23 de agosto de 2022

Cómo evitar que Ifa haga de la limpia del karma un infierno (último)

 


para rocío y julio, los amigos
que siempre están ahí

25.
Reitero, como he dicho antes, que romper el karma, tal como se describió aquí, requiere de tomar decisiones e incorporar cambios en las actitudes cotidianas, así que no se espere a que, como muchos desean, será cuestión de tomarse una pastilla y santo remedio, ni realizar costosas ceremonias ni mucho menos seguir al pie de la letra recetas de cocina, sin embargo, tampoco será doloroso como algunas religiones y prácticas espirituales quieren vendernos.
 
Más llegados al final de este tratado quiero agregar que el 95% las sugerencias planteadas sobre el rompimiento de karmas, han sido probadas y comprobadas por su servidor, mientras que el restante 5%, contenidas en el apartado 26, me fueron compartidas por el Curandero Felipe.
 
Dejé al último esta opción para romper karmas, sin embargo, debo aclarar que si bien este tema despertará suspicacia en algunos, lo abordaré solo bajo una leve pincelada de teología con la intención de sacar del error a muchos que creen que atañe solo a los católicos.
 
Uno de los factores que más permea la continuidad al momento de hablar de karmas y reencarnaciones para depurarlos es la ignorancia. Quizá a muchos esto no les interese o no quieran meterse en conflictos pues de alguna manera saldrían salpicados, pero el oscurantismo en una creencia religiosa es el obstáculo más grave de todos porque está plagado de fe, ese concepto tan intangible que termina por destruir toda lógica e impide entender la evolución espiritual en su verdadera magnitud.
 
Así, para romper con este paradigma empecemos señalando que decir San Rafael, San Miguel, San Gabriel o San quien les ocurra es un ejemplo de la ignorancia de la que hablo y esto lo destaco por la opción que considero más importante al momento de romper karmas: invocar a Miguel Arcángel para que se encargue de ello.
 
Sí, Miguel Arcángel no es “san” ni es propiedad de católicos, cristianos, santeros, cabalistas ni de cualquier religión que solo ha basado sus dogmas en el despojo de otras prácticas espirituales.
 
Miguel Arcángel es una entidad y la única autorizada por lo que se conoce como “Junta kármica” para intervenir en favor de los seres humanos, el cual está autorizado para romper con todas las formas de expiación de los karmas sin tener que cumplir con la obligación de reencarnar una y otra vez en el plano terrenal.
 
No entraré en una disertación sobre quién es Miguel Arcángel, pues no es el objeto de esta entrada, más sí diré que es una entidad que nada tiene que ver con la iglesia católica ni cristiana, así que creyentes ciegos de estas religiones, por favor, absténganse de seguir leyendo.
 
En este sentido también señalaré brevemente que cada planeta en el universo tiene asignada una entidad para atender todos los asuntos con la espiritualidad y el equilibrio entre el bien y el mal, y en el caso de nuestro planeta es precisamente Miguel Arcángel, el cual, para algunas creencias como los urantianos él y Jesucristo son lo mismo. Y sugiero no perder de vista esto.
 
Sugiero al lector buscar un par de imágenes de Miguel Arcángel en la web, donde en una se le verá pisoteando un demonio y otras portando un uniforme de campaña. En las dos descubrirá que en su mano derecha empuña una espada, la llamada “espada flamígera”, con la cual libra sus batallas.
 
Sobre la primera versión no hay mucho que decir, salvo que él hace frente a la malignidad representada en un demoníaco dragón convertido creador de los problemas que a diario aquejan a los seres humanos, sin embargo, la segunda versión es la que nos interesa.
 
A Miguel Arcángel muchas personas lo han convertido en amuleto de protección, dejando de lado su función principal: el rompimiento de karmas. Hacerse devoto de él conlleva una de las creencias menos esclavizantes, cuando se habla de rendirle culto a una deidad, pues si bien él sirve para protección, su función principal es para el rompimiento de karmas, para lo cual se sugiere lo siguiente:
 
Primera opción:
 
Contactarse con una canalizadora de Miguel Arcángel y pedirle terapias de rompimiento de karmas.
 
