en mexiquito el costo
de contratar el servicio de un taxi está regulado de la siguiente manera: el
banderazo (la cantidad que se paga para que el auto se detenga y el usuario lo
aborde), es de 8.74 pesos y por cada 250 metros o 45 segundos se cobra 1.07
pesos…
26
de junio de 2014…
Por
un desperfecto eléctrico mi auto estuvo algunos días en el taller mecánico de
un amigo, falla que coincidió con las tormentas que tienen semanas ahogando al
país y por las cuales el traslado de la oficina a mi casa lo hacía en taxi
aprovechando para leer, si el imprudente taxista lo permitía, el libro en turno
llamado “Derrota mundial” del escritor mexicano Salvador Borrego Escalante, mismo
que compré por recomendación de mi gran amigo Rubén Cuevas…
En
uno de esos trayectos apenas y me subí al taxi, el conductor activó el
taxímetro y hundió el pie en el acelerador, pasando de los 8.74 pesos del banderazo a 15.07 en menos de lo que
dura un suspiro, mientras trataba distraerme con una forzada plática…
-
ya se va a descansar joven? – me preguntó el cínico mientras apagaba la radio…
me disponía a decirle que me bajara en la siguiente esquina para evitar pagar
de más, no sin antes acusarlo de ladrón, cuando una torrencial lluvia se soltó:
desistí de la idea…
-
se supone – dije mientras ingenuamente abría el libro “Derrota mundial” para
tratar de leer, sin embargo, el conductor se había propuesto atraer mi atención
para que no me fijara en el amañado avance del taxímetro, por lo que usó toda
su simpatía con el peor tema de conversación que se me puede ofrecer: el
futbol…
-
cómo “ve” el excelente estado de ánimo que le está dando la selección mexicana
al país: le ganamos tres goles a uno a Croacia!!! – exclamó durante la luz roja
de un semáforo, volteando a verme con insistencia…
-
no veo qué tiene de excelente –
respondí al tiempo que decidía mantener en mis manos el texto de Salvador
Borrego – no veo futbol…
-
y eso? – preguntó sorprendido…
-
el futbol no es malo, ningún deporte lo es… lo que está del carajo es la manera
en la que el gobierno distrae a los mexicanos con un sentimiento patriotero por
demás barato, mientras las cámaras de senadores y diputados aprueban las leyes
secundarias de todas las reformas con las que el presidente está vendiendo el
futuro de nuestros hijos y nietos…
-
están haciendo eso? – preguntó mientras su rostro palidecía…
-
claro: tómese unos minutos para leer las minutas que a diario se publican en
las páginas de internet de las cámaras legislativas y se dará una idea de cómo
están desmadrando al país, obvio, mientras la gente grita “gol”…
-
que hagan eso es feo – se quejó…
-
además, por qué decir que “ganó méxico”, dígame: qué ganó el país por unos
vulgares goles? usted ganó algo? Su familia ganó algo? porque yo NO gané nada…
El
conductor guardó silencio un largo rato hasta que volvió al tema…
-
pero qué le hacemos? – dijo con el histórico tono de resignación que ya forma
parte del ADN de los mexicanitos – así nos trata el gobierno…
-
véalo de esta manera: en Brasil, pese a ser un país verdaderamente futoblero,
suben unos centavos el precio del
pasaje público y de inmediato hay protestas con muertos incluídos…
-
en serio?
-
claro que no estoy diciendo que méxico debería levantarse en armas por todas
las canalladas que está haciendo el gobierno, mientras la gente tiene orgasmos
por cada gol que la selección mexicana
– aclaré – pero el artículo 39 de nuestra constitución política establece que
usted, su vecino o cualquier persona puede exigir la renuncia del presidente si
no está cumpliendo con sus obligaciones…
-
en serio? – cuestionó mientras abría exageradamente los ojos…
-
claro – afirmé – no es que el presidente vaya hacerle caso y renuncie sólo
porque usted lo pide, pero es una manera de dejarle claro que no está de
acuerdo con lo que le está haciendo al país…
-
así que por eso tanta publicidad al futbol – concluyó el muy sabio…
-
el tema va más allá – continué – sabía usted que todos los días el presidente
se reúne con su gabinete porque el papel de la selección mexicana de futbol en
Brasil es un “asunto de seguridad nacional”?
