26 de octubre de 2020

A propósito del Día de muertos ¿necesitamos de Eggun y Desencarnados?


para yenyok, ejemplo de evolución espiritual

 

1.

La Osha, el Espiritismo, Ifa y otras prácticas religiosas tienen en alta consideración a Eggun (entendiéndose como el linaje, los antepasados: familiares fallecidos) y a los Desencarnados (amistades e incluso difuntos ajenos).

 

En la Santería afrocubana, por ejemplo, se tiene la errónea creencia de que si no se atiende primero a Eggun antes de iniciar una coronación Yoko Osha, algo malo sucederá que podría llevar a suspenderla o incluso, provocar desgracias entre los participantes tras la ceremonia.

 

Su presencia en religiones fundacionales como la Yoruba se da a través de la Teja de Eggun en la Osha y con Orun en Ifa, en las existencialistas como el Espiritismo van a la Bóveda Espiritual, mientras en los cultos neopaganos como el Candomble, Vudú, Mayombre y Espiritualismo también se les atiende, pero al profundizar en ello su fin es el mismo que establecen los vivos con una deidad, entidad o cualquier energía suprahumana: una válida petición de ayuda o un soborno para hacer trabajos sucios.

 

Esto lo ejemplifican Santeros y Babalowos al usar lo que haya a la mano para solucionar (a cualquier costo), pero ¿realmente necesitamos de Eggun y los Desencarnados, existiendo opciones menos riesgosas (en términos karmáticos por el círculo viciosos petición-pago-consecuencia), y realizando otro tipo de obras para lograr los mismos resultados?

 

2.

Dentro de las explicaciones relacionadas con los clanes familiares se dice que Eggun tiene algo que expresar pues él, más que nadie, conoce cuáles son los karmas que debieron evolucionar los antepasados, y por lo mismo, puede guiar a las nuevas generaciones (las mismas viejas reencarnaciones), con “consejos” para no reincidir en errores y solventar los pendientes del linaje ¿pero objetivamente sucede así?
 
Habrá quien se jacte que por los Desencarnados logró una conquista amorosa, evitó la cárcel, provocó enfermedades, tuvo riqueza, asesinó, o en el extremo, solucionó una traba, salvó la vida, obtuvo un empleo, ayudó al prójimo o repelió al enemigo: suena coherente, pero el vínculo con ellos no se limita a tener un esclavo etéreo a modo para cualquier capricho, se trata de crecer ambos espiritualmente.

 

Recordemos: Eggun y Desencarnados son entes de baja vibración* por cuyos pendientes en vida no han pasado al siguiente estado evolutivo (etapa de confrontar y entender por lo hecho u omitido en vida, depurar y obtener el derecho a reencarnar), están en un plano espacio/tiempo en el que su existencia va a un ritmo diferente al nuestro, se vinculan con los vivos de manera intermitente, se mueven por recuerdos (de placeres) grabados en su plasma y por ello deberían trabajar a cambio de lucificación para trascender a su subsecuente nivel subjetivo.

 

3.

Sobre las muchas maneras de vincularse con los vivos, un Muertero me decía que el caso de Eggun puede ser patético si no se establece una comunicación adecuada: “imagina a los integrantes de una familia discutiendo, gritando e insultando al mismo tiempo, y uno de ellos es un sordomudo que manotea tratando de aplacar los ánimos… sin que nadie le haga caso”.

 

En el extremo de estos lazos, no conozco Espiritistas que rindiendo culto a sus muertos (vía un Altar o Bóveda espiritual), tengan una vida alegre, sana y sociable: los Desencarnados siempre marginan y condenan a la soledad, incluso llegan a ser intrusivos y manipuladores, así que ¿dónde está el beneficio de su presencia?

 

Sobre el particular compartiré un aspecto de una Consulta espiritual que me pidió una Aleya chilena, antes de consagrarse como Espiritista, un requisito en ella para coronar Santo: determiné que tras jurarse no se viera desnuda frente a un espejo si no quería verse acosada sexualmente por el guía de su Cuadro espiritual.

 

Los practicantes de Osha e Ifa afrocubano van más allá y caen en lo patético: le tienen pavor (injustificado) a Eggun, al grado de que no cuestionan sus trampas y les complacen cualquier capricho para seguir obteniendo sus dudosos (por inmorales) beneficios.

 

4.