Segunda opción:
 
Colocar un altar y/o portar una medalla de Miguel Arcángel es al gusto de cada quién.
 
Si se opta por poner un altar que sea con la figura en la que únicamente porta la espada (NO en la que pisa al dragón), en donde el mantel o tela sobre la que se ponga la figura deberá ser color azul, igual que las velas que se le enciendan.
 
Si se decide usar una medalla, al igual que la cadena, deberán ser de oro o de plata, pero NO se debe combinar ninguno de los dos metales. El día que la compren la meten en un vaso con agua y la ponen en el altar, ante la figura de del arcángel, y si no se tiene, entonces en un mueble donde quede en la parte alta, se pide sea activada y se cuelga al cuello al siguiente día.
 
Peticiones para el rompimiento de karmas:
 
Petición uno:
 
Pido a Miguel Arcángel que con su espada flamígera rompa todo enlace fetico y energético que haya adquirido en esta vida, en reencarnaciones pasadas y desde mis ancestros.
 
Petición dos:
 
Invoco al Arcángel Miguel para que me ayude a cortar todos mis contratos, juramentos y acuerdos que he hecho a todo ser vivo de esta vida o de mis vidas pasadas; y pido también su intervención para pedir perdón a todo ser vivo que haya dañado en esta vida o en mis vidas pasadas, así como que haga saber a todos que perdono a cualquiera que me haya hecho daño en esta vida o en mis reencarnaciones anteriores.
 
Es importante señalar que cualquiera de las dos peticiones a Miguel Arcángel se deberán hacer conforme a las necesidades de la persona, sin embargo, si se realiza todos los días, obviamente el resultado será mejor.
 
26.
 
Últimas recomendaciones para no adquirir karma o para no tener que reencarnar para purgarlo, pero antes plantearé un breve contexto de por qué esto es posible.
 
La verdadera mitología griega es más que leyendas sobre cómo los Dioses deciden sobre el destino del ser humano, y de paso, los pleitos entre ellos por aquellas personas que de alguna manera consideraban sus protegidos.
 
Si alguien recuerda, Caronte es una figura de esa mitología, el barquero encargado de llevar el espíritu de los muertos, a través del río Aquerón, al Hades, donde todos entregarían cuentas de lo hecho en vida y en dónde se decidirá su siguiente reencarnación.
 
La leyenda advierte que el trayecto era tan largo y desesperante que las almas padecían cansancio, hambre y sed terribles, pero que tenían prohibido ya no digamos beber agua del río: ni siquiera podían tocarla, por lo que al llegar “La morada de los muertos” lo primero que hacían al bajar de la barca era precisamente beber del líquido prohibido, sellando con ello la obligación de volver reencarnar, aunque hubiesen sido buenas personas en vida.
 
Así, esa parte omitida de la leyenda de Caronte nos demuestra que existen opciones para evitar la reencarnación y seguir pagando karmas, de entre las cuales destacan las siguientes que en su momento me fueron compartidas por el Curandero Felipe.
 
1. Eviten controlar la vida de cualquier persona y vivan de manera tan sencilla y simple como sea posible.
 
2. Realicen terapias de regresiones a vidas pasadas (con una persona que sepa, entre otras cosas, que les explique la simbología de todo lo que verán en cada renacimiento), para que sepan que vienen a depurar en su actual reencarnación y se encarguen de realizarlo tal cual se ha recomendado en este breve tratado.
 
3. Soliciten a sus familiares que al morir eviten los rituales funerarios, sobre todo los tres días que velación que tanto mortuorio placer provoca en los países latinoamericanos.
 