-
en serio? – cuestionó atónito…
-
sí, hay amenazas pero a su vez oferta de jugosas recompensas al entrenador y
los seleccionados para que avancen lo más que puedan en las eliminatorias: es
necesario manipular todo lo posible al pueblo…
-
pan y circo! – exclamó…
-
eso es lo de menos – seguí – ya sabe de todo el dinero que están ganando los
seleccionados con la propaganda y comerciales en radio y televisión a la que se
están prestando para que los mexicanitos compren pantallas, comida chatarra,
ropa y bebidas alcohólicas, consumos que en época sin futbol no harían?
-
a comprar a lo pendejo! – exclamó de nuevo entre estúpidas risas…
-
mientras esos cabrones se pudren en dinero, el mexicano gasta lo que no tiene –
señalé…
-
a mí por eso no me gusta el futbol – mintió – anoche se lo decía a mi esposa…
- y cuando termine el mundial – lo interrumpí - todos los habitantes de este país seguirán
padeciendo la corrupción del gobierno y regresarán al desempleo, a las
enfermedades, a su vida llena de desilusiones, a la pobreza, a las matanzas de
los narcos y lo mejor: se darán cuenta que su cartera sigue igual de vacía
porque el futbol no les dejó nada que les ayude a que sus vidas dejen de ser
miserables…
Nuevamente
el conductor se quedó callado mientras la fuerza de la lluvia aumentaba… vi el
taxímetro y decidí llevar la conversación a mis desarticuladores terrenos…
-
eso sí – continué - cuando el país despierte del virus futbolero y vea que
sigue siendo un muerto de hambre, emprenderá el Plan “B”: chingarse al prójimo…
-
en serio? – cuestionó asustado…
-
claro, volverán a los atracos, a las estafas, a las mentiras…
-
no queda de otra – trató de justificar “algo”: sería su taxímetro?…
-
ya le dije: el país tiene el derecho de exigirle al gobierno se deje de corruptelas
y cumpla con dar a todos una vida digna… pero en lugar de ello, ya usted se
enterará, por ejemplo, cómo aumentan los asaltos en los peseros*… y déjeme
preguntarle algo: si una persona toma un colectivo a las cinco de la madrugada
para ir a su trabajo, es porque no tiene dinero para tomar un taxi o comprar un
auto, en consecuencia cuánto le puede robar un ladrón a otro pobre igual que él?...
unos miserables pesos…
-
pues sí… muy poquito – aceptó…
-
el mexicanito futbolero preferirá joderse al prójimo - me quejé – en lugar de tratar
de asaltar a un diputado o a un millonario explotador…
-
está muy cabrón – se quejó mientras la lluvia menguaba y el taxímetro avanzaba…
-
bastante, porque dígame: usted cree que con esos pesos que robe el asaltante dejará
de ser pobre? - y decidí lanzarme con todo en contra su taxímetro – usted cree
que la gente que vende cartón y mete piedras en medio para que pese más, con
esa trampa saldrá de pobre?… usted cree que los comerciantes que alteran la
báscula para que le paguen un kilo que realmente pesa medio kilo, se harán
ricos por robar unos cuantos pesitos?... usted cree que los mecánicos que
sustituyen piezas usadas, en lugar de poner nuevas, saldrán de la pobreza por
robarse unos pesos?... usted cree que los que alteran equipos o aparatos para
engañar a los que les pagan por un amañado servicio, saldrán de pobres por
robarse unos pesitos?...
-
no – dijo con voz apenas perceptible y casi al borde del llanto…
-
acaso la gente dejará de tener carencias por robar al prójimo unas cuantas
monedas? – recalqué la acusación – acaso a Judas le sirvieron de algo los 30 denarios de plata por los cuales traicionó y
vendió a Jesucristo? – rematé en el momento en que llegábamos a mi destino y al
mismo tiempo dejaba de llover: ya no respondió…
Saqué
de mi cartera un billete y lo entregué al taxista… tomé mi portafolio (el libro
“Derrota mundial” estuvo en mis manos durante todo el trayecto), me bajé del
taxi y estando a punto de cerrar la portezuela el conductor se estiró para
detenerla y decirme:
-
muchas gracias joven… le agradezco mucho que me haya hecho tomar conciencia de
muchas cosas con todo lo que dijo… Dios lo bendiga…
No
le respondí, caminé hacia mi casa antes de que la lluvia cayera de nuevo…
mientras subía por las escaleras saqué cuentas y si por lo regular pago 35
pesos por ese trayecto, este taxista ladrón me cobró 50: 15 pesos más que
seguramente no lo sacarán de la pobreza… ni le quitarán lo mezquino…
* autobuses de tamaño y capacidad menor que
siguen una ruta fija y forman parte del servicio público de transporte… en Cuba
se les dice “guagua”, en Argentina “colectivos” y en Venezuela “buseta”…
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