su
principal arma era una computadora, el mejor bastión
para
los acosadores anónimos y los cobardes.
Harlan
Coben
En alguna ocasión platicando con una amiga escritora, señalé cómo a los lectores de este blog les dejó de importar que yo dejara de interpretar sueños y de publicar textos sobre Santería e Ifa por la falta de apoyo a mis proyectos alternos.
Agregué algo que la dejó sorprendida: “de los miles de lectores que tiene Basurero de almas, nunca nadie preguntó cuáles eran los proyectos alternos… lo peor de todo – continué – es que en mi blog nunca hubo lucro por difundir la verdad sobre la práctica de la Osha e Ifa, y por el contrario, al poner en evidencia las mentiras de esa religión sufrí brujería, maldiciones e intento de robarme mis sitios web… todo para nada”.
Conocedora de las redes sociales al derecho y al revés, me señaló: “a los cibernautas solo les interesa saquear la web, robarse todo lo que puedan, porque piensan que internet es sinónimo de gratis, pero cuando se les pide algo a cambio, sobre todo solidaridad, prefieren irse a otro lado y dejar de tener lo que reciben… así es su egoísmo”.
Siguió la plática y le comenté que: “cuando publico textos sobre música, cine o literatura, las lecturas por entrada bajan considerablemente y los de temas espirituales aumentan, pero las ocasionales entradas sobre santería (en realidad textos rezagados), siguen teniendo buena acogida, lo que deja claro que algunos siguen sin entender”.
Cité a Emil Cioran para terminar la conversación sobre el tema: “no se escribe porque se tenga algo que decir, sino porque se tienen ganas de decir algo”, agregando: “la gente no comprende que yo no vivo de este blog, donde se escribía sobre santería sin chantajear a los lectores, contradiciendo a lo que hacen en la vida real los padrinos con sus ahijados: robarles”.
Quiero reiterar aquello de “no se escribe porque se tenga algo que decir, sino porque se tienen ganas de decir algo”, porque por eso escribo en mis blogs y publico mis libros: porque se me da la gana, y lo anterior viene a cuento porque recibí un mail anónimo (como siempre hace la gente que entra a este blog a desprestigiar: ocultarse cobardemente), cuyo contenido consistía exclusivamente en lo siguiente:
El curandero Felipe se parece tanto al Don Juan Matus de Carlos Castaneda ... nunca existió.
Sé que diré una vulgaridad (de antemano una disculpa a las lectoras y lectores por usarla), pero en cuanto leí ese mail me acordé de mi amigo Alejandro cuando señala: “… a ti ningún chile te acomoda”.
Y sí, anónimo, nada te tiene contento, porque supongo que eres de los que sufre porque si yo escribía sobre Santería e Ifa, malo… si no lo hago, malo; si interpretaba sueños, malo… si no lo hago, malo; si publico sobre música, y literatura, malo… si no lo hago, malo; si edito libros… malo, si no lo hago, malo; si hacíamos consultas espirituales, malo… si las dejamos de hacer, malo.
El tema es que, a estas alturas de la decadencia espiritual en el planeta, no necesito hacer aclaraciones a nadie, pues, insisto, “no se escribe porque se tenga algo que decir, sino porque se tienen ganas de decir algo”, como quien dice, escribo porque quiero, anónimo, no porque necesite que me creas ni me leas para llevar un bocado a la mesa de mi casa, así que para tu desgracia el Curandero Felipe seguirá siendo parte de tu imaginario descolectivo a consecuencia de tu descerebrada insulsez.
Así que anónimo, insisto, a ti (irresoluto, baladrón, timorato, acoquinado, pávido, apocado y demás sinónimos), te dejo claro que es una pena que ningún chile te acomode, porque con tu actitud dejas claro que vivirás en la insatisfacción hasta el fin de tus días, mientras que con cada palabra que digas o escribas te llenarás una y otra vez la boca de literal mierda.