para simone, quien brilla con luz propia
1.
Los tamboreros comenzaron a tocar el viernes por la
mañana y harían sonar las percusiones hasta el domingo entrada la noche. Serían
güiro y cajón durante todo el fin de semana en aquella casa ubicada en el
estado de Morelos, colindante con la ciudad de méxico, cuyo caluroso clima,
dijo el Babalowo que organizó todo, serviría para que “los Orishas y los Mpungos se sintieran en su casa” (¿?).
Ese fin de semana sucederían muchas cosas: desde la
acumulación de energía Orisha y de Mpungos, pasando por celebraciones de Mano
de Orunla donde serían iniciados dos ahijados nuestros (de 10 en total), tres
rayamientos (de 9), dos coronaciones de Santo y hasta un juramento en Ifa; todo
en una lujosa mansión y con los gastos pagados por aquel policía iniciado en Ifa.
2.
La invitación nos llegó a través de un Babalowo
amigo nuestro, quién nos avisó que no tendríamos que erogar gasto alguno
relacionado con iniciaciones pendientes con varios ahijados, salvo el pago de
derecho: habíamos oído que aquel Babalowo atendía a deportistas, altos
políticos, artistas y poderosos militares, así que no nos extrañó la
invitación. En este país hay muchos mexicanitos que acuden a los Orishas
pidiendo favores, y para obtenerlos, son capaces de sacrificar mucho dinero
para sobornarlos fingiendo ser buenos religiosos.
Mas como a veces sucede, nos enterarnos del
trasfondo de tanta generosidad hasta el sábado: los jefes del organizador estaban
hartos de sus fechorías dentro de la policía y habían decidido deshacerse de él
iniciando una investigación con la consigna de ponerle un alto, de ahí la
intensión de agradar a los Orishas, más esos motivos eran lo de menos si
tomábamos en cuenta que las iniciaciones habían comenzado y no podíamos
interrumpirlas.
Aquello me colocó en un dilema, así que comenté con
mi esposa que lo prudente sería irnos, mas el asunto era complicado: no podíamos
salirnos a mitad de los ceremoniales con el riesgo de llevarnos el osogbo, ni
dejar a los ahijados a su suerte, y lo peor, recoger ante la mirada de cientos
de asistentes nuestras soperas y atributos de palo del inmenso altar, sin tener
que responder preguntas que pusieran en evidencia el origen de aquel fin de
semana. Y esto último enredaba todo aún más: ¿hacer pública la poca honorabilidad
de Babalowo nos haría sujetos de alguna represalia?
No estaba conforme con la decisión de quedarnos,
pero mi esposa dio la solución: entre los asistentes se encontraba otro Babalowo,
amigo y de confianza, a quien me sugirió plantearle la situación y nos tirara la cadena ante Orunla para saber las
repercusiones de lo que estaba claro era una farsa.
Así lo hicimos: lo localizamos y nos invitó a su
habitación, igual de cómoda que la nuestra, donde nos consultó y la respuesta
fue contundente: el mundo espiritual
estaba separado del material, dijo (aunque no rememoré algún oddu que lo citara
así), avisó que los ceremoniales estarían bien realizados y que las secuelas de
sobornar a los Orishas existirían solo “si había osogbo”. No había lugar a
dudas. Y remató: “disfruten el fin de
semana”, que no supe si era su (burlona) sugerencia o una orden de
Orunmila.
Tras aquello optamos por quedarnos, aunque
evitando participar en cualquier actividad para evitar que se nos robara el iré
y sin descuidar las necesidades y atenciones para los ahijados.
Luego de la consulta ante Orunla hasta disfrutamos,
a ratos, de tanta comodidad: una casa con abundantes habitaciones, grandes
jardines llenos de palmeras, albercas, un río para hacer ebboses, y comida
abundante (nada de chicharrón en salsa verde con frijoles y tortillas, o piezas
de pollo, ya agrios, en salsa de champiñones, con los que muchos religiosos mexicanos
sacian el hambre de los asistentes a cualquier ceremonia).
