30 de junio de 2022

Cómo evitar que Ifa haga de la limpia del karma un infierno (3)

 


para paulo
 
Para leer esta entrada sugiero al lector no olvidar que existe lo que llamaré “Deidad suprema”, la verdadera creadora de todo, por encima de lo que llamados Mahavir, Dios, Brahma, Alá, Shangdi, Olofi, Kami, Wahegurú, Nzambi y demás, al igual que los Demonios, otro tipo de dioses cuya función es mantener un equilibrio entre la luz y la oscuridad.
 
9.
Cuando mi esposa y su servidor hacíamos Consultas espirituales, solíamos explicar lo siguiente:
 
Antes de nacer el alma (ojo, no es persona, es alma, la que siempre ha existido antes de reencarnar y después de morir la persona), tuvo una plática con Olofi y le preguntó "quieres ser Miguel?", y le enseñó como viviría como Miguel, quienes serían sus hermanos (o si no los tendría), sus padres, sus primos, sus tíos, sus vecinos, sus jefes, sus novias, sus amigas, los trabajos que tendrías, tu esposa, sus hijos, sus éxitos, sus enemigos, sus amigos, sus fracasos, sus enfermedades, sus bienes materiales, las injusticias que viviría hasta llegar a su muerte, todo se le mostró y le preguntó "quieres ser José?" y el alma dijo "no"...
 
Luego le mostró su vida si fuera Rosa, Tomás, Paula, Danielle, Nori, Claudia, Emilio, Roxanne, Janice y a todas dijo "no" hasta que le enseñó cómo viviría siendo Jorge, quienes serían sus hermanos, sus padres, primos, tíos, vecinos, jefes, novias, amigas, empleos, esposa, hijos, éxitos, enemigos, fracasos, achaques, obsesiones, riqueza e injusticias que viviría hasta a su muerte, y preguntó si quería ser Jorge?, dijo “sí”.
 
Olofi aclaró que esa reencarnación ayudaría a evolucionar los karmas de vidas pasadas, pero le advirtió: "reencarnarás como Jorge Lazcano Gómez (ya establecidos los apellidos de sus padres), más olvidarás nuestra conversación, de la que solo Orunmila es testigo, ni recordarás que conoces lo que vas a vivir" y metafóricamente le puso una venda en los ojos (borró su memoria, pues).
 
¿Por qué? porque si supiera lo que viviría no habría aprendizaje, sería como entrar al cine conociendo el final de la película… lo peor: eso le sucedió a sus padres y las mismas decisiones tomaron, entre ellas tener a sus hijos, incluyendo al propio Jorge Lazcano Gómez… todos escogieron, para bien o para mal, a quienes que conocerá en su vida.
 
Lo anterior resume el karma de acuerdo a Ifa, citando a Olofi, sin embargo, un tema como este pone en evidencia el desconocimiento de la gente iniciada en la Osha e Ifa sobre su esencia, quienes afirman que “es una creencia budista e hinduista (minimizándola), según la cual toda acción tiene una fuerza dinámica que se expresa e influye en las sucesivas existencias del individuo”.
 
Sin embargo, la afirmación en la existencia de una Deidad suprema es que le permite al alma arrepentirse de su decisión, de haber escogido cierta vida y un destino a través del libre albedrío, para lo cual le facilita deshacer el pacto a través de las decisiones.
 
Así, el karma no debe verse ni asumirse como una creencia, sino como una ley cósmica no exclusiva de las religiones dhármicas, tan así que Ifa le reconoce en “Oyekun ika” y “Odi meyi”, donde el pendiente o deuda más grave cometida por una persona se le condena a pagar a través de la llamada Mano de Orunla, aunque realmente sin depurarlo, misma que le hace reencarnar una y otra vez.
 
Este es un tema delicado pues si retomamos la creencia del Dios preferido de cada quien, pareciera que dicha deidad caminara en el filo de la navaja, se debatiera entre hacer el bien y el mal, contra o a favor de su creación, estableciéndole situaciones, límites, acertijos, como algo similar a jugar baraja… o en el extremo, que su deporte favorito sea vernos sufrir, porque si lo vemos con objetividad, la afirmación de que lo que esos dioses quieren es ponernos situaciones límite para tomar la decisión correcta que nos permita evolucionar, más eso es una soberana perversión, porque después de tantos siglos esa deidad debería saber que esta raza no tiene remedio.
 
