8 de febrero de 2017

Recuperando la dignidad

Pixies sacó a finales de 2016 un nuevo disco titulado Head Carrier, el cual carga con dos estigmas: uno, el decepcionante Indie Cindy (publicado en 2014), y dos, la ausencia de la bajista y cantante Kim Deal.

Si bien Indie Cindy es uno de los peores regresos en la historia del rock, con Head Carrier vuelven a su sonido, sustituyen con decoro a Kim Deal con Paz Lenchantin, contratan a Tom Dalgety como productor (relevando a Gil Norton) y componen un puñado de temas de los que el cantante y líder Black Francis presume: “puede que este sea el disco en el que nos hayamos sentido más estables”.

Meses antes el baterista David Lovering reflexionaba sobre Indie Cindy: “sigo creyendo que en él está el ADN de Pixies, aunque quizá no tanto de las partes más duras y agresivas. Tal vez por eso alguna gente tenga ciertos problemas con el álbum… por el feedback que hemos ido recibiendo de los fans, sabemos que les gusta el sonido clásico de Pixies, y en esa onda estamos trabajando con las canciones de un futuro disco”… por su parte el guitarrista Joey Santiago prevenía: “es un desafío hacer nuevas canciones, es tan difícil como con el primer disco, la presión es la misma: una vez que entramos al estudio me estreso porque tengo que hacer algo jodidamente original.

Si bien en una declaración como esta reconocen el fiasco del álbum anterior, se dejaba entrever que en el nuevo buscarían satisfacer a los seguidores… y lo consiguen pues Head Carrier (publicado vía “Play It Again Sam Records”), ofrece 12 temas, en 35 minutos, con el estilo Pixies, sin dejar de explorar sonidos aunque con cautela.

Francis señala: “imagino que la edad nos ha permitido hacer mejor las cosas cuando entramos en un estudio de grabación”, afirma que: “a estas alturas somos más consistentes y satisfactorios con el trabajo”, y remata (sobre la salida de Kim Deal): “hay grandes cosas que surgen del caos”.


Sobre el concepto del álbum expone: “hay elementos viejos y contemporáneos, pero preferimos sonar atemporales ... no somos un grupo ultra moderno, pero evitamos convertirnos en un pastiche de otras músicas, ese es un equilibrio con el que estamos obsesionados”.

Tras la fallida incorporación de Kim Shattuck al bajo, la llegada de Paz Lenchantin consolidó al grupo y ello se refleja en el proceso de grabación del que ella describe: “todo fue muy rápido … lo grabamos en Londres, nos quedamos en un departamento que estaba justo al lado del estudio, por lo que teníamos tiempo para mejorar las canciones, practicar, beber vino y, sin prisa, poder estar enfocados, creativos, grabar”.

La ausencia de Kim Gordon es un capítulo que Black trata de cerrar: desde 2013 no se hablan, más en el disco le dedica un tema que Paz explica: “Francis me enseñó una canción y con esa idea creé una composición … le dije que la escuchara y me dijo que debía cantar en él, le dije que si yo iba a cantar, él tenía que escribir la letra, me preguntó que de qué quería que tratase… le respondí que de Kim … se encerró en el departamento y al día siguiente me entregó “All i think about now”.

Pixies entrega temas con lo que saben hacer: guitarras distorsionadas, voces desquiciantes, coros oportunos, ritmos potentes o relajados (según el caso), letras retorcidas llenas de paranoia, fantasía, amor, violencia y mitología, aderezados con su mezcla garaje-pop-surf-punk, que es lo que ha dado fama de la banda.

Head Carrier es un disco que muestra a Pixies compenetrados, con temas llenos de coherencia, creatividad y melodía que logran satisfacer al escucha, destacando “Um chagga lagga”, “Tenement song”, “Bel esprit” y la citada “All i think about now”, mientras que “All the saints” y “Plaster of Paris”, con sus aires pop terminan por caer en lo nimio, más ello no quita que en su conjunto sea un álbum digno adquirir y que permita al grupo recuperar su dignidad.

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