Agosto, el mes para separarse de la Santería

 

Decía un Babalowo a sus pacientes: “creas o no, Eshu existe y vive en las esquinas observando lo que haces”, aunque si se trata de asustar en lo personal me quedo con el que afirma: “las brujas existen y hasta vuelan”.
 
Lo anterior viene a cuento porque muchos cuestionan la existencia del mundo espiritual al grado de interrogarse “¿qué es ser una persona espiritual”, sólo porque no “ven” al primero (el mundo espiritual), ni “entienden” al segundo (ser espiritual), provocando, entre otras cosas, que cuando se hacen advertencias y/o sugerencias sobre cualquiera de los dos no se les ponga la atención que merecen.
 
Algún día publicaré un texto, ya terminado, que responde a “¿qué es ser una persona espiritual”, más por el momento diré: si pensamos que lo único cierto es el conocimiento que existe dentro de este planeta, entonces no entenderemos nada de lo que a continuación se va a explicar, porque precisamente, si algo nos tiene igual de perdidos que a Adán el Día de las madres, es que vivimos bajo la máxima de “hasta no ver no creer”, y eso incluye lo concerniente al mundo espiritual.
 
Y es la falta de espiritualidad la que nos impide comprender cómo existe un “mundo espiritual”, algo que no somos capaces de ver ni de percibir si lo contraponemos al mundo material y lo que podemos ver, oír, degustar, oler y tocar, pues forma parte indisoluble de nuestra vida cotidiana.
 
Pues bien, amables lectores, el mundo espiritual y el material también están estrechamente vinculados, y aunque que no se visualice como tal, el espiritual condiciona a la humanidad y a su vez lo material pues todo lo que percibimos responde a la necesidad de satisfactores físicos que redundan en paz espiritual.
 
Vivimos en un mundo material que, entre otras cosas, se rige por leyes, normas, procesos, edictos, mandatos y reglamentos englobados en sistemas legales para facilitar la convivencia humana (en realidad para preservar los sistemas políticos y proteger la impunidad de los gobernantes), aunque en el mundo espiritual sucede lo mismo: hay preceptos, decretos, estatutos, códigos y todo un sistema de principios celestiales (divinos, sobrenaturales, deíficos o cómo gusten citarlos), que requieren no ser contravenidos ni violados para mantener estabilidad en el universo, de ahí que esta especie de ordenanzas sean mucho más estrictas que las del mundo material.
 
Sin embargo, el mundo espiritual también da facilidades para enmendar ciertos errores o algunas decisiones (independiente del motivo), pues la espiritualidad también es responsable, entre otras cosas, de lo que suceda durante el ciclo humano de la vida y la muerte, siendo una de esas coyunturas (oportunidades, circunstancias, beneficios, condiciones, etc.), la que estará vigente durante el mes de agosto de 2023, misma que permitirá desapegos, principalmente espirituales.
 
Numerosas teorías se usan para explicar estas coyunturas, sobre todo la astrología, quien advierte que “El portal del León” es una puerta energética que abre el día 8 del mes 8, durante lo que se conoce como el pico de la energía de Leo, influenciado por la estrella Sirio, considerada el Sol espiritual en la astrología y que simboliza el renacimiento de la energía espiritual individual y del planeta.
 
Hay por otro lado, para los creyentes de la vida extraterrestre, un fenómeno fundamental para justificar el tema de los desapegos para agosto: una conjunción de la Luna y Las Pléyades, donde de desde esta última vienen una raza a guiarnos al ser una especie de hermanos mayores para los terrícolas.
 
Hay más teorías, pero quienes me conocen saben que no soy partidario de la Astrología y no me atraen los espacianos, así que en lo personal me quedo con la idea de que la oportunidad de los desapegos es resultado de la intervención del mundo espiritual, quien a través de mi comunicación con Chamanes, Curanderos y Espiritualistas, están difundiendo esta información tras canalizar a sus guías y/o protectores.
 
Una de las entradas más populares de este blog se titula “Sí se puede dejar la santería”, https://basurerodealmas.blogspot.com/2017/07/si-se-puede-dejar-la-santeria.html, donde se explica cómo alejarse de la práctica de la Osha si el iniciado siente que esta religión no le está dando la paz espiritual que está buscando.
 
En este sentido hay un mensaje en el que coinciden todos los Chamanes, Curanderos y Espiritualistas que están señalando la importancia de agosto para los desapegos: se puede aprovechar para romper con el vínculo por el que pudieran sentirse atados a la Osha e Ifa si entendemos el apego como el “aprecio, devoción, inclinación o estima especial que se siente hacia una persona o por algo, ya sea por amor o por desilusión”.
 
Es importante tomar en cuenta el último concepto, la desilusión, del cual dice San Google es la “pérdida de la esperanza, especialmente de conseguir una cosa que se desea, o de la ilusión al saber que algo no es como se creía”.
 
Muchas personas fueron estafadas por Santeros y Babalowos de$hone$to$ que le$ vendieron la Osha o Ifa como $olución a $u$ problema$, hundiéndolas en precisamente en esos conflictos por no informármeles que las religiones de origen africano son precisamente irremediable destino, lo que provoca que independiente de abandonar la práctica religiosa, se queden con esa frustración de haber sido estafados por los padrinos y engañados por los Orishas, sentimiento del que pueden deshacerse en definitiva este mes para cerrar en definitiva su tránsito por la Santería.
 
Una constante cuando se quiere dejar la Osha e Ifa es el miedo y la duda, lo que no es otra cosa que un apego, una especie de sometimiento motivado por el recelo y el temor, que puede convertirse en el último resquicio que, por pequeño que parezca, no le da paz a nuestra alma ni nos proporciona estabilidad espiritual.
 
Para facilitar a los lectores el rompimiento de apegos, hagan esta meditación visualizando aquello de lo que desean desprenderse, pero, sobre todo, aprovechen para terminar en definitiva con su pasado religioso.
 
https://www.youtube.com/watch?v=cHd4D9fPN7c