4. No hagan promesas con ninguna persona (amor, apoyo, fidelidad, acompañamiento, etc.) ni con entidades de ningún tipo (atención, lealtad, ofrendas, iniciaciones, mandas, etc.). Si las han realizado rompan todo vínculo con ellas de manera diplomática (para los interesados en este tema, más adelante explicaré en otra entrada como romper promesas).
 
5. Soliciten sean enterrados en un ataúd de madera.
 
6. Mantengan una comunicación constante con su Dios preferido (oración y/o conversaciones), y avísenle que ya han vivido las experiencias por las que habían solicitado encarnar, pero que ya no desean volver a hacerlo y que les permita volver a su lado.
 
7. Por irónico que parezca lo que voy decir, considerando que soy Muertero, eviten el uso del espiritismo, médiums, espiritualistas y videntes para establecer contacto o comunicarse con cualquier desencarnado (ojo, ello no quiere decir que usen sus dones para localizarlos y darles camino).
 
8. No maldigan, calumnien ni hagan brujerías (solo en caso de que conozcan el secreto para realizarlas sin ser visto), ni maten a ningún congénere (como verán estas prohibiciones son muy específicas).
 
9. Si tienen un don espiritual, desarróllenlo pues antes de nacer ustedes pactaron con su dios preferido poseerlo y darle uso.
 
10. Al momento de morir eviten entrar al llamado “Túnel de luz blanca” con el pretexto de que al final podrán reunirse con sus familiares muertos, ya que en realidad es una cosechadora de almas que se mantiene reciclándolas junto con la de los antepasados. Si bien para algunos esto sería complicado, si se toma conciencia a lo largo de la vida de lo desastroso que significaría entrar a través de él, pero sobre todo si se trabaja en la evolución espiritual, por el camino que sea, se podrá realizar cuando llegue el momento preciso.
 
Finalmente, no se piense que estos diez incisos son un pasaporte a la impunidad. Si bien es cierto que este tratado se desarrolló teniendo como ejes el karma y su purga a través de la reencarnación, no debemos olvidar que el pago no necesariamente se hace en la siguiente vida, puede comenzar en la actual dependiendo del comportamiento que tenga la persona, para bien o para mal.

11 de agosto de 2022

Cómo evitar que Ifa haga de la limpia del karma un infierno (6)

 


para Yaretzi, Yael y Aldo

21.
¿Sabía el lector que el ser humano tiene 26 sentidos, no 5 como quieren hacernos creer?
 
No listaré los 26 porque (como muchos temas aquí), sería agotador explicarlos y ello nos alejaría de la siguiente opción para romper el karma y el destino, sin embargo, debo decir que nuestro comportamiento diario, todo lo que hacemos, desde trabajar, beber, tener sexo, comer y hasta matar, tienen que ver con la satisfacción de esos 26 sentidos.
 
Es esa complacencia la que mueve nuestros instintos, es el motor de todo lo que hacemos y me permito la redundancia, para satisfacerlos: sabores, placeres, texturas, sensaciones, lujos, visiones, olores, sentimientos… pero también buscamos satisfacer “las necesidades” (los sentidos), de la familia, también allegadas a los instintos, pero cuya imposición, en esposa e hijos, es producto, por ejemplo, si hablamos del hombre, como el jefe de familia, que es quien decide lo que se hará o no hará en la vida cotidiana.
 
No, no se crea que la mujer lo haría mejor: cualquier persona que decide el modo de vida de los demás, matriarcado o patriarcado, conlleva una imposición karmática sobre sus obedientes, así que el destino, más allá de lo que digan los dioses carceleros, es replicado gustosamente por los humanos a lo largo de su existencia.
 
