24 de noviembre de 2023

El presidente mexicano ofendió a sus Chamanes


En el año 2018 Andrés Manuel López Obrador (AMLO) llegó a la presidencia de méxico con un capital político impresionante: ganó con 63.5 % de los votos y obtuvo mayoría en ambas cámaras legislativas, causando revuelo en el planeta al ser acusado por la prensa, radio y tv mundial como “populista, nacionalista y socialista”, advirtiendo que en breve seríamos una catastrófica réplica de Venezuela.
 
Su victoria fue vista desde una óptica diferente por los mexicanos, destacando los pueblos originarios, quienes creyeron las promesas que el presidente electo hizo sobre “dar atención especial a los pueblos indígenas”.
 
Es así que el 1° de diciembre de ese 2018, en la plancha del Zócalo lleno de seguidores, se realizó la ceremonia de entrega a AMLO del llamado Bastón de mando de manos de Carmelina Santiago y Longino Hernández, delegados de 68 pueblos indígenas, originarios y afro-mexicanos más importantes del país, quienes le hicieron comprometerse a “mandar obedeciendo al pueblo”.
 
Para aquellos que aún creen la leyenda de que los españoles erradicaron la mexicanidad (tras el genocidio de indígenas para saquear a su gusto las riquezas naturales, tesoros culturales y espirituales del país), les tengo noticias: en cuanto se tuvieron las primeras noticias del exterminio, numerosas tribus nombraron “Guardianes” (de sus respectivas culturas milenarias), mismos que hasta la fecha las mantienen intactas gracias a sabios Chamanes (no olvidarse de esto al continuar con la lectura).
 
Así, el hecho de que la principal Coordinadora de los pueblos indios hiciera pública su confianza al nuevo presidente, habló de un hecho sin precedentes no solo por ser la primera vez que un gobernante mexicano lo recibe, sino porque lo reconocieron como su “auténtico líder”.
 
Para los interesados: el ritual para entregarle el Bastón de mando tuvo más actuación que respeto a las tradiciones indígenas, lo cual se aprecia en el incumplimiento del primer acto (se lleva a cabo durante el equinoccio de primavera), antes de llegar a la ceremonia principal, tampoco se aludió al tema de la reconciliación entre culturas (fundamental para los indígenas), y en algunas partes se incluyó a Beatriz Gutiérrez Müller, su esposa, cuando la ceremonia atañe en exclusivo al nuevo mandatario.
 
Lo anterior no quiere decir que el rito carezca de validez, mas como en muchas tradiciones ancestrales, hay formas obligatorias que deben cumplirse y no abusar del fast track rápida ni caer en la doble moral.
 
Si acaso Andrés Manuel, tras 5 años como presidente, cumplió su promesa de “dar atención a los pueblos indígenas”, es algo que no se abordará en este texto, pues más que cuestionar su palabra empeñada lo que destaca en este contexto es algo más grande que no cumplir una promesa: realizar una ofensa.
 
Todos saben que AMLO es un político astuto, lo que no lo hace un buen gobernante, algo que ha quedado en evidencia al no ocultar su ególatra proyecto transexenal para concretar sus reformas estructurales y administrativas necesarias para hacer realidad “el país ideal que dibujó en su cerebro”, y para conseguirlo está imitando a presidentes que ya lo intentaron antes, como Porfirio Díaz Mori y Plutarco Elías Calles, para lo cual es necesario dejar a un sucesor ignorante, mediocre y dócil.
 
Así, por ejemplo, si Porfirio Díaz se alternó en la presidencia con Manuel González y Elías Calles manipuló a Emilio Portes Gil, Andrés Manuel, tras un amañado proceso de elección interna en su partido MORENA, como primera etapa seleccionó a Claudia Sheinbaum Pardo.
 
La segunda etapa que evidenció sus ansias fue transferir el Bastón de mando a la que, asegura, será su relevo, entrega que no tiene validez tradicional porque López Obrador no es Chamán, no representa a los 68 pueblos indígenas, solo fue depositario temporal del bastón, no consultó con nadie la trasferencia y ni mucho menos es vocero de los 127 millones de habitantes del país.
 
