24 de septiembre de 2018

La muerte está muy activa


La muerte está muy activa: pasó inadvertido el fallecimiento de Huberto Batis a los 84 años, (el pasado 22 de agosto), ingratitud que es comprensible en la radio y la televisión, más no para la prensa escrita y ni mucho menos en ese sector de la sociedad mexicana que presume de saber escribir, leer… y pensar.

Nacido en Jalisco en 1934, escribió 14 libros, publicó infinidad de artículos y abrió las puertas al libertinaje intelectual en el conservador medio cultural mexicano, al participar en publicaciones como la Revista Mexicana de Literatura, Cuadernos del Viento, Plural, Revista de Bellas Artes, Confabulario, Revista de la Universidad de México y Siempre!, mismos que impregnó de irreverencia y en los que coló a escritores emergentes que modificaron la forma de ver a este país, como Malva Flores, Guillermo Sheridan, Juan Tovar, Naief Yehya, Gustavo García, Juan Villoro, Rocío Barrionuevo, Rogelio Villarreal, Xavier Velasco, Pura López, Enrique Serna, Lulú Uruchurtu y Guillermo Fadanelli.

Escritor, fotógrafo, ensayista, locutor, editor y catedrático, recibió en 2010 la Medalla de Oro de Bellas Artes, es considerado el representante de la “Generación de Medio Siglo” y sus méritos lo colocan a la altura de autores como Julieta Campos, Álvaro Mutis, Sergio Pitol, Rosario Castellanos, Juan García Ponce, Alfonso Reyes, Jorge Ibargüengoitia y Sergio Galindo.

Gran orador y conversador, poseía una biblioteca con casi 50,000 libros a los que no cualquiera accedía: solo sus cercanos e incluía a nóveles autores que para él tenían futuro; perdió amigos por sus explosiones coléricas, pero sobre todo se llenó de enemigos por su desfachatez (como Octavio Paz y Enrique Krauze), al grado que el gobierno retiró su publicidad en las publicaciones donde colaboraba.

Conocí a Huberto en las veladas que organizábamos los colaboradores del periódico “Generación” en la hoy inexistente librería “Austria”, ubicada en Paseo de la Reforma, donde solían llegar escritores y periodistas del periódico “El Universal”. En esas tertulias yo solía mantener una actitud discreta, no por su fama de ogro, sino porque era un placer escuchar sus disertaciones sobre cultura.

Estuve a punto de entregarle uno de mis textos buscando su opinión (pese a que sabía era un crítico implacable y mordaz), pero no hubo oportunidad: cuando Alejandro Jiménez renunció a “Generación”, tras las mezquinas intrigas de Carlos Martínez Rentería, también me fui: una parte por solidaridad con Alejandro, pero principalmente porque la vulgar egolatría etílica de Carlos era irritante (ahí dejé de ver a Huberto).

Batis es reconocido por dirigir magistralmente el suplemento cultural “Sábado” del periódico Unomásuno, entre el año 1984 y el 2000, pero también por su insolencia que le valió entre otras cosas recibir amenazas de censura y ser expulsado de la UNAM por su iracundo carácter.

Su objetivo al dirigir “Sábado” era difundir el conocimiento, el cual debía ser masivo pues creía que la cultura tenía que estar en manos de todos (y no sólo en los que pudieran pagarla), para cambia al país. Por lo mismo exhibía la pequeñez intelectual de creadores ególatras, la mediocridad del mundo académico y la hipocresía en el medio cultural.

Antes de conocerle y hasta que lo obligaron a renunciar (Batis señaló que “el jefe de prensa de Salinas de Gortari … acabó con “Sábado” diciendo que era una porquería pornográfica y cochina”), su lectura era obligatoria entre mis amigos escritores, músicos, pintores y militantes de izquierda (sus páginas nos hicieron críticos del establishment cultural), con quienes me reunía en algún café o cantina para comentar su contenido o tratar de localizar las sugerencias de sus columnistas.

Huberto es toda una referencia por la manera de abordar la vida cultural, literaria, científica, social y política del país, pero también por las incontables anécdotas que protagonizó, como la que cuenta Alberto Ruy Sánchez sucedió en la UNAM: una maestra interrumpió su clase tras haberle robado media hora de su tiempo, él la insultó de tal forma que ella se desmayó, la tomó de los pies, la sacó a rastras y siguió su exposición.

Hay otra que él mismo narra: escribí una nota sobre De perfil, la novela de José Agustín, y Luis Spota, que no sé por qué razón lo odiaba, la publicó en el suplemento y la ilustró con un burro de perfil, lo que indignó mucho a José Agustín. En casi todos los libros aparezco lleno de insultos, hecho famoso por ese burro que publicó Spota, del que ni siquiera fui yo el responsable.