Por lo mismo, en algún momento reiteré mi máxima
afirmación: “los Orishas son sobornables, todos”, así que tras largos años de
práctica religiosa he confirmado que los panteones saturados, asesinatos
impunes y encarcelamientos injustos, impunidad, agresiones sexuales,
empoderamiento de pocos que condenan a millones a la pobreza, así como
matrimonios deshechos, hijos sin padres y mendicidad callejera, todo ello es consecuencia
de las caprichosas decisiones de las deidades y no de su sabiduría.
Eso sí, apenas caía la tarde las botellas de fino
whisky, tequila y coñac comenzaban a circular sin límites, dando pie a grandes
borracheras entre Santeros, Paleros, Babalowos y Tatas, mientras los tambores batá
seguían sonando, embriaguez que impedía saber si algunos religiosos realmente estaban
montados o simplemente hacían el ridículo. Como sea la parranda se extendía
alegremente hasta la madrugada y ante el afanoso ir y venir de meseros, mucamas
y cocineros.
Debo reconocer que al tercer día, el domingo por la
mañana, las señales de los excesos habían desaparecido y los Babalowos y Tatas
recuperaron su papel religioso: desde temprano se organizó el ñangareo, se
realizó al medio día, como lo marca la regla, y hasta entrada la noche docenas de
mayores atendieron a quienes recibieron Mano de Orunla, Coronaron Santo o se
Rayaron, todo perfectamente organizado bajo la consigna de que los Itases
debían terminarse antes de la media noche.
Al terminar la última lectura de destino, a eso de
las 23:15, se avisó a los pocos que aún estábamos presentes que podíamos
quedarnos hasta la mañana siguiente, garantizándonos la continuación de todos
los servicios. Dado que uno de los últimos iniciados en ser atendidos había
sido nuestro, aún estábamos ahí, más propuse a mi esposa irnos señalando que
nunca he tenido inconveniente en manejar de madrugada en carretera, así que
estuvo de acuerdo y salimos.
3.
¿Quiero ser objetivo o debo serlo?
Si debo serlo
reconozco que ninguno de mis ahijados a tenido mayor problema en términos de
acusaciones, desgracias o padecimientos a partir de aquel “ceremonial masivo”
organizado por el policía.
Lo que sí, ha sido la actitud mezquina que
caracteriza a todo el que se inicia en la Osha, el Palo e Ifa, quienes me
confirman que esta es una religión que saca lo peor de la gente, tal cual
sucedió con algunos de los ahijados iniciados aquel día: mentirosos, ladrones,
prepotentes, tramposos y ególatras, lo peor de lo peor brotó en su
comportamiento, no por las obras, insisto, sino por su propia naturaleza.
Pero si quiero
serlo acepto que meses después de nuestra estancia aquel fin de semana en
Morelos, un subordinado de aquel Babalowo cargó con todas sus culpas y fue separado
de su cargo acusado de corrupción, mientras el otro, feliz, sigue en activo
mientras ve como sus jefes, aquellos que lo querían correr, son despedidos uno
a uno bajo los pretextos más ridículos que existen en la justicia mexicana.
Esperando te encuentres muy bien Hermano, al igual que toda tu Familia.
ResponderEliminarComo siempre, muy interesante tu historia y muy verdadera.
Tanto hombres como Orishas se mueven por interes de obtener algo, por eso se habla tanto de la Regla de Osh-Ifá y tanto pleito con los nigerianos y neo-nigerianos por acaparar a los Aleyos.
Cuídate mucho, te envío un fuerte abrazo.
Saludos.
Cómo está usted?
ResponderEliminarSugiero enfocarlo desde un punto de vista Nietzscheano, y que se vea alguna vez la tercera película de Berserk
https://www.youtube.com/watch?v=Yb1tAT737cI
Un saludo
Entoces llenarse la boca diciendo soy hij@ de tal o tal Orisha es solo una ilusión humana porque cualquiera puede sobornar el Orisha que llaman de cabezera para joderte la vida y este aceptara con gusto lo que se le ofrezca?
ResponderEliminarShalom
hola yenyok... algo así, jajaja... saludos...
ResponderEliminarsaludos omolokun, tienes toda la razón hermano... gracias por escribir, saludos por allá...
ResponderEliminarhola ketu... muy interesante Bersek, creo se convertirá en vicio, jajaja, un abrazo...
ResponderEliminar