La lectura de un texto por lo regular provoca
en el lector al terminarlo algún grado de satisfacción, ya sea por el ágil
ritmo narrativo con el que fue escrito, por lo novedoso y en ocasiones hasta por
lo divertido, por el mismo contenido, pero en general debería dejar un buen
sabor de boca por haber adquirido un poco más de conocimiento sobre el planeta
sobre el que tenemos puestos los pies…
Sin embargo, la lectura del interesante reportaje
“Los griots ya no cantan en Malí”, independientemente de que deja en el lector
una semilla más de sabiduría en su intelecto, también coloca un dejo de
frustración al enterarnos de cómo la cultura universal, ya sea por la
ignorancia o por decisión autoritaria, no deja de ser perseguida y en algunos
casos consigue malsanamente ser erradicada, como ha sucedido desde el principio
de la humanidad…
Para quien no conozca ese interesante y
relativamente breve texto*,
escrito por ese multifacético caso llamado Amelia Castilla (periodista cultural
de diario español El país), debería saber que en él se aborda las consecuencias
que está provocando ejecución de una ley promulgada por los rebeldes Tuareg (pueblo
nómada del desierto del Sáhara, cuya extrema marginación los llevó a iniciar
una rebelión que les permitió “liberar” a partir de marzo de este año, las ciudades de Tombuctú, Kidal y Gao
ubicadas en el norte de Mali, declarando su independencia del Estado de Azawad),
que entre las muchas estupideces que contiene prohíbe la música, y en
consecuencia también corta de tajo el universalmente famoso Festival del
Desierto (impresionante festividad multicultural celebrado desde el año 2001 al
sur del desierto del Sahara) que se realizaba
en la localidad de Essakane, todo esto en la africana República de Malí...
La conquista de este territorio irónicamente se está convirtiendo en un dolor de cabeza para el continente africano, debido a que la ideología que los rebeldes profesan es el Islam... “No llevamos armas ahora para entregarlas mañana”, afirma desde Tombuctú el líder tuareg Sand Ould Boumama, “Resistiremos porque es nuestro derecho”, advierte amenazante… y para demostrarlo no sólo están destruyendo el legado musical de Mali: este diciembre de 2012 la ciudad de Tombuctú vio revivir la misma suerte que tuvieron los budas de Bamiyán en manos de los talibanes en Afganistan, al comenzar a ser destruidos todos los mausoleos (declarados patrimonio de la humanidad), por “órdenes de Alá”, según afirma Abú Dardar, uno de los líderes de los Tuareg…
La conquista de este territorio irónicamente se está convirtiendo en un dolor de cabeza para el continente africano, debido a que la ideología que los rebeldes profesan es el Islam... “No llevamos armas ahora para entregarlas mañana”, afirma desde Tombuctú el líder tuareg Sand Ould Boumama, “Resistiremos porque es nuestro derecho”, advierte amenazante… y para demostrarlo no sólo están destruyendo el legado musical de Mali: este diciembre de 2012 la ciudad de Tombuctú vio revivir la misma suerte que tuvieron los budas de Bamiyán en manos de los talibanes en Afganistan, al comenzar a ser destruidos todos los mausoleos (declarados patrimonio de la humanidad), por “órdenes de Alá”, según afirma Abú Dardar, uno de los líderes de los Tuareg…
Pero volviendo al tema de la música vale la pena destacar que el recién conquistado norte de Malí tiene (¿o tenía?) entre sus
virtudes la de mantener la milenaria tradición de transmitir oralmente su
cultura a través de “los griots”, que no son otra cosa más que narradores trashumantes
que cuentan la historia de su cultura de pueblo en pueblo, a través de poemas
musicalizados (canciones, dirían los occidentales) a manera de los viejos
juglares aunque en este caso rurales y usando un milenario instrumento de
cuerdas llamado “jola akonting” (una especie de rústica guitarra) para
acompañar sus versos…
Si bien es cierto que se cita a Mali como el
principal país heredero de esta cultura, también en otros países como Mauritania,
Ghana, Senegal, Burkina Faso, Guinea, Costa de Marfil, Nigeria y Gambia, por
mencionar sólo algunos y en donde existen variaciones en los instrumentos con
los que se interpreta, como son el Balá, el Kora y el Laud…
Sin embargo, para aquellos que piensen que “los griots” no son más que una mera curiosidad antropológica regional, les tengo noticias: el norte de Mali es el lugar de origen de ese género musical que vino a revolucionar la música en todo el mundo: el blues, “ritmo” que en manos de los negros norteamericanos dio origen al jazz, al rock and rol y en general a toda la música que suena hoy en la mayor parte de estaciones de radio en el mundo…
