24 de julio de 2020

Arte inspirado en Mi vida con los muertos

A partir de la cadena embajadoresdelibros en Instagram, algunas lectoras y lectores de mi nuevo libro, "Mi vida con los muertos", se dieron a la tarea de desarrollar particulares expresiones de arte, tomando en cuenta la portada e inspirados en su lectura, manifestaciones que me parecen por demás originales, y por lo mismo, gustosamente las comparto con ustedes, junto con sus respectivos creadores. 

instagram.com/airinworlds

instagram.com/anamomentsmetro

instagram.com/bailandoconlibros

instagram.com/embajadoresdelibros

instagram.com/en_bolsillo

instagram.com/loscuentosdemomo

instagram.com/meigan5

instagram.com/piinchiita

16 de julio de 2020

¡¿Quién me acompaña?!


Sin temor a equivocarme Vantroi tiene la carrera más interesante de los últimos 30 años en todo el rock mexicano, y ello puedo afirmarlo desde tres perspectivas:

uno, su trayectoria musical con miles de conciertos, 14 discos en estudio, otro en vivo, una recopilación, un documental, numeroso premios, participación en los festivales más importantes de Europa y América, tocando en España, Italia, Alemania, Venezuela, Francia, Colombia, Marruecos, Portugal y todo méxico.

dosla vida del líder indiscutible de la banda, Gerardo González, plagada de satisfacciones, accidentes, anécdotas, errores, éxitos, excesos, enfermedades, constancia y fracasos, como todo ser humano, incluyendo enfrentar asaltantes dentro de su casa, lo que en su conjunto lo llevaría a ser considerado un sobreviviente.

tresmi opinión personal a consecuencia de una profunda amistad, cargada de objetividad, que me llevó a conocer el proceso creativo de varios discos publicados por la banda, convivir con su familia, e incluso, compartir escenario cantando con ellos en legendarios antros de méxico como el “Multiforo Alicia”.

Bajo cualquiera de los tres criterios destaca uno que no se puede ignorar: su activismo político acompañado de letras con profundo carácter reivindicatorio, disidencia, denuncia social y autogestión, aderezadas con una particular mezcla de hard, ska, rock, rancheras, punk y heavy (como por ejemplo su himno “No nos moverán”), e incluso baladas que hasta ahora ninguna banda mexica había logrado conjuntar con tanta dignidad (el tema “Chenalhó”).

Formado inicialmente por los hermanos González: Gerardo (guitarra y voz), Athuey (batería) y Olympia (guitarra y voz), junto con Barrabás (bajo), Vantroi tiene muchas anécdotas que contar, como haber sido integrantes del grupo "Llanero” siendo aún niños, todo lo cual quedó plasmado es su biográfico DVD “Virus a la mexicana”.

Más la historia no se detiene y este mayo de 2020 Vantroi ha publicado un nuevo cd, “¡¿Quién me acompaña?!”, producido por Fernando Madina, el cual fue grabado en méxico, mezclado en España por el propio Madina y Alfonso Espadero (todo entre octubre y diciembre de 2019), y editado a través de Titanio Records.

Este disco viene precedido del trabajo solista de Gerardo, “El día que me arrancaron de ti”, así como por presentaciones en formato acústico. Si algo destaca a Vantroi es la renovación, de ahí que el guitarrista diera un giro grabando temas, reconoce, por gusto personal, alcanzando grados de exquisitez interpretativa, como "Me llamas", de José Luis Perales, a cadencioso ritmo de reggae, que puede existir dignamente sin la versión original.

Pero la vena revolucionaria llama y por ello no es de extrañar que en “¡¿Quién me acompaña?!” nuevamente el grupo nos sorprenda, esta vez con 10 temas más cercanos al hard rock, refrescando su propuesta musical, pero sin perder su rabiosa esencia militante, acompañada de fieras guitarras y una machacante sección rítmica.