Pero curioso, ese juego de cartas posee su versión espiritual en manos de la Deidad suprema, y tiene posibilidades de ganarse.
 
10.
Detengámonos, entonces, en el libre albedrío (el que por desgracia se alimenta de sabiduría, algo que no todos están dispuestos a desarrollar), para los cual utilizaré una fábula que también solía usar en las Consultas espirituales, aunque esta vez lo hago con una pequeña variante.
 
"Cuenta una antigua leyenda hindú que en un tiempo todos los seres humanos que vivían sobre la tierra eran dioses. Pero infringieron tanto las leyes del Universo que el Dios Supremo (la palabra Dios, de nuevo, puede ser sustituida por aquella con la que te sientas mejor), decidió castigarlo privándolo del libre albedrío que había en su interior, escondiéndolo donde jamás pudiera encontrarlo y emplearlo nuevamente para el mal.
 
Para ello, reunió a los ángeles de su Consejo y les preguntó:
 
– ¿Dónde podemos esconder el libre albedrío que no han sabido usar los humanos, para que se esfuercen en encontrarlo?
– Lo esconderemos en lo más profundo de la Tierra – respondieron los ángeles.
– No – respondió Dios – porque cavarían hondamente en ella y lo encontraría.
– Entonces lo sumergiremos en lo más profundo de los océanos – dijeron.
– Tampoco – dijo Dios – porque aprenderían a sumergirse y lo hallarían.
– Escondámoslo en la montaña más alta – sugirieron.
– No – dijo Dios, porque subirían a todas las montañas, y terminarían por encontrar de nuevo su libre albedrío.
– Entonces no sabemos de un lugar donde el ser humano no pueda llegar y encontrarlo – concluyeron los ángeles.
 
Y dijo Dios:
 
– Escondedlo dentro del hombre mismo; jamás pensará en llegar allí ni en buscarlo en ese lugar. Nunca será capaz de vencer su temor y hundir su mirada en el fondo de su corazón.
 
Así lo hicieron.
 
Y desde entonces, el ser humano ha recorrido la Tierra, se ha sumergido en los océanos, ha subido a las montañas, ha explorado el firmamento y las estrellas, buscando ese libre albedrío que les haría permitiría emanciparse del destino, sin encontrarlo y sin saber que todo el tiempo lo ha llevado en su interior".
 
Una última aclaración sobre este tema, como “libre albedrío” debe entenderse una visión universal que permita al ser humano a negarse a resignarse a su destino, no hace referencia a escoger el color de zapatos que se pondrá el hombre el jueves por la mañana antes de ir al trabajo o el vestido que escogerá la mujer para reunirse con su amante.
 
11.
Ahora, olvidemos que los dioses tienen su lado perverso (y que se divierten viendo cómo tratamos de ser felices muriendo en el intento), así que piensen en algo más tangible, como un vendedor de droga: ¿qué necesita? Clientes, dicho de otra manera, adictos… pero ¿cómo los consigue? induciendo al vicio, destacando los efectos de las drogas, pero omitiendo las secuelas de consumirlas.
 
Me ceñiré ahora a Dios y Olofi (los más populares), para explicarlo, a quienes viéndolos como entidades que todo lo controlan, tienen gran interés en que sus habitantes vivan esclavizados para rendirles culto, haciéndonos creer que se necesitan iglesias para llenarlas de infelices haciendo oración y penitencia, o de Ilés para el sacrificio de animales y entrega de ofrendas vía ebboses, así que ¿qué es lo primero que hará este par para que no evolucionemos y nos condenen a vivir siempre aquí?
 
La respuesta es obvia: inducirán debilidades, satisfacciones, gustos mal sanos, perversiones, deseos, necesidades, deleites, apegos, alegrías, depravaciones, placeres, frustraciones, obsesiones o adicciones que serán cuestionados por una moral, principios, educación, tradiciones, leyes, mandamientos u odus, mismos que si los cumplimos dan la falsa pertenencia a un grupo social, y si no, nos hará vivir con miedo.
 
Y si esto no están de acuerdo, intenten escapar yéndose a vivir como ermitaños a una montaña, inicien una revolución, cambien de religión o vuélvanse agnósticos/ateos, pero con y lo demás que se les ocurra, se tendrán que resignar.
 
12.
Ya he explicado el origen espiritual del karma y cómo se reproduce, así que ahora entraré a su origen a partir de las decisiones que toman los seres humanos.
 
