nota
curiosa recordemos que Robert se perdió durante tres años según sus biógrafos,
sí, y el número tres es el número que representa a todas estas deidades, así
que...
5.
Robert
Johnson?... pacto con el Diablo?... o "tres" años de práctica intensa
con la guitarra para ser el mejor bluesman de toda la historia?...
6.
Siguiendo
con la película: el adolescente y el anciano llegan al famoso cruce de la ruta
61 y la 49, donde el mismo Diablo se les aparece y les propone otro pacto: un
duelo de guitarras entre el jovencito y su endemoniado y consentido guitarrista
Jack Butler… si él chico gana, él deja libre el alma del anciano, pero si
pierde se quedará también con la suya… el desafío se realiza en pleno “corazón”
del infierno donde el joven termina venciendo al pupilo del Diablo después de
un animoso jam guitarrero a ritmo de un trepidante boogie blues…
Sin
embargo, toda la película adquiere sentido al llegar el joven y el anciano al
famoso cruce, pues un lujoso auto en el que viaja una insolente pareja se
detiene frente ellos y el viejo, tras entablar un ríspido dialogo con ellos,
advierte que quiere ver (textualmente) a Legba… y éste (cínico y tramposo, como
todo mundo se imagina a Legba, a Lucero, al Santo Niño de Atocha y
Elegguá-Eshu), aparece cuando el deportivo se aleja…
Ralph Macchio y Steve
Vai en una escena del film Crossroads
Más por encima de todas interpretaciones cinematográficas que se quiera hacer sobre el duelo guitarrístico, dicha confrontación puede verse meramente como un ebboe (y la fe puesta en él) para la alineación de energías a partir del cumplimiento-descumplimiento de un pacto, pero profundizando en esta acción, sobre todo en el cambio de actitud del adolescente que al ejecutar su guitarra en la competencia asume con humildad su destino de ser un itinerante bluesman, entonces podemos entender mucho del sentido del film, y en consecuencia, buscaremos la manera de verlo de nuevo para entender más de la oportunidad que tenemos de cambiar nuestra forma de ser para evolucionar dentro del Palo, la Osha y el propio Vudú…
7.
Temas
místico-esotéricos aparte, es una pena que el duelo guitarrístico, magistralmente
interpretados en el film por el excelente guitarrista en la vida real Steve
Vai, en el Papel de Jack Butler – vestido irónicamente con rojo y negro, los
colores que identifican a Legba – y el adolescente actor Ralph Macchio en el
rol de Eugene Martone, grabado en la vida real por el propio Steve Vai y el
multifacético maestro de las seis cuerdas Ry Cooder (encargado de la mayor
parte de la música de la película), no haya sido incluido en el soundtrack de
este agradable y a su vez objetivo film…
* Una
primera versión de este texto la publiqué originalmente en el blog Ifapagano del Olowo Ojuani ni shidi…
Exelente análisis bendiciones aseeooo esu le guíe el camino
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