No son merecedores de nada
1.
—El día primero de octubre no se trabaja, ya es oficial a partir
de este 2024, así que no tienen pretextos para faltar — advirtió Clara al otro
lado de la línea telefónica.
—Nos vemos en la entrada del templo antes de las 9 de la mañana —
acepté.
2.
Hace varios años que la conocimos en nuestro ir y venir por
diversos centros espiritualistas de la ciudad. Ella pertenece al antiguo Templo
del Medio Día, fundado en el año 1924 y basado en los principios de los
Espiritualistas Trinitarios Marianos*, la más conocida de las corrientes espiritualistas
en todo el país y parte de Estados Unidos.
Es tal nuestra confianza que incluso, en algún momento, Clara nos
pidió le hiciéramos un despojo luego de que un brujo la atacó tras salvar a una
niña de morir, despechado por no conseguir acostarse con la madre de la pequeña.
Nuestra amiga ha ido creciendo dentro del Templo del Medio Día al
grado de que tras mucho “desarrollo” (estudio y preparación), alcanzó el nivel
de “Facultad” (sanadora), así que más que evitar hacerle un desaire en caso de
no asistir a la Cátedra a la que nos estaba invitando, yo en lo personal tenía
ganas de ir precisamente a una de las que mensualmente ahí se realizan.
Sé que aún tengo pendiente terminar un texto para explicar qué es
una Cátedra en un Templo Espiritualista, así que lo resumiré de esta manera: es
una celebración que se realiza cada día primero de mes (en algunos es el primer
domingo), en donde el Guía entra en meditación para permitir la entrada de la divinidad, quien ofrece sanación
colectiva, entrega bendiciones y da consejos “al pueblo”.
3.
Así, aquel martes 1 de octubre llegamos al llamado Templo
Espiritualista Trinitario Mariano del Medio Día, ubicado en Tlatelolco. Si bien
las Cátedras suelen ser similares en casi todos los templos, en este hay
ciertas reglas, como colocarse en los lugares permitidos, los cuales son
asignados por las “Columnas” (ayudantes), normas que es mejor no contravenir.
Obviamente no localizamos a Clara en la entrada y fue ella quien se
acercó para saludarnos una vez que nos sentamos, lo cual lo hizo sin mucha
efusividad para cuidar las estrictas normas y disciplina que se impone en aquel
santuario.
Tras varios minutos de oraciones y cantos, entre velas y olor a incienso,
apareció “El Sello” (así se le nombra a la Guía mayor del templo, quien
representa uno de los Siete Sellos o grados de desarrollo espiritual), hizo
algunos comentarios y tras una breve meditación cayó en trance.
—“Gloria
al Padre, al hijo y al espíritu santo” — frase utilizada por la guía
para dar a entender que ha comenzado la canalización.
—Bendito
tu nombre, Padre universal, bienvenido seas — saludó la llamada Piedra
Fundamental (la segunda persona de importancia dentro del templo).
—En ese
bendito nombre yo te saludo y te bendigo, hijo mío, al igual que a toda mi
creación aquí presente.
Tras aquello, luego de asistir a numerosas Cátedras, me quedó
claro que si había llegado el “Padre Universal” es porque habría mensaje
importante. Y sucedió tal cual: comenzó señalando que de muchas maneras nos
recuerda las normas, comportamientos y valores que debemos respetar, pregonar y
llevar a la práctica para actuar de forma moralmente correcta.
—… porque
amor es lo que les he pedido para evitar las calamidades que amenazan a este
planeta — siguió la guía con una voz completamente masculina — más ustedes me han ignorado y viven plenos
de pereza, soberbia, egoísmo, violencia, indiferencia, cinismo, ambición,
perversión, miedo, envidia, mentira, crueldad, hipocresía, impaciencia,
blasfemia, ira, rebeldía y pérdida de fe. Defectos que durante siglos les he
pedido y recordado deben evitar.
—…
—En mis
templos las puertas siempre han estado abiertas para que mis “Facultades” los
curen, sanen a sus familias, quiten sus sufrimientos y les libren de las
acciones de aquellos que no creen en mi Luz. Ustedes saben que esa luz existe,
pero la han desdeñado aún y cuando en mis templos no se pide una sola moneda a
cambio para llenar sus manos de abundancia, paz, dones y consuelo.
—…
—Por
desgracia, mis pequeños, mi infinita potestad y amorosa bondad ha sido
malmirada por ustedes, la han desdeñado y ante ello no puedo hacer nada más que
recordarles que todo lo hagan o dejen de hacer tiene consecuencias, para bien o
para mal.