Entre las muchas creencias inducidas social y económicamente, bajo una falsa moralina, está la obligación de conseguir una pareja y contar con una familia a través de hijos, lo que en su conjunto se convierte en título honorario que permite demostrar a la sociedad que se ha cumplido con la obligatoria tríada de “nacer, crecer y reproducirse”, para poder morir en paz.
 
Aquí comienza lo interesante: nacer, crecer y luego reproducirse se convierte en una fábrica de monstruos llamados descendencia, en quienes se pone la esperanza para que no sufran lo propio (incluyendo enfocar todas las frustraciones de lo que hasta la fecha no se ha conseguido), sin darse cuenta que si su dios preferido si los tuvo jodidos siendo solteros, como padres los seguirá manteniendo jodidos y a sus hijos los tendrá también jodidos con ese sistema esclavista que NO va cambiar, porque es un engranaje perfecto que hace heredar karmas familiares, que se convierten en karmas generacionales y finalmente en karmas de linaje (para ejemplo, la diabetes, que se hereda de abuelos a padres a hijos a nietos y demás descendencia.
 
Así, lo que obliga al ser humano a reencarnar una y otra vez, en primerísimo lugar, son los hijos, ya que los errores cometidos con ellos, desde sobreprotegerlos hasta abandonarlos, generan karmas que garantizan al dios preferido que todos vuelvan a nacer para depurar el daño que se hizo entre padres e hijos, y aunque en teoría como progenitores hubiesen tenido un comportamiento ejemplar, de todos modos se deberá reencarnar para que los malos hijos (propios o putativos), paguen el daño hecho a sus antecesores.
 
Este tema alcanza niveles graves inimaginables, porque no conozco a nadie que haya adoptado hijos que no son suyos y que pensando que hicieron una buena acción, todos terminan recibiendo como pago el peor agradecimiento que existe en la vida, pues quien adopta, irónicamente, está interviniendo en el pago de un karma de quien pidió nacer sin madre o sin padre para evolucionar, pero esto se abordará en otra serie de entradas porque a partir de la siguiente comenzaré a explicar cómo romper los karmas.

20 de junio de 2022

Cómo evitar que Ifa haga de la limpia del karma un infierno (2)

para beth
 
3.
La astrología opina que “el karma es la suma de todas las acciones buenas y malas realizadas en vidas pasadas y su efecto repercute en la actual reencarnación”, sin embargo, también afirman que el primer karma lo transmite la madre al momento de parir, de ahí que el karma de una persona consiste en el 25% heredado por la madre, el otro 25% por el padre (al momento de engendrar y transmitido a la madre) y el restante 50% por los que se haya hecho en vidas pasadas (para los interesados en el tema revisen la Casa astrológica 12).
 
Agreguemos la concepción del karma para el Catolicismo y Cristianismo, donde el tema es más sencillo: no existe, y aunque sea sinónimo del pecado para el vox populi, este se paga por la intervención de Dios (cuando y como se le antoje), y mientras la solución llegue (representada como premio o castigo), quien padece la mezquindad del pecador, el inocente debe abarrotar iglesias haciendo ingenua oración pidiendo ayuda, solución y protección.
 
Para esta variante de creyentes tampoco existe el destino, en el sentido de fatalidad, ya que es un vulgar concepto pagano; y mucho menos la reencarnación (pero sí la resurrección), aunque irónicamente su Dios no castiga directamente: para eso envió a su Hijo, a manera de conciliador entre los mortales y el creador de todo, mas si el ser humano es testarudo en eso de delinquir espiritualmente, entonces la respuesta será irse al infierno.
 
Curioso: ellos creen en la suerte, esa falacia llamada “providencia” que modifica, para bien o para mal, el sentido de la vida en un instante, aferrándose por ello a la fe pensando que su suerte cambiará por obra divina. Paradójicamente, si se tratara de descargar su furia contra creadores de karma a mansalva, su Dios tenía una mano derecha para hacer el trabajo sucio: Jehová, aunque para nuestra suerte ya está jubilado y de sus tropelías (como arrasar Sodoma y Gomorra o pedir sacrificios humanos), solo queda de testimonio lo que cuenta la Biblia.
 