Para acallar las protestas por la manera fraudulenta en que Claudia fue impuesta como candidata, AMLO intentó imitar el espectáculo con el que lo recibió, montando una escenografía en la que ni siquiera cumplió con el requisito de realizarse en el Zócalo, celebrándolo en el restaurante-bar “El Mayor”, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en donde además convirtió el Bastón de mando tradicional en el Bastón de mando de la Cuarta Transformación (¿?).
 
Tras la nueva actuación, el líder indígena y Chamán Santiago Ortela Sarmiento, representante de los 68 pueblos indígenas, reclamó a AMLO haber cedido el Bastón de mando a Sheinbaum sin el protocolo tradicional, acusando que la entrega representó: “a los 68 pueblos originarios de México mediante una ceremonia sagrada olmeca, el primero de diciembre de 2018, en la Plaza de la Constitución, al inicio de su mandato como presidente de la República mexicana”. 
 
Ortela acusó que el báculo: “no es cualquier instrumento y no se debe usar, como he visto en las redes sociales, sin el consentimiento de los guardianes de las tradiciones sagradas. Es una ofensa para nosotros”, aclarando que: “se debe regresar mediante un ritual sagrado para cerrar el ciclo a los representantes que se lo entregaron en tiempo y forma”. 
 
Reiteró que el bastón: “es un instrumento sagrado de conciencia, una conciencia para llevar al ser humano a una conciencia evolutiva para vivir en paz y en armonía con nuestra madre naturaleza. El bastón debe sacralizarse pidiendo permiso a los abuelos de las tradiciones sagradas, a los guardianes del universo y los centros ceremoniales ancestrales”. 
 
Indignado puntualizó: “Ahora que culmina su mandato, el cetro sagrado deberá colocarse en una vitrina especial dentro de Palacio Nacional. La persona que asumirá el mandato del nuevo ciclo recibirá el bastón de igual forma cumpliendo con la ley de reciprocidad de nuestra cultura, dar y recibir agradeciendo a los guardianes de las tradiciones sagradas”. 
 
AMLO se defendió diciendo que no transfirió el mismo bastón que le fue otorgado, afirmando que el nuevo: “Me fue entregado por una comunidad, no quiero mencionar de qué región, etnia, cultura. Pedí la autorización para que ese mismo bastón lo entregara yo a quien ahora dirige nuestro Movimiento. Y me lo autorizaron, no lo mandé a hacer. Me lo entregaron en una comunidad indígena”.
 
Está afirmación es de risa loca, cuestionable en muchos sentidos y da pie a preguntas que, obvio, López Obrador no respondería porque su estilo es precisamente hacer lo que se le antoja sin dar explicaciones a nadie.
 
Sí, aceptemos que tiene razón cuando afirma que no es el mismo bastón que él recibió que el que entregó a su sucesora: el suyo tiene con un reptil rodeado por un marco con dientes, mientras que el de ella posee un ave con un diseño circular, pero es su afirmación lo que hace evidente que la trasferencia fue una farsa para adelantarse en su obsesión de imponer a Claudia mientras al mismo tiempo realiza movimientos de piezas que está haciendo en su muy particular ajedrez político.  
 
Más allá de esto y de los sucesos que ocurran en el país antes del 2 de junio de 2024, día en que se realizarán las elecciones presidenciales, la tercera fase del plan de AMLO será realizar una elección de estado donde hará todo lo posible para imponer a Claudia como presidenta entre las que se puede incluir un fraude electoral.
 
Regresemos a los “Guardianes” señalados en el inciso 2: en el medio chamánico se tiene claro que la ofensa de AMLO no se limitó a los 68 pueblos originarios de México, incluye a los Depositarios de las culturas milenarias, pero además, lo que para nosotros es una ofensa común, para ellos “es un insulto, un agravio, no solo para todos aquellos (indígenas o no) que durante siglos han caminado sobre estas tierras y contribuido a la conservación de la milenaria espiritualidad de este país”.
 
En la cosmogonía chamánica prehispánica se coincide en afirmar que la Tierra es un ser vivo, con conciencia y a la que no le es ajena lo que hagan o dejen de hacer sus habitantes.
 