También vale la pena destacar el trabajo de la portada, esta vez a cargo de Miguen Ángel, “El Boti”, así como su diseño interior, interesantes y detallados conceptos que siempre se han caracterizado por su calidad artística en cada una de sus producciones.

La banda se caracteriza a su vez por su solidaridad con toda causa social, misma que siempre apoyan tocando donde se les solicite (desde huelgas hasta colectas de libros para comunidades indígenas), y por lo mismo, siempre se ve retribuida en colaboraciones al momento de grabar, tocando en este caso su turno a Xabi Arakama (acordeón de Boikot), Fernando Madina (bajista de Reincidentes) y Sebastián Teysera (cantante de La vela puerca).

¿Temas a destacar del disco? absolutamente todos, ninguno está de más, pero para darse una idea de por dónde va su reciente aventura musical, están "Madres latinas", "Donde no entran los rayos", "Un abecedario sin letras" y su rockero primer sencillo "Dímelo después".

Por si un fuera suficiente la publicación de este nuevo disco, este año se está remasterizando parte su discografía y también preparando un libro biográfico de la banda, en donde he tenido la fortuna de colaborar con algunos textos. 

“¡¿Quién me acompaña?!” ya está a la venta, búsquenlo y compren dos ejemplares: seguramente se acabarán su primera copia escuchándolo una y otra vez durante todo el día.

Vantroi son: Juankar/bajo, Ricardo/batería, Joel/guitarra y Gerardo, voz/guitarra. 

Contacto y redes sociales: 
http://www.vantroi.com, 
https://www.facebook.com/vantroirock, 
https://www.youtube.com/vantroioficial, 
gerardovantroister@gmail.com 

7 de julio de 2020

No son fantasmas


para rosa maría y xenia

1.
La mujer se acomodó con arrogancia en el sillón. Se me quedó viendo, se le ofreció café, pidió agua. Siguió observándome y luego recorrió con mirada despectiva las paredes de la sala llenas de libros.

2.
Sara llegó recomendada por una paciente a la que meses atrás quitamos un amarre de amor que la traía azorada. En un principio me negué a recibirla, pero cuando argumentó que era su familiar, concretamente hermana de su recién fallecida madre, terminó por convencerme.

Ni que decir que en cuanto su tía me llamó por teléfono para agendar una cita, apenas y escuché su erosionante tonillo al pronunciar cada palabra, me arrepentí de haber aceptado.

3.
Mi esposa regresó con el vaso, se lo entregó, le sonrió (por mi expresión sabía que la consulta sería difícil), y se sentó a mi lado. Abrí mis manos en señal de que si ya estaba ahí, debía contarnos su problema.

– en mi casa asustan – mezcló drama y jactancia, cómo si aquello la hiciera especial.
– ¿en serio? – bostecé.
– espantan – recalcó ante mi indiferencia.
– ¿cómo lo sabe? – preguntó mi esposa tras percibir mi hastío.
– vivo con mi marido, dos hijos adolescentes, mi suegro, ya viudo, y…

4.
Mientras más estudio el destino, lo depuración de karmas, la esclavitud espiritual y la mezquindad humana, más me aburre recibir pacientes, sobre todo en casa (aunque resulta más práctico al dar por terminada una consulta si algo me incomoda): oír excusas para no reconocer culpas confirma mi teoría de que somos responsables de lo que nos sucede, y por eso, la solución depende de nosotros, sin apelar a la presencia de una deidad o energías raras.

Sara confirmaba mi teoría, pues antes de casarse tuvo varios abortos, le era infiel a su esposo, maltrataba a su suegro y se desatendía de sus hijos adolescentes: él estaba a punto de caer en las drogas y ella de salir embarazada. Sentí breve pena por ella... muy efímera.

