30 de mayo de 2020

Mi vida con los muertos en físico

Diseño: instagram.com/en_bolsillo


1. Entrar a https://www.amazon.com/

2. Ponerse en la casilla de búsqueda y escribir Mi vida con los muertos.

3. Posteriormente, tal como se señala en la siguiente imagen, seleccionar “pasta blanda”.


4. Proceder la compra.



5. A disfrutar de su lectura.

25 de mayo de 2020

Participación en programa de radio

A propósito de la publicación de mi nuevo libro, “Mi vida con los muertos”, aprovecharé para compartir con ustedes otros proyectos en los que participo, uno de los cuales es el excelente programa de radio “Ráfagas de Rock”, conducido y producido por mi amigo Paco Harris.
 
En dicho programa su servidor participa con un segmento llamado “Ritmos del Mundo”, enfocada a difundir lo que se conoce como “world beat” y todas sus variantes, las cuales pueden incluir desde reggae, música africana, blues, ritmos yoruba y cadencias árabes, hasta combinaciones ecléticas de estos géneros con las más modernas propuestas electrónicas.
 
Así, “Ráfagas de Rock” es una interesante emisora independiente, vía internet, que esta semana alcanzó las 90 emisiones (se transmite cada miércoles), mismo que dejaré que Paco Harris exponga en sus propias palabras:
 
Con el paso del tiempo nos damos cuenta que la música es aquel medio para acercarnos a instancias que hemos vivido y que vivimos, en un ir y venir de sensaciones, colores, olores y sabores. De igual forma, nos rodeamos de aquellos medios que nos muestran propuestas musicales que son afines a nuestro contexto personal.
 
En este sentido, uno de los sueños que siempre ha tenido el que les escribe, es el de contar con un espacio en la antes llamada “radio” para poder compartir la música o el soundtrack de vida que se va llenando día con día, con la simple apertura de descubrir gozos sonoros a través de amigos, conocidos, foros, medios portables y, con ello, enriquecer el acervo musical.



Hace un par de años (15 de febrero de 2017) mi hermano y varios primos comenzamos a “platicar”, de manera informal a través de un chat de WhatsApp, sobre este sueño de contar con la oportunidad de transmitir vía radio, un programa con contenidos musicales.

Afortunadamente, con la mayoría de ellos existe coincidencia en que el mejor invento antropogénico es el ROCK; por lo que uno de mis primos, aprovechando las herramientas tecnológicas que tenemos al alcance, levantó un servidor virtual y creó “La Cueva del Rock” con el lema “Hágase la Música”. Cada uno de nosotros comenzamos a diseñar nuestro propio programa con contenido, estilos personales y en horarios diversos para cierto día de la semana.
 
Así surgió esta aventura de brindar un espacio alternativo a lo que se conoce hoy en día como “radio”, alejándonos de la aburrición de las canciones de siempre o lectura de noticias oficialistas y el acartonamiento de los jingles comerciales. La radio desde nuestro punto de vista.
 
A mí me toca la travesía de dirigir “Ráfagas de Rock”, desde la estación “La Cueva del Rock”, que se diseña cada semana entorno a un tema central y las canciones se ajustan a dicho tema para ir tejiendo una historia semanal.
 
De igual forma, contamos con un segmento literario, donde algunos amigos nos comparten cuentos cortos, prosas o poemas que se transmiten en vivo y son compartidos por ellos mismos al aire.
 
Tenemos también la sección de complacencias/dedicatorias donde la audiencia nos envía sus temas y a veces son dedicatorias a seres queridos; todo esto por supuesto en el ámbito del rock en todas sus manifestaciones.
 
Con todo gusto los esperamos cada miércoles a partir de las 21:30hrs, en mi programa a través de la página https://zeno.fm/cuevaradiorock/.


14 de mayo de 2020

El muerto entregó el tesoro



para Rocío y Julio: maravillosas personas
 
En el primero de varios mails, una mujer explicó las señales de la presencia de un tesoro en un terreno de sus abuelos paternos, localizado en la localidad de Rancho Seco, en la ciudad de Celaya. Dio los detalles y me propuso hacer trato con el muerto para desenterrarlo.
 
Me negué explicando que nunca me he implicado en el rescate de tesoros, pese a las jugosas ofertas, no por miedo a los muertos, sino a los vivos y su ambición. Señalé detalles que avisaban de peligro, aun cuando se hiciera cabalmente el pacto con el guardián, y reiteré que ya la manera en que solicitaba mi participación dejaba clara la avaricia.
 
No es por las bajas pasiones de los involucrados – expliqué ante su insistencia – sino la codicia de los vecinos… Celaya es uno de los lugares más violentos del país, cualquier intento de desenterrarlo llevará más riesgos de lo que represente pactar con un desencarnado”.
 
La mujer (llamada P), se resignó a no contar conmigo, pero pidió seguir en contacto para las dudas que le generara la participación de otros intermediarios, sobre todo con la intensión de que no trataran de engañarla. Le dije que podía escribirme las veces que quisiera.
 
