No soy contemporáneo de los Rupestres, aunque
los conocí a través de mis andanzas el Multiforo Cultural Alicia: espacio que
sirvió para mantener más o menos vivo el movimiento lírico-musical encabezado
por Rafael Catana y cuyo máximo
exponente es el cuestionable “Rockdrigo González”…
El movimiento Rupestre ha sido catalogado de varias maneras, pero Jorge Pantoja (tenaz
promotor cultural), los define a la perfección como “el eslabón perdido entre la canción de protesta y el rock urbano”, lo
que hace justicia a una de las corrientes musicales más propositivas surgidas
en década de los 80s en el méxico urbano… Pantoja señala, además, que son un
conjunto de músicos “que a falta de
recursos para formar bandas se hacían acompañar de su guitarra, un teclado o
una armónica, y su riqueza artística estribaba en sus letras, muchas veces
complejas y más cercanas al folk”...
“Rupestre, el
libro” es un proyecto coordinado por Pantoja, quien acompañado de musicólogos como Raúl Silva, Felipe Cabello, Rodrigo de Oyarzabal, Liliana García y Juan Pablo Proal llevan
de la mano a sus protagonistas, vía entrevistas, a tratar de responder la
pregunta: ¿Qué pasó con los Rupestres?…
Al pasar las páginas del texto recordé mis
vivencias con algunos de ellos: desde mi primera plática con Gerardo Enciso
tras un concierto al frente del grupo “Poder ejecutivo”, las dudas que siempre
me provocó la actitud de Armando Rosas, mis casuales borracheras con Nina
Galindo, los encontronazos ideológicos con Fausto Arrellín y finalmente el par
de entrevistas que me hizo Rafael Catana sobre mi obra literaria en su programa
de radio “Pueblo de patinetas”…
Originalmente Jorge Pantoja pretendía
averiguar qué pasó con los Rupestres?,
pero el libro va más allá y se convierte en una interesante, sincera y
desmitificadora radiografía de ese
Distrito Federal que a lo largo de su historia ha visto brotar diversidad de
propuestas artísticas de las que destacan estos originales crooners…
En qué sentido el libro es interesante,
sincero
y desmitificador?
Interesante porque los músicos
entrevistados hablan sobre lo que fue (y sigue siendo) su movimiento, pero también
de la manera en que ven y retratan a la sociedad mexicana, declaraciones de las
que se obtienen definiciones llenas de irrefutable verdad…
Roberto Ponce afirma: “La magia Rupestre floreció en el momento justo de apertura a las
tocadas de rock con la voluntad de gente precisa y en el lugar más adecuado” …
“los cantautores Rupestres dejaron un sello notable en el historial rockero
mexicano. Su influencia puede ser minimizada o soslayada, mas no su existir”...
Rafael Catana describe el contexto en el
que se desarrollaron como músicos al definir su surgimiento: “… en una ciudad conservadora como el DF de
un país sin autoestima y tan conservador como es México, en donde mientras no
toquen a tu familia y no te metas en lo que pasa en el mundo todo parece normal”...
Roberto González apunta: “A veces había cierto rechazo, sobre todo,
quizá, de parte del mundo del folklore, que estaba más cercano a la
intelectualidad y a la política. Jaime y yo llegamos con nuestras canciones a
La Peña del Nagual y de repente había gente que se acercaba como en buena onda
y decía: ‘¿Por qué en vez de esas cancioncitas que haces no las tocas mejor al
ritmo de chacarera o con un cuatro?”...
Sincero porque muestra a
los músicos reflexionando sobre su evolución política, artística y social para después
reconocer que son seres de carne y hueso…
Nina Galindo se queja: “Todo el 2012 fue uno de los peores años de
mi vida, pues no fue hasta agosto que tuve mi primera tocada. ¡Imagínate! Más
de medio año sin nada de nada. No soy de ningún partido; la gente que me conoce
sabe bien cuál es mi manera de pensar y mi posición ante la vida. Me gusta la
justicia y la igualdad para la gente”…
Hay desenfado como en la anécdota que
cuenta Luis Álvarez (El Haragán): “Recuerdo
un Festival de Músicos Callejeros de la Ciudad de México… en el momento en que
bajé” del escenario y Rafael Catana
“me dijo: “está bien lo que traes, ¿sabes qué? Si tuviera lana, cabrón, te
producía un disco. Nomás porque no tengo”...
Desmitificador porque Rafael
Catana (el auténtico pilar del movimiento), expone sin mitos ni leyendas la auténtica
personalidad de Rockdrigo González, de quien se refiere como una persona que:
“…
quería brillar más que John Lennon; algo realmente imposible”… “Rockdrigo era
un hijo de la chingada. Todo mundo lo mitifica pero era un hijo de la chingada,
en el estricto sentido de la palabra, porque le tocó venir de los setenta,
donde en el ambiente del rock te tenías que cuidar la espalda. Afortunadamente,
esta generación del Movimiento Rupestre la hicimos para no tener que cuidarnos
la espalda del otro músico. Rockdrigo sí se cuidaba la espalda y agandallaba a
otros músicos, porque era su lógica de vida y tenía cierta negatividad en ese
sentido. Eso no le quita lo gran artista, por supuesto”…
Durante la presentación del libro
Foto: Miguel Dimayuga
Aparte de las observaciones anteriores, el
libro incluye la historia sobre la famosa
foto que aglutina a todos los Rupestres tomada por Virginia Rodríguez en
1985…
Así, “Rupestre, el libro” no es un
ejercicio melancólico ni solemne (en el medio cultural se le define como “una
celebración”), ya que méxico con su raza, historia, cultura y karma ofrece temas
para ser escrutados bajo la particular y vigente óptica de estos modernos juglares…
El movimiento sigue vigente, y si bien su popularidad no es la que tenía a mediados
de la década de los 80s (y hasta principios de los 90s), sus exponentes aún hacen
sonar sus notas y dejan escuchar su particular punto de vista sobre la cotidianeidad social…
A lo largo de más de 160 páginas los
Rupestres tienen su voz: aparte de los más conocidos como Eblen Macari, Rafael
Catana, Roberto González, Fausto Arrellín, Nina Galindo y Roberto Ponce también
se asoman Iván Rosas, Armando Rosas, Carlos Arellano, Luis Álvarez (El
Haragán), Armando Palomas, Arturo Meza e incluso Gerardo Enciso, el gran
ausente por decisión propia, tiene su capítulo…
Curiosamente en esta variedad de exponentes
encontramos un punto débil no atribuible al proyecto sino a sus protagonistas:
el desencanto que se percibe en algunos, quienes en sus testimonios no ocultan
su frustración por la falta de espacios y financiamiento para continuar con su quehacer
artístico…
La importancia de los Rupestres en la cultura
mexicana es fundamental y palpable que además de este libro cuentan con otros
testimonios: “Rupestre, El documental” (filmado durante las entrevistas) y “Rupestre,
El Cancionero” (una selección de canciones emblemáticas del movimiento), todos
de gran valía para comprender al desahuciado, ensangrentado, desesperanzado y
sumiso méxico actual…
Jorge Pantoja
coordinador, “Rupestre, el libro”, 162 páginas, Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes, 2013, distribución gratuita.
Descarga: http://culturaindependiente.mx/descargas/rupestre.pdf
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