1.
Si hay algo que he
aprendido del estudio del karma es a identificar las mentiras de quienes se
prestan a la fatalidad como pretexto para responsabilizar al prójimo de sus
desgracias, menos a aceptar sus culpas como entendimiento de depuración de pecados (ojo con la hipocresía
judeocristiana: pecados).
Lo anterior lo
señalo porque precisamente el sistema de esclavitud llamado karma cree que puede engañarme con
correos titulados “Ayúdame por favor”, a los que yo debería responder como
parte mi recién descubierto sobre un falso desino, entendiéndose falazmente que
mis dones son una maldición a la que debo dar salida sacando al ser humano de las
consecuencias de sus decisiones.
2.
Así, “Ayúdame por
favor”, como asunto de correos electrónicos que recibo, es para mí sinónimo de trampa,
problemas, acoso, hostigamiento, exigencia y persecución, pues conlleva las
siguientes circunstancias:
a. en términos de
psicopatía me advierte peligro,
b. no hay variación
ni estadísticas: a las pocas horas de recibir la primera petición, entra otro
correo exigiendo confirmación de recibido,
c. después llega
una reclamación de respuesta,
d. hablamos de
personas que viven en diferentes países, con diversos horarios, a quienes no
importa si la diferencia entre el suyo y el mío son dos horas, para el caso de
américa, o siete para europa,
e. en menos de 24
horas el mensaje incluye más reclamos reivindicando soluciones y/o quejas ante
mi silencio.
Ante un mensaje con
el asunto “Ayúdame por favor” señalaba al consultante que necesitaba
información sobre la situación planteada, marcando que atender un problema llevaba
tiempo e implicaba hacer consultas espirituales, detalles que siempre me negaban
con el argumento de que para eso “soy vidente y todo debo saberlo”.
Curiosamente NUNCA
preguntaban por el costo de mis servicios, que si bien todos saben que no cobro
por responder mails, por lo menos se esperaría un poco de diplomacia (hipocresía,
pues) en ese sentido.
3.
Mas los autores del
“Ayúdame por favor” no se limitaban a reclamar: exigían mi número de teléfono
para contarme el problema, ya que les
cansaría escribírmelo vía mensaje, pedido
al que tras negarme argumentando que a nadie le resultaba “rentable” estar
hasta altas horas de la madrugada en conversaciones telefónicas, dio como
resultado desde desprecio hasta amenazas de muerte (pese a llegar recomendados
por grandes amigos).
Así, ya sea porque mis
actividades sociales, familiares, salud o laborales no me daban tiempo de
consultar mi mail; por la premura que exigían los demandantes, o porque me negaba
a dar mi número de teléfono, todos reaccionaban igual: pasaban de “pedir” a
advertir, despreciar, maldecir, insultar y de llegar hasta la puerta de mi casa
para meter un par de balazos en mi cabeza.
4.
En facebook las
cosas no variaban mucho: llegaba la solicitud de amistad, uno o dos likes a mis
publicaciones y luego el contacto vía messenger con saludos, adulaciones, conversaciones
superfluas, a veces planteamiento de un problema, pero de inmediato la
solicitud de mi número telefónico y de nuevo, ante mi negativa la advertencia, el
desprecio, la maldiciones, los insultos y las prometidas balas.
5.
Esto me hizo
recordar, a su vez, la plática que tuve con mi padrino Curandero hace muchos
años, sobre la actitud de algunos de sus aprendices:
– ¿te has dado
cuenta que apenas y llegamos al templo mi esposa y yo, tus ahijados nos ven con
desprecio y se salen del Sagrario?
– no – mintió como
era su estilo – pero pondré más atención – prometió.
– en realidad no creas
que nos importa que lo hagan – señalé – ni mucho menos los motivos…
– es envidia – me
interrumpió – ustedes son mis ahijados más adelantados…
– … el tema es que
no entiendo – lo ignoré a su vez – ¿qué no se supone que estamos aquí para ser
mejores personas, en lugar de comportarnos como aquellos que le joden la vida a
tus pacientes, mezquindades que son el motivo por que vienen a verte?
Esto a su vez me ha
hecho recordar cómo una de mis más grandes virtudes (sí, es malo que uno las
señale, pero humildemente lo haré para fines ilustrativos), como lo es mi
infinita paciencia, ha terminado por agotarse y tras largos años de borrascosa
amistad he optado por el silencio ante mujeres y hombres que no cumplieron con
su promesa de amor eterno… y respeto.
6.
Podría transcribir
los textos reclamatorios, incluyendo desde los insultos hasta los nombres y/o
mails de sus autores, mas sería darle importancia a gente despreciable que más
que soluciones, busca llamar la atención ante su anodina existencia… o que en
términos de karma se merece lo que les sucede.
Así, lo anterior
mejor me lo quedo como una serie de aprendizajes más de su servidor:
a. no todo lo que brilla
es oro,
b. cada quién sus
karmas,
c. no siempre lo
malo es injusto,
d. nunca escupas al
cielo.
Eso sí, desde la
última amenaza, hace un par de meses, en cuanto llegaba un mail a mi bandeja de
entrada con el asunto “Ayúdame por favor”, me queda claro que es una trampa y quien
escribe un mentiroso, así que ya no me tomo la molestia de leerlo: de inmediato
lo borro.
Te conozco desde hace tiempo y puedo decir que tú paciencia es asombrosa, es más,no entiendo cómo todavía consultas después de recibir tanta maldaz.las personas somos impacientes y nunca pensamos en los demás ( tengo que agradecer que me enseñarás esto) y queremos todo a la voz de ya y eso no es así, todos tenemos una vida detrás y eso parece que nadie quiere verlo cuando los problemas apremian.
ResponderEliminarCuidate mucho
Sabrina
hola sabrina, gracias por tus comentarios... por ello y más situaciones es que se ha cerrado la ventanilla, jeje, saludos...
ResponderEliminarYo agradezco mucho la ayuda que me brindó porque se que su tiempo es muy valioso y la verdad que sentía que no lo merecía, casi siento que me está salvando la vida, ahí la llevo poco a poco, espero cuando avance un poco más contarle cómo va todo, espero ser capaz de realizar todos los cambios requeridos, infinitas gracias, ya estoy durmiendo un poquito más
ResponderEliminarhola beth, gracias por escribir... saludos y seguimos en contacto...
ResponderEliminarEsta vida no me alcanzará para agradecerte tu guia, paciencia y entendimiento.
ResponderEliminarShalom
Yenyok.
muchas gracias por tus palabras, yenyok, me dejas mudo...
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