Una pérdida irreparable para méxico, equiparable a la del escritor Carlos Fuentes, deceso que aunque discreto (en parte porque el propio Batis no buscó fama ni reflectores), nos deja su insurrecta herencia en expresiones culturales de las que millones no conocen su origen: Huberto Batis.

16 de septiembre de 2018

Opira: Santeros y Babalowos le temen sin conocerlo




Por azar coincidieron en mi casa dos Babalowos, (uno hijo de Eleggua y otro de Obatalá, hermanos, adolescentes y jurados a consecuencia del trabajo de su padre como militar), y una hija de Oya. Nunca me gustó que otros trabajaran religión en mi casa, ya que esa manera itinerante se permite a religiosos desconocidos no solo saber en dónde y cómo vivo, sino aprovechar para dejarme el osogbo de sus consultas o ebboses.

Esa mañana de domingo ella estaba de visita y sin avisar citó a una familia para consultarlos, extraño, con el caracol de Yemaya: registró al marido, el diloggún dio osogbo con Ogunda irete, sacó testigos, marcó obras y lo apresuró a coronar Osha. Siguió la esposa y abrió Ogunda odi, más el primer testigo dio Opira*, la Santera palideció y llamó a los Babalowos (quienes estaban ahí buscando les vendiera “lengua de tarántula”).

– y ahora qué hacemos? – soltó ella.
– pide firmeza – ordenó nervioso el hijo de Eleggua por error.
– dios mío! – gritó la mujer tras recibir Opira por segunda vez.
– cierra la consulta – mandó su hermano, pidió un plato blanco, metió los caracoles, los cubrió con cascarilla y los colocó en la terraza.
– lo primero es tirar en la calle el agua de la moyugba – avisó el hijo de Eleggua – para eso necesitamos a una virgen – volteó a ver a la hija a quien la palabra “virgen” incomodó.
                         
La joven tomó el vaso y salió de la casa, la Santera colocó los igbos en un paño blanco, dejó la vela encendida mientras los hermanos cruzaron miradas, me pidieron los acompañara a la cocina y nos encerramos.

– Opira advierte que Ikú está encima de uno ustedes – comentó el hijo de Obatalá.
“el consultado está muerto, pero aún no lo sabe” – recitó su hermano.
– qué sabes de Opira? – me preguntó el primero, más me limité a levantar los hombros, aburrido, pues ya sabía el origen de aquello.
– habla de muerte inminente – intervino el hijo de Eleggua – en el próximo minuto o antes de que pasen 16 días.
– no se refiere a muerte física, sino a espiritual porque el consultado no tiene camino en la Osha… entre sus muchas advertencias – señalé.
– no podemos usar otro caracol… ni el tuyo – avisó equivocado el otro – debemos tirarle la cadena a todos para saber a quién le pega.
– que no es eso – insistí – el diloggún tiene 16 caracoles, de dónde sacan que esos 16 se transforman en 17?… “dicen” que el 17 es Opira y que es un signo, pero es sólo una tirada para avisar que el oráculo no hablará y el religioso debe investigar el motivo.
señala que todos los Orishas dan la espalda – dijo incisivo el hijo de Obatalá – y quien lo traiga no saldrá de aquí hasta coronar Santo… o que tu esposa jure como Apetevi o en Ifa – y presumió su analfabetismo – nosotros somos Babalowos y Opira no nos afecta.
– si fuera un oddu más de uno lo llevaría en su lerí – insistí – además, no es compuesto (creo que esto no lo entendieron).
– está avisando que tú y tu esposa deben coger Olokun – agregó.
– lo recibimos hace dos años – contesté conteniendo la risa.
– en Ifa Opira habla a través de Okanran Yeku – insistió en tener la razón.
– no, ese oddu dice que en Ife una tribu leía la punta del caracol, no practicaban Osha y adoraban a Eggun y Olokun – expliqué.
– no le faltes el respeto a Ifa! – advirtió el hijo de Obatalá.
– diloggún es Osha, es la autoridad salvo que estés en un itá: entonces sí se combina con Ifa… por lo demás no estoy irrespetando nada – aclaré.
– tú no estás iniciado en Ifa – insistió beligerante.
– no, pero me crié con Babalowos desde niño – ironicé y agregué – vieron la cara de la esposa ante Ogunda odi? lo conoce porque al verlo se burló.
– ese oddu habla de la mujer infiel – dijo el hijo de Eleggua dudando.
– no me fijé en su actitud – reconoció su hermano.
imaginemos que Opira es un oddu – propuse - ustedes dijeron que los Orishas dieron la espalda, luego afirman que habla Olokun – señalé la contradicción – así que decídanse: habla o no Orisha?… luego alegan que puede ser Ikú, pero no citan a los temidos Eggun merilaye, cualquiera de estos dos cambiaría el sentido de lo que ya han dicho – y me quejé – fue un error cerrar la consulta, se debió preguntar si el mensaje era para el consultante o el consultado… con eso habríamos evitado esta confusión.
– Yemayá respondió con otro Opira! – gritó el hijo de Obatalá.
– sí, pero lo cerraron sin averiguar quién hablaba! – alcé también la voz.
– ese oddu necesita de Ifa para marcar obras – me ignoró su hermano.
– puedes hacer un ebbo para todos con Okana – objeté ya aburrido.
– no podemos arriesgarnos a que carguen con ese osogbo – me fulminó con la mirada el hijo de Obatalá – nos consultaremos todos. Su hermano lo secundó y tuve que resignarme.