4.
Ifa no se queda atrás y aparte de lo ya mencionado al principio de este tratado, en Oyekun ika nace la reencarnación y la ley del karma, Odi meyi reitera, contradictoriamente, el nacimiento de la citada la ley, Ika she nos lo restriega en la cara y a partir de ahí se jodió la vida del ser humano, porque no hay más opción que joderse, aún y haciendo ebboe.
 
Es curiosa esta parte de Ifa: cíclicamente se repiten lo determinado (la condena) en el Ita, y el ebboe solo sirve para superarlo cuando se presenta, más no para erradicarlo, de ahí que el destino se repita una y otra vez hasta que el iniciado muere mientras vive con a obligación de hacer una y otra vez ebboe.
 
Pero el gran promotor del karma, como esclavitud perfecta, es el hinduismo (junto con algunas versiones recalcitrantes del Budismo), y de hecho, es a quien se le hace responsable del establecimiento de preceptos que en realidad coartan la evolución espiritual de la humanidad a través de la purga, la sumisión y la resignación.
 
Para ellos el Karma es una energía presente en toda acción que una persona realiza, basada en una ley de origen cósmico (una fuerza invisible que busca mantener el orden universal), de Causa y Efecto, ligada a un ciclo llamado Samsara, el principio y final de la conciencia donde se nace, se muere, se reencarna de nuevo y así sucesivamente hasta completar 11 renacimientos (algunos mencionan 13 y otros perversos se van hasta 20).
 
En este ir y venir, a partir de buenas o malas acciones realizadas en vidas pasadas (por medio de hechos, palabras y pensamientos), corresponde una consecuencia y de eso dependerán reencarnaciones posteriores (Punarjanma): si la persona actuó mal (Karma), por ejemplo, corre el riesgo de reencarnar en una vida llena de problemas, obstáculos y sufrimiento, en una “raza inferior” (a saber a qué se refiere) o incluso un animal, piedra o planta (¿?), como una venganza del destino. Por el contrario, si se procede bien se recibe una recompensa (Dharma), por ejemplo, salud, riqueza o amor.
 
No es tan fácil como parece, pues debe tenerse un equilibrio entre la causa y el efecto, el Karma y Dharma, para lo cual debe mantenerse “una actitud positiva” ante la vida, esto es, si te va “bien” o “mal”, siempre se debe estar contento y agradecer la fortuna o la desgracia que se reciba hasta que se muera (¿?).
 
5.
Toda religión coarta la espiritualidad (porque al final, si se ve con objetividad, fueron creadas por seres humanos, ¿no?), exigiendo conductas obligatorias para obtener “la salvación” a partir de ciertas raíces en las que todas tienen un origen común: parten de la existencia de una deuda espiritual y esta debe pagarse en vida, por ellos es que ciertos listillos institucionalizan estos adeudos en creencias, dogmas y doctrinas que convierten una práctica religiosa en un vulgar instrumento de acoso, extorsión, amenaza y hasta muerte si se desea depurar el compromiso.
 
¿Qué sucede cuando las religiones son sinónimas (comparsas y hasta cómplices), en sus preceptos, de esa esclavitud que pretende, en el fondo, engañosamente, la perdición del alma en ese proceso de depuración?
 
Quienes entienden la trampa buscan opciones que no conlleven asistir a templos, congregaciones, basílicas, santuarios, iglesias o ilés ni pagar dinero por ofertas de solución a Santeros, Pastores, Babalowos, Profetas, Chamanes, Clérigos, Consejeros ni demás estafadores, ni mucho menos rendir pleitesía a seres humanos que se asumen como sacerdotes, elegidos, iluminados, iniciados o semidioses que simulan tener una vida pulcra, aunque en la intimidad (no me canso de repetirlo), comen, duermen, tienen sexo y cagan como todo ser humano.
 
Si se investiga también dentro de uno mismo (esta es la llave que abre las puertas para evitar el sufrimiento humano, aunque por el momento no me meteré en este aspecto), entonces se descubrirá dónde tenemos un grado de divinidad que nos han ocultado o escondido para no creerlo, porque ahí están las respuestas a todo, algo que la gente no suele hacer… ni aceptar: el ser humano siempre está a la espera del milagro, sin saber que el prodigio puede generarlo él mismo.
 
Terminaremos de explicar el entorno espiritual del karma, así que volvamos a la concepción original de que es el sistema de esclavitud perfecto, visualicemos que el propio karma, y su irremediable consecuencia, el destino (metafóricamente una especie de autopista sin salidas), son las leyes universales con las que se rige este planeta prisión del que, viéndolo en perspectiva, o digamos, con falsa objetividad (sic), entonces aparentemente no tenemos opción de escapar.
 
