Luego de dos intentos infructuosos finalmente este miércoles se
realizó a su servidor la entrevista pendiente en instagram: un interesantísima
conversación con la escritora y representante editorial Eva Fraile, donde abordamos
temas no solo sobre mi libro, “Mi vida con los muertos”, sino también sobre desencarnados,
hechos sobrenaturales, literatura, cine de terror y experiencias personales.
Aquí el link: https://www.instagram.com/tv/CRUML-Qoh5q/?utm_medium=share_sheet
para cutberto
1.
Como siempre, tratando de mantener
un equilibrio en la temática de las publicaciones, terminan por quedarse en
algún lugar de mi usb textos relacionados con temas como el COVID19 y demás
desgracias que bailan alegremente entre nuestros pies sin darnos cuenta: ahora
he recordado uno que escribí hace semanas sobre si valía la pena vacunase
contra el virus, pero dadas las recientes noticias del mundo espiritual, la
entrada quedará en el olvido y me centraré en esta.
2.
He seguido reuniéndome con
Curanderos, Chamanes y Espiritualistas, sí como Santeros, Paleros y Babalowos e
igual Rabís y Angelólogas, donde se han tratado varios temas, entre ellos la
pandemia que está por cumplir dos años asesinando al ser humano, reuniones
parecidas a la que se compartió en esta entrada: https://basurerodealmas.blogspot.com/2020/10/implicaciones-espirituales-detras-del.html, , a veces
presenciales, la mayoría vía zoom.
No ahondaré en el tema porque la
única novedad es que la situación se está agravando a pasos agigantados, ni
remotamente cercanos a las mentiras que cuentan las autoridad encargadas a
nivel mundial (OMS) sobre el contagio, o por los gobiernos en cada país, sobre
todo el de méxico (AMLO).
Pero tal como lo predijeron los
sabios se pondrá peor con nuevas variantes del COVID190 y otros virus que ya
están surgiendo, sin embargo, destacaré un tema en el que todas mis amistades,
sin conocerse entre sí, han coincidido: se vienen tiempos oscuros… de hecho, ya
empezaron.
No se trata de enlistar los
terremotos (Sumatra), formación de grietas y socavones (méxico), aumento de
temperatura (Canadá), erupciones (Edna), alteraciones en el mar (méxico),
descongelamiento de polos (Alaska) y demás: para quienes les invada la flojera
de buscar esas profecías en este blog simplemente ya les di un resumen de lo
sucedido la semana pasada.
Va más allá y por desgracia tiene
que ver con la vida cotidiana, pero antes de entrar al tema usaré dos frases
que llevan siglos repitiéndose en la historia de la humanidad, quizá con
algunas variantes, aunque el mensaje es el mismo: “después de la tormenta viene
la calma”, sobre todo esta, que me la enseñó un campesino “cuando más oscuro
está es porque ya va amanecer”… sí, pero antes.
Insisto en dejar claro: no hablaré
de desgracias, me referiré a energías oscuras
que en este momento están afectando toda la psique de la humanidad. A TODA,
pero tampoco ahondaré en su origen pues ello me desviaría del tema.
3.
El asunto es que todos aquellos
que están en busca de la evolución espiritual a partir de hoy deben buscar la
manera de practicar lo siguiente.
En términos mundanos, de la vida
cotidiana:
No discutir con nadie (ni familiares,
vecinos, desconocidos, amantes, autoridad, ni socios, etc.).
No contradecir a nadie (ni jefes,
ni padres, hermanos, ni hijos ni empleados de negocios, etc.).
No intentar dañar a nadie, pese a
que se tenga la razón (aunque sea en incidentes de la calle, tránsito, con
vecinos, en el trabajo, no iniciar demandas, etc.).
No violentar la dignidad de nadie,
ya sea por venganza, deseo sexual o por burla (aunque sean amigos, conocidos,
empleados o compañeros de trabajo, etc.).
Por más que se piense en que lo
que se vive es una injusticia, cualquier acción o decisión contraria a la
sabiduría, diplomacia y la discreción, terminará por volverse en su contra, les
hará paganos, hasta por años, de sus decisiones, ya que esa obscuridad se ha posesionado de millones
de aquellos, proclives a la maldad, quienes piensan que la vida es destruir a
diario todo lo que tienen a su alrededor.
REFLEXIONEN ANTES DE ACTUAR.
4.
Resígnense a padecer la muerte de
un familiar o tener pérdidas materiales, sentimentales o económicas.
No busquen venganzas.
Olvídense de intentar resarcir las
pérdidas jodiendo al prójimo.
No roben, difamen, mientan,
engañen, calumnien ni agredan.
Amárrense las manos.
Busquen contacto con la naturaleza.
5.
Sin embargo, se necesita más si
quieren protegerse y resguardar a sus familias:
Hagan ebboe con Obatalá, Yemaya y
Olokun.
Refresquen su lerí.
Practiquen yoga a diario.
Dense 7 baños de hierbas con
hierbabuena, albahaca o siempre viva (en el blog se ha explicado hasta el
cansancio cómo prepararlos).
Realicen meditación todos los
días.
Usen agua de coco frío en su
cabeza para mantenerse ecuánimes.
6.
Si todo marcha bien en eso de los
equilibrios, esto terminará en el mes de octubre, ya publicaré una
actualización sobre el tema.
¿Exagerado?, no, ni se trata de hipocresía
ni de dar clases de moral, simplemente de no dar pretextos a nadie de jodernos
la vida: no es lo mismo pasar el resto de la vida en la cárcel por un arranque
de furia que seguir llegando cada noche del trabajo y disfrutar de la familia.
1.
