No se confundan, ella es madre (la primera y la única), se ha dicho hasta
el cansancio, pero también es caprichuda, y por lo mismo, a su alrededor se
tejen leyendas (algunas no me constan, me las han contado y/o las he leído),
donde, por ejemplo, exige ofrendas para regresa el cuerpo de un ahogado, de
esos ególatras que entran al mar sin respeto y salen convertidos en cadáveres.
Sí, mucho amor de los Santeros al mar, pero nadie se pregunta a quién
pertenece la playa, esa arena que bien se disfruta o provoca desesperación por
meterse en todos los rincones del cuerpo humano, también sirve para enterrar ebboses,
darse baños para quitar la mala suerte, va dentro la sopera de Olokun, o en el
extremo, se usa para hacer brujerías, sí, pero nadie sabe a quién pertenece.
Es como la unión del río y el mar donde hay peces que no necesitan atraparse
para hacer ebboe: se recuesta uno en sus aguas y deja que se acerquen a
picotear el cuerpo para llevarse las maldiciones maternas, pero ¿de quién son
las (mal llamadas) dos aguas? ¿Oshún o Yemayá? no importa su origen sino para
qué sirven.
2.
Reflexiono sobre esto mientras escucho a Ludwig van Beethoven, su sonata “Moonlight
Sonata Op 27 No. 2”, en manos de la pianista rusa Anastasia Huppmann, que,
obvio, siendo la Luna la representación astrológica de Yemayá, a muchos les
quedará clara la referencia.
Esa obviedad de ligar a la luna con Yemayá tiene espejos donde algunas
circunstancias, astros u objetos, de inmediato se ligan con un Orisha, como por
ejemplo a los gays: siempre se les vincula con Oshun, pero gran error pues quien
les hace frente es precisamente la iracunda dueña del mar. Y así podría seguir
con aclaraciones, pero mejor nos quedamos con Yemayá, la responsable de que
haya homosexuales en Ifa.
3.
Es polémico el tema de los Babalowos gays, más la posibilidad existe y está
determinada por el odu Ogunda Kete, el cual incluye este patakie:
En la tierra de Adonile,
había una vez un hombre que se llamaba Adekoyi, el cual era maricón, y estaba
perdidamente enamorado de Yemayá Atamara, la cual era mujer de Orunmila.
Ella deseosa de ofikale
trupon con Adekoyi, fue a verlo para pedirle que viviera con ella, donde él le
dijo que lo haría si ella que era la dueña de los grandes secretos de Osha y el
Diloggun, le enseñaba el dominio de esta. Dominada por su lujuria volcó en él
sus conocimientos y cuando fue a pedirle el premio de su recompensa, él le
dijo: que todavía faltaba, que viviría con ella si era capaz de hacer que
Orunmila le hiciera Ifa. Ella intercedió valiéndose de sus mañas logrando que
Orunmila le hiciera Ifa.
En virtud de esa consagración,
la personalidad de Adekoyi cambió, haciéndose un hombre responsable de su
religión y con numerosas mujeres en su harén. Yemayá al ver aquella
transformación aumentó más su furor por ofikale trupon y creyéndose merecedora
del premio y deseosa, partió rumbo a la casa de Ogunda Kete, el nuevo nombre de
Adekoyi, y le dijo: Vengo para que cumplas tu promesa conmigo. Él le respondió:
por ser la mujer de mi padrino, el cual me ha dado mi valor y hombría en esta
tierra, serías la última mujer con que yo viviría. Yemayá despechada por
aquellas palabras cogió una canasta de mercancías y salió rumbo a la plaza
donde grito a los cuatro vientos y a viva voz lo siguiente: todos ustedes para
que sepan, ese al cual Orunmila le hizo Ifa y ahora se llama Ogunda Kete y que es
muy famoso por sus mujeres y su poder, en mi tierra se llamaba Adekoyi y era
maricón. Por lo cual Orunmila ha ofendido la tierra de este reino.
Comenzaron las murmuraciones
de los habitantes de aquella tierra pues ya Ogunda Kete había consagrado a varios
de sus congéneres, los cuales también habían sufrido la transformación del
poder.
Orunmila enterado de
aquello, llamó a Ogunda Kete y a sus ahijados y estando arrodillados ante él,
les dijo: el poder que
les di no se los puedo quitar, pero dos caminos les quedan en la vida: uno, no
consagrar a más nadie de sus congéneres, pues todos los que consagren en la
tierra Orisha Ifa serán araye… dos, si quieren conservar la vida nunca más
pueden caer en su antigua falta y los
llevó frente a Eshu, donde se hizo el gran secreto del sellamiento de Odidi (ano) para con eso quitar las murmuraciones que Yemayá
llevó sobre Orunmila y sus ahijados.