(¿sabían que la palabra “destino” es una deformación de “desatino”? solo así se entiende por qué el destino son los remaches del karma en términos de acentuación de ciertas situaciones que se repiten a lo largo de nuestra vida)
 
Supongo que el lector ya ha ido vislumbrando la solución y la considera simple, pero de todos modos lo comparto: dejando de alimentar esos 26 sentidos, cambiando radicalmente la forma de alimentarse, dormir, comer, fornicar, respirar, sentir, disfrutar… vivir, pero también cambiar la manera de vincularse con la sociedad, con la reacción a los problemas, con la manera de razonar ante la vida habitual… dejar de ser esclavos de nuestro “yo cotidiano”, dejar de ser nosotros aunque tengamos 30, 40, 50 o 60 años de edad, para asumir una nueva personalidad.
 
Sí claro, somos animales de costumbres, pero déjenme compartir un ejemplo de hasta dónde llega la simpleza humana: hace años, tras recibir mi última advertencia para coronar santo si no quería morir, mi padrino me dijo “debes ver la vida de forma diferente”, a lo que ególatramente dije “téngame paciencia, tengo 40 años haciendo las mismas pendejadas y no me pida que cambie de un día a otro”.
 
Fue precisamente, tras jurarme como Santero, que descubrí que la Osha lejos de cambiar mi forma de ser, reiteró mis necedades, debilidades y defectos, aunque años de estudio después descubrí que la Osha te los obliga a vivir una y otra vez, tramposamente, para mantenerte en la consulta permanente ante un Orisha y los eternos ebboses, la misma actitud para someterte al karma y el destino, aunque, por suerte, otras prácticas espirituales me enseñaron que somos dueños de nuestro karma, sí, pero también de la voluntad de romperlo si dejemos de ser nosotros mismos.
 
A lo anterior debemos agregar que los sentidos incentivan las emociones, las cuales son fundamentales al tomar decisiones. Creemos ayudan a prevenir lo que viene y que podremos evitarlo, aunque en realidad siempre son erráticas, sobre todo cuando se trata de temas que desconocemos o de los que tenemos una idea distorsionada por lo que dicen los terceros, lo que dicta la radio, la prensa o lo que nos vende la televisión.
 
Si se reciclan los sentidos y las emociones, entonces nuestras decisiones son sesgadas, repetitivas y perdemos la perspectiva real sobre nuestro y las verdaderas necesidades, lo que genera repetir, de nuevo, las actitudes que alimentan el karma, exponiéndonos al error infinito.
 
Ahora bien, lo más patético de este asunto es que 26 sentidos condicionan el surgimiento de tres emociones, entendidas como sentimientos, que coartan enormemente la libertad espiritual, que son: el amor, el odio y el miedo, como veremos a continuación.
 
22.
Se dice que el ser humano tiene 34 tipos de sentimientos, que a su vez se agrupan en tres tipos de reacciones: negativas, positivas y neutras, sin embargo, lo grave del asunto es que mientras más clasificaciones que se busquen, nuestra inanición espiritual se manifiesta a través del ya citado amor, odio y miedo, de ahí la necesidad de sacudirnos espiritualmente y recobrar nuestra universalidad para no limitarnos a ser proveedores de emociones que alimentan el karma.
 
¿Los sentidos?, sí, de los placeres somos esclavos y vivimos para alimentarlos a través de las emociones, más a este punto destaquemos otro enemigo a vencer: los trastornos psicológicos son única consecuencia que se almacena en el alma por el mal actuar, independiente del número de reencarnaciones que tengamos.
 
Para aquellos que piensen que el autismo, esquizofrenia, hiperactividad, bipolaridad, psicopatía, pánico, ansiedad, fobia, anorexia y depresión son enfermedades mentales consecuencia de factores hereditarios, condiciones médicas y/o consecuencias sociales, debo informarles que están equivocados: son resultado de la falta de evolución espiritual que tiene a potencializarse en cada reencarnación mientras no se busque incrementar el nivel vibracional del afectado.
 
