1.
Una de las ironías de ser escritor en
mexiquito es que pese a contar con grandes dotes literarios, lo que les puede
entregar este país como reconocimiento “oficial” a su gran creatividad es la
ingratitud…
Tal pudo haber sido el caso del gran
escritor mexicano Sergio Galindo Márquez, pero…
2.
Nacido en la ciudad de Xalapa, en Veracruz,
Sergio Galindo fue un novelista, cuentista, editor, académico, promotor
cultural, guionista de teatro, ocasional poeta, viajero empedernido, padre de
una numerosa familia, amante de la música y de los perros...
Su primer libro vio la luz ya siendo “grande”
en términos de edad (para el promedio en la que los escritores nóveles empiezan
a ser editados), a los 25 años: una compilación de cuentos titulada “La máquina
vacía”… y sería hasta 1958 (7 años después), que publicaría su siguiente obra:
la novela “Polvos de arroz”…
Destacó entre otras cosas por haber fundado
el Departamento Editorial de la Universidad Veracruzana y la revista “La palabra
y el hombre”… trabajó para la Dirección General de Divulgación de la Secretaría
de Educación Pública y fue director de Instituto Nacional de Bellas Artes…
asimismo en su honor se estableció el “Premio Latinoamericano de Primera Novela
Sergio Galindo” jóvenes autores latinoamericanos…
En la Universidad Veracruzana creó la
colección “Ficción” y las series “Biblioteca de la facultad de Filosofía y
letras” y “Biblioteca de la facultad de Derecho”, de las cuales la primera le
permitió impulsar escritores jóvenes como Vicente Leñero, Elena Garro, Vicente
Carballido, Josefina Hernández y Eraclio Zepeda… también aprovechó la colección
para ser de los primeros en publicar en este país a Ryzard Kapuscinski, Gabriel
García Márquez, André Coiné y Juan Carlos Onetti…
Recibió varias distinciones y ganó diversos
premios a nivel nacional e internacional, entre ellos el “Premio Mariano Azuela”,
el de “Bellas Artes de Literatura”, el prestigiado “Premio Xavier Villaurrutia”,
el “Premio José Fuentes Mares” y el “Premio Polaco al Mérito Cultural”… también
fue nombrado “Oficial Honorario de la Orden del Imperio Británico” y
recibió la “Orden de la Estrella de Yugoslavia”… fue elegido miembro de la
Academia Mexicana de la Lengua y de la Real Academia Española y en su honor la
Sociedad General de Escritores Mexicanos fundó la “Escuela de Escritores y
Cinematografía Sergio Galindo”…
Sin embargo, su importancia en la
literatura mexicana no es por haber desarrollado un currículum dentro de la
burocracia cultural del gobierno, sino porque su obra literaria fue lo
suficientemente propositiva para ganarse el reconocimiento como uno de los
mejores escritores de este país…
3.
Sergio Galindo tiene en su haber 16 libros
publicados entre novelas, cuentos y obras póstumas, de entre los cuales varios
de ellos fueron traducidos al polaco, alemán, francés e inglés…
Cuenta a su vez con algo parecido a un best
seller: la novela “Otilia Rauda” publicada en 1986, misma que le permitió no
sólo ser conocido por las nuevas generaciones de lectores, sino que su
impresionante creatividad literaria fue revalorada al grado de que ese texto lo
catapultó a nivel internacional…
Si bien es cierto que es la novela “Otilia
Rauda” la que le permite pasar a ser un autor de lectura para las masas, es con
el libro “El Bordo” donde alcanza de manera indiscutible el punto máximo de un
estilo literario jamás inigualado…
4.