Volvimos a la sala, pidió una estera, tomó un epkuele que por ebboe yo tenía sobre Oshun, cogió un rincón y comenzó a registrarnos advirtiendo que sólo sacaría un signo. Inició con nosotros por ser los dueños del ilé, luego la Santera, al esposo, su hija y (contradiciéndose) a su hermano: todos iré. Tocó turno a la esposa, quién pasó de la burla al miedo cuando se le reiteró qué significaba Opira.

– Ogunda odi (el oddu repitió), Ofun osa y Obara meyi – dijo incumpliendo la decisión de sacar sólo un signo – por suerte tu esposo no es Babalowo pues aquí Ifa castiga con la muerte a la apetevi infiel.

Terminó tras media hora, se tiró la cadena (nervioso, pero qué no se supone que Opira no afecta a los Babalowos?) y salió iré, más antes de levantarse de la estera le recordé que debía rezar Otura Meyi. Pasado el susto, mientras caía la tarde, regresamos a la sala: tras algunas bromas la familia pagó el derecho a su madrina (dejando los billetes ante mi Eshu) y se fueron. Los dos Babalowos dijeron que tenían hambre, los ignoré y al poco salieron, sin averiguar el origen de Opira y olvidándose de la “lengua de tarántula”.

– suerte que Orunla dio buenos signos y a nadie perjudicó – dijo la Santera y luego gritó frente a mi soperita – maferefún babá.
– la suerte en esta religión no existe: si estás osogbo o iré es por tu astral.
– los Orishas nos protegen – insistió – Opira habla de la muerte de una…
– señala que el diloggún no hablará por faltas de respeto – la paré.

Se quedó pasmada y tras unos instantes anunció que se iba: tomó sus igbos, malamente sacó el diloggún del plato, murmuró un despido y salió de no buenos modos. Ya solos mi esposa comenzó a recoger el desorden y descubrió que la Santera olvidó el dinero de su derecho.

– ya regresará – me burlé, tomé omiero del refrigerador y comencé a aventarlo hacia arriba por toda la casa para refrescarla.

* es cuando todos los caracoles caen "boca abajo" (con la abertura hacia la estera), avisando que no habrá diálogo entre el oráculo y el consultante.

6 de septiembre de 2018

Septiembre negro


1.
Hace uno días me encontré con una compañera en los pasillos de mi trabajo y mantuvimos una breve conversación.

- el fin de semana mi hija me dio un gran susto.
- ¿y eso… cuántos años tiene?
- seis… tras salir de su clase de piano me dijo que podía ver los colores de la música, así que me metí a san google y leí que es una condición neurológica en la que se combinan varios sentidos, se llama sinestesia y…
- sí yo, también la tengo – la interrumpí – y también veo olores.
- o sea: no es la única que tiene ese “mal”?! – exclamó alarmada.
- no, en realidad tú eres la única “normalita” en un mundo de gente que tenemos dones – me burlé.

2.
La sinestesia es definida por la ciencia, para justificar su ignorancia, como un fenómeno, cuando en realidad es un don, proceso o percepción vinculados (en parte) a la videncia.

Se me manifiesta cuando prevengo las malas intenciones de una persona al acercarse, si me preguntan por un objeto perdido, si un maloso va a pagar sus mezquindades, sobre una enfermedad o al cuestionarme del día exacto del siguiente terremoto en méxico: mentalmente visualizo, veo un color y luego entra la videncia a “desmenuzar”.

3.
Siempre “vi” septiembre de azul, más este 2018 era negro antes de que comenzara, aparte de otro detalle al que durante horas no presté atención en los últimos días de agosto: el ambiente se tensaba de energía muertera, algo típico a finales de octubre (por la celebración de Día de muertos), pero faltaban dos meses para esa fecha!