Esto tiene su explicación: si analizamos las enfermedades mentales más comunes (enlistadas arriba, encontraremos una condicionante en cada una: el odio o rechazo hacia los demás… o contra uno mismo, y ello, desde el punto de vista espiritual, el rencor, contra todo, es tan fuerte que traspasa cualquier límite espacio/tiempo del mundo espiritual, por encima de su antagónico, el amor, aunque por encima de los dos está el miedo.
 
Los sabios espirituales afirman que el miedo provoca “la ambigüedad y su inseparable aliada, la incertidumbre”, algo imposible de evitar desde tiempos remotos y, por desgracia, hacia el futuro, ya que es el elemento fundamental del karma para hacernos cometer errores que van desde la mentira, el robo y la calumnia hasta el asesinato.
 
Nos han inducido a NO estar capacitados para valorar las malas noticias de las reales, así que en cuanto somos saturados del miedo a través de la radio, prensa, internet y tv que sólo hablan de guerras, virus, crisis económicas, delincuencia, cataclismos, enfermedades, hambruna, racismo, desempleo y todo aquello que amenaza por entrar por la ventana de nuestra recámara mientras dormimos.
 
Por si no fuera suficiente, y aquí de nuevo los incrédulos pegarán un salto, existen entidades obscuras que se alimentas del miedo, pues al final es un tipo de energía bastante preciada, de ahí que en la actualidad en todo tipo de relaciones, desde aquellas a nivel personal hasta la misma convivencia en todo el planeta, está marcada por la competencia, negatividad, ambición, envidia, prepotencia, hipocresía y confrontación.
 
El problema más grave es cuando la emoción (sea el miedo, la fugacidad, la tristeza, el enojo, la alegría, la desazón, la ira o cualquier otra), se instala en nuestro racionamiento cotidiano y forja lo que socialmente presumimos como “tener carácter”, creer erróneamente que somos sobrevivientes de las adversidades de la vida: nos jactamos de “nuestra forma de ser”, que mal que bien, creemos, nos ha permitidos llegar la vegetatividad, el mísero éxito por tener una casa y un auto (hipotecados), los máximos logros de la mediocridad.
 
Así, a diferencia de Ifa, que pide a sus iniciados vivir en armonía con su destino y resignarse a pasar hambre, injusticias, desprestigio, hurtos, enfermedades, prisión, desempleo, infidelidad y todo el catálogo de penurias que se les pueda ocurrir, la solución para todo ello es simplemente vivir sin miedo, porque este nos fue inducido, es consecuencia de factores externos, lo que facilita deshacernos de él.
 
Sugerencias para deshacernos del miedo, serían prácticamente dos: la primera, aceptar que la reacción es exagerada y que no existe una base lógica para tenerlo; la segunda, conocer qué causa el temor y ser consciente de las reacciones a las que se puede llegar, ya que un medo desmedido puede provocar decisiones que nos perjudiquen el resto de nuestra existencia, como asesinar, uno de los peores karmas que existen.
 
23.
Otras opciones para romper karma es la que más duele al ser humano: desinventarse, porque implica hacer esfuerzo diario, no se puede comprar a través de una cómoda ceremonia como con la Santería o Ifa, ni de vulgares y eternas oraciones dentro de las paredes de un templo o iglesia.
 
Sí, dejar de ser uno mismo, desde cero, romper con todos los paradigmas y agregar a nuestro intelecto conocimiento completamente nuevo y ajeno a la basura que a diario consumimos, una y otra vez, como los teledramas, el futbol, programas de radio, drogas, redes sociales, películas, consultas en la web, música y alcohol, entre otros.
 
Si bien la existencia básica basada en el amor, el odio y el miedo crea una precaria estabilidad llamada “costumbre” (vivir vegetativamente), esa inanición se rompe en el momento en que se quiere más (de cualquier cosa), se cree con derecho a sobresalir, acumular y hasta despojar, pasando por encima de los demás, envidiando lo que otros tienen y auto-creyéndose merecedor de un bien o status, trata de quitar a los demás lo que por karma y/o destino, sí, hasta la riqueza y la felicidad son un karma, les toca tener.
 
Es por ello apremiante incorporar nuevo conocimiento a nuestro cerebro, de manera que entendamos que: el mundo no gira a nuestro alrededor, no somos el centro del universo, nuestra verdad no es la única y que la riqueza material no da seguridad individual ni certeza familiar; si no comprendemos que esos valores no aplican a nuestra realidad, consecuencia de no entender el “sino de la existencia”, estamos condenados a tener una visión arbitraria, viciada, sesgada, tergiversada y parcial sobre la vida y la verdadera razón de la existencia.
 
Ahora bien, en este sentido les tengo un par de buenas noticias.
 
La primera: está comprobado científicamente que el ser humano tarda 21 días en modificar una costumbre (aunque los pesimistas señalan hasta 66, cuestión de enfoques), solo tres semanas, para incorporar nuevos hábitos y prácticas que modifiquen nuestra repetitiva forma de reaccionar para incorporar, a diario, ante todo, pues los beneficios ser verán al instante.
 
La segunda, sin embargo, será la más dolorosa: leer. Sí, coger un libro y consumir desde la primera hasta la última palabra que contenga estimula la actividad cerebral, expande el vocabulario, aumenta la capacidad de comprensión, activa la memoria a corto y largo plazo, mejora relaciones interpersonales, incrementa las habilidades expresivas, reduce el estrés, ayuda a buscar respuestas y permite desarrollar la capacidad crítica, todo lo cual se convierte en cambios de actitud para comprender y manipular nuestro entorno de acuerdo a nuestras necesidades.
 
Finalmente, sobre este punto daré algunas recomendaciones: 1) cuando caminen en la calle siempre coloquen el libro que están leyendo sobre su axila y con el lomo apuntando hacia arriba, 2) coloquen su mano derecha durante unos instantes sobre la página en la que están a punto de dejar la lectura para realizar otra actividad y 3) procuren dejar el texto abierto, a lado de su cama, en la hoja en la que se quedaron, mientras duermen.
 
24.
Hay más caminos para romper el karma, como cambiar de residencia, y esa mudanza no solo debe ser permanente, sino que dentro de la casa se debe mover el mobiliario (cambiarlo de posición), por completo, mínimo una vez al año.
 
Volvamos a las costumbres humanas: pensamos que tener una casa nos da la certeza, algo estúpido, de tener algo propio a partir de lo cual haremos frente a la vida, pero eso de tener significa enclaustrarse en la rutina de manera que el karma se enraíza en la vida de toda la familia: creemos conseguir estabilidad mientras a nuestros pies el destino suelta raíces para hacernos una y otra vez lo mismo.
 
¿Quién nos hizo creer que tener una casa, el mismo empleo y un auto (como ya se dijo antes, obtenidos a crédito), era sinónimo de prosperidad?, cuando en realidad son sinónimo de mediocridad, de estancamiento, de conseguir un status que nos permita ver cómo la vida pasa, cual mediocres observadores desde una ventana, mientras nos consumimos en nuestros miedos y en compañía de nuestros demonios karmáticos, tanto individuales como familiares, porque, recordemos, los karmas son individuales y familiares, de cada integrante de la familia, pareja e hijos: son un linaje karmático que se extiende conforme vamos por la vida buscando el amor, la pareja ideal y la reproducción.
 
Por desgracia, insisto, es accesible para aquellos que vivan en la ciudad de méxico, (incluye borrar salación, engaños, desempleo, conflictos con vecinos, hijos, pareja, padres, amistades, trabajo, exparejas, enfermedades, mala suerte, fracasos, maldiciones, brujerías, enemigos desconocidos y demás factores con nuestro entorno que nos condicionan la existencia).
 
En realidad, el tema de cambiar de residencia no requiere mayor explicación, más aquella de que al realizarlo se podrá cumplir con todo lo señalado en esta entrada.