Igual sucede con los practicantes de Palo Mayombe: tras hacer pacto con un muerto lo “meten” a un caldero convertido en Nfumbe para evolucionar a la par de ellos (en teoría), más la realidad es que el muerto corre el riesgo de convertirse en su esclavo o matón, al que se le encargan trabajos poco éticos a cambio de nada.

 

Destaca la relación que se establece entre Mayombero, Nufumbe y el pago que éste último recibe: si se trata de un religioso honesto sabe que sólo se le puede ofrendar flores, fruta, velas, oti, fula y menga (en casos extremos), más si le falta carácter preguntará al muerto qué desea, de ahí que se cometa el error de entregar whisky, antojitos, marihuana, cocaína, carne de puerco y demás de lo que disfrutó en vida.

 

Esto es básico para los sacerdotes Congos, pero vale la pena preguntarse: si su Nfumbe sigue apegado a los placeres sensuales, ¿cómo creer en sus consejos, tenerle la confianza de que no incluyen ecos de frustración, mentira, envidia, manipulación, coraje o la mezquindad con los que se comportó en vida?

 

5.

Así, ¿necesitamos a Eggun y los Desencarnados o son ellos quienes nos requieren?

 

Los muertos están “trancados” en un plano ajeno al nuestro debido a que aún tienen aspectos que progresar de su vida inmediata, mientras nosotros poseemos un destino que cumplir (actuando con sabiduría, sin manipular el entorno, pero previniendo errores en nuestra actitud). Si no han logrado trascender, ¿por qué deberíamos creer que “su opinión” es objetiva o sin cuestionar si con sus respuestas se venden como necesarios para vernos la cara?

 

Santeros, Babalowos y demás religiosos pensarán que lo que digan los espíritus es verdad pues tiene trabajo espiritual pendiente, así que no deberían mentirnos, lo que en teoría es verdad, pero no a todos les interesa la evolución (https://basurerodealmas.blogspot.com/2014/07/como-viven-los-muertos-3.html).

 

Ampliemos la perspectiva del tema remitiéndonos a los vivos: si los tiernos niños practican bullyng que llega al asesinato u orillan al suicidio, o si los dulces abuelitos falsean acusaciones que destruyen vidas con tal de descargar su odio contra la humanidad, ¿de qué serían capaces Eggun y Desencarnados si entre otras cosas ya no tienen nada que perder? ¿qué les cuesta decirnos lo que queremos oír?

 

Vamos al extremo: ¿conocemos a los muertos que metemos en la Bóveda espiritual? ¿no sucede que al morir un pariente se descubre que en vida era asesino, estafador, pedófilo o tenía otra familia? Sigamos con los excesos: ¿por qué la gente busca a personas con un don para librarse de “fantasmas” violadores (consultar el libro "Mi vida con los muertos").

 

6.

Finalmente, si el lector revisa la transformación de este blog, conforme mi esposa y yo seguimos estudiando al mundo espiritual, se dará cuenta que el culto a Eggun y los Desencarnados ha evolucionado de tal manera que “la adoración” a los antepasados está ya cercana a la indiferencia.

 

Veamos: cada año en casa se montaban ofrendas a los muertos con la finalidad de darles un remanso de paz a su transitar por el camino etérico, donde incluso llegamos a departir con ellos, más con el tiempo las conversaciones con los antepasados nos dieron algunas pistas que nos llevaron a cuestionar: ¿de verdad debíamos hacerlo periódicamente? ¿cada 1 de noviembre teníamos que hacer un ga$to con las ofrendas mientras ellos se aferran a no evolucionar, seguir en este plano, alimentarse de nuestra pena y ofrendas que les hagan recordar lo que fueron en vida, pero sin desapegarse a los placeres mundanos para trascender? 


Entonces, ante la falta de perspectiva sobre su propio destino ¿necesitamos de Eggun y los Desencarnados?

 

* esto no quiere decir que sean “malos”, solo que en términos evolutivos ocupan el escalafón más sórdido del mundo espiritual, incluso por debajo de los mal comprendidos “Demonios”.

16 de octubre de 2020

In memoriam

 

1.
Me revolví en la cama mientras el miedo me invadía… no sé cuántas vueltas había dado sobre el cochón, pero así me sucede cuando bebo de más: el alcohol no me relaja, al contario, altera mis nervios, me lleva a sueños intranquilos aderezados con pendejadas oníricas que no me dejan descansar.
 