No es común ver circulando en la ciudad tanto desencarnado*, salvo que a tras el sismo del 19 de septiembre de 2017 muchos esperan justicia contra las corruptas inmobiliarias (responsables de muchas muertes), y se han unido al deambular de las víctimas del sismo de 1985 y otras más, las pocas, pero las hay, que llevan hasta 100 años buscando algo entre las calles de esta ciudad.

4.
Las zonas donde más se les percibe es donde hubo derrumbes, mas a esos aires muerteros hay que agregar la ignorancia de quienes creen que en septiembre es obligatorio padecer sismos igual que en abril se celebra el día del niño, en mayo a las madres o en diciembre la falsa navidad.

Sí, digamos que es insultante ese oscurantismo en contraposición a la mezquindad de la conducta diaria, aunque los versados en temas espirituales saben que los pensamientos son energía y esta puede hacer realidad una situación, así que imaginen lo que pueden materializar esos telúricos pensamientos colectivos.

Hay más: y si esas tinieblas mentales son inducidas con la finalidad de alimentarse de sus bajas emociones, del miedo, desasosiego, cobardía o pavor a lo desconocido que es la muerte? pero no entremos en tramas conspiranóicas porque precisamente la trivialidad intelectual no permite diferenciar la sabiduría de la fantasía.

5.
¿Quién alimenta la geológica imaginación de los mexicanos que los lleva a afirmar que “se siente en el ambiente que sucederá el terremoto”?

Podríamos culpar a los medios en voz de Mhoni, Walter Mercado, Ramses, Ivi Sepúlveda, Alexander Backman, Zulema, Deseret Tavares, Alberto Zecua, Azumy, Omar Hejeile y otros que se presentan como Videntes, Adivinos, Médiums, Astrólogos, Santeros y que en sus páginas web ofrecen de productos (velas, pastillas, libros y aceites para la felicidad eterna), aparte de difundir sus bastante parecidas predicciones.

Pero hay más para los adictos al miedo sísmico y se lo oí a un Curandero ya jubilado.

- Septiembre negro… mes del gran terremoto – dijo ambiguamente, pues no especificó si se trataba de este 2018.
- ¿sabes de dónde viene ese término? – lo cuestioné para saber si percibía lo mismo que yo o si sólo se jactancia.
- no – reconoció extrañado por mi irreverencia.
- de una organización militar y reivindicativa palestina fundada en 1970. 
- yo lo relaciono a terremotos – se justificó.
- tiembla en todo el planeta: es un aviso de algo más grande para la raza humana – le recordé nuestras conversaciones.
- te conté de un asteroide que va a chocar contra la tierra y del que la NASA no quiere comentar nada? – trató de sorprenderme.
- sí, sé que algo sucederá en octubre, pero Bruce Willis y Ben Affleck pueden destruirlo...
- o se adelanta para septiembre – se hizo el interesante
- aparte de leves sismos en méxico, se están presentando fenómenos naturales a los que te sugerí poner atención, como las atípicas lluvias del 27 de agosto que inundaron la capital.
- eso de las tormentas es aparte, pero… – me ignoró y siguió la perorata.
- tu “jefa” – lo interrumpí haciendo referencia a una Curandera – dice que en septiembre NO será el gran sismo.
- lo dice para no asustarte –respondió y soltó una carcajada.
- me gusta que tiemble – avisé y el Curandero se puso serio.

6.
Existe preocupación sobre qué sucederá con el siguiente terremoto (uno de los tantos que cambiarán la geografía del país para siempre), pero poco cuestionamiento se hace sobre la conducta cotidiana y si por ello se merece la salvación.

Ante tanto pavor ¿por qué no reflexionar sobre lo que se hace o se deja de hacer? y si el tema de la bondad o la maldad no es atractivo ¿por qué no enfocarse en investigar si está en el destino morir aplastados, asesinados, por accidente o enfermedad, por vejez o apaciblemente mientras se duerme? Eso les daría cierta tranquilidad.

7.
Ahora, que haya víctimas mortales en los siguientes terremotos conlleva secuelas que nadie está tomando en cuenta: Espiritistas, Muerteros, Médiums, Espiritualitas y hasta Curanderos tendrán desagradable trabajo de más, pues imaginen si muchos en vida fueron mezquinos, qué podremos esperar de ellos ya convertidos en espíritus chocarreros, eggun obsesores y muertos oscuros?

* sobre el tema tengo un texto del éxodo de miles de viejos desencarnados que huyen del Centro histórico que en breve publicaré.