En otro mail avisó que contactó con una Curandera, quien se ofreció de mediadora para el desentierro, mas llamó mi atención que el muerto demandó un balde lleno de tierra de donde estaba el tesoro, llevarlo un panteón y verterlo sobre una tumba, dio el nombre y ubicación (P debería enterrar también una alhaja), así como llenar otro cubo, llevarlo a la zona del tesoro y vaciarlo en el mismo lugar.
 
Le previne del gravísimo error y de la imprudencia de ambas de permitir tal estupidez con tal de hacerse de la fortuna. Guardó silencio hasta que informó que fue desenterrada, la Espiritualista se llevó su parte, los vecinos no se enteraron y se mudaría a la ciudad de León a montar un restaurante. Noté burla en su mail, insinuando que el perdedor fui yo. No respondí y dejó de escribir.
 
Meses después recibí un correo de una mujer, oriunda de Celaya, rogando por una cita. Use mi videncia y me quedó claro el origen de la petición, más había un detalle: no “vi” a P, así que la cité en una cafetería del centro de la ciudad, a media semana, y a una hora en la que el tráfico se complica: recibo tantas amenazas por mi blog que si algo me ha de pasar, que les cueste trabajo huir.
 
Arribé puntual al café “Freims”, en la colonia Condesa, con su mezcla de galería de arte y librería. Escogí una mesa ante la barra para quedar a la vista de testigos ante cualquier situación. Llegó puntual. Aún y cuando la mujer estrenaba ropas, tenía un pésimo gusto para la moda. La acompañaba un joven con mezcla de enojo y frustración. En cuanto los tuve enfrente supe que el tema sería P.
 
– cuando leí en su blog que era santero y curandero me lo imaginaba moreno, lleno de collares y esas cosas – dijo tras las presentaciones y luego de pedir bebidas.
– ya vio que no – ignoré su racista comentario.
– usted tuvo contacto con mi hermana por el tema de un tesoro.
– obviemos esa parte – pedí.
– la Curandera cumplió y la fortuna se desenterró…
– los felicito – dije tras dar un trago a mi exquisito café chiapaneco.
– a los 9 días mi hermana cayó enferma – señaló mientras el joven ingería en silencio un jugo de frutas y me escrutaba con descaro – y al poco murió sin que a los médicos les quedara claro el motivo.
– vaya, a los 9 días – comenté.
– ¿tiene algo de especial? – me cuestionó.
– continúe – pedí – ya llegaremos a ese punto.
– al velorio llegó la Curandera – carraspeó – me dijo que el muerto incumplió su palabra y era el responsable de la muerte. Señaló que no veía su alma, pero ya me lo explicaría todo luego que pasaran “9 lunas”.
– vaya – exclamé – 9, 9, 9… el número de los muertos.
– ¿qué es eso de “aunque no viera el alma de mi hermana”? – cuestionó.
– ¿ella le contó algo más? – la ignoré.
– nada… desapareció – señaló – los rumores en el pueblo decían que la secuestraron para quitarle la parte que le pagó P, pero no se confirmó, y nosotros – hizo referencia a ella y al joven – no vimos nada raro ni hemos recibido amenazas.
– vaya… – repetí.
– ¿qué quiso decir la Curandera con “aunque no viera el alma”?
– ¿por qué no veía el alma de mi madre? – habló finalmente el joven.
– dijo algo más en la funeraria – agregó ella – “mientras no aparezca su alma, de nada servirá que den cristiana sepultura”.
– creo que ya saben lo que hizo la Curandera – pedí otro café – y que el muerto pidió llevar tierra de un lugar a otro y el entierro de una alhaja.
– necesito me responda si lo que dijo la Bruja es cierto – exigió – eso de que no se ve el alma de mi hermana, ¿importa?
 
Concluí que explicárselo sería difícil por desconocer el tema, pero tampoco pretendían entenderlo: creían tener un problema, y de ser cierto, querían respuestas, así que me limité a asentir con la cabeza.
 
– quiero que el alma de mi madre regrese para tener a quien irle a llorar al panteón – exigió el joven.
– con la videncia viajo en planos alternos a nuestra realidad – me sinceré – veo el pasado, presente o futuro, en el aspecto físico o espíritu, en cualquier lado, por decirlo así… y no la percibo.
– el cura de mi pueblo dice que sólo existe el cielo, el infierno y el purgatorio – insistió la mujer.
– no es tan sencillo meterse por esos rumbos – insistí.
– claro que lo es – señaló sacando de su bolso una pañoleta y dejándola caer frente a mí: por el ruido se trataba de monedas, use la videncia y vi que eran del tesoro rescatado – la queremos de vuelta.
 
Ello me indignó, estuve a punto de levantarme e irme, pero vi que daría pie a insistencias a cuya negativa debía afrontar de una vez.
 