Pero ha llegado la hora de desmentir tal afirmación señalando que hay respuestas fuera de los muros de iglesias, casas religiosas y templos, caminos de un mismo Dios (ya, dejemos su dialéctica personalidad  y/o existencia para otro día), que al ver como sus intenciones de facilitar la evolución espiritual son desmadradas por religiosos infames, contempló opciones para eliminar karmas y cambiar el destino sin penas, depuraciones, pagos onerosos, iniciaciones, penitencias, humillaciones, purgas, promesas, sacrificios, tributos ni nada que implique someterse a un culto.
 
6.
Para aquellos puristas que piensan que Ifa es la única religión que contempla la evolución espiritual y  la forzosa obtención de sabiduría a través del dolor, congoja y penar (concepto con claras raíces judeo-cristianas), les tengo noticias: existe una entidad creadora sin camisetas futboleras como las que porta el propio Ifa con su fanatismo (al igual que el islam, cristianismo, sufismo, kimbanda, adventismo, sintoísmo, budismo, taoísmo, judaísmo, catolicismo o unitarismo), que ofrece alternativas menos rígidas y además efectivas.
 
Sobre este tema quiero poner un ejemplo: supongamos que existe un Dios parecido al dios católico y cristiano (ojo, similar y déjenme usar este ejemplo para dotarlo de una personalidad creadora). Pues bien, si es tan perfecto (insisto, como dicen las religiones citadas), ¿acaso no contempló la rebelión de Luzbel, el más más elevado y hermoso Ángel de la Corte Celestial que él mismo creó? ¿En verdad ese “ser” se transformó en el Demonio y se convirtió en el enemigo de Dios que pretende destruir su creación?
 
Obvio, ese Dios sí que lo previó, porque se supone que es infalible, y en consecuencia, también sabía que todas las religiones iban a ser inventadas por humanos vivales disfrazados de líderes para manipular las creencias espirituales de la gente, pero, ante ello, dejó una opción para salvarnos de sus garras: el libre albedrío.
 
Y más: también puso a nuestra mano alternativas que NO incluyen idolatrar a una persona (disfrazada de sacerdote), ni formar cultos, mucho menos adorar deidades ni consultar desencarnados, tampoco creer que rezar sirva de algo, ni comprometerse a la compra de amuletos ni figuritas de barro ni y mucho menos exponer su integridad espiritual o dignidad sexual.
 
No estoy hablando de pactos que comprometen la existencia más allá de la muerte, ni de iniciaciones con los exorbitantes precios que cobran por una iniciación el Osha, Ifa o Palo), ni de obligatoria presencia frente al púlpito cada domingo, sino de prácticas que no se contraponen a ninguna creencia religiosa ni disciplina espiritual y en las que toda persona decide cada cuándo realizar dependiendo de los avances que quiera tener en la vida.
 
¿Estamos hablando de una depuración de karma sin dolor? sí, del rompimiento absoluto de lazos kármicos (también llamados “cordones etéricos”), de la rotura de compromisos adquiridos en la actual reencarnación, resultado de las vidas pasadas, sí, me refiero a la recuperación de cada fragmento del alma perdido en vidas pasadas por errores cometidos y hasta más: eliminación de brujerías, maldiciones, mala suerte y cualquier obstáculo.
 
7.
Es importante que el lector tenga presente a lo largo de la lectura de este texto, que el ser humano tiene dos cuerpos: el cuerpo físico y el cuerpo astral, y que en su cotidianeidad permite que sea el primero, el material, quien determine su comportamiento al grado de perder contacto con el segundo de tal manera de que cuando se le pregunta “¿qué es la evolución espiritual”?, respondan con ignorancia “ser mejor persona”.
 
8.
¿Cómo romper los karmas? Se preguntarán muchos luego de leer varias cuartillas de explicación sobre el origen de la esclavitud espiritual y generacional, si yo lo que quiero son recetas como las que enseñan a preparar un pastel, para romper mis karmas no importa que sea un cabrón.
 