Cogí valor, abrí los ojos y confirmé lo que temía: alrededor del lecho reinaba mi realidad, así que los volví a cerrar, mas la voz de Katie Webster cantando “Pussycat Moan” sacudió mi estómago e hizo eco en mi vejiga, dejándome sin más remedio que levantarme y entrar al baño.
 
Regresé y me tumbé de nuevo preguntándome en qué departamento vivirá la persona obsesionada con Webster, aunque me quedaba claro que debía ser pisos arriba, ya que en todos estos años de subir y bajar escaleras para llegar al mío nunca sonó detrás de alguna puerta.
 
Mi imaginación vuela cuestionando si quien oye a esa cantante nacida en Houston es hombre o mujer, quizá sea vecina, bonita y… mierda, mi mente traicionera rebota y me lleva al ridículo de la noche anterior, en una fiesta organizada por Ignacio Pineda en su casa (dueño del Multiforo Cultural Alicia), ante el flirteo de…
 
2.
– ¿cómo va tu noche? – me cuestionó una atractiva mujer de largo cabello rizado y anteojos redondos que le daban un irresistible aire intelectual, pregunta que acompañó de una sonrisa que al parecer estaba esperando ofrecerme hasta que David se metiera en la cocina por otra ronda de tragos.
– eeeh – balbuceé – bien, creo…
– ¿llegaste hace mucho? – insistió.
– no, sí… no sé – alcancé a decir sin controlar el nefasto efecto que provocaba en mi mente la combinación de alcohol con prozac.
– espero que todo siga bien el resto de la velada – dijo amable, comprensiva, algo… bebió de su cerveza, sonrió exquisitamente y agregó (mintió, porque nunca dirigió su mirada hacia la puerta) – iré a saludar a unos amigos que acaban de llegar – y despareció.
 
David regresó al poco, sin enterarse de aquel fiasco, y repitió el resto de la noche el ritual de ir y regresar a la cocina en busca de bebidas, hasta que… no recuerdo, pero desperté en mi cama.
 
3.
Me levanté de un brinco incómodo, deprimido, molesto o como se le pudiera definir a mi ánimo tras recordar aquello. Salí de la recámara, entré a la sala y en la mesa descubrí una botella de ron colocada a lado de una caja con prozac.
 
- mierda - exclamé y sin dudarlo saqué dos capsulas de la caja, las pasé con un largo trago del licor y me fui a sentar en un sillón con la botella en mano.
 
“Nación prozac”, leí el título del libro de Elizabeth Wurtz sobre el cual me senté. Lo abrí en donde estaba el separador y releí la lista que ella citaba: zloft, paxil y prozac… solo me faltaba intentar con el litio. Bebí otro sorbo de ron.
 
Semanas después descubrí que mi depresión era resultado de brujería, no de un problema mental. Me lo dijo un Chamán tras explicarme el origen de mis tres fallidos intentos de suicidio: no era hundimiento emocional, eran desencarnados, cuya misión era asesinarme en nombre de un marido celoso.
 
Antes de eso fueron meses deambulado en los palaciegos sistemas de salud del gobierno, llevando y trayendo a ventanillas sobres cerrados con mi diagnóstico, clasificados como “urgente” o “secreto”, donde la solución (clínica, médica, alópata) incluía todo menos una salida.
 
4.
Elizabeth Wurtzel (Nueva York, 1967), fue la versión literaria del grunge, la contraparte de la auto-laceración convocada por Kurt Cobain. La conocí en la librería “Bart’s Books”, la segunda vez que regresé a Los Ángeles, en 1996, al asistir a la presentación de “Nación prozac” durante una bella tarde de otoño: conversé un rato con ella, y esa mirada rota, con su eterna sonrisa quebrada, nunca las olvidaré.
 
Me dedicó su libro y quedarnos de escribirnos, más ello nunca sucedió. Desconozco la razón, pero supongo que fue su miserable vida: la prensa yanqui la maltrató durante toda su carrera literaria, al grado de que el New York Times la llamó una “Sylvia Plath con el ego de Madonna”, el comentario más miserable que jamás se haya leído en un periódico.
 
Como sea, recién me entero que murió de cáncer este año 2020 que se niega a terminar sin seguir generando cadáveres. Escribir un “In memoriam” no es porque Elizabeth fuera mi amiga, pero en su momento ella y su libro fueron importantes en mi vida. Ojalá Wurtzel se hubiera enterado que la mayoría de las depresiones son culpa de los desencarnados… tendríamos más sabios vivos.
 