5.
– ¿y luego… qué? – cuestioné tras oír el soso retrato de su vida familiar.
– hemos vivido situaciones feas, como despertarnos con rasguños o mordidas, ver cosas que vuelan, escuchar azote de puertas y ventanas, sufrir la pérdida de objetos de valor, ser empujados para rodar por las escaleras… además, mi pobre taquito vive asustado, tiene ojeras, no come ni duerme, ya ni ladra y cada semana está más flaco: es el que más me inquieta – dijo con un puchero.
– ¿taquito? – ¿por qué a los mexicanos les gustan los apodos estúpidos para sus mascotas – ¿le puso el nombre de un platillo tradicional a un perro?
– sí, pero mi pequeñín solo aúlla y… – quiso ignorarme, mas lo impedí.
– ¡un perro llamado “taco”! – me burlé de que un animal fuera lo que más le preocupara; me levanté y fui a la cocina por un té. Supongo que se quejó de mi comentario, porque al regresar se fingía indignada.
– ¿está segura que son desencarnados? – insistió mi mujer mientras yo clavaba mi mirada en uno de los libreros, tratando de averiguar en dónde estaba “Desgarradura”, de uno de mis filósofos favoritos: Emil Cioran.
– he leído el blog y sus descripciones coinciden.
– ¿hace cuánto la rentan? – la interrumpí de nuevo.
– vamos a cumplir un año – dijo extrañada – ¿cómo sabe que…?
– ¿cuándo comenzaron las agresiones y “eso”? – la corté una vez más.
– a los dos meses de llegar – señaló – ¿por qué hace esas preguntas?
– ¿Mónica le dijo que soy vidente? – me armé de paciencia – interrogo para establecer puentes: cuando la gente me responde, viajo en sus pensamientos, testigos de lo que realmente sucede, y voy más allá de lo que usted pudiera contarme… veo el origen del problema.
– ¿entonces ya sabe que son espíritus chocarreros? – dijo con sorna.
– no son fantasmas – advertí.

6.
Analicé qué me irritaba de Sara, a quien calculé unos 48 años: en principio pensé que era su simpleza, luego concluí que aparte de su perversión canina, me crispaba su olor mezcla de perfume y motel: usó con su esposo vernos para encontrarse antes con su amante, lo cual a mi qué carajos me importaba, sí, pero el acabose llegó tras el pataleo de una de las tortugas que tenemos como protecciones contra brujería, queja por el escándalo que terminó por hacerla vomitiva.

– ¿por qué son así esos bichos? – despreció – chapotean y escandalizan, asshh… Mónica tiene unas y no entiendo cómo las soportan.
– se ponen nerviosas ante personas nefastas – aclaré.
– pero huelen feo… – insistió.
– hay gente que hiede y no le importa: va por la calle, o visitando casas, como si la humanidad tuviera la obligación de aguantar su peste intima… esa que delata traiciones – solté, pero ignoró la indirecta.
– prefiero los perros, porque…
– ¿usted trabaja?
– no, mi esposo nos mantiene de todo – presumió ajustándose, ufana, el cuello de su saco.
– también al holgazán de su taco – agregué – porque si hay un vividor en su casa es ese animal por el que usted sufre más que por su familia.
– me hace compañía – justificó su existencia, entrelazó las manos y juntó las rodillas – mis esposo labora todo el día, mis hijos, ya sabe, los jóvenes siempre de fiesta, mi suegro con demencia senil y…
– las tortugas son útiles – interrumpí – previenen de energías negativas, su agua sirve para limpiar casas, si se hace con precaución se usa para baños de despojo, el polvo de su concha se combina para hacer antídotos contra venenos… los perros solo ladran, tragan, mueven la cola y cagan: ¿ver cómo lo hace le da sentido a su vida?