– no está – advertí empujando el pañolón de regreso – y no exhiban dinero así: esta ciudad es peligrosa.
– en la vida todo se puede – reiteró ella señalando la plata.
– sí, pero no es un tema de “la vida real”, donde todo tiene un precio, es del más allá… y “allá” el dinero no sirve – expliqué – le previne a P que no aceptara mover las tierras ni entregar su alhaja, con eso dio poder al muerto para hacer un intercambio de almas.
– ¿intercambio de almas? – interrumpió el joven.
– tu madre se vendió por dinero, disfruten de la herencia y rehagan su vida: nadie los molestará con extorsiones… es parte de las trampas del muerto tras morir P: no dejar “pistas” de lo que hizo.
– si fuera cierto, no habrían secuestrado a la Curandera – dijo la mujer.
– ella también hizo pactos con el muerto… por su cuenta – avisé.
– vámonos – ordenó el adolescente – te dije que hablar con este güey era perder el tiempo – se levantó y salió de la cafetería, indignado.
– dejen de buscar – advertí – tengan cuidado con los charlatanes, sobre todo con Espiritistas que ofrezcan hablar con ella: nadie la encontrará.
– usted sabe algo – trató de generar confianza – dígamelo y le prometo convencer a mis sobrino de que…
– no lo entenderían – la interrumpí.
– trataré…
– ¿cree en la reencarnación?
– el padrecito de mi pueblo dice que no existe – señaló.
– ese cura está pendejo, igual que la mayoría de los padrecitos – dije con fastidio – ve, le advertí que no lo razonaría.
– termine… – pidió.
– si ha leído mi blog, como dice, debería saber que por la forma de morir hay plazos para reencarnar: si es natural, 25 años de los nuestros… por accidente, 50… y a manos de otro, hasta 100…
– no comprendo.
– en mi web explico que morimos y renacemos, a veces, en un mismo linaje, por eso en una familia las historias se repiten: es un castigo.
– pero…
– si usted cree en el Dios que presume el pinche curita de su pueblo, debe saber que ÉL nos creó, por lo tanto, somos de su propiedad y existen dos cosas que le encabronan: el asesinato y el suicidio.
– no entiendo que tiene que ver una cosa con la otra – confesó.
– lo que hizo su hermana fue “suicidio espiritual”, vender su alma por dinero… y cuando su Dios se enoja hace lo primero que tiene a la mano.
– ¿de qué habla? – me interrogó, extrañada.
– la reencarnación.
– pero…
– otro de los escenarios, algo poco común pero que sucede, es volver a nacer sin cumplir los tres plazos.
– pero…
– el alma de su hermana reencarnará en la niña de la que usted tiene dos meses de embarazo.
– ¿cómo lo sabe?
– soy vidente…
– entonces es un premio, porque tendré su dinero y con él podré darle…
– un mal uso: ya dio una señal de su proceder como millonaria al ofrecer un pago para transgredir los designios de su Dios – me burlé – antes de volver a nacer P, usted ya habrá despilfarrado la herencia.
 
Estaba conmocionada, pero por suerte (para ellos, pues mi paciencia en ese momento ya estaba agotada), su sobrino la apuró con un “tía” desde la entrada, y no tuvo más remedio que terminar la plática.
 
– ¿podría anotarme su número de teléfono?
– no… y no lo tome a mal, pero no puedo pasarme las horas en una llamada aclarando temas que se me da mejor escribir… ya tiene mi mail: siempre respondo.
 
No dijo más, preguntó por mis honorarios y rechacé un pago. Recogió la pañoleta con las monedas, dejó un billete sobre la mesa para pagar las bebidas y me miró agobiada, sin entender qué podía hacer para compensar que un día se despertó y ya era millonaria.
 
Alcé los hombros, dándole a entender que no había más. Asintió y se fue. Terminé mi café pensando sobre el error de ambos: querían saber por qué no se veía el alma de P, pero nunca preguntaron dónde estaba. Me levanté y fui a la sección de libros a revisar las novedades de las editoriales independientes que, solidarios, distribuye la cafetería.

4 de mayo de 2020

Bitácora 3 de mi nuevo libro


Con la finalidad de informarles sobre las opciones para adquirir mi próximo libro (en formato impreso y electrónico), así como de las diversas noticias que se vayan generando alrededor de él, las dos campañas de promoción que se harán vía redes sociales, así como una posible presentación personal en méxico (si el COVID19 lo permite), he abierto un nuevo blog en el que iré compartiendo sobre estas y otras novedades relacionadas con este gran acontecimiento para su servidor.


El libro, así como el nuevo blog, aparecerán publicados con mi nombre, Alfredo García, seguido del nick Ujule Rachid, alias con el que se me conoce desde hace años en la web, lo anterior con el objeto de ir separando gradualmente la cuestión literaria del aspecto espiritual, que durante todo este tiempo he desarrollado en el blog “Basurero de almas”.

continuará