Pues bien, si piensa el lector que todo son fórmulas como los ebboses de Ifa o como meterse a una iglesia a rezar como poses ante una figura de yeso, saltándose la explicación del origen de todo, y con solo aplicar lo que precisamente llevo varias hojas explicando, les tengo malas noticias: si no comprenden el antes, no entenderán el ahora ni mucho menos el después, necesarios para la toma de conciencia, de acceder al “yo superior” y vislumbrar que para quitarse las cadenas se requiere saber por qué se está encadenado, entonces estamos fritos.
 
Pero quiero creer que sí se le está poniendo atención a todo esto, así que sigamos con el tema.

9 de junio de 2022

Cómo evitar que Ifa haga de la limpia del karma un infierno (1)

 

para brezze

El siguiente es un tratado sobre cómo romper el karma, el cual por diversas razones su publicación estaba pendiente, así que agradezco su paciencia a quienes lo estaban esperando.

Es importante aclarar que romper el karma, tal como se describe aquí, requiere principalmente de tomar decisiones e incorporar cambios en las actitudes cotidianas, así que no se espere a que, como muchos desean, será cuestión de tomarse una pastilla y santo remedio (decía mi abuela), ni realizar costosas ceremonias ni mucho menos seguir al pie de la letra recetas de cocina, sin embargo, tampoco será doloroso como algunas religiones y prácticas espirituales quieren vendernos.
 
Así, a lo largo de las siguientes entradas (serán varias para desarrollar el tema lo más completo posible), el lector encontrará suficiente información para entender el origen del karma, de qué manera funciona y cómo erradicarlo, un conocimiento que en ocasiones podría considerarse muy detallado, pero esto es necesario para entender cómo muchos temas y comportamientos que asumimos sin cuestionar, desde que nacemos, nos ha sido entregado para hacernos creer que nuestro destino no tiene solución si no es entregando dinero a vivales autoproclamados religiosos, quienes tras vaciarnos los bolsillos nos dejan viviendo en el mismo lodazal en el que estábamos antes de conocerlos.
 
A manera de presentación…
 
Antes de comenzar con las diferentes opciones que existen para romper el karma, quiero aclarar algo que seguramente a muchos les hará cuestionar si vale la pena seguir leyendo este tratado sobre cómo evitar que el destino nos haga pedazos la vida, a partir de la siguiente afirmación:
 
El karma por sí mismo no existe, ni forma parte del esquema evolutivo del ser humano, ni originalmente es condicionante de nuestro destino ni mucho menos forma parte del catálogo de leyes espirituales a las que debemos someternos solo porque desde antes de nacer ya están ahí, acechándonos para hacer de nuestra vida un infierno si no las acatamos al pie de la letra.
 
Y sin embargo el karma concurre (como sinónimo de destino o viceversa), sobre todo en prácticas como la Osha e Ifa, mas aclaremos esta contradicción.
 
El karma se crea porque los seres humanos lo generamos de la manera más ridícula que se puedan imaginar, y expondré las tres principales causas: el arrepentimiento por lo que se hace en vida desde que somos niños y tomamos nuestra primera decisión moral, por la frustración de no obtener lo que se desea conforme vamos creciendo y el rencor a nuestro entorno.
 
Así, en realidad, y por arriesgado que suene esta afirmación, nacemos sin karma, por ello es que cuando muere un bebé, al poco tiempo de nacer, se dice que “era un alma pura” y no tardará en reencarnar, lo que se contrapone, por ejemplo, con el concepto de los niños abikú que señala Ifa.
 
Hay más motivos, pero sería desgastante enlistar el catálogo de emociones que domina al ser humano y que le hacen cometer errores, además de que citar sólo tres es pretexto para hablar del principal creador del karma: el arrepentimiento de nuestras acciones, el cargo de conciencia que con el pasar de los años crece de tal manera que no nos deja en paz y termina por convertirse en una energía en búsqueda de salida, y que mejor escapatoria que resarcir el daño en subsiguientes reencarnaciones, no necesariamente a quien afectamos, sino ante cualquiera, para deshacernos “de ese peso que no nos deja en paz”.
 
Como sea, para los fines pedagógicos de este texto vamos a creer que el karma existe, explicando sus fundamentos ideológicos y espirituales para poder romperlo.
 
1.
Previo al nacer, según Ifa, una persona pacta su destino ante Olofi y teniendo como testigo a Orunla, por ello la ventaja de consultarse con un Babalowo: Orunmila es el único que sabe los karmas que acordamos depurar en la actual reencarnación, y, en consecuencia, sabe cómo “sobrellevarlos” (nunca borrarlos) a través del ebboe (el sacrificio, sufrimiento y/o dolor, no entregando una ofrenda a manera de soborno).
 