7.
– Mónica dijo que ustedes son muerteros – volvió al tema de los fenómenos en su vivienda – corren espantos, limpian casas embrujadas y…
– no son fantasmas – reiteré y me quedó claro que no mencionaría nada de su hermana muerta.
– siento su presencia – insistió – he visto programas por cable donde…
– percibe energías negativas, sí, mas no ve sombras: si fueran muertos tendría uno pegado a sus espaldas y ya me estaría retando o haciendo “bromas pesadas” sobre usted – exageré.
– pero…
– es una casa vieja y la rentaron por barata – dijo mi esposa – pero no preguntaron sobre su pasado, ni curiosearon con los vecinos por los anteriores inquilinos – agregó.
– pero… – insistió, pero no la dejé hablar.
– si hubieran investigado sabrían que nadie dura más de seis meses ahí, precisamente porque a sus ocupantes los agreden.
– pero… – quiso defender su decisión de vivir ahí.
– hay una habitación en la planta baja que les provoca miedo, y por eso decidieron no meter al abuelo, como tenían planeado – dije tras beber de mi té – la usan como bodega, pero ahí está el origen de todo.
– ¿cómo sabe tanto? – me cuestionó.
– ya le dije: soy vidente.
– pero… – reclamó.
– quienes los molestan no son lo que usted llama “fantasmas” – insistí y bostecé otra vez – se trata de algo peor...
– ¡es Satanás! – exclamó presa del pánico tras mi interrupción, más temerosa de sus pecados que por el peligro que ello significara.
– son entes oscuros, seres de bajo astral – traté me entendiera – entran y salen a través de un portal dimensional que está en el cuarto al que tanto temen.

8.
– no puedo ayudarla – rompí el silencio en el que Sara se hundió.
– ¡pero usted es brujo! – señaló angustiada.
– no soy brujo, señora… más respeto – protesté – esos son temas de ocultistas, no de curanderos como nosotros.
– no entiendo eso de “entes oscuros” – trató de engatusarme…
– existen desde siempre: los egipcios los llaman “apep”; los aztecas, “tzitzimime”; los babilonios, “alû”; los judíos, “shedim”; los hindúes, “asuras”, aunque por sus creencias – señalé un crucifijo de oro, regalo de un amante – ustedes los conocen como “demonios”.
– ¡Dios mío! – se santiguó – ¿qué hacemos para sacarlos y cerrar esa puerta rara? … ¿podríamos usar agua de tortuga para limpiar la casa?
– váyanse a vivir a otro lado – advertí.

9.
Por media hora mi esposa le explicó qué son las ciencias ocultas, reiteró la urgencia de mudarse, advirtió del peligro que corrían si persistían en seguir ahí, sugirió adquirir una turmalina negra de grande y ponerla al centro de esa habitación, así como cianita azul para cada integrante de la familia a manera de protección.

Sara se despidió y me negué a recibir el pago por la consulta. Se fue sin haber tocado el vaso con agua, sin la soberbia con la que llegó y sin levantar la vista ni siquiera para despreciar de nuevo mis libros.

10.
– podrías haberla recomendado con Bruria – se refirió mi esposa a nuestra amiga wicca, famosa por su eficacia en temas ocultistas.
pude, pero me estoy volviendo práctico: vino para que le salvara el culo a su perro, pero no soy veterinario.
– ¿por qué los regañas cuando te dicen “brujo”? – cambió de tema.
– por joder. 

1 de julio de 2020

Cosmogonías


Sobre los elementos que conforman la naturaleza siempre se han realizado desde estudios científicos y elaboradas teorías hasta historias y leyendas que contemplan la presencia del agua, convirtiéndola las dos últimas, en una deidad que la representa en las numerosas religiones y culturas que han poblado este planeta.

Alrededor de estas creencias, el vital líquido, por lo general, es el elemento del cual parte todo signo de vida, hace permanente acto de presencia… el agua está “ahí”, desde el inicio de los tiempos.

Así, el libro del Génesis de la Biblia señala que durante los siete días de la creación, desde el primero de ellos: “creó Dios los cielos y la tierra. Y la Tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”, para luego destacar en los días 2, 3 y 5 la presencia del agua.