Las creencias indígenas afirman que “los tiempos del planeta y la justicia son diferentes a los que han establecido los seres humanos para tratar de controlar todo aquello que le rodea”, de ahí que los Chamanes mexicanos hasta ahora solo hayan hecho pequeños señalamientos tras sentirse ofendidos y traicionados por López Obrador, dejando en “La madre tierra” lo que ella decida para limpiar el agravio.
 
Tratándose de los herederos de la riqueza espiritual de este país, la discreción de los Chamanes debería ser más preocupante que cualquier reacción virulenta con la que estamos acostumbrados a tratarnos entre los mexicanos, porque lo poco que digan no debería minimizarse, como el hecho de que definan a Claudia Sheinbaum Pardo como la nueva Malintzin (o La malinche, estereotipo de traición para la mayoría de los mexicanos), no solo por ser de origen extranjero, sino por su actitud ignorante, débil, mediocre y dócil ante los caprichos de AMLO.
 
Lo que siga para Andrés Manuel López Obrador es una incógnita, pero no se necesitan más de dos milímetros de cerebro para darse cuenta que la sucesión presidencial se le está complicando, la estabilidad del país se le está yendo de las manos, y, sobre todo que los cimientos de su proyecto de nación pueden ser derrumbados tal como hizo el huracán Otis con Acapulco, lo cual, entre otras cosas lo estarían orillando a canalizar recursos para su reconstrucción, dinero que él ya tenía contemplado repartir entre “los pobres” para comprar su voto a favor de la Malitzin en las elecciones de 2024.

5 de noviembre de 2023

Acapulco

 


1.

—¿Qué opinión tienes sobre lo que sucedió en Acapulco? me interrogó  Alejandra mientras su marido colocaba ante mí la segunda cerveza de la tarde.

 

Mi esposa y yo habíamos aceptado la invitación del matrimonio a comer aquel 2 de noviembre, aprovechando que era día de asueto en todo el país.

 

—¿A qué te refieres? — cuestioné su ambigua pregunta — ¿Al huracán Otis que arrasó con la bahía Punta Diamante o a los 2 terremotos que ocurrieron al mismo tiempo y que la prensa minimizó al definirlos como “temblorcitos”?

—A todo… por ejemplo una explicación espiritual — atajó.

—“No te desesperes demasiado si ves que se destruyen cosas hermosas, si las ves perecen. Porque las mejores cosas siempre están creciendo en secreto” — dijo Jorge, su esposo.

—Vaya, jamás imaginé que podría encontrarme en este país a alguien que citara a Ben Okri — exclamé emocionado, sin embargo, a su mujer aquello no le interesó.

 

2.

Mucha tinta ha destilado numerosos analistas por la “destrucción” que provocó el huracán Otis en Acapulco. No suelo ponerles atención porque la mayoría destila una cizaña contra el actual gobierno de izquierda, en la que la mayoría, por suerte o desgracia, se quedan cortos al momento de acusarlo o defenderlo.

 

Por suerte hay excepciones como la de la escritora Sabina Berman, quien publicó un texto titulado “Otis, la mentira de Loret, la gente”, en el que si bien no se adentra en el tema de la mezquindad humana, relata cómo la sencillez de la sabiduría indígena le permitió salvar la vida ante los embistes del fenómeno meteorológico.

 

Hay otros, como el historiador Héctor de Mahuelón, que siempre pone el acento donde debe ir cuando se trata de evidenciar la sordidez de los mexicanos en momentos de desgracia.

 

En su escrito titulado: “Acapulco, el Apocalipsis de una ciudad”, afirma: “En Acapulco vino primero la devastación del huracán. Ahora está en marcha la de la rapiña. Se llevaron hasta la silla del mostrador, dice un hombre frente una miscelánea completamente saqueada. Walmart, Coppel, Sams, Soriana, Elektra. Todas tienen los vidrios rotos. La gente sigue buscando entre los anaqueles vacíos y algunos cargan incluso con los anaqueles vacíos. La avalancha cayó sobre Home Depot y Office Depot. Fueron saqueadas tiendas de empeño. Un centro de distribución Telcel está ahora completamente vacío. De los Oxxo, no quedó uno vivo: por la noche, en la Zona Diamante, alguien fue a avisarle a una patrulla de la Guardia Nacional que tres hombres se estaban llevando incluso la caja fuerte”.

