1.
Un viernes por la noche
-
… pero pueden empezar sin nosotros - le dije mientras terminaba de estacionar
mi auto, dando a entender que nuestra presencia no era necesaria pero
insinuando a su vez que podríamos no llegar…
-
Nooooo!!!! – fue su alarmada respuesta -
yo quiero que ustedes estén ahí…
-
Bien, entonces te pido que tengas paciencia y que les avises a los Babalowos
que llegaremos en cuanto podamos – le respondí a manera de venganza…
Terminamos
la llamada…
Entré
a mi casa, me serví un vaso de refresco y al dar el primer trago mi celular
sonó de nuevo…
-
Qué pasó camarada? – escuché decir al Babalowo X – ya estamos acá…
- Bien, es cosa de que podamos llegar, porque
el tráfico está del carajo – le avisé sin especificarle que aún estaba en mi casa
en espera de que mi esposa llegara del trabajo… ni que mientras estaba
disfrutando de mi bebida…
-
Acá los esperamos – avisó bastante animado…
Yo
corté la llamada…
Después
de vaso y medio más de refresco llegó mi esposa, le ofrecí también de beber y
platicamos un rato hasta que le dije que era la hora de irnos a trabajar Santería… pero por el tono
en que lo dije me miró y dijo:
-
Si no quieres ir, no vamos…
-
Claro que iremos – le respondí – quiero ver la cara que ponen esos cabrones
cuando los mande a la chingada…
2. Un sábado al
medio día, dos semanas antes
Saboreaba tranquilamente
el primer trago de un “charro negro” (exquisita combinación de tequila quemado
con sal, limón y mezclado con refresco de cola), mientras leía... mi esposa había salido de compras y yo me
“relajaba” a ritmo de Blue Oyster Cult… en eso sonó el teléfono de casa, vi el
número y no lo reconocí, por lo que decidí no tomar la llamada, pero mi muerto
me dijo “es para ti”, así que levanté la bocina…
- Padrino, ayúdame
por favor, estoy que me muero de miedo…
Al principio dudé,
pero finalmente reconocí la voz de mi ahijado/ahijada que llamaba desde
Mexicali…
- Y ahora? – le
dije estirándome para paliar mi flojera sabatina…
- Es que fui al
tocador y al momento de subirme el pantalón, se atoró mi eleke de Orunla y se
rompió y el Babalowo X siempre me dijo que cuando eso pasa se advierte de
peligro de muerte…
- Anda la cosa – le
dije sin poder llegar al segundo trago a mi “charro negro” – y luego?…
- Pues que tengo
mucho miedo…
- Y entonces? –
agregué…
- Tú dime qué
hacemos? – agregó mi ahijado/ahijada con el pánico hasta el tope de sus uñas…
- Dame unos 30
minutos y vuélveme a marcar – le dije, pero tras reflexionar unos instantes,
agregué – en dónde estás?
- En mi oficina –
gritó de tal modo que alejé el auricular de mi oído…
- Dame 30 minutos…
no salgas de ahí…
Colgamos…
Yo miré con
melancolía mi “charro negro”, pero por aquel entonces todavía pensaba erróneamente que la religión y los ahijados estaban
antes que todo, así que marqué al celular del Babalowo X para pedirle su
opinión, pero me dio tono ocupado… me metí a la ducha, después de salir me
vestí de blanco, me puse frente a la Bóveda espiritual y me hice despojo, marqué
de nuevo pero el teléfono marcó una vez más ocupado, así que dudé entre el
Diloggun y el Obi… abrí un coco, saqué unas vistas y pregunté a Eshu si me
recibía para hacer una consulta y respondió con un eyeife…
Hice varias
preguntas, interpreté con facilidad unas, otras que me generaron dudas las
consulte con un tratado sobre la tirada de Obi y finalmente llegué a una
conclusión junto con algunas obras… sé que no era lo apropiado tratándose de
Orunmila, pero era lo que había a la mano… mientras… pero ya habían pasado más
de 30 minutos y mi teléfono de casa seguía sin sonar…
Regresé para continuar con mi lectura y mirando mi “charro negro” de reojo… nomás viéndolo…
marqué de nuevo el número del Babalowo X y el resultado fue el mismo: ocupado,
marque finalmente a su casa y nadie contestó… tiempo después me puse hacer la
comida, regresó mi esposa, comimos y ya en la sobre mesa, unas 2 horas después,
sonó el teléfono…
- Hablé con el
Babalowo X – escuché que me soltaba a bocajarro mi ahijado/ahijada - ya me sacó unos signos por teléfono y me dijo
“…” y que “bla, bla, bla”…
Escuché con
paciencia mientras comparaba lo que decía con lo que yo había determinado con
el coco: nada parecido… pero mi ahijado/ahijada gritaba y lloraba hasta que
finalmente me recitó los ebboses marcados… le pregunté por el plazo, qué cómo
le haría viviendo al norte del país esquina con la frontera estadounidense (y
nosotros en la capital-centro-del-país) y me detalló su plan para que el
Babalowo X le salvara la vida, lo que por supuesto incluía venir hasta “acá”
para, entre otras cosas, jurarse en Ozaín… 10 minutos después colgamos mientras
yo me quedé en silencio…
- Y esa cara? – me preguntó
mi esposa…
- Hemos perdido a
nuestro ahijado/ahijada – procedí a explicarle lo que había sucedido un par de
horas antes, y al final dije – no me molesta que se consulte con el Babalowo X,
pero primero me habló a llorando, me pidió ayuda y al final ha terminado yendo
a otro lado… cómo? si pertenece a nuestra casa? y si con X sólo tenemos una
relación laboral???!!! – y agregué - ya no hay moral – y me reí…
Atributos de Orunla
3.