El griego Platón, en el “Timeo”, uno de sus principales diálogos habla sobre el origen de todo, describe cómo el “Demiurgo” (creador del universo), usando como modelo la “teoría de las ideas”, formó al planeta a partir de cuatro elementos: aire, agua, fuego y tierra, depositando en él a todos los seres vivos, incluyendo a los propios dioses.

En el antiguo Egipto se decía que el Universo era un recipiente, donde estaba la Tierra, y alrededor circulaba el río Ur-Nes, fuente del Nilo, nacido del sudor de “Sobek”: dios de las aguas superficiales, mientras “Nun” lo era de las aguas subterráneas, las cuales delimitaban el mundo de los muertos y el de los vivos, así como “Atum”, el dios creador, quien modeló al hombre mezclando tierra y agua del Nilo.

Por su parte, el romano Cicerón aseveró que el agua es el principio material de las cosas y como sustancia escencial de la naturaleza, reconociendo la existencia de una inteligencia o mente superior, como fuerza ordenadora de los seres formados o compuestos del agua.

Los aborígenes australianos Kimberley, en su leyenda sobre el origen de la vida en la tierra llamada “Tiempo de los Sueños”, aseveran que “Wallanganda”, soberano de las galaxias, vertió agua desde los cielos sobre “Wunggud”, la “Serpiente gigante de la Tierra”, quien vivía enroscada alrededor del planeta (llamado “Garagi”), pero al ser mojada se estiró y dio origen a cordilleras, valles, cerros, montañas y cañones para recoger el agua, dando inicio a las estaciones del año, períodos de la reproducción, paisajes y creando a todas las criaturas.

Para los Babilonios en un principio solo existía un vacío acuoso donde convivían “Apsu”, dios del agua dulce, y “Tiamat”, del agua salada, las que al unirse provocó que tuvieran descendencia, entre ellos a “Anu” y “Ea”, quienes procrearon a “Marduk”. Cuando surgió un conflicto entre los dioses viejos y los jóvenes, comenzó una guerra en la que “Marduk” mató a “Apsu” y después a “Tiamat”, a la que partió en dos su cuerpo: de la parte superior creó el cielo, de la inferior la tierra y de las lágrimas de la diosa nacieron los ríos Tigris y Éufrates.

Sin embargo, existen cosmogonías más elaboradas que detallan como el agua es el origen “del todo” o formó parte de la creación del planeta.

a. Un ejemplo de la importancia del agua lo tenemos en el Popol Vuh (“Libro del Consejo”): texto anónimo de los indios mayas (localizados en Guatemala, México y algunas zonas de Belice, Honduras y El Salvador), que recopila diversos mitos y leyendas sobre la creación de la Tierra.

Para los Mayas las deidades eran energías con múltiples formas, lo cual queda plasmado en la personalidad del dios “Chaac”, dueño del agua, el cual se divide en cuatro dioses vinculados a los puntos cardinales. El Popol Vuh señala: “No había nada reunido, junto. Todo era invisible, todo estaba inmóvil en el cielo. No existía nada edificado. Solamente el agua limitada, solamente la mar tranquila, sola, limitada.”

Durante la celebración de un gran consejo, los dioses decidieron que debería generarse la vida en el planeta y que esta sería fecundada por el líquido: “Entonces salieron del agua las montañas: al instante salieron las grandes montañas… las llanuras; en seguida nacieron simultáneamente en la superficie de la tierra los cipresales, los pinares.”

Establecida la vida, “Chaac” quedó como dueño del agua y sus formas como el granizo, la lluvia y la nieve, además del relámpago y las tormentas; luego, tras dos intentos fallidos, en el tercero los dioses crearon al ser humano combinando dos tipos de maíz: el blanco y el amarillo, el cual fue regado en abundancia, razón por que siempre se le ha rendido culto a este dios para tener buenas cosechas del grano.

b. Para los Yorùbá, etnia localizada entre Nigeria, Togo y Benín, el agua está representada a través una diosa llamada “Yemanjá” (conocida como “Yemayá”, “Yemojá” o “Ymoya”), cuyo nombre significa ”Madre cuyos hijos son como los peces”.