Elizabeth Wurtzel, Nación Prozac, 528 páginas, Editorial de De bolsillo, 1995.


8 de octubre de 2020

Implicaciones espirituales detrás del COVID19

 
1.
A fines de agosto fui invitado a una conferencia (vía ZOOM), en la que participarían 15 importantes Curanderos, Chamanes y Espiritualistas de la Ciudad de méxico, aunque mi presencia era originalmente como escucha, previo acuerdo entre ellos (¡gracias por el convite Irene!), de los convocados dos Curanderos no se conectaron y una Chamana murió cuatro días antes, lo que me permitió ser incluido como participante.
 
En algún momento, si se logra el consenso, subiré el video, mientras comparto los comentarios más destacados, en muchos de los cuales concordé con ellos, aunque cuando lo consideré prudente disentí a partir de la información con la que cuento.
 
2.
– Todos señalaron que el COVID19 es de creación humana, y si bien varían las teorías sobre las intenciones, coincidieron que tiene implicaciones espirituales como detener el salto cuántico de la humanidad. Luego se dieron opiniones particulares: un Curandero se puso teológico y apuntó que es la eterna lucha entre Dios y el Diablo, mientras una Espiritualista agregó que es un reclamo del planeta por la sobreexplotación de recursos naturales
 
– Agregué que de ser así todos somos responsables: los gobiernos y las grandes corporaciones, quienes han exacerbado el consumo–basura ante la obediencia de la gente… nadie es inocente.
 
– Compartí dos posturas que me fueron comunicadas días antes por gente que considero sensata: una, en este 2020 los cambios en la Tierra conllevan la desaparición de algunas personas que son un obstáculo (los hijos de puta, pues) para la evolución espiritual; otra, luego vendrá la extinción de una parte del resto de los sobrevivientes del COVID (no la destrucción de la planeta), tras impactarnos un meteorito. Nadie opinó sobre ello.
 
– Una Curandera mencionó que la humanidad está viviendo el “Fin de los tempos” (aquí disentí: lo que está sucediendo podría obedecer a la primera postura señalada en el párrafo anterior, el término del sexto milenio, parafraseando a los seis días de la creación, teniendo como séptimo el descanso, que significarían mil años de paz para los sobrevivientes), pero otro Espiritualista quiso verse objetivo y aseguró que ve la pandemia como una oportunidad de cambiar nuestra actitud.
 
– Lo anterior dio pie a una discusión al surgir dos posiciones: una, sobre si quienes han lanzado este virus creen que impondrán su intento de tener un mayor control demográfico (“curiosa señal espiritual que los animales no se contagien y todos la ignoren”, dijo alguien); la otra, sin darse cuenta forman parte de un plan superior para cambiar el destino del planeta, convertido ya en peligro para el universo por la insultante decadencia de sus habitantes.
 
– Dijeron que la única manera de evitar que los malos ganen es que aumentemos el nivel vibracional con la oración (discrepé: la salvación es individual si no se desea que los sobrevivientes repitan las actitudes miserables que nos llevaron a esta crisis, advirtiendo que más que oración se debe practicar meditación, pues al habernos convertido en masas perdimos la capacidad de autogestión y debemos recuperarla).
 
– Curiosamente una Curandera (por aquello de que los religiosos no son dados a meterse en temas políticos), señaló que el obstáculo más grande contra el COVID era la exigencia que hace la gente a los regímenes de darle solución, lo que en el fondo refleja la sumisión e inmovilidad con la que dejan se manipulen sus vidas.
 
– Llamó mi atención que reiteraran la culpa de los gobiernos en el origen de la pandemia, así que señalé que era necesario reconocer al ser humano como sus secuaces por su ignorancia, insolencia, cinismo y estupidez, tal como lo refleja su avidez de regresar al consumo tras la reclusión, la acaparación, el egoísmo, la necesidad de masificarse sin guardar medidas de protección para evitar su contagio y propagación, asegurando con su inopia su muerte y la de su familia.
 
- Un Chamán dijo que la reclusión para evitar la propagación del virus fue una infamia y provocó complicaciones mentales (no le vi sentido a su comentario, así que señalé que el problema del aislamiento era que el ser humano no está acostumbrado a estar consigo mismo y necesita de las plazas comerciales para sentirse vivo).
 
– Irene, la única vez que habló, cambió de tema y destacó que sus guías espirituales le informaron que las cifras reales de contagios en el planeta son unos 500 millones y más de 9 millones de muertos a principios del mes de agosto.
 
– A partir de ello varios se quejaron de la incredulidad de la gente sobre la existencia del virus, de la agresión intrafamiliar, las estafas con ayuda gubernamental, la falta de respeto a la tranquilidad entre vecinos en el aislamiento, pedofilia, el incremento de la delincuencia cibernética y la violencia psicológica, entre otras, más un Chamán reiteró que ello obedece a la excesiva presencia de desencarnados.
 
– Comenté que el equilibrio (la convivencia en números) que debía haber entre vivos y muertos se rompió y generará graves e irreversibles repercusiones espirituales, a lo que otro Chamán agregó que a partir de septiembre el denso ambiente por la celebración del Día de Muertos será permanente.
 
– Se señaló que de acuerdo al Mundo espiritual las “Puertas al más allá” (alguien usó luego el concepto “Las puertas del cielo”), se han abierto para que las almas fallecidas por COVID19 desalojen el planeta y evitar que más reencarnaciones (obligadas a depurar karma), contaminen a los sobrevivientes con relaciones tóxicas.
 
– Sin embargo, no se explicó sobre “quién” ha tomado tal decisión y si el desalojo será voluntario, pues como reiteró un Espiritualista: la muerte de 9 millones es resultado de un asesinato masivo, lo que los pone en actitud de enojo.
 
– Una vieja Chamana dijo que no le queda claro quién, qué o cómo se podría trabajar para que “se vayan”, agregando que su presencia influye de manera negativa en el comportamiento de la gente: al miedo y la impotencia por el virus se agrega violencia y rebeldía que en nada beneficia por ser emociones negativas.
 
– Se destacaron las mutaciones del COVID19, el resurgimiento del cólera, ébola, influenza, sida, peste negra y bubónica, viruela, gripes porcinas y aviar, entre otras, a lo que agregué la falta de reparo de otros medios de propagación a nuevas plagas: las mencionadas son virales cuando faltan las de transmisión vía agua, las que arrasarán con cultivos y bacterias que diezmarán actividades pecuarias.
 
– Un Espiritualista habló sobre una noticia que ya es por todos conocida: la posibilidad de que la famosa vacuna que se está desarrollando para combatir al virus incluya nanorobots que permitan controlar la voluntad, y en consecuencia, nuestra espiritualidad. Nadie opinó sobre ello.
 
– Citaré textual a una Chamana: “el cómo es arriba es abajo se ha roto”, lo que coincide con la previa explicación que me compartió un rabino sobre el origen del COVID19, señalando que es resultado de: “las grandes fisuras que se han dado en el mundo espiritual por la actitud de la raza humana, mismas que tenemos la obligación de remediar”.
 
– Al final todos expusieron sus profecías, pero citarlas sería extenderme y prefiero se escuchen en el video, así que solo incluiré un par de advertencias: una Curandera señaló que “la humanidad no entiende los alcances de la pandemia y las mutaciones que tendrá la vida en el planeta”; mientras otro Chamán advirtió que “la estabilidad tardará años en llegar”.
 
Destaca la incertidumbre con que cerró la reunión: todos coincidieron en señalar que aunque el COVID19 forme parte de un plan oscuro, la solución pasa por una profunda evolución espiritual que debería obligar a romper con la mezquindad humana, el verdadero origen de esta crisis.
 
3.
Minutos después de concluir la sesión, Irene me buscó por teléfono.
 
– ¿por qué no dijiste todo? – reclamó apenas y contesté, recordándome la escalofriante novela de Salvador Castañeda del mismo título.
– estoy harto de ser profeta… en mi blog lo intenté y nadie entendió.
– dime qué sigue – pidió.
– pregúntale a tus guías espirituales.
– contéstame.
– vendrá lo que nos merecemos… además, morir no es malo.
– ¿cuándo sucederá todo lo que falta? – me ignoró.
– ya lo verás – avisé – varios lo advirtieron en sus profecías.
– ¿qué más terrible puede ser? – siguió sin resignarse.
– espera a que pase el cuarto eclipse de este 2020 – concedí.
– ¡¿más demonios?! – cuestionó alarmada.
– sí… luego de que bajen el 14 de diciembre nada será igual – señalé, y tras quedarse en silencio, agregué – 2021 será más complicado y nadie está preparado para lo que viene.

5 de octubre de 2020

El COVID rompió el equilibrio entre vivos y desencarnados


1.
Este noviembre de 2020 debían arribar, sin prisas, dos fechas importantes: la primera, el noveno aniversario del blog “Basurero de almas”, la segunda, la incomprendida celebración del Día de muertos; la inicial, obviamente llegará y para satisfacción personal, mientras que la subsecuente se adelantó, para mal, desde el mes de septiembre: el más violento cada año de la historia de este país por terremotos, crímenes del narcotráfico y gestas históricas, lo que lleva a desfilar entre nosotros a muchos de los desencarnados que han perdido la vida en tales hechos.
 
Resultado de lo anterior no me extrañó que comenzaran a llegarme mails de videntes, médiums, espiritistas y muerteros preguntando por el exceso de fantasmas que "ya se ven en las calles”, más fueron consultas desde otros países con el mismo tema que me llevaron a confirmar que se trata de muertos enojados tras ser asesinados por el COVID19 (por ser creación humana), quienes se niegan a irse sin tener justicia.
 
2.
Es conocido que durante los nueve años de vida de esta web se mantuvo una vocación espiritual desinteresada (buscando evitar que gente de buena fe, buscando soluciones, fuera estafada por Santeros y Bablowos), intensión que luego se vio trastocada tras ser retribuida exclusivamente con ingratitud.
 
Me detendré en la afirmación de “trastocada” para recordar el aviso relacionado con textos que ya están escaseando aquí, los de Santería e Ifa abordados en cientos de entradas: esa alteración retrasó el ritmo de publicación de otros temas antes de que el destino nos alcanzara, entendiéndose como el destino ese en el que participan desencarnados furiosos que vagan por el planeta.
 
Esta cuestión no es cualquier cosa: el equilibrio que originalmente debía haber en la Tierra, entre la existencia de vivos y muertos 
(en realidad una convivencia basada en lo que los puristas llamarían equilibrio energético), se ha roto gravemente y tendrá repercusiones espirituales terribles para las que no existe una solución global.

3. 
Regresando al tema de la demora en la difusión de ciertas entradas, en concreto con los desencarnados y la ruptura del periodo que permite su presencia para celebrar la “fiesta del Día de muertos”, están pendientes los siguientes títulos:
 
a) Implicaciones espirituales detrás del COVID19 (revelaciones sobre la pandemia en una reunión celebrada entre importantes Curanderos, Chamanes y Espiritualistas de la Ciudad de méxico).
b) ¿Necesitamos de Eggun? (cómo intervienen los desencarnados en nuestras vidas).
c) Ofiuco (inicio de una temporada de malignidad que afectará la actitud humana a partir del 1 de octubre del 2020).
d) Nunca se termina de aprender con los muertos (¿por qué no se van?).
 
Si bien los textos en su conjunto cuentan con información que daría un panorama general de a qué pesadilla muertera nos enfrentaremos, insisto, con tanto desencarnado encabronado, su difusión seguirá con el calendario establecido.
 
Quiero destacar el contenido del texto del inciso a), ya que en dicha reunión Curanderos, Chamanes y Espiritualistas abordaron temas como el origen del COVID, cifras reales sobre sus millones de víctimas, escenarios a corto plazo, y lo más interesante: ¿por qué si alguien abrió lo que uno de ellos definió como “Las puertas del cielo” para que esas almas desalojen el planeta, no se han ido?
 
4.
Sí, sé que muchos lectores que llegaron a este punto de la lectura se cuestionarán que si la decisión es hacer públicos los textos en sus fechas originales, entonces ¿por qué publicar esta entrada?
 
Simplemente para hacerles saber que la sobrevivencia (ante el COVID19 y otras pandemias aún por llegar, incluyendo mutaciones, plagas, guerras, fenómenos naturales y demás), no pasa por la invención de una vacuna para preservar nuestra raza: la salvación (esa que tantos hipócritas 
afirman merecer creyéndose buenas personas), será exclusivamente individual y dependerá de la manera en que cada quien incremente su vibración espiritual, misma que les protegerá de virus y desencarnados. Así de sencillo.
 
5.
Aparte de lo ya señalado les comparto que a título personal me aburre tener la energía muertera rondando en todos los rincones del planeta, pero más en mi recámara, cocina y baño, y no solo porque presagia situaciones negativas que muchos desconocen cómo manejar, sino porque quienes no necesitamos de la presencia de desencarnados nos obliga a emprender acciones para no vivir con incomodidades, sin tener vela en el entierro, lo cual me da mucha flojera.