13 de diciembre de 2025

¿Cuándo, dónde y cuánto? (último)

 


6.
—Expliqué a Vendeta que mi hija necesitaba un padre — suspiró — por lo que no quería meterme en complicaciones sentimentales. Le dije que era un gran músico, buen amigo, gran compositor y que esperaba que esa situación no alterara nuestra amistad, pero sobre todo mis negocios.
—Vaya — solté por primera vez: comenzaba a aburrirme.
—Me dijo que entendía y lo respetaba, pero semanas antes del concierto en “Neuhausen” me dijo que, finalizando la gira, daba por terminada nuestra colaboración musical y dejaría mi banda.
—Vaya.
—Aquello sucedió hace meses — siguió en el momento en que la mesera se acercó a la mesa para retirar los platos, sin que pusiera importancia a quién me acompañaba — el asunto es que conseguí a un nuevo guitarrista, Samuel Méndez, un gran músico, pero ahora que estoy por entrar al estudio para grabar nuevo disco, las jornadas de composición entre ambos no son iguales que con Vendeta. Falta ese feeling, ya sabes…
—Vaya.
—Lo he buscado para que vuelva a la banda, pero no responde mis llamadas, ni mis mails ni atiende mensajes de los amigos… incluso fui a buscar a su mamá: me paré frente a su casa, toqué el timbre, abrió, me miró con desprecio y me cerró la puerta en la cara sin decir una palabra.
—¿Y qué quieres de mí? — la cuestioné.
—Tus artes mágicas para que Vendeta regrese. He leído todos y cada uno de los textos que has publicado en tu blog y…
—Si lo primero que me pone histérico es que me llamen "brujo" — la interrumpí — tienes que saber que lo segundo es cuando las mujeres mienten diciendo que han leído todo mi blog.
—Pero…
—Te diré algo: si te metes a San Google y buscas “amarres de amor” — la interrumpí — te aparecerá mi blog en los primeros links, pero si lees las entradas donde hablo del tema descubrirás que me opongo a ese tipo de brujerías. Y con eso siempre demuestro a las aduladoras como tú que no han leído mi blog.
—Pero yo solo quiero que vuelva. Y me queda claro que tú sabes cómo conseguirlo.
—¿Me dirás algo más sobre esta apasionada historia de amor? — la cuestioné mirándola a los ojos antes de pedir más café.
—¿Historia de amor?
—No te interesa que Vendeta te ayude en la composición de tu nuevo disco, ni su virtuosismo, ni tener una mancuerna musical: tu problema es que también estás enamorada de él — señalé y Piedra_de_Limon enmudeció — lo peor es que si regresa a tu banda te vas a consumir entre si dejar a tu esposo y tu hija para tirarte a sus brazos o comprarte un cinturón de castidad.
 
7.
—Sí, me debato entre dos cariños — reconoció tras una pausa — el que siento por Vendeta, pero también el de mi hija, que necesita crecer a lado de un padre para que…
—No soy médico de mal de amores.
—En tu blog presumes de ser Sanador de almas…
—Sí, de almas lastimadas, no de corazones de piedra.
—Eres muy duro para juzgar — se quejó.
—No, solo digo la neta**, y la neta es la madre de todas las verdades.
—…
—No moveré un dedo para que regrese contigo, pues hacerlo sería ir en contra del destino que ambos pactaron con un dios antes de nacer: no estar juntos. Si decides buscar un hechicero que lo haga, le pagarás miles de pesos y cuando él regrese no olvides que será en contra de su voluntad, y ello implica que haga lo que siempre pretendes de la gente: que te obedezcan y ahora hasta que te amen.
—…
—Aunque lo dudes, te entiendo, sobre todo porque, según recuerdo, tengo 15 años de edad más qué tú, pero mi filosofía es que cualquier persona que toma una decisión debe atenerse a las secuelas. Ya tomaste una y muy mala, y lo peor es que, aunque presumas haberla asumido en nombre de tu hija, ella con el tiempo te va a despreciar, como hace toda descendencia, porque la maternidad incluye el canibalismo de los hijos contra la madre, se burlará de tu carrera, será fan de estilos contrarios a tus gustos…
—Pero…
—… y lo peor, cuando pases de moda y solo puedas dar conciertos en antros para artistas retro, descubrirás que Ronaldo volvió contigo para vivir de los beneficios de tu fama y que para eso te manipuló con tu hija.
 
