2 de abril de 2020

Dulces mentiras


Caí en la trampa de la ambigüedad con la que las editoriales españolas ofertan libros, dejando en la indefinición si “Dulces mentiras”, el debut literario de la inglesa Caz Frear, era novela negra o policiaca, mas la intencional falta de aclaración, para conseguir ventas, valió la pena.

Caz Frear se licenció en Historia y Ciencias Políticas, creció en la ciudad de Coventry y pasó su adolescencia con la ilusión de mudarse a Londres y convertirse en escritora. Mientras materializaba su sueño trabajó de mostradora, doméstica y como busca-talentos.

“Dulces mentiras” fue esa primera novela, ganó en 2017 el premio Richard y Judy's Search for a Bestseller*, y ello la catapultó a nivel internacional, pero más que novela policiaca cae en el género de thriller psicológico cercano al estilo de Tana French (“Intrusión”), Donna Leon (“Muerte en la fenice”) y Ruth Ware (“En un bosque muy oscuro”).

Sin embargo, al igual que las autoras citadas, Caz ofrece un extra que la crítica literaria ha definido como “feminista”, pero esa es una percepción errónea sobre su propuesta: la trama carece sexismo, competencia o comportamiento inapropiado de parte de los compañeros de la protagonista, ni reivindica los derechos de la mujer, sino que plantea una policía existencial, insegura, mentirosa y cerca de la corrupción.

La trama gira alrededor de Cat Kinsella, una disfuncional detective que participa en la investigación de un asesinato en el que su padre podría estar implicado, así que decide mentir a sus superiores mientras es acosada por pensamientos negativos, en los que se ve perdiendo su empleo, e incluso acabando en la cárcel, mientras sus traumas de la niñez la llevan a ver a su progenitor como un asesino.

Las comparaciones con Tana French, por desgracia, han sido inevitables, pero Caz Frear cuenta con un estilo original que hará a los reseñistas de libros enmudecer conforme la novel escritora amplíe su obra literaria.

Es justo decir que la única similitud entre las dos autoras es en los interrogatorios, donde se van desplegando las posibles razones que cada personaje podría tener para asesinar a una misteriosa Alice, que luego se convierte en Maryanne, mas hay una diferencia entre el estilo de French y Frear: la primera dota a sus policías de brutalidad y crueldad, mientras la segunda los sumerge en la duda que los invade ante las respuestas de los sospechosos.

El libro se enfoca más en la psicología, atmósfera y estado de ánimo de los personajes, que en la violencia descriptiva, donde la protagonista se debate en un mar de dudas y viola los protocolos policiacos al realizar una investigación paralela donde su padre es más que un sospechoso, lo que hace de su retorcida trama un ejercicio literario bien engranado, incluyendo giros y vueltas de la trama a unas cuantas páginas antes del final, para saber quién es el asesino.

Con “Dulces mentiras”, Caz Frear hace de su debut una auténtica novela de suspenso (a veces divertida, sin que esto sea contradictorio), donde ninguna frase está de sobra y donde la trama abre y cierra perfecta, lo que la convierte en una nueva voz que refresca la literatura inglesa.

Caz Frear, Dulces Mentiras, 452 Págs. Alianza de Novelas, 2018

* es un programa británico de tv, a manera de club de lectura, cuya finalidad es descubrir valores literarios.

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