La vida son desafíos constantes:
imaginemos a una escritora cuyo reto es que el lector la lea… o que para el
lector sea llegar al final de una novela “difícil”… o qué tal que para la autora
sea ella misma?
Tana French (nació en Vermont en
1973, pero vive en Irlanda), es una escritora, economista y actriz cuya primera
novela, “El silencio del bosque” (2007), ganó tantos premios que la llevaron a
olvidarse de los cálculos econométricos y de la actuación (era miembro de la
respetable “Purple Heart Theatre Company”), para dedicarse a la literatura.
Ha publicado 6 libros y es en el
género policiaco donde se siente cómoda. El diario “The Independent” la nombró Primera dama del crimen Irlandés por su
personaje Antoinette Conway: una policía llena de rabia y en cuya investigación se
le dificulta diferenciar a los culpables de su resquemor con los hombres.
La novela “Intrusión” fue considerada
por diarios como “Time” y “The Washington Post” como el mejor thriller de 2016,
poniéndose al tú con “Volar en
círculos” de John Le Carré y “Los ángeles de hielo” de Toni Hill: lo mejor de
la novela policiaca de ese año.
¿Qué destaca de “Intrusión” en un
género que lleva décadas con éxito en manos de escritoras como Fred Vargas, Patricia
Highsmith, Äsa Larsson y Louise Penny? Tana da una pista: “No estoy interesada en escribir en blanco y negro, de buenos y malos;
el mundo es mucho más complejo y toda persona tiene su lado oscuro y su lado
luminoso”.
French parte de un asesinato y ese
será el único elemento tradicional del género, pues lo que sigue es una serie
sucesos en los que no basta la astucia de los investigadores, ni las pistas
falsas, ni los errores del asesino, ni los hechos que permitirán descubrirlo:
su virtud son los interrogatorios, desafío que lleva extremo enfrascando a detectives
y sospechosos en duelos mentales, en franco reto y/o sincero diálogo, sin caer
en la demagogia ni el lugar común.
Sobre el ambiente adverso en la
investigación, declara: “Hay casos que
son claros, pero me resultan más interesantes los que son más complejos y en
los que la mujer no es un elemento pasivo. En los dos escenarios, el de la
mujer muerta y el de la detective acosada, se trata de poder”.
French va más allá del libelo militante
y arrasa con temas como la familia: ”Me
gustan las emociones intensas, y eso lo encuentras en las familias”, y los
secretos: “Todos tenemos secretos de
algún tipo, ocultamos en casa cosas que no queremos que nadie encuentre … en la
vida todos vamos ocultando cosas y descubriendo cosas, y a veces son las mismas”.
Dueña de un estilo pulcro,
obsesivo e intenso, Tana trabaja con inventiva sus personajes (desde los oscuros
protagonistas y los anodinos secundarios) y desarrolla una trama atemporal y auténtica
con giros imprevistos a los que se agrega la narración en voz de la
investigadora, de la que el lector pasa de ser su cómplice a cuestionar la
paranoia con la que juzga a sus compañeros y con la que roza un feminismo
visceral.
Compré “Intrusión” por error,
pensando que era novela negra, pero valió la pena pues me dejó tres certezas: una,
que el género policiaco aún puede dar textos excelentes, dos, vale la pena
seguirle la pista a Tana French, y tres, estamos ante una escritora
impredecible que afirma: “Si te quedas
con el mismo personaje, corres el peligro de escribir una y otra vez la misma
novela”, así que no habrá más Antoinette Conway, pero sí sorpresas con
futuros protagonistas.
Y enfatiza: “Las fronteras entre novela negra y literatura han desaparecido. No creo
que nadie se crea ya el cliché de una novela negra con un argumento muy bueno
pero sin personajes”.
Tana
French, Intrusión, 528 páginas, AdN - Alianza Editorial, 2017
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