—…
4.
Mientras el Padre universal hablaba, observé una vez más el
templo, con su color blanco cubriéndolo todo: desde pisos, techos, sillas,
barandales y hasta madera, incluyendo la representación del implacable “Ojo avizor”
(el que todo lo ve y encuentra), en mármol blanco.
Sin embargo, tuve que reconocer que había mucha razón en la
llamada de atención que la gente estaba recibiendo, pues los tiempos han
cambiado, se ha perdido el respeto por estas ceremonias de tal manera que entre
las 120 personas que, calculé, asistimos (poco considerando que todavía hace
algunos años llegaban multitudes), de las que a lo mucho seríamos 25 los que
habíamos asistido vestidos de blanco, además de numerosas mujeres usando
pantalón, cuando antes estaba prohibido.
Seguí mirando el templo: mantenían sus escaleras de 7 escalones,
sus floreros con rosas rojas, blancas y laureles, las 3 sillas donde se sientan
en orden la Guía, la Piedra Fundamental y la Tercera Guía. Todo estaba igual
que desde hace años, excepto el corazón de la gente.
—Así,
ante sus hechos, sentimientos y palabras, debo decir que en este momento
ustedes, no solo los hijos de este pueblo, sino todos sus semejantes que
habitan en los cuatro puntos cardinales, no
son merecedores de absolutamente nada.
Si ya de por sí suele imperar el silencio durante este tipo de ceremoniales,
al escuchar estas palabras mucha gente se movió incómoda en su asiento, otros
clavaron su mirada hacia el techo o piso y solo los más atrevidos, pocos,
hicieron algún comentario en voz baja.
—Antes
de irme, les pido un gesto simple, pero que me dejaría complacido porque
entendieron mis palabras. Miren a su alrededor, a los rostros de quienes comparten
su fe en mí y véanse en ellos. Tómense un momento para saludar a quienes están
a su lado, al frente y atrás, no olviden que todos son mis hijos y ellos sus hermanos.
En este acto, no solo están creando vínculos, sino también están fortaleciendo
la familia que he querido formar entre ustedes.
La gente obedeció, estoy seguro, más por miedo que por otra cosa,
pues en los rostros de la mayoría no se reflejó verdadero convencimiento por la
petición.
—Así
como se les pidió muchos ciclos atrás pintar con sangre de cordero una cruz en la
puerta de sus chozas para ser protegidos, así ahora les digo: pinten una cruz
en su corazón con la luz dorada de mi amor infinito.
—…
—Hoy me
despido de ustedes, mis hijos, en espera de que cada uno retome las riendas de
su destino tras entender mi consejo. Mi amor por ustedes no decae, en cada
latido de sus corazones y en cada gesto de bondad seguiré guiándolos en
silencio.
Después de aquello el Padre Universal se despidió entregando
bendiciones, mismas que eran recibidas por la gente sus manos, ansiosas, con
las palmas hacia arriba.
Luego, la Guía mayor salió de trance y de inmediato fue asistida
por la Piedra Fundamental y la Tercera Guía, acomodándola en una silla para que
terminara de recuperarse.
5.
Cualquiera diría que aquello fue contradictorio, pues si la
divinidad dijo que no éramos merecedores
de absolutamente nada, entonces ¿por qué entregó bendiciones? Bueno, si
alguien se lo pregunta es porque no entiende la esencia del Padre Universal ni
la del espiritualismo.
6.
Propuse a mi esposa ser de los primeros en salir, sin embargo, me
avisó que antes conseguiría Bálsamo espiritual y Aceite sagrado, el cual es
obsequiado por dos Columnas a cualquiera que lo solicite, por lo cual tardamos
unos 20 minutos en abandonar el templo.
Ya no intentamos de localizar a Clara. Seguramente ella nos
buscaría por teléfono ese mismo día para pedir nuestra opinión sobre “el
regaño”, sobre todo en las posibles consecuencias que tendría para la humanidad
no merecer nada.
* El Espiritualismo Trinitario Mariano es
una práctica espiritual (aunque sus creyentes la consideran religión), establecida
en méxico en 1921, que combina elementos del cristianismo con estados de trance
usados en el espiritismo kardeciano.
Cuando vamos a entender que sólo la evolución espiritual individual nos va a llevar a la evolución colectiva de la humanidad. Nos duele el maltrato a los animales pero no nos duele ignorar a nuestros congéneres?
ResponderEliminarNo nos duele el maltrato al mundo que es nuestra casa? Cada pequeña cosa conforma un todo y todo es una unidad.
Muy buena entrada pero son gritos en silencio. Que pena