1.
Mi amiga Q me llamó por tercera
vez a mi teléfono celular, en menos de dos semanas (e interrumpiendo mi lectura
del libro “Perspectivas de guerra civil” de Hans Magnus
Enzensberger), para pedirme lo mismo: atendiera a una amiga suya a la
que al parecer su esposo la engañaba…
- sufre mucho la incertidumbre en
su vida – trató de chantajearme…
- te entiendo, pero recuerda que
ya te expliqué por qué no me gusta atender esos casos – me defendí…
- no has logrado convencerme con
ese pretexto – se quejó haciendo alusión al anterior argumento que le había
expuesto…
- te lo voy a explicar así: es
peligroso para mi consultar a una mujer que duda de la fidelidad de su esposo,
porque si le confirmas sus sospechas puede entrar en “shock” e ir a buscarlos y
meterles unos balazos…
- eso ya me lo habías dicho – me
interrumpió…
- el asunto es más grave –
continué – imagínate que de pronto la policía arresta a la despechada y en el
interrogatorio dice que lo hizo porque un curandero le dijo que eran amantes: para qué me meto en problemas?…
- exageras – se burló – pero te
propongo esto: por lo menos habla con ella por teléfono… escúchala y dile algo,
tú eres muy bueno para darle paz al alma de las personas – trató de adularme…
- entiéndeme: no tengo necesidad
de atraer este tipo de problemas…
- eres un cabrón! – me gritó
cortando la llamada sin despedirse…
Me reacomodé en el sillón y retomé
a Enzensberger, leí: “En
las luchas tribales los viejos resentimientos soterrados en la memoria
colectiva. El colonizado se lanza en cuerpo y alma a los actos de venganza”,
pero a los pocos segundos mi esposa abrió la puerta, regresando de su trabajo,
hablando con alguien a través de su celular… cerré el libro…
Conversó un par de
minutos más, ofreció consultarlo conmigo, pero sin prometer nada y cortó la
llamada…
- era Emelie – se me adelantó a cualquier pregunta – me llamó llorando para
pedirme que te convenciera que la consultes…
- cómo molesta la francesita – me quejé – estoy cansado
de repetir que no me meto en ese tipo de
casos…
- deberías de
atenderla – sugirió mientras se sentaba a mi lado…
- dame una razón
válida para hacerlo? – la reté…
- ofrecerle
certeza a sus dos hijitos de que ninguna oportunista
les va a evitar que crezcan a lado de su padre – dicho lo cual se levantó y se
metió a la cocina a preparar la cena…
- ya!!... dile que
me llame para una cita – exclamé mientras vi de reojo “Perspectivas de
guerra civil” pero sin atreverme abrirlo…
- luego de que comamos algo –
avisó…
Cenamos, comentamos sobre nuestros
respectivos trabajos y antes de acostarnos a dormir, tomó su teléfono y envió
el mensaje… minutos después sonó mi celular, vi que era mi amiga Q, contesté
pero antes de que yo pudiera decir algo gritó…
- muchas gracias… te quiero – y
colgó de nuevo…
Portada del libro
2.
Emelie era una bella parisina de 31
años que trabajaba en la embajada de Francia en mexiquito… se había casado con
un mexicano 10 años mayor que ella dueño de una empresa de seguridad informática
que comenzaba a expandirse en Canadá: tenían dos hijos, él de cuatro años y
ella de dos… los conocíamos de lejos, pero no llegamos a formalizar amistad, pero
mi esposa encontró afinidad (aunque nunca intimaron) con Adda, la hermana melliza de Emelie, quien
trabajaba con el agregado cultural francés…
El día que atendí a Emelie le
aclaré, antes de empezar, cuál era el motivo por el cual no era partidario de
atender ese tipo de casos, sobre todo por las violentas reacciones que podrían
tener las víctimas… tras escucharme me
observó en silencio, sonrió y resumió en una frase lo limitada que podía llegar
a ser la perspectiva sobre la gente:
- soy francesa – dijo con su claro
español - los europeos canalizamos nuestro dolor de manera diferente a como lo
hacen en américa…
Humildemente di por aceptada la
clase de psicología social y la invité a pasar al cuarto donde trabajamos
religión: le ofrecí una silla, pero antes de sentarse recorrió con la mirada,
tomándose su tiempo, nuestras superas con los Orishas y demás atributos
religiosos…
- me dijeron que eres Santero – reconoció - no conozco mucho
de eso, pero debo aceptar que me da un poco de miedo…
- te entiendo: es una práctica
religiosa muy tramposa y haces bien en no querer nada con ella, pero tengo
otras opciones… dime cómo quieres que te consulte…
- con lo que se sepa toda la
verdad y cuya solución sea práctica y efectiva – y agregó – para bien o para
mal…
3.
Una hora y media después, ya para
terminar, se me ocurrió hacerle un comentario…
- … pero tu esposo nunca deja de
jurarte que te ama, aunque reconoce que no sabe exactamente qué es lo que le
sucede…
- exacto!!! – exclamó Emelie sorprendida
– aunque siempre ha negado que tenga una relación fuera de nuestro matrimonio…
- se ha vuelto distante –
aseguré…
- sí, pero nunca ha incurrido en
tratos de desprecio, como hacen los mexicanos cuando tienen una amante: a la
esposa comienzan a verla fea, torpe y vieja… él simplemente se volvió callado,
frío y en ocasiones se ve muy triste… desde hace meses no tenemos sexo, aunque
tampoco ha deja de cumplir con sus obligaciones con su familia…
- empecemos: en la vida de tu
esposo sí hay otra mujer…
- lo supuse – dijo mientras las
lágrimas brotaban – esos cambios en su carácter no podían tener otro motivo…
pero necesitaba que alguien me lo confirmara – y con gran tristeza agregó - y
que hacemos para?…
- no es tan sencillo como lo
estás pensando – la interrumpí levantando mi mano frente a ella para que me
dejara terminar de explicarle…
- pardon – soltó su primera frase en francés, lo que dejaba claro que
se acercaba peligrosamente a lo que yo no quería: una crisis emocional…
- tu esposo tiene una amante, sí,
pero no porque quisiera serte infiel…
- creo que si vine contigo fue
porque creí en Q cuando me dijo que tu clarividencia era muy precisa y… – Emelie
trató de quejarse…
- se le llama videncia – la
interrumpí para aclararle el nombre correcto del don – tu esposo está embrujado
y aunque te parezca una estupidez, marca una gran diferencia al momento de
definir una infidelidad…
4.