Sin embargo, para aquellos que piensen que “los griots” no son más que una mera curiosidad antropológica regional, les tengo noticias: el norte de Mali es el lugar de origen de ese género musical que vino a revolucionar la música en todo el mundo: el blues, “ritmo” que en manos de los negros norteamericanos dio origen al jazz, al rock and rol y en general a toda la música que suena hoy en la mayor parte de estaciones de radio en el mundo…
Si bien el texto de Amelia Castilla no es
muy esperanzador, por lo pronto para entender la importancia de estos juglares
y la influencia que “los griots” ha tenido en la cultura universal, contamos
con un excelente registro musical que condensa toda la herencia musical que se
nos ha transmitido a través de muchos años: el multiconocido disco Talking
Timbuktu que el griot malinense Ali Farka Touré grabó junto con Ry Cooder (sí,
el posterior responsable musical de ese boom mediático-musical llamado
Buenavista Social Club)…
Fallecido por desgracia en marzo de 2006 a
los prematuros 67 años, Ali Farka Touré era mundialmente apodado el “Bluesman de
Africa” (tenía otros sobrenombres como el ser llamado injustamente "el
John Lee Hooker africano": acaso por sí sólo no merecía dejar ser comparado con otros músicos?), y si bien en su multipremiado disco Talking
Timbuktu con su impresionante calidad tanto sonora como lírica, plasmó el ya
citado testimonio irrefutable de que el Blues como género musical sí provino
originalmente del continente negro, en realidad su diversidad interpretativa
como músico dejó interesantísimas grabaciones que bien pueden considerarse
hitos para entender (quizá dentro de cientos de años para los futuros
antropólogos) la profunda y multifacética herencia cultural que África aportó a
la cultura universal…
Sin embargo, el nombre de Ali Farka Touré (quien pasaba a extrar notas del “jola akonting” a la guitarra eléctrica con virtuosa facilidad), no es el único que debe reconocerse como el máximo representante de “los griots”, existen otros que aunque mundialmente famosos, aportan particulares estiras al género Nino Galissa, Toumani Diabaté, Fodéba Keïta, Jali Kunda, Fodéba Keïta y el polémico Bakari Sumano, y los más modernizados Salif Keita, Baaba Maal y Youssou N'Dour por mencionar sólo algunos, y los ya citados por la propia Amelia Castilla, los impresionantes Habib Koite, Rokia Traoré y Eric Bibb, la mayoría de estos últimos viviendo en el exilio para evitar la persecución de los Tuareg…
Sin embargo, el nombre de Ali Farka Touré (quien pasaba a extrar notas del “jola akonting” a la guitarra eléctrica con virtuosa facilidad), no es el único que debe reconocerse como el máximo representante de “los griots”, existen otros que aunque mundialmente famosos, aportan particulares estiras al género Nino Galissa, Toumani Diabaté, Fodéba Keïta, Jali Kunda, Fodéba Keïta y el polémico Bakari Sumano, y los más modernizados Salif Keita, Baaba Maal y Youssou N'Dour por mencionar sólo algunos, y los ya citados por la propia Amelia Castilla, los impresionantes Habib Koite, Rokia Traoré y Eric Bibb, la mayoría de estos últimos viviendo en el exilio para evitar la persecución de los Tuareg…
Ali Farka Touré -
Amandrai
Descubrí la música africana hace más de 20
años con un impresionante disco llamado “The Indestructible Beat Of Soweto”
(mismo que aún conservo), en donde no sólo quedé impresionado al descubrir la
enorme influencia que el “afro beat” (por llamarlo globalmente de alguna
manera) tiene en el Son Jarocho: también los conocidos con quienes compartí ese
descubrimiento quedaron incrédulamente maravillados… y con el tiempo profundicé
en el estudio musical de los tan variados ritmos africanos, encontrándome con
otro tipo de influencias en los más diversos géneros de la historia de la
humanidad, que van desde el Jazz hasta la Salsa y la música electrónica, pero
fue en el Blues en donde más gratamente quedé sorprendido…
¿Pero y por qué algún curioso debería “perder”
un poco de su tiempo para escuchar alguno de “los griots” anteriormente
mencionados, o incluso para qué investigar por su cuenta y seleccionar al
músico que más le llame la atención y conocer a este tipo de trovadores?...
Quizá la respuesta la tiene el productor
londinense Nick Gold, quien además de ser el descubridor de Ali Farka Touré,
fue el responsable de ese fenómeno de la música cubana llamado Buena
Vista Social Club y también causante de la reaparición del célebre combo senegalés
Orchestra Baobab, cuando afirma: “En
África, la música tradicional tiene un sentido contemporáneo que no tiene en
otras partes. Desde el principio tuve claro que su música no era una moda
pasajera”...
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