Destacó también en el medio cultural
mexicanito por otros motivos: se inscribió como miembro activo de los excesos
del medio cultural al hacer del alcoholismo un modo vida (afirmaba* que “el alcohol propiciaba la escritura”), haciendo de sus parrandas
anécdotas memorables… y confesó, por ejemplo que “no hubiera podido escribir – la
novela - Declive sin haber tenido una
propia y rica experiencia alcohólica por muchos años y con bastante fortuna. me
gustó mucho disfrutar la bebida, fue encantador”…
Al mismo tiempo, sus incendiarias
declaraciones, rudas y directas, sobre el medio intelectual y cultural del país,
le granjearon polémica fama y poderosos adversarios:
En alguna ocasión afirmó ante una ridículamente
indignada Elena Poniatowska, que el Distrito Federal merecía ser acusado de “ser excesivamente provincialista”…
Advirtió que “el estado sí quiere dar cultura, dar más. lo grave es que hay tantos y
tantos señores que hacen esta cultura por su lado y en tan distintas
dependencias, que no se consigue nada. así se dispersan los recursos y se
equivocan los caminos”…
Durante una entrevista respondió tajante
ante una provocadora pregunta:
- si lo invitaran a dirigir nuevamente
Bellas Artes, aceptaría?”
- “jamás”…
Señaló sin tapujos que: “nuestro país es una nación con un sin número
de problemas, a veces siento que no tenemos ni siquiera sentido de
nacionalidad, o si existe es muy vago. nos falta sentido de identidad”…
Ni siquiera él mismo se salva de la
autocrítica: al preguntársele sobre su vocación literaria decía que: “nació de dos constantes de mi naturaleza,
una gran pereza y una inagotable sed… soñaba con tomar (licor) Pernod, pero, claro, he tenido que
concretarme a Ron castillo”… sin embargo, en 1979 se le detectó daño
irreparable del hígado, por lo que dejó de beber y de paso tuvo que desdecirse:
“no me costó trabajo volver a escribir ya sin alcohol, e incluso puedo decir
que ha sido uno de los periodos más fructíferos que he tenido”…
También se dio tiempo de ser un provocador
profesional: ante las críticas que recibió el texto “Retrato de Anabella",
en donde una mujer tiene relaciones sexuales con su sobrino, respondió con
cinismo: “lo que pasa es que me habitué a saber muchas
cosas – de la gente- y
a no juzgarlas jamás”…
5.
Afirmaba sin tapujos “no me
propuse ser escritor porque lo era. además, no podría haber sido otra cosa”… y en su momento
confesó que se sentía más a gusto en la novela que en el cuento, argumentando
que la ventaja de la primera: “es no
tener la presión de que tiene que acabar o no”…
Quizá esta confesión, junto con el
principio fundamental en el que se basaba para escribir cada palabra (“yo nunca sé a quién va dirigida mi obra”),
es la que hace de su novela “El Bordo” su obra más característica y acabada en
términos de su estilo literario…
6.
Según afirman los biógrafos, su vida
transcurrió permanentemente entre Xalapa y el Distrito Federal… él mismo señalaba
que su ciudad natal lo marcó en forma definitiva al escribir y ello se puede
apreciar en “El Bordo”, libro en donde lleva el miedo y obsesiones de sus
personajes clase medieros a la máxima expresión de su estilo literario…
En la novela “El Bordo” se relata la
historia de una familia a través de una lucha generacional, en donde las raíces
mestizas de los personajes (esa incomprendida mezcla de sangre india y
española), dan paso a personalidades opuestas que no son capaces de ver que sus
luchas intestinas contribuirán a la decadencia y final desintegración del antagónico linaje…
La trama se desarrolla de manera asfixiante
en los límites cerrados de una hacienda, en donde los días nublados, la lluvia,
los cerros, la niebla pero sobre todo “el misterio” sobre el origen de muchas
situaciones, juegan un papel fundamental de límites a través de los cuales los
personajes prefieren no mirar más allá, para concentrarse en el odio convertido
en un vulgar canibalismo familiar…
La personalidad de cada protagonista sería
posteriormente desarrollada (ya sea por separado o entrecruzándose en términos
de carácter), en las subsiguientes obras de Galindo, en la cual los personajes de
otros libros como “Nudo”, “Los dos ángeles” y la ya citada “Otilia Rauda”, siempre
se enfrentarán en actitudes opuestas: entre el miedo y la valentía, entre el
odio y el amor, entre la rivalidad y la fraternidad, entre el abuso de poder y
la sumisión, entre la felicidad y la tristeza, entre el cinismo y la
hipocresía, entre la venganza y el perdón… entre la vida y la muerte… todo en
una vivisección de la mezquindad humana que prácticamente es el motor que lleva
a comportarse a las personas, a lo largo de la historia, como lo han hecho
durante siglos: egoístamente…
Él mismo reconoció no sólo con respecto a
la novela “El Bordo”, sino en general acerca de todos sus libros, que siempre “hacía” una crítica abierta a los
valores de la clase pudiente…
Curiosamente en el final de “El Bordo” nos
demuestra su maestría, al recordarnos que todo es eterno y al permitir que la canallada
humana comience de nuevo en otro tiempo y lugar, pero siempre bajo el
encadenamiento de la misma nueva vida sometida siempre a los caprichos del más
fuerte…
7.
Llama la atención en sus personajes la presencia
de un feminismo, aunque pasivo y siempre disfrazado, lo cual se puede apreciar
a través de la importancia que tiene el protagonismo de las mujeres en la mayor
parte su obra literaria, sin embargo, hasta en esta tendencia el propio
escritor dejó fluir esa visión contrapuesta de la vida al publicar su novela
“Los dos ángeles”, en donde el personaje principal es un hombre…
8.
No se puede negar que los textos de este
escritor son un fiel retrato de la realidad cotidiana de nuestro país, y que en
sus protagonistas, trabajados a manera de espejos, podremos vernos reflejados
en alguno u otro aspecto de su personalidad…
Como sea: tampoco debemos olvidar que el
conjunto de su obra literaria (la cual muestra en toda su amplitud los vicios y
virtudes en los que somos capaces de incurrir), si bien le llevó a ocupar un
merecido lugar en la literatura mexicana, también le acarreó grandes enemigos
que durante los últimos años de su vida le mantuvieron en una especie de
marginación del mundo cultural mexicanito…
Él de vez en cuando trataba de contrarrestarla
calificando su situación como “independencia”,
afirmando que la generación de escritores a la que él pertenecía (y en la que
incluía a Sergio Pitol, Rosario castellanos, Jaime Sabines, Josefina Hernández,
Juan Vicente Melo y Emilio Carballido entre otros), fueron “una generación sin grupos”…
Sus ideas no siempre fueron bien vistas por
las mafias culturales (tan solapadas por el gobierno para copar a los
incipientes intelectuales que dieran muestras de una peligrosa rebeldía que
pudiera desestabilizar al sistema), sin
embargo, el rechazo entre esos oportunistas y Sergio era recíproco: él tampoco los
toleraba, más el autor tuvo a su favor un factor que por su peso nadie pudo
ignorar: el reconocimiento internacional…
9.
Él mismo era reacio a comentar sus libros…
argumentaba que su obra “hablaba por sí
sola”, y que finalmente para opinar estaban “sus lectores y la crítica especializada”… y en este sentido no
queda otra opción más que darle la razón: cualquiera de sus textos, entre
novelas y cuentos, son un deleite de principio a fin…
Murió un mes de enero a los 67 años en el
puerto de Veracruz, lugar a donde había cambiado su residencia en búsqueda de
una mejoría del enfisema pulmonar que le aquejaba y que fue el motivo que
finalmente terminó con su vida…
Su fallecimiento tuvo gran repercusión internacional…
a nivel nacional el mundo cultural en general y el literario en particular, se
declaró “conmocionado”, provocando que muchos escritores se dijeran hipócritamente
sus amigos y otros más se rasgaran las vestiduras reconociendo su valía como escritor y persona… se le hicieron
honores de cuerpo presente y varios homenajes post mortem… y por más que sus
detractores buscaron que éste escritor incómodo pasara al olvido, no lo
consiguieron: en la actualidad sigue siendo referencia en el ámbito intelectual,
sus libros han sido reeditados en ediciones de gran calidad, su obra es citada
permanente en el medio académico y es constantemente sujeto análisis a través
de ensayo y libros…
Sin embargo, independientemente del culto
que exista alrededor de Sergio Galindo, su manera de ver al mundo tal como lo
consignó a través de cada página de todos sus libros, es lo que le hace un
escritor único…
* las letras en cursiva y entrecomilladas
son declaraciones textuales del propio Sergio Galindo…
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