Regresando al mismo Viernes por la noche
El
tráfico para llegar al lugar acordado estuvo insufrible, pero finalmente
llegamos alrededor de las 10 de la noche… en el camino mi esposa repitió eso de:
-
Si no quieres ir para qué vamos?
-
Para que quede claro que es la última vez que los veo… a todos – le dije no muy
convencido, y sentencié – pero ya verás…
Me
estacioné frente a la casa del Babalowo Z (viejo conocido, de aquí que ya conociera la ubicación de su Ilé), marqué el celular del Babalowo X y este salió
a recibirnos… nos saludamos, entramos, nos vio nuestro ahijado/ahijada y de
inmediato corrió hacia nosotros para abrazarnos con efusivo cariño: “el beso de Judas”, pensé…
Saludamos
a otro Santero y al Babalowo Z, el cuál se veía bastante demacrado y apagado:
parecía estar enfermo… una vez colocado nuestro ahijado/ahijada en la
penitencia, el Babalowo X nos hizo un ademán para que saliéramos a la calle… lo
seguimos y una vez afuera, soltó:
-
Qué crees, camarada?... vi al Babalowo ABC*… me fue a buscar a mi casa después
de tantos años de no vernos para pedirme que le ayudara con unas obras… así que
me fui con él y “el trabajo” era darle de comer a su prenda de Ozaín
para chingarse a “bla, bla, bla”, incluyendo al Babalowo Z y a tu otro padrino…
-
Y eso nos incluye a nosotros? – le solté sin piedad…
-
Sí, pero el de "ustedes" no entró – respondió al tiempo que me
soltaba un cómplice guiño de ojo con una sonrisa…
Comentamos
varias cosas más hasta que le pregunté por la salud del Babalowo Z, a lo que me
respondió:
-
No te digo que el Babalowo ABC se lo chingó también – repitió…
-
Pero carajo: acaso no se da cuenta lo mal que se ve? – le pregunté
ingenuamente? – ya debería haberse registrado al pie de Orunla – y agregué con
sorna - o mínimo debió haber ido con un médico…
-
Supongo que lo sabe – dijo a manera de excusa, pues él era el responsable
indirecto de aquello y agregó con satisfacción – pero la próxima semana se va a
Cuba, así que supongo que ahí le “brincará” que el Babalowo ABC
se lo kimbó y ya veremos de a cómo les toca… yo estoy bien protegido: ya me fui
a "lavar las manos", así que yo no pinto en el cuadro –
y se rió…
-
Bueeeeh – dije en tono aburrido…
-
Aaaahh pero ya sabes: el Babalowo Z va a Cuba también a hecharle un "ojito" a su novia: una Santera hija de... casada que insisite en venirse acá con él - pero ante mi indiferente silencio por la indiscreción, agregó usando un tono confidente – por cierto camarada: de lo que haremos
con tu ahijado/ahijada luego te doy tu derecho…
-
Cuál derecho? – pregunté tratando de ocultar mi indignación, pero en espera de
que se explayara…
-
Lo de tu derecho… lo que pasa es que dice que "no trae el dinero", pero que me lo
dejará en… y ya de ahí te doy lo tuyo…
No
respondí nada, pero mis dientes rechinaron por la rabia…
4.
Ese viernes convirtiéndose en sábado
El
Santero se asomó por la puerta y dijo que era la hora de empezar: todos
entramos… se realizaron completos las obres que el Bablowo X le “determinó” a
nuestro ahijado/ahijada por teléfono… yo me abstuve totalmente de participar –
indignado - atrincherándome en un rincón y poniendo cara de “no-me-molesten”,
aunque en algún momento mi esposa sí fue requerida…
Eso
sí: cuando comenzó la parte más ruda del juramento, abrí la boca para
regañar a mi ahijado/ahijada diciéndole que no se quejara, que era “por su bien” y que
finalmente todo “era
por alguna razón - y le dije burlón - además, acuérdate que con eso se supone que salvas tu vida"...
Representación de
Oazín
Finalmente
ya después de las 3 de la madrugada del sábado se dio por terminado todo…
Los
Babalowos X y Z comentaron algunas cosas de los signos con los que cerraron las
obras, mientras el Santero/Santera platicaba coquetamente animoso con nuestro ahijado/ahijada… yo me
acerqué y avisé discretamente a mi esposa:
-
Vámonos: no pienso ir a tirar nada a ninguna esquina de tu ahijado/ahijada a ningún puto lado,
ni pienso llevarle a ningún pinche lugar donde se hospede, por más cerca que
quede de nuestra casa…
Ella
asintió…
Le
dije al Babalowo X, al Z y al Santero que nos retirábamos y mañosamente solté en voz alta:
-
Ustedes llevan a mi ahijado/ahijada, verdad?
El
Babalowo X me miró con una especie de intento fulminante de mirada que en
realidad no pasó de ser una sorpresa…
-
Sí, claro – atinó a decir no muy convencido – no te preocupes…
Me
acerqué al ahijado/ahijada y disimulando mi desprecio por su traición, le dije:
-
No te preocupes: ellos te llevan - le regresé su abrazo de Judas y me despedí
de todos, mi esposa también se despidió y salimos de la casa…
En
el camino invité a mi esposa a cenar y mientras aplacábamos el hambre le solté
un “no pienso volver a ver a estos cabrones”…
5. Varias semanas después
El
teléfono de casa sonó insistentemente cierto sábado, mientras yo saboreaba el
cuarto trago de un “charro negro”, escuchaba a Grateful Dead (con toda la
jodida ironía del mundo) tocar su “Mexicali Blues”, y leía tranquilamente… no pensaba atender la llamada, pero el eternamente indiscreto de mi
muerto insistía en que la tomara…
-
Sí? – pregunté con esa odiosa palabra que la gente tanto detesta escuchar cuando llama a
mi casa (y siempre que me reclaman su uso, les explico que decir “bueno” para
contestar el teléfono es una pendejada y entonces les repito la consabida historia de por qué los
mexicanos contestan con un “bueno” al teléfono, cuando en materia de sintaxis
nada tiene de lógico y si de vulgar ignorancia)…
-
Camarada – soltó efusivamente el Babalowo X – cómo están?
-
Bien, aquí descansando, dime...
-
Oye, antes que nada: tu ahijado/ahijada no nos dejó el derecho como dijo… pero ya me llamó y avisó que en unas semanas nos
deposita… entonces luego te doy lo "tuyo"…
-
No te preocupes – le respondí después de dudar en si recordarle su origen
materno o si cortarle la llamada o si en esperar a verlo de nuevo para que cuando
tratara de darme mi inmerecido "derecho” se lo pudiera aventar en la cara… opté por esto
último…
6. Mi silencio
A
mi ahijado/ahijada no volví a tomarle la llamada…
7. Miles de reencarnaciones después
Obviamente que al Babalowo X le dio una terrible, degenerada e infecciosa amnesia y nunca hizo el intento de recordar algo relacionado con algún "derecho" despositado desde Mexicali, lo que a su vez me impidió hecharle en cara que era un vulgar ladrón... y del Babalowo Z, por obvias razones, nunca supe nada más...
Obviamente que al Babalowo X le dio una terrible, degenerada e infecciosa amnesia y nunca hizo el intento de recordar algo relacionado con algún "derecho" despositado desde Mexicali, lo que a su vez me impidió hecharle en cara que era un vulgar ladrón... y del Babalowo Z, por obvias razones, nunca supe nada más...
*Nota: el Babalowo
ABC había sido "padrino de todos", incluyendo al Babalowo X, pero en su
momento todos decidimos huir de su casa religiosa al ver las porquerías que hacía con la religión
para joderle la vida a los demás…
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