1.
Días antes de venir el Papa Francisco
se publicó una entrevista donde se refirió en términos negativos a nuestro país
al señalar que “el méxico de la
violencia, de la corrupción, del tráfico de drogas y de los cárteles no es el país que quiere nuestra
madre” y aseguró que no quería tapar nada de eso y si exhortar a luchar contra
esos vicios…
Ya aquí el Pontífice, los regaños
que muchos esperaban contra los abusos del régimen priísta y el narco brillaron
por su ausencia, haciéndose de su presencia un espectáculo con un guion que la
televisión, prensa, gobierno y la masa (que lo idolatró día y noche), siguieron
sin sobresaltos… fue tan obvio que el abogado de los padres de los 43 normalistas
desaparecidos en Ayotzinapa advirtió que una “reunión con el Papa, cada vez es más improbable”…
La personalidad de rebelde, renovador, crítico y sensible del religioso se quedó en Roma, y por el contrario, cuando un despistado reportero creyó oír una reprimenda a los obispos mexicanos, de inmediato Federico Lombardi, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, exigió “no malinterpretar los discursos del Santo Padre”...
La personalidad de rebelde, renovador, crítico y sensible del religioso se quedó en Roma, y por el contrario, cuando un despistado reportero creyó oír una reprimenda a los obispos mexicanos, de inmediato Federico Lombardi, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, exigió “no malinterpretar los discursos del Santo Padre”...
2.
Y entonces a qué vino el jerarca católico?
si nos remitimos al pacto previo entre el Vaticano y el gobierno de no tocar temas sensibles (acuerdo ya denunciado
por Vidulfo Rosales, abogado del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan),
se presentó para avalar el comportamiento del presidente y su despótico gabinete…
Sí, es cierto que ofreció misas, se
paseó, se tomó la foto del recuerdo, comió rico, se mostró aburrido y hasta se enojó
porque lo jalonearon… pero también tuvo
citas privadas con líderes de la política, deporte, farándula, empresas, recomendados
de la pareja presidencial y del clero mexicano (abundaron vinos y bocadillos finos,
alhajas y perfumes caros, sonrisas y apretones de manos tras oscuros
compromisos)…
En la agenda que le organizó el Conferencia
del Episcopado Mexicano, el Papa tuvo la última palabra de quién se acercaría al
besamanos y decidió NO recibir a los padres de los 43 normalistas, pero sí abrió una visita a un hospital a
petición de la esposa del presidente…
3.
Ni hubo alusión a curas pederastas,
desapariciones forzadas, injusticia, destrucción de la biodiversidad, asesinato
de periodistas, feminicidios ni a los 11 sacerdotes católicos asesinados o al cierre
de parroquias por extorsión… no citó Tlatlaya, Cadereyta ni Tetelcingo… hubo tibias
condolencias por la matanza en Topo Chico, los migrantes apenas y se mencionaron
(sin ahondar la parte de su asesinato), ni mucho menos dio paz espiritual a las
miles de familias que quedaron incompletas por culpa del ejército, marina, policía,
narco y delincuencia…
No, el Papa no reprendió a nadie
y si bien su función no es regañar, tiene la obligación de llamar a la
reflexión sobre aquello que los pocos poderosos hacen a millones indefensos,
pues en la esencia de su Iglesia el abuso
es un pecado y ello acarrea
consecuencias y éstas, en aquellos que algún día se harten, serán impredecibles.
Así, una encuesta dada a conocer antes
de su llegada el 63.7% de los mexicanos consideraba
que Francisco debía reunirse con los padres de Ayotzinapa, porque ellos
representan el sufrimiento de las víctimas de la violencia… ya que se fue se
supo que en la reunión que sostuvo el domingo 14 con Jesuitas, le entregaron
una carta de los padres de los normalistas, la leyó y su respuesta fue “no negocien para los que están crucificando
a Cristo y vivan mejor”…
4.
De regreso a Roma el 18 de
febrero, Francisco miente “no vi a familiares
de los estudiantes de Ayotzinapa … porque hubo muchas peticiones de grupos que
además estaban contrapuestos y con luchas internas” (ya el abogado de los padres
de los 43 negó tal situación), pero en esa justificación el Santo Padre reitera
su parcialidad e hipocresía: “es una
situación muy difícil de comprender, para mí que soy extranjero, pero la
sociedad mexicana es víctima de la violencia y del narcotráfico”…
El Papa se fue con su insultante
silencio en demasiados temas, su hipócrita sonrisa y su nulo intento de que los
mexicanos recuperen lo que para muchos es algo intangible, pero fundamental,
para cambiar cualquier realidad ante un gobierno despótico: la esperanza… su visita
sólo sirvió para alborotar el estado
de ánimo de las masas católicas, más las carencias sociales que les son
infringidas por quienes detentan el poder político y económico quedaron
intactas, quizá hasta renovadas…
4 comentarios:
Tengo mi idea, por no decir teoría, un pais que no respeta ni a su madre, los que se dicen Guadalupeños, ni a su madre terrenal, como le van a hacer caso a su "papá"... Luego, si al santo padre, y a Roma mismo le dio miedito tocar temas "sensibles"... Por eso estamos como estamos, a todo mundo le tiembla la mano... Continuará,me están llamando a desayunar.
Bueno entonces, escribe(s) algo cierto, tibieza e hipocresía... El Discurso, la política, la demagogia y un largo etc., explicarían de otra forma esta realidad, pero insisto "estos" no tienen madre, pero además la masa esta cómoda y tranquila, la crisis se ha convertido en estilo de vida, la única forma de operar en esta sociedad, y las cosas serán cada vez más difíciles ya lo dijiste, por naturaleza, por inercia, por imposición o por lo que Ud guste, pareciera no haber retroceso. Continuará, ahora me voy a bañar, pues hay que ir a laborar.
Politica es Politica...
politica es politica, cada cosda en su lugar, cosa que muy pocos entienden.
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