Ahí tenemos el “sino” de ser iniciado en la religión de los Orishas: Osha e Ifa son destino, este nos lo muestra el toyale, sus dos testigos, el signo secreto, y ser iniciado o consultarse con un Santero o Babalowo NO salvará a nadie de cumplirlo, solo lo hará más llevadero. Por ejemplo: todos los hijos de Oggun o Eleggua tienen marcado caer sin remedio en prisión y la religión yoruba NO lo evitará, pero puede hacer que su estancia sea tranquila o más corta.
 
2.                                                     
Los temas esotéricos y/o algunas cuestiones espirituales suelen ser rechazados por los Santeros y Babalowos que creen que “todo” comienza y termina con Ifa, y dada la naturaleza de este texto, sus conceptos sobre ciertos temas (así como los de otras prácticas y religiones), serán necesarios para desentrañar la mentira de que el karma es el destino ineludible, así que comencemos por lo básico: ¿qué es el karma?
 
Algunos piensan que es una mera creencia del hinduismo, mas está contemplada a su vez en el jainismo,​ cristianismo, islam, budismo, espiritismo, ayyavazhi, taoísmo, judaísmo e ifa (Oyekun ika), y siempre se vincula a la reencarnación.
 
El karma tiene muchas definiciones, pero se puede resumir así: es una energía regulada por la “ley de causa y efecto” a partir de los actos físicos, orales y mentales de un alma en una reencarnación específica, mismas que provocan consecuencias en el entorno y cuyos resultados requieren de una nueva existencia para purificarlas (negativas) o para recoger el producto de ellas (positivas).
 
Lo anterior significa que todo lo que hace el ser humano, para bien o para mal, tiene consecuencias, mas no se debe pensar que sólo alrededor de una persona y lo que padece a lo largo de su vida, pues si bien amigos, padres, vecinos, enemigos, parejas, jefes, hijos y hasta desconocidos le hacen ver su suerte, la reacción (el efecto) ante las circunstancias terminará afectando (la consecuencia) a su vez, para bien o para mal, la propia existencia del prójimo.
 
El karma, al igual que Ifa al decretar un destino, está enmarañado de relaciones y vínculos, lo que le hace un sistema de esclavitud perfecto, pues por un lado la persona debe “limpiar” lo que hizo en vidas pasadas a la humanidad, pero también hacer pagar a otros su karma con vínculos familiares, sociales o sentimentales, mas en el intento de limpiarlo no está exento de acumular nuevas deudas (más karmas), ante el desconocimiento del tipo y cantidad de sus adeudos espirituales
 
Siguiendo con la perspectiva de Ifa, el destino pactado ante Olofi y con Orunla de testigo, antes de nacer se borra de la memoria primaria dicho acuerdo, de manera que cada situación adversa que se viva obtenga un aprendizaje que debería llevar a no reincidir en el error. Así, ello significa que si los hijos de Oggun o Eleggua salen y entran continuamente de la cárcel, es que “no han aprendido la lección y deberán repetir la tarea hasta que la hagan correctamente”.
 
¿Pero realmente tenemos la ley del karma y la reencarnación como única opción para evolucionar espiritualmente? por suerte no. Y es en este punto donde no entiendo a ciertas personas obsesionadas con iniciarse en la religión de los Orishas.
 
Sé que la Santería despide cierto tufo de misterio, jactancia e impunidad que atrae a los no iniciados, pero esta religión no se trata de pertenecer a un club, como siempre digo, sino de que sus ceremonias decretan y/o activan un destino y sin remedio hay que vivirlo, bueno o malo, sí, pero entendamos:
 
Si el destino es que una persona sea pobre (por ejemplo), Ifa no lo va a evitar, y por el contrario, lo confrontará ante la pobreza, ya que esta genera problemas (envidia, rencor, delincuencia, hostilidad, tristeza, muerte, impotencia y más) que se convierten en temas a evolucionar. En el extremo, siguiendo con el mismo ejemplo, si el destino de la persona es la riqueza, la abundancia del dinero, ello también le generará problemas (opulencia, presunción, soberbia, prepotencia, crueldad, muerte, avaricia y demás), debilidades obligadas a superar.
 
(continuará)