Antón
verificó la dirección mientras duraba la luz roja, leyó lo mismo que cuando la
revisó antes de salir de su casa, dobló la hoja y esperó a que cambiara a
verde: creía conocer el rumbo, pero sus problemas pesaban más que la certeza de
hacia dónde iba, así que revisó el papel las veces que un semáforo o el tráfico
lo permitieron…
Fue Jus,
conocido de la infancia y a quien reencontró por las calles de su eterno
barrio, quien le habló de la Santería y le contó maravillas de su padrino: un religioso
que solucionaba todo problema…
Tenía dificultades cuyo origen no entendía: su esposa
le fue infiel con su mejor amigo; de recibir buen trato de su jefe ahora eran
malos modos y más trabajo; sus hermanas se burlaban por la infidelidad; el
casero quería subir la renta y reclamaba averías en el departamento y hasta sus
padres dejaron de hablarle…
Además había otros detalles como dolor en espalda y
estómago, pérdida de dinero, alejamiento de amistades y pesadillas cuando
lograba dormir que le llevaron a aceptar la sugerencia de su amigo: consultarse
con su padrino, que había sido iniciado en Cuba en la Santería, y por lo mismo
tenía grandes
poderes mágicos…
Con
esa confianza fue a casa del Jus, donde acudiría el religioso para consultar a
varias personas… tras un par de horas llegó su turno, se sentó frente a un tapete y tras tirar una cadena se le develó el
origen de todo: era brujería, más todo podía solucionarse si hacía unas obras…
al salir no le cabía en la cabeza la idea de que su esposa se cogiera a su
mejor amigo y su jefe, el casero y su familia se pusieran en su contra por la magia
negra… decidió no cuestionar más lo miserable que era su vida y optó por pensar
cómo conseguir el dinero para que el Babalowo lo salvara…
Llegó a las 21:10, estacionó su auto y al
pararse frente a la casa no tuvo más remedio que admirar la pulcra y bien
iluminada fachada… tocó el timbre y una atractiva joven, vestida de blanco,
abrió la puerta, lo invitó a pasar y se vio ante un patio en el que cabían 6
autos, ella puso sus bolsas y cajas en el suelo y propuso la siguiera…
Ahí quedó sorprendido por la finura de los muebles,
la decoración y la amplitud de todo, siguió a la chica hasta una habitación, saludó
a dos mujeres, ella señaló una silla y avisó que el padrino no tardaría, se sentó emocionado a esperar y tras 40 minutos salió la
mujer sonriendo, el Babalowo se asomó, lo saludó e hizo pasar a otra paciente…
Una hora después la mujer también salió
esbozando una sonrisa, la chica de blanco hizo entrar a la otra ahijada, salió al
patio, regresó con una bolsa y desapareció tras la puerta…
Reflexionó sobre las sonrisas de las
pacientes al salir y su imaginación le llevó a ver cómo el Babalowo cumplía la
promesa de ayudarlo: vio a su mujer pidiéndole
perdón, a su jefe dándole un aumento y a su casero ofreciendo las reparaciones
sin cargo alguno, en eso estaba cuando salió la mujer (feliz), la chica fue
por sus cosas, lo hizo pasar y él se llenó de optimismo…
Siguiéndola por un pasillo se dio cuenta
que un extremo de su falda tenía manchas de sangre: no lo pudo evitar y dirigió
su mirada hacia su trasero, más recordó en dónde estaba, qué se disponía hacer,
desechó esos pensamientos y regresó a su esperanza, llegaron a una amplia habitación
llena de repisas y con objetos y envases que no reconoció… el olor en el
ambiente le pareció extraño…
- buenas noches – dijo extendiendo la mano al
Babalowo (estaba sentado sobre una estera revisando su celular), más la joven se
anticipó y le explicó que el saludo correcto era hincándose y esperar a que él le
diera su bendición: el joven dudó por lo que ella le explicó el procedimiento,
una vez postrado el religioso soltó la bendición con la mano derecha sin dejar
de teclear con la izquierda en el teléfono…
Se levantó y quedó en señal de otra
indicación mientras el padrino seguía atareado con su teléfono y la joven a la
espera: una vez que se desocupó le pidió el papel con el registro anterior,
anotado más al tratar de dárselo ella se adelantó, lo tomó de su mano y lo
entregó: leyó los signos, revisó la lista de las obras y lo rompió…
- antes de empezar quiero explicarte más
sobre por qué te está sucediendo todo lo malo y sobre algunas cosas que debes
cambiar de tu actitud – avisó pero repitió lo dicho en su primera consulta,
después el hombre se levantó, revisó el contenido de bolsas y cajas, dio
indicaciones a la chica y comenzaron a trabajar…
Hubo detalles que lo desconcertaron: nunca
había visto cómo le arrancaban con las manos la cabeza a un gallo, la
colocación de los collares se le hizo muy larga, se mareó cuando le rogaron la cabeza, pero estaba optimista
tras escuchar los comentarios que hacía el padrino cada que arrojaba al piso
cuatro rodajas de coco…
Terminaron, el Babalowo le dio las últimas
explicaciones mientras la joven guardaba los desperdicios en una bolsa, se la
entregaba y le indicaba que lo dejara en una esquina lejos de ahí, antes de
salir el religioso le avisó que regresara en 21 días a consultarse, aunque “todo se solucionará en menos de lo que te
imaginas”…
Al salir Antón vio la hora y ya era de
madrugada, se sintió cansado, se visualizó desvelado en la oficina pero el
optimismo ante la solución de sus problemas se impuso y emprendió el regreso…
Una semana después el casero le advirtió por
la mañana la cantidad que aumentaría la renta so pena que de no aceptar
cambiaría las cerraduras para que no dejarlo entrar, aquella discusión provocó
que llegara tarde a su trabajo, al poco fue llamado al área de personal para
notificarle que le descontarían medio día y que sería reasignado del archivo al
almacén… a la hora de la comida llamó a su
padrino, le explicó la situación y éste le urgió hacerse otro registro…
Saliendo de su trabajo fue a casa del
Bablowo, lo recibió la misma chica y si bien no había nadie haciendo antesala
ni escuchó voces o ruido que manifestara que el religioso estuviera trabajando,
esperó dos horas para ser atendido; con discreción se asomó por algunas
habitaciones y la casa le pareció más lujosa que la primera vez, e incluso, sin
saber por qué, llena de luz…
Ya ante la estera el Babalowo tiró la cadena, leyó el signo, puso cara de preocupación, sacó otra letra y se quedó pensativo, obtuvo una más y gruñó, lo miró a los ojos le dijo “urge que recibas la Mano de Orunla para que todo
se solucione”, lo que provocó en Antón una punzada en el estómago…
4 comentarios:
Elcomercio de la religión... más de uno hay. =(
es triste.
Saludos Hermano.
lo peor es que la gente les cree, y se hace la cadenita del fraude, el abuso y la corrupción... un abrazo...
Jajaja!!! Es increíble pareciera que hablara de mi Ex- padrino por así llamarlo, que lamentable que seres sin escrúpulos estafen y engañen a la gente aprovechándose del desespero y la angustia que provocan sus problemas en ese momento, manchando así y desprestigiando una religión tan hermosa como lo es la Ocha-Ifa.
y hay casos peores... gracias por escribir, saludos...
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