Piedra_de_Limon quedó en silencio, procesando mis palabras y con la mirada hacia abajo, el clásico truco de algunas personas para disimular que les he tocado una fibra sensible, hasta que se nuevo endureció.
 
—Sí, lo sé, la he cagado… pero muy poquito. He creído que valgo lo mismo que significo para miles de personas y no por lo que realmente soy.
—Eras — señalé — a Vendeta le tocó enseñártelo, es un ejemplo de cuál era el sentido de tu vida en esta reencarnación, pero en lugar de entenderlo decidiste seguir a tu ego.
—Siempre supiste señalarme mis errores — comentó y sonó sincera.
—Juan tiene su parte que aprender. Lo peor: en vidas pasadas ambos estuvieron juntos, y, por karma, les tocó reencontrase, y tú, creyendo que tomabas decisiones correctas, siguiendo falsas creencias morales, como eso de que una hija necesita a su padre, lo jodiste todo y condenaste a los dos a buscarse en vidas futuras para saldar cuentas.
—Esta plática me recuerda las que solíamos tener, con una cerveza en mano, mientras el chofer de la camioneta y el técnico de giras guardaban las guitarras al terminar los conciertos de “Nunca al norte”.
—Sabes, estoy harto de explicar cómo funciona el destino — señalé cuando descubrí las intenciones de su anuencia: intentaba manipularme.
—…
—Imagina que estás en medio del mar y que estás buscando una esquina. Así es tu vida en este momento.
—O sea…
—Creo que no entendiste la metáfora: el mar no tiene esquinas.
—Tienes razón.
—Te convertiste en algo parecido a Frankenstein, pero ahora no sabes cómo desinventarte para volver a ser tú.
—…
—No me dio gusto volver a verte, porque como dice el refrán: “para atrás ni para coger vuelo”, más los astros nos juntaron para sostener una conversación que, si lo ves con objetividad, teníamos pendiente.
—Escúchame…
—Te deseo que sigas teniendo éxito y acumulando fama y dinero. Y si ya no lo consigues, porque hasta la suerte se agota, saca un libro donde hables de todos los cadáveres que dejaste regados a la orilla del camino que te llevó a la fama. Contando la verdad sobre los motivos de tus maliciosas decisiones, seguro venderás muchos ejemplares — dije.
—Ya, olvídate de la broma de que fuimos amantes — volvió al asunto que terminó con nuestra amistad años atrás — mejor dame tu número telefónico.
—En tu único cumpleaños que celebramos juntos, te regalé un libro de Émile Cioran.
—Sí, lo recuerdo, pero eso fue hace años, ¿qué tiene que ver con lo que te estoy pidiendo?
—Si lo leíste entonces recordarás una frase que aparece en las últimas páginas y que dice: “¿Qué sería de nuestras tragedias si un insecto nos contara las suyas?
—…
—Salda la cuenta, es lo que debe hacer la gente decente cuando les hago una consulta espiritual.
—Sí, yo pago… pero dame tu número, ya sabes, para pedirte opinión sobre mis negocios. Ya que eres escritor, podríamos escribir algunas letras juntos para mi nuevo disco.
 
La miré y sentí pena por ella: la vida nunca debe dejar de girar a su alrededor. Ignoré su solicitud, me levanté y caminé hacia la salida, pero alcanzó a gritar:
 
—¡No importa, te escribiré, ya tengo tu correo electrónico y sé que me vas a contestar!
 
8.
—¿Cómo te fue con tu Limón de Pierda? — ironizó mi esposa con la dirección del mail, al volver de su desayuno, en el momento en que me servía mi segundo whisky.
—Me parece que dejaré de hacer consultas en cafeterías o pondré como requisito que me envíen su fotografía para aceptarlas. Necesito ver antes el aura de las personas.
—No te pregunté eso — inquirió.
—Pudo estar peor… — respondí, di un sorbo a mi vaso, me puse de pie, fui hacia el equipo de sonido, busqué un cd, lo puse en la charola, di play, sonó “Sin cadenas” y le ofrecí mi mano para bailarla.
 
* Por obvias razones los nombres y lugares fueron cambiados para cumplir con la exigencia de Piedra_de_Limon, sin embargo, para cualquier lector curioso hay pistas suficientes para poder concluir de quiénes se trata.
** "La neta" es una expresión mexicana que significa "la verdad", "la pura verdad" o "de verdad". Se usa para enfatizar la sinceridad o realidad sobre algo o para pedir que se hable con honestidad.