“Yemanjá”, “que es una y siete a la vez”, fue la primera deidad en nacer en la Tierra por mandato del gran Dios “Olofi”, con el objeto de que extinguiera el gran fuego y las rocas que ardían: lo único que existía al inicio del todo. Ya establecida ella dio origen al agua salada a través de los mares y océanos, con las cenizas formó la tierra y convirtió el vapor de las llamas sofocadas en nubes, para que cayera la lluvia: el elixir de vida que nunca deberá faltar en el planeta.

Una mañana, cuenta la leyenda, ella sintió dolor en el vientre y de él salió el agua dulce a través ríos y lagos, peces, la luna y el sol, estrellas, montañas, valles, selvas y seres vivos como animales, insectos y plantas, “todo lo que alienta y vive sobre la Tierra”. Creada la vida, el dios “Obàtálá”, su esposo”, modeló el cuerpo humano al que “Olofi” dotó del alma con su aliento divino.

Los Yorùbás hacen referencia a “Yemanjá” en el cuerpo de las mujeres a través de “la bolsa de agua” en la que se desarrollan los bebés (el útero) donde se encuentra el origen de la vida, la maternidad y la fertilidad. Esta concepción señala que los seres vivos son sus hijos, y en el caso de los humanos, el por qué durante 9 meses nadan “como peces” en la placenta de la madre.

c. En la mitología Nórdica (la Europa septentrional que antes abarcaba Estonia, Islandia, Letonia, Noruega, Dinamarca, Suecia y Finlandia), el agua también juega tiene un gran papel al momento de la creación.

En “Las profecías” de la profeta Sibila, escrito a manera de poemas, se narra que al principio de los tiempos existía un gran abismo vacío llamado “Ginnungagap”, así como el árbol universal “Yggdrasil” que sostenía a los mundos, en cuyas raíces existían dos poderosos reinos: “Muspell” (el del fuego) y “Nifelheim” (el de la oscuridad).

En medio de estos dos reinados se encontraba “Hvergelmir”, un caldero con agua espumante que alimentaba a los doce grandes ríos que flotaban sobre “Ginnungagap”, los cuales al precipitarse sobre él, formaban inmensos bloques de hielo. En algún momento las grandes llamas del fuego que se esparcían desde el reino de “Muspell” cayeron sobre el hielo, creando un denso vapor del que surgieron todos los elementos, el espacio, la tierra y el océano.

De este suceso surgen varios Dioses (como “Vili”, “Ve” y el legendario “Odin”), y de entre las gotas del hielo derretido nace un gigante hermafrodita llamado “Ymir”, quien al quedarse dormido suda y de entre las pizcas que escurren por su brazo izquierdo, nace la primera pareja humana llamada “Ask” y “Embla”.

Hay otro aspecto relacionado con la importancia del agua y que también forma parte de “Las profecías” de Sibila: El dios “Odin” (principal deidad de la mitología nórdica), conocido como el “Señor de la guerra y la muerte, poesía, sabiduría y magia”, vivía en un palacio llamado “Valhalla”, desde donde veía los Nueve mundos. Sintiéndose ávido por alcanzar la sabiduría descubre que en las raíces del árbol sagrado “Yggdrasil”, se localiza un manantial cuya agua contiene el conocimiento sobre el todo.

Sin embargo, el lugar era custodiado por la cabeza del dios decapitado “Mimir”, un gigante guerrero señalado como “El que conoce el pasado y el futuro”. Cuando “Odin” llega al manantial que contiene la anhelada agua, la cabeza de “Mimir” le pone como condición para beberla que le entregue uno de sus ojos, petición que él acepta de inmediato y por la cual a “Odin” siempre se le ha representado como tuerto.

Tras conocer estas leyendas, confirmamos que el agua es fundamental para la existencia y la vida de todos los seres vivos en el planeta, ya sea en la realidad o en la fantasía.