- así que le dieron a beber varias
porquerías y le hicieron lo que tu
llamas un “amarre amoroso con brujería negra”? – comentó sin poder salir de su
asombro…
- así es: por eso no quiero ser
tan tajante al acusar a tu esposo de ser un vulgar infiel – y procedí a explicarle en qué consiste un amarre…
- y quién se lo hizo? – me
interrogó pasando se la sorpresa al enojo…
- quieres saber el nombre de la
responsable o liberamos a tu esposo para que tu vida familiar vuelva a la
normalidad? – la reté a sabiendas de los riesgos a los que me exponía si ella optaba
por la primera opción, sin embargo, también aposté por la jactancia de su europeísmo…
- regrésame a mi marido – pidió –
por favor…
Paris
- hay dos maneras de hacerlo,
aunque yo preferiría la segunda… con la salvedad de que podríamos tener un
problema – reconocí…
- cuál? – cuestionó la francesa
asustada...
- implica que tu esposo venga por
su voluntad conmigo y de ello tendrías que convencerlo tú – advertí – de lo
contario con la primera opción hay el riesgo de que lo embrujen de nuevo…
- no sé si pueda – dudó…
5.
Tres días después por la tarde mi
celular sonó, pero descubrí que el número no estaba en mis contactos, más algo me dijo que contestara…
- buenos días – escuché la voz de
un hombre – mi nombre es Rodolfo Vera… soy el esposo de Emelie…
- en qué puedo servirte – ofrecí…
- ella dijo que sería conveniente
que tuviera una plática contigo…
- cuándo quieres que nos veamos?
– le pregunté…
- en este momento – dijo
resuelto…
- lo siento – aclaré – pero ahorita
estoy en mi oficina… si te parece nos vemos a las siete de la noche en mi casa…
- te veo ahí – aceptó – ya tengo
la dirección… muchas gracias…
6.
Un hombre delgado, pálido y
ojeroso llegó puntual y no hubo necesidad de andarse con rodeos, pues él mismo
expuso su caso…
- Q y Emelie han hablado mucho de
ti… por ello creo que eres la persona adecuada para ayudarme…
- dime – comenté para invitarlo hablar…
- algo pasa a mí alrededor: no sé
qué me sucede, pero desde hace meses no soy el mismo… sobre todo con mi esposa…
Después de una hora le entregué
la lista del material que se usaría para desbaratar el amarre y confeccionarle
una protección: quedamos de vernos el sábado por la tarde para hacer las obras,
sin embargo, ese día Emelie llamó por teléfono para decir que por extrañas circunstancias no habían
conseguido los materiales…
- no te preocupes – la
tranquilicé – es parte de lo mismo: la amante y su bruja ya sabe lo que haremos
y por eso les está trancando todo…
- qué procede? – me interrogó…
- yo me encargo de hacer algo para
que ustedes puedan llegar, mientras tú marcas al teléfono que te voy a dar: a
la persona que conteste le dices que hablas de mi parte y que necesito con
urgencia me traiga para mañana a las diez la lista del material que te di…
7.
Emelie, Rodolfo y el repartidor
con el material llegaron al mismo tiempo en que yo trataba de avanzar con el
libro “Perspectivas de guerra civil”… así que no me quedó de otra más que
empezar a preparar las obras: un rompimiento en el que se usarían varios
pliegos de papel de varios tonos, un baño de hierbas, otros materiales, un
brebaje que él debía tomar y mi arma preferida
para casos como este: “un velón de color de las 9 mechas”…
Lo que iba a durar dos horas se
prolongó tres más: incluyó un par de incidentes que no pasaron a mayores (pero
nos quitaron tiempo) y se agregó una
limpia de emociones para Emelie: cuando terminamos en el semblante de
Rodolfo habían desaparecido la palidez y las ojeras, manifestaba gran serenidad
y mi esposa y yo estábamos exhaustos… entregué la protección y dimos todo por
concluido… antes de que se marcharan le advertí:
- cualquier suceso extraño o pensamiento
relacionado con poner orden en tu vida, hazlo sin dudarlo – pareció no
comprender a que me refería, así que tuve que pedirle que me tuviera confianza
y que hiciera caso a las señales que su
Dios preferido le mandaría…
Hans Magnus Enzesberger
Se despidieron y salieron de mi
casa, más cuando me disponía a cerrar la puerta Emelie se regresó y
abrazándonos a mi esposa y a mí al mismo tiempo, nos dijo con efusividad: merci beaucoup, mes amis…
8.
Al día siguiente me encontraba
sentado en un sillón mientras releía por la frase: “No todos estamos poseídos de locura homicida”, que son las palabras
con las que Hans Magnus Enzensberger comienza el último
capítulo de su libro, cuando Emelie me llamó a mi celular por la noche…
- Rodolfo despidió el día de hoy
a su secretaria – informó – en cuánto
llegó a su oficina ella le ofreