para ti, que eres como
una bacinica:
nada más para una cosa
sirves
1.
En una visita que hice a un amigo Chamán a finales de un mes de
octubre, se encontraba sin clientela, así que se ofreció a consultarme y
después de lo que resultara, hacerme un despojo.
Una vez que montó
a su guía tuvimos una larga conversación, tras lo cual me dio algunos consejos.
Al terminar se me quedó viendo con curiosidad.
—¿Algo más que quieras pedirle al mundo espiritual antes de
limpiar tu cuerpo físico y astral?
—Pueees… sí — dudé, pero a final de cuentas era algo que traía en
mente desde hacía semanas para plantearlo a cualquiera de mis amigos Chamanes
en cuanto hubiera oportunidad — mi madre está muy enferma y no creo que viva
mucho tiempo, pero ya sabes que se viene la navidad y esas cosas, así que si se
trata de pedir me gustaría que no muriera en estos días para no tener malos
recuerdos por las ausencias en las fiestas decembrinas y eso…
—¿Y después pedirás que no suceda cercano a su cumpleaños, y luego
por el día de las madres… así hasta llegar de nuevo a la navidad? — cuestionó
el guía mirándome con aires comprensivos.
—Tienes razón — levanté los hombros.
—Mejor solicitemos al mundo espiritual para que ella no sufra por
sus males, que son muchos y están muy avanzados...
—Bien.
—Además, “Diosito” nos tiene a todos una fecha marcada para dejar
el plano físico, y si algo llegara a cambiar sería solo por decisión de él,
pero mientras tanto acepta que sus días están contados.
—Ya, pues.
Una vez que terminó con mi despojo hizo sanación a mi progenitora:
pidió permiso para llevar momentáneamente su espíritu al templo y la atendió,
sin embargo, al terminar, no dio detalle alguno sobre su salud.
—Ya sé que no acostumbras atenderte espiritualmente con Alberto,
pero procura venir de vez en cuando para continuar ayudándola — sugirió antes
de abandonar el cuerpo de mi amigo.
2.
Asistí con mayor frecuencia al templo de Alberto para darle
seguimiento a los problemas de salud de mi madre, a lo que el guía siempre
decía: “vamos a pedir a los médicos celestiales y a los sanadores espirituales
para que tu madre no sufra”, mas aquellas visitas, un par de veces al mes, le permitieron
vivir seis años más con cierta calidad de vida, muchísimos más de la corta existencia,
meses, que los médicos le habían decretado.
Incluso su muerte fue, por decirlo así, sin mayor trámite:
simplemente manoteó unos segundos por un paro espiratorio y se fue.
3.
¿Ya entendiste, pedazo de zurullo?
Eso espero, porque el pequeño detalle, en anécdotas como esta, es que tú tienes
cerradas las puertas al mundo espiritual.
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