 

Días después, Mahuelón señala en otro texto: “En las largas horas de parálisis gubernamental, la rapiña vació Acapulco. Hoy, frente al panorama de tiendas y negocios completamente saqueados, y con casi la totalidad del puerto en absoluta oscuridad, decenas de colonias y fraccionamientos están poblados de fogatas y barricadas. Es el escenario de una película futurista … Los vecinos han tenido que organizarse para impedir que las muchedumbres que deambulan por el puerto buscando qué saquear lleguen hasta sus domicilios … hacen guardia las 24 horas, armados con palos, tubos, machetes, linternas”.

 

3.

—La gente recibe a cuentagotas comida y agua, tiene hambre y sed — quiso justificar la mujer los saqueos repitiendo, sin cuestionar, el insulso discurso de la radio y la televisión.

—Coppel es una tienda que vende muebles y ropa — protesté — Home Depot y Office Depot artículos de oficina, Elektra electrodomésticos y Telcel teléfonos celulares. Nada de lo que ofrecían esos comercios es comestible, pero para los mexicanos todo lo que resulte de una explosión, terremotos, actividad volcánica, incendios, inundaciones, derrumbes, accidentes, contaminación con sustancias peligrosas, avionazos e incluso por sabotajes, es la mejor oportunidad para robar.

—Comienzo a entender tu opinión sobre el desastre.

—No te la he dado — aclaré y mostré a Jorge mi botellín de cerveza vacío.

 

4.

Jonathan Ruíz escribió “¿Pero queremos que Acapulco vuelva a lo de siempre? El turismo ya no da. Hasta ahora parte de su gente fue tentada por actividades delictivas y en los montes de Guerrero hay familias que siembran plantas para producir opioides”.

 

Pablo Hiriart, de quien no comparto sus opiniones y nos hemos enfrascado en rudas polémicas, señaló: “Otis develó, de manera terrible, las consecuencias de una suma de errores garrafales en la conducción del país, que no llamaban la atención porque no se hacían tan visibles como ahora. Dejar hacer y dejar crecer a los grupos criminales, e incluso brindarles protección, los fundió con las autoridades estatales y municipales. Son una y la misma cosa. En cada región o municipio guerrerense manda el que tiene más pistoleros y es más salvaje”.

 

Mientras que Luis Carlos Ugalde advirtió: “Salvar a Acapulco es salvar a Guerrero de la ingobernabilidad. Si no se atiende el futuro económico de la entidad, puede haber estallidos sociales. Guerrero ha sido escenario de problemas sociales agudos en las últimas décadas, desde la guerrilla de los años setenta hasta Aguas Blancas, Ayotzinapa y el control cada vez más férreo del crimen organizado”.

 

5.

—¿Y…? — reiteró en su provocación.

—¿Has leído la novela “Huatulqueños”, de Leonardo da Jandra?

—Sabes bien que no me gusta leer — recordó Alejandra — a este sí — señaló con innecesario desdén a su esposo, quien ocasionalmente publica cuentos cortos sin asumirse como escritor profesional.

—Trata sobre cómo las ambiciones de los inversionistas turísticos, solapados por el gobierno, pasan por encima del respeto a la naturaleza.

—Huatulco está en Oaxaca.

—Lo que narra sobre Huatulco es un ejemplo de lo que sucede en las grandes reservas ecológicas que tenían las costas del país, en la década de los ochentas, donde en unos pocos años se destruyeron miles de hectáreas selváticas para construir complejos turísticos.

—Lo tuyo es darle vueltas a un tema cuando no quieres responder.

—Si lo hiciera ya estaría mareado — me burlé — te estoy dando elementos para que entiendas mi respuesta — ironicé de nuevo.

—¿Eso de la novela en Huatulco qué tiene que ver? — cuestionó — la gente está sufriendo en Acapulco.

