Describir no siempre es suficiente, sobre
todo cuando el lirismo pasa de la poesía a la metáfora y no termina por
quedarse en algún lado que no sea la simulación disfrazada de exceso: hace
falta la opinión.
La anterior reflexión de su servidor, quizá
demasiado estilizada, es la conclusión a la que llegué tras leer “Cuando la
vida te da un martillo”, la primera novela de la dramaturga, poeta y cantante Kate
Tempest (Londres, 1985), libro que ha generado posiciones encontradas entre la
crítica literaria.
Kate ganó en 2013 del Premio Ted
Hughes a la innovación en la poesía, por “Brand New Ancients” y vio sus discos
“Everybody Down” y “Let Them Eat Chaos” nominados para el Mercury Music Prize. Su
primera novela, “Cuando la vida te da un martillo”, fue bestseller del Sunday
Times y ganó en 2017 el premio “Books Are My Bag Readers”… y hasta ahí.
Lo demás que sabemos tiene que ver con la
publicidad de su editorial para venderla como “la nueva
promesa literaria británica”, mientras que en el extremo en algunos
suplementos culturales la definen (y me incluyo), simplemente como “una
escritora pretensiosa”.
La trama gira alrededor de cuatro jóvenes (y
su lucha por sobrevivir en un Londres saturado por el desempleo, la obsesión
por el éxito, el dinero fácil y el consumo de drogas): Pete, un vividor del
subsidio del paro, Harry, su hermana y vendedora de drogas al igual que su
amigo Leon, y Becky, una bailarina que completa sus ingresos dando masajes
sexuales.
Si bien el contexto no es demasiado
original, el desarrollo de la trama ratifica que estamos ante un escenario que
se reproduce en todas las ciudades del planeta: ser joven es sinónimo de falta
de oportunidades, con la diferencia de que Tempest no ofrece ninguna vía de
escape y condena a sus personajes a vivir en un mundo atroz e inhumano.
“Cuando
la vida…” se queda en un dócil intento (sic) de protesta que desde las primeras
páginas evidencia ser un plagio de “Trainspotting” de Irvine Welsh (mejor
suerte corrió otro imitador, David Kennan, con su novela “Memorial Device"), donde
la única diferencia con respecto a Renton y compañía la marcan Harry y Becky:
las protagonistas a las que Kate involucra en un romance poco creíble y cuya
tensión entre ambas, del excesivo número de personajes, es lo que logra cierto
interés en la parte historia.
Si bien se reconoce que la narrativa de Tempest
correcta, pulcra y consigue entretener (a veces), su defecto es ser tan aséptica
que el exceso de lirismo y metáfora ya citados le confieren a su estilo una
parquedad similar a la combinación entre una rima rapera y un tuit.
El
resto de los personajes, la trama y su obvio final, hacen del libro un cúmulo
de hojas la mayor parte aburrido, insípido y sin emoción, a lo cual el abuso de
descripciones no ayuda en nada y sepulta la poquísima ironía y rebeldía de la
juventud de la que Tempest intenta ser representante.
A
Kate se le deben canciones geniales como “Europe is Lost”, donde canta: “Europa está perdida, América está perdida,
Londres está perdido, aun así clamamos victoria”, de su aclamado CD “Let
Them Eat Chaos”, quizá una señal para que se olvide de la literatura y siga en
lo que sabe hacer: cantar. No es que sea un mal libro, pero se le debe
aplicar el axioma de “léase
y tírese”.
Kate Tempest,
Cuando la vida te da un martillo, 360 págs. Editorial Sexto Piso, 2017
2 comentarios:
Iboru, Iboya, Ibosise...
Esperando te encuentres muy bien Mpangui, al igual que todos los tuyos.
Como siempre, muy interesante tu escrito e inmejorable tu análisis .
Felicidades!!!
Ya tu sabes, las casas escritoras producen y empujan a lo que le ven $$$. Lo bueno, educativo, cultural... NO sirve para ellos y lo dejan de lado.
Prefieren tener lectores controlables que buenos analistas o críticos.
Continua siempre así.
Un abrazo fraterno.
Saludos.
gracias por tus palabras hermano... un abrazo...
Publicar un comentario