En mi ingenuidad e ignorancia de confiar en
las mentiras de mis padrinos de que la Santería todo lo solucionaba, pasé por
alto las punzadas en el estómago cada que tocaban el tema sobre mi próxima Yoko
Osha (hay numerosas entradas sobre esa sensación de advertencia de peligro a lo
largo del blog), misma que, “resignado”, fui comentando con mis círculos
cercanos.
2.
Las reacciones variaron: muchos
manifestaban preocupación, varios sorpresa, otros burla, algunos incredulidad y
los pocos fueron de condena al grado de que casualmente (por aquello de que no
estaba planeado), escuché los comentarios de estos últimos sobre mi decisión:
En una comida con “amigos” del trabajo
aproveché y les compartí sobre mi próxima iniciación y al terminar avisé que me
iba para continuar con un trabajo pendiente y me despedí, más mi muerto me
advirtió que debía regresar y sorprenderlos en un improvisado juicio sumario en
mi contra, mismo que por su incendiaria pasión argumental impidió se dieran
cuenta que había vuelto, y que al percibir mi presencia, provocó una palidez
colectiva (a la par de un lúgubre silencio), dignos de una fotografía.
3.
Hubo rechazo, pero también inquietud de verdaderas
amistades cuya ignorancia sobre la Osha era obvio, pero influenciados por el vox
populi que unía la Santería con el Satanismo (curioso, las dos comienzan con
“Sa”, que en sánscrito significa “con semilla”), creyeron que el paso que iba a
dar era delicado.
Ello me sucedió con los buenos deseos de S
y E, cuya amistad se remonta a más de 30 años, y que no ocultaron su inquietud
tras oír la noticia. Ironías de la vida, tras iniciarme cierta noche SR y su
esposa llegaron a mi casa pidiendo los ayudara con un problema relacionado con
su hijo (estaba desaparecido), y luego para rayar en Palo a su hermana (que no
daba una).
4.
Lo fundamental de esa parte de la historia
de mi inopia fue no haber hecho caso a las señaladas punzadas estomacales al
avanzar en los preparativos, pinchadas que eran aviso de que la solución a mis
problemas de salud no iban por los senderos de la mezquindad humana de los
iniciados en Osha e Ifa que juraban ser mis padrinos y guías, infamia
practicada ante la mirada complaciente de los dioses Yoruba.
Ni que decir que mi esposa y yo llegamos a
muchas madrugadas, tras consultarnos al pie de Orunla, conversando sobre la
falta de dinero para cubrir los gastos de la iniciación mientras se acercaba la
fecha: ella más que optimista con los beneficios que nos aseguraban obtendría,
mientras yo seguía ignorando las señales estomacales.
Eran largas horas indagando en la web, estudiando
libros o hablando por teléfono con ya iniciados (no aclaraban mis dudas ni
daban pormenores de en la que me metía),
tratando de no dejar ir ni un detalle, pero sobre todo buscando no cometer
errores que incordiaran a los
Orishas.
6.
Quedaba pendiente decírselo a mis padres,
sobre todo a mi madre: si bien a mi progenitor le eran indiferentes esos temas
(aparte de ser poco proclive a manifestar emociones), ella no veía con buenos
ojos que su hijo sobreviviente fuera Brujo (no entendía la diferencia entre
Brujo y Curandero), así que hacerse
Santero… ¡uops!
No es que ella argumentara que yo estaba a
punto de ofender a Dios para tratar
de disuadirme (digo, ante un acuariano recalcitrante no serviría de mucho lo
que de ello opinara El Señor), pero
mi discurso lleno de ignorancia y fe, insisto, tampoco le daban certezas.
7.
aaah, los padres tan sabios y los hijos tan
necios.
8.
Lo que sí debo reconocer es que tuve una
omisión con ellos: no les conté sobre mi iniciación en Palo Mayombe (de
saberlo, sobre todo explicando que sería al estilo africano y ello me dejaría
golpeado y bañado en sangre), seguro les habría provocado un ataque de histeria.
Algo interesante fue que a los días de
salir del trono llegué a casa, donde mi progenitora relajó su alma al ver que
tras haberse iniciado en la Osha, su hijo seguía siendo un cínico.
Más lo irónico no fue decir “Madre, voy a
ser Santero”, sino que tras coronar Osha mis progenitores recibieron con mi Itá
el aviso sobre la urgencia de hacer algunos ebosses, pues mi iniciación les
perjudicaba gravemente su salud (¿?). Aceptaron entre gustosos (él), y
resignados (ella) las obras, no sin antes preguntar: “¿entonces nos va a ir mejor?”.
9.
Seis meses después mi esposa siguió mis
pasos y también coronó Osha. Si bien lo tenía marcado por Itá, en su caso no
era urgente, así que días antes de entrar al trono mi padrino la cuestionó:
- ¿por qué quieres coronar Santo tan
rápido?
- porque ya no lo entiendo – me señaló
haciendo alusión a nuestras conversaciones cotidianas en las que había notado
cambios tanto en temática como en mi forma de expresarme.
Mi madre siempre ha sido poco observadora, así
que no percibió alteraciones en mi carácter, pero aprendió a cambiar con gran
rapidez el tema de la Santería en las reuniones familiares, así que cuando por
envidia su hija dijo que coronaría Osha, se lo tomó primero a la ligera y luego
a guasa hasta que el ignorante de mi padrino le avisó que sería un jueves de
Semana Santa: aquello sí que lo consideró una blasfemia.
10.
Mucho tiempo después, conforme descubrí las
mentiras de la Santería (como religión), me enfrentaba a la mezquindad de los
padrinos (como personas con tendencias asesinas) y me daba de topes por la
falta de objetividad de los Orishas (como aparentes deidades sabias), concluí
que ni siquiera valía la pena decirle a mi madre que las cosas no eran como me
las vendieron.