—Ya casi llego a la esquina donde tienes toda la vida esperándome — me embromé otra vez — el área afectada por el huracán Otis corresponde a la llamada “Punta Diamante”, la zona más nueva y con mayor inversión del puerto de Acapulco, la cual incluía hoteles, complejos residenciales, villas privadas y condominios de lujo, así como deportivos, centros comerciales y restaurantes propiedad de políticos y empresarios que no respetan nada con tal de obtener dinero.

—¿Entonces…? — insistió en sonsacarme.

—Tienes que saber diferenciar entre quiénes son los perjudicados: ¿los millonarios que vieron afectadas sus inversiones o las 200,000 personas que trabajaban en el sector turístico con bajos salarios o en el comercio informal?

—¿Me vas a responder? — me cuestionó con desespero

—Para hacerlo prefiero remitirme a las fotografías que publica la prensa sobre la zona siniestrada. Son de hoteles convertidos en cascarones, pero con millonarios seguros que cubrirán hasta el último peso que se requiera para reconstruirlos: de esas imágenes es de lo único que se habla, no de lo que se vive detrás del monte, como escribió atinadamente Sabina Berman en su reseña...

—¡Carajo contigo! — gritó.

—… así que ante tan contradictorio escenario — dije con su misma ambigüedad — debo decirte que comparto el comentario del Papa Francisco cuando dijo estar “Profundamente apenado por las víctimas del huracán Otis en Acapulco”.

 

Alejandra me miró con suspicacia y permaneció en silencio hasta que soltó una de esas risitas que insinúan haber “entendido” algo que no significa nada bueno ni mucho menos correcto hacia el interlocutor.

 

—Yo sólo esperaba que explicaras por qué Dios se ensañó con los habitantes de Acapulco, pero al contrario, me hiciste recordar una frase: “Al final resultó que no es la vida la que me quedaba grande, fuiste tú” — se burló.

—Es el efecto que provoco — respondí antes de que me diera un ataque de risa por la seriedad con la que se tomó nuestra conversación.

 

Me miró con extrañeza al tiempo que su esposo la veía con dureza, ella se puso de pie, fue a la cocina, volvió con más cervezas y avisó que en breve “el pozole” estaría listo. Mi esposa fue tras ella para ayudarle con los preparativos.

 

6.

Varias cervezas después, mientras comíamos, Alejandra volvió al tema.

 

—Te lo preguntaré de otra manera: ¿por qué Dios se enfureció con los habitantes de la costa de Acapulco?

—No se enojó, Dios es simplemente es un cabrón al que le gusta ensañarse con la mayoría de los seres humanos — contesté y solté una carcajada.

—Eso no es gracioso — protestó.

—Si no tienes sentido del humor, obvio no lo será.

—Es la última vez que te pido me des una explicación espiritual.

—Espiritual no la hay, bueno, sí, ya te la dije, Dios es cabrón, pero no necesitas tratar de entender lo que él haga o deje de hacer contra nosotros, vete un poquito más abajo, al nivel de los mortales: antes de construirse Punta Diamante se realizaron estudios sobre el impacto ambiental y el cambio climático que provocarían las obras, no solo en esa parte de la costa, sino en todo el país, pero el gobierno y los empresarios desdeñaron las advertencias. Así que no puedes culpar a Dios, sino a la corrupción y la ambición de la gente…

—¿Qué tipo de recomendaciones? — se interesó.

—A partir de escenarios los investigadores sugirieron fortalecer lo que llaman infraestructura de anclaje para evitar daños a construcciones y derrumbes que podría provocar el golpe de olas de hasta 10 metros, deslaves, vientos excesivos y obviamente lluvias tempestuosas…

—Pero… — quiso interrumpirme.

—… también propusieron obras para proteger redes de electricidad, gas, agua y telefonía — la ignoré — así como montar un sistema de alerta temprana para tomar decisiones, pero los corruptos funcionarios y los empresarios ambiciosos se negaron a escuchar, así que ellos son los verdaderos responsables de lo hizo el huracán Otis.

—Pero…

—Ahora bien, si tú, Alejandra, quieres una frase espiritual como respuesta a esta mal llamada catástrofe natural, te diré: “Nunca escupas al celo”.

—¿Y los terremotos de los que nadie habla?

—Fácil, un aviso de lo que viene, Acapulco es un reflejo de todo México.