Era sábado al
medio día y me encontraba en el Tianguis Cultural del Chopo conversando con
Gerardo Austria (científico y escritor) y Miguel Tajobase (músico y productor).
Rafael Catana se acercó y tras los saludos de rigor me hizo una pregunta que me
descontroló.
– ¿qué estás
escribiendo?
– de momento
nada – confesé – ni estoy publicando en ningún lado.
– ¿y eso? –
insistió…
– no he tenido
tiempo – me sinceré de nuevo.
– ese es el
pretexto más falso que te he escuchado decir – dijo Rafael tras soltar una de
sus características risotadas.
– es la verdad
– insistí.
– te voy a
demostrar que la falta de tiempo no te justifica: una hoja se escribe en media
hora, si te limitas a escribir una al día en un año tienes 365 cuartillas, lo
que equivale a una novela, mínimo dos libros de cuentos e incluso tres de
poesía – y agregó sin dar pie a discusiones – así que deja de inventar excusas.
No tuve
argumentos para debatirle, así que bajo aquella premisa escribí mi segunda
novela (“En el camino”), en unos seis meses y comencé a colaborar en dos
revistas. Al poco, Catana me hizo un par de entrevistas sobre mi obra literaria
en su legendario programa de radio “Pueblo de patinetas” y seguí publicando
donde se me diera un espacio.
2.
Rafael Catana es un artista sin cuya presencia el méxico sonoro
y literario no sería el que conocemos: compositor, músico, poeta, integrante del
Infrarrealismo, promotor cultural, fundador del movimiento Rupestre, incansable
bromista y eterno solidario: si bien se le señala como retratista de la realidad, yo lo defino como un consumado autor.
Acerca de él se ha escrito ya en este blog*, y si bien se
le conoce sobre todo por su faceta como músico, esta vez abordaré su carrera
como escritor por la publicación de su libro “Los pájaros de la cervecería”
(una bella coedición entre “Ediciones sin fin” y “La zorra vuelve al gallinero”),
el cual tuvo su proceso de creación, irónico, alejado de la anécdota con la que
inicia esta entrada.
3.
Hablar de poesía en méxico se convierte en algo surrealista:
es un género que muchos califican para minorías, aunque este país ha producido una
considerable cantidad de poetas que han conseguido grabar su nombre en los
anaqueles de la literatura universal, algo que Rafael podría alcanzar en breve
si mantiene constante la publicación de sus textos.
La afirmación anterior no es gratuita y su currícula lo
demuestra: a “Los pájaros de la cervecería” le antecede su poemario “Salón
Brasil”, colaboró en las antologías “Perros habitados por las voces del
desierto”, “Palabra nueva (Poesía chicana)”, participando también en prestigiadas
revistas mexicanas (Casa del tiempo) y europeas (Mensuel 25).
Por si lo anterior no fuera suficiente, las letras de sus
seis discos como solista están cercanas a ser poesía pura (aunque él no está
muy de acuerdo con esto e insiste en llamarlas canciones), de aquí que no es
arriesgado afirmar que su producción literaria es más que basta (Bob Dylan
dixit).
4.
¿Qué caracteriza a Rafael Catana como poeta y qué encontraremos
en su nuevo libro?
Las dos preguntas tienen la misma respuesta, al igual que todos
los caminos llevan a Roma: una lírica precisa cuya universalidad impacta,
contundente, en las entrañas del lector, odas producto de un agudo observador
de un entorno interpretado bajo un matiz único.
Viajero perseverante no solo por su requerida presencia en
todos los espacios culturales del país, sino por su imposibilidad de quedarse
quieto, sus poemas son a su vez trazos autobiográficos plasmados por 20 años entre
su ir y venir bordeando la realidad, metiéndose en esas vísceras y saliendo de
ellas con el alma transformada tras las emociones provocadas por los claros/oscuros
de sus etéricas vivencias.
Por si no fuera suficiente ese rompimiento del equilibrio
dinámico de la existencia que el escritor consigue, cada frase plasmada en el poemario
conlleva una cadencia que no deja indiferente, mueve, sacude y cuestiona sin
tregua: ¿subes o bajas? ¿tienes o falta? ¿vas o vienes? ¿aquí o allá? … ¿vives
o mueres?
5.
Libro ineludible en todos los sentidos, ya sea para
quienes conocen el trabajo de Rafael como músico, o para quienes valoran la
auténtica poesía, y para demostrarles que vale la pena conseguirlo, les dejo la
siguiente anécdota:
Tras batallar un poco lo adquirí en la obligada librería “La
Torre de Lulio”, mas luego de leerlo cometí un error: conversando en una tertulia
con Elissa, también poeta, destaqué que por si no fuera suficiente su belleza
lírica, Catana rompía con los paradigmas de la puntuación, tema que le atrajo,
y luego de insistir, me convenció de prestárselo prometiendo regresarlo en
breve… algo que no hizo: dejó de contestar mis mails, el teléfono y al final me
bloqueó en whatsapp.
Así que si ven el libro no duden: cómprenlo, pero nunca lo
presten.
6.
A manera de posdata: me emociona que Catana y yo tengamos
nuevos libros publicados, él con “Los pájaros de la cervecería” y yo con “Mi
vida con los muertos”… ya saben, uno que es cursi.
* https://basurerodealmas.blogspot.com/2012/10/la–fiesta–del–fin–del–milenio.html
https://basurerodealmas.blogspot.com/2014/11/es–lo–malo–de–los–libros–18–mi–vida–con_19.html
https://basurerodealmas.blogspot.com/2015/09/rupestre–el–libro.html
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