5 de junio de 2019

Cuando la vida te da un martillo



Describir no siempre es suficiente, sobre todo cuando el lirismo pasa de la poesía a la metáfora y no termina por quedarse en algún lado que no sea la simulación disfrazada de exceso: hace falta la opinión.

La anterior reflexión de su servidor, quizá demasiado estilizada, es la conclusión a la que llegué tras leer “Cuando la vida te da un martillo”, la primera novela de la dramaturga, poeta y cantante Kate Tempest (Londres, 1985), libro que ha generado posiciones encontradas entre la crítica literaria.

Kate ganó en 2013 del Premio Ted Hughes a la innovación en la poesía, por “Brand New Ancients” y vio sus discos “Everybody Down” y “Let Them Eat Chaos” nominados para el Mercury Music Prize. Su primera novela, “Cuando la vida te da un martillo”, fue bestseller del Sunday Times y ganó en 2017 el premio “Books Are My Bag Readers”… y hasta ahí.

Lo demás que sabemos tiene que ver con la publicidad de su editorial para venderla como “la nueva promesa literaria británica”, mientras que en el extremo en algunos suplementos culturales la definen (y me incluyo), simplemente como “una escritora pretensiosa”.

La trama gira alrededor de cuatro jóvenes (y su lucha por sobrevivir en un Londres saturado por el desempleo, la obsesión por el éxito, el dinero fácil y el consumo de drogas): Pete, un vividor del subsidio del paro, Harry, su hermana y vendedora de drogas al igual que su amigo Leon, y Becky, una bailarina que completa sus ingresos dando masajes sexuales.

Si bien el contexto no es demasiado original, el desarrollo de la trama ratifica que estamos ante un escenario que se reproduce en todas las ciudades del planeta: ser joven es sinónimo de falta de oportunidades, con la diferencia de que Tempest no ofrece ninguna vía de escape y condena a sus personajes a vivir en un mundo atroz e inhumano.

 “Cuando la vida…” se queda en un dócil intento (sic) de protesta que desde las primeras páginas evidencia ser un plagio de “Trainspotting” de Irvine Welsh (mejor suerte corrió otro imitador, David Kennan, con su novela “Memorial Device"), donde la única diferencia con respecto a Renton y compañía la marcan Harry y Becky: las protagonistas a las que Kate involucra en un romance poco creíble y cuya tensión entre ambas, del excesivo número de personajes, es lo que logra cierto interés en la parte historia.

Si bien se reconoce que la narrativa de Tempest correcta, pulcra y consigue entretener (a veces), su defecto es ser tan aséptica que el exceso de lirismo y metáfora ya citados le confieren a su estilo una parquedad similar a la combinación entre una rima rapera y un tuit.

El resto de los personajes, la trama y su obvio final, hacen del libro un cúmulo de hojas la mayor parte aburrido, insípido y sin emoción, a lo cual el abuso de descripciones no ayuda en nada y sepulta la poquísima ironía y rebeldía de la juventud de la que Tempest intenta ser representante.

A Kate se le deben canciones geniales como “Europe is Lost”, donde canta: “Europa está perdida, América está perdida, Londres está perdido, aun así clamamos victoria”, de su aclamado CD “Let Them Eat Chaos”, quizá una señal para que se olvide de la literatura y siga en lo que sabe hacer: cantar. No es que sea un mal libro, pero se le debe aplicar el axioma de “léase y tírese”.

Kate Tempest, Cuando la vida te da un martillo, 360 págs. Editorial Sexto Piso, 2017

2 comentarios:

Omolokun dijo...

Iboru, Iboya, Ibosise...
Esperando te encuentres muy bien Mpangui, al igual que todos los tuyos.
Como siempre, muy interesante tu escrito e inmejorable tu análisis .
Felicidades!!!
Ya tu sabes, las casas escritoras producen y empujan a lo que le ven $$$. Lo bueno, educativo, cultural... NO sirve para ellos y lo dejan de lado.
Prefieren tener lectores controlables que buenos analistas o críticos.
Continua siempre así.
Un abrazo fraterno.
Saludos.

ujule rachid dijo...

gracias por tus palabras hermano... un abrazo...