Y aquí caemos de nuevo en las confusiones: Orunmila advirtió que “no consagrar a más nadie de sus congéneres,
pues todos los que consagren en la tierra Orisha Ifa serán araye (serán
vistos con malos ojos)”, pero ¿a qué se refiere con congéneres: no tener
ahijados o no iniciar a otros homosexuales?
Si algún Babalowo valiente (y bien estudiado) se atreve, que nos aclare
este punto, pero por lo pronto señalemos que esto tiene su origen en Cuba, ya
que en la Nigeria yoruba ser gay está ridículamente penado y castigado con la
muerte, mientras que la diáspora cubana presume tener una evolución favorable en la religión, afirmando que ya muchos
iniciados en la Osha e Ifa son homosexuales.
Aún queda pendiente de aprobar (en Cuba, obvio), el acceso de mujeres a Ifa,
la Sociedad Cultural Yoruba lo rechaza y el Templo Ifá Iranlówo lo autoriza,
donde Yemayá está dejando oír sutilmente su opinión a partir del oddu Otura Iroso:
las puertas de la casa de Orúnmila están
abiertas para sus hijos e hijas y ninguno está impedido de cruzar el umbral.
4.
Volvamos a Yemayá y hagamos otras aclaraciones: se sabe que de ella nace la
vida y la fertilidad, era la dueña del cementerio hasta que Oya y Shangó se lo
quitaron con engaños, es la única propietaria de la riqueza material (NO es
Oshún) y es la verdadera Orisha muertera (NO es Oya), y también representa la intelectualidad,
decisiones justas y sabiduría, y en el extremo, el carácter voluble, arrogante,
irracional y necio.
Sí, ello se ha dicho hasta el cansancio, al igual que esa estupidez de la
diáspora cubana de que se le sincretiza con la Virgen de Regla, pero los
religiosos de Osha e Ifa olvidan que sus castigos están cargados de justicia,
que el mar no reconoce esquinas, que para nacer sus hijos primero deben pasar
por el doloroso crecimiento de las espinas dentro de su alma, y por lo mismo,
no la tienen nada fácil ante los retos del destino al que les condena a vivir.
“Necia”, se señaló antes, y sí, por eso Yemayá es responsable de que haya
homosexuales en Ifa, y ello no es malo: en términos de moda ya se le reconocerá como una Orisha incluyente en los caminos
de la diversidad, porque al final todos los seres humanos son sus hijos.
Gracias, que interesante este tema, Rashid. Yo amoooooooo el mar pero le tengo su respeto. Podrias escribir algo referente a Olokun, como Tu ya sabes aunque ya no camino esas aguas, hubiera sido mi Orisha tutelar. Pero nadie dice nada de el solo que es andrógino y que en algunas casa es hembra y en otras es macho etc. también que si lo coronan la persona se vuelve loca y por eso corona Yemaya, eso es al parecer lo que todo el mundo sabe de Olokun.
ResponderEliminarBuena informacion, tengo una duda, el camino de tu orisha alagbatori ¿significa algo? ¿Compartes cierta similitud en cuanto a comportamiento ? Ejem: obatala ayaguna quiere decir que eres "guerrero" , u orishanla un poco mas afeminado? Algo tiene que ver? O en realidad nada? Saludos.
ResponderEliminarBuenas tardes, ¿Que signo rige tu vida? ¿El de elegba? ¿El del orisa alagbatori?¿ Todo el ita completo? O el llamado signo de "pies y cabeza"?
ResponderEliminarhola yenyok... en el blog hay varias entradas sobre olokun y en breve publicaré otra más... gracias por escribir, saludos...
ResponderEliminarhola anónimo... efectivamente, hay similitud en el comportamiento de las porsenas con un orisha y hasta en cualquiera de sus caminos, sobre todo tras coronar santo, sin embargo, aunque no estés metido en la religión yoruba hay comportamientos, por ejemplo, los mecánicos que arreglan autos son hijos de oggun, los militares hijos de shangó o los ladrones o estafadores son hijos de eleggua... suerte...
ResponderEliminarhola anónimo, lo que rige tu vida eternamente, hasta que mueres, son los signos de mano de orunla... cuando coronas santo o pasas a ifa, esos nuevos signos pueden hacer más ligero o mas infeliz tu destino marcado por el toyale, los dos testigos y el signo secreto determinados por orunla, ya que te proporcionan herramientas para enfrentarlos de mejor o peor manera, pero nada te salva de lo determinado en la mano... eso sí, mueres y te deshaces de tus signos, pero de lo que no te desvinculas en tus siguiente reencarnaciones es del orisha que hayas coronado; por ejemplo, es mu probable que en subsiguientes reencarnaciones puedas incursionar de nuevo en la religión de los orishas, en la que sigue o hasta la quinta, pero de lo que no te salvas es de volver a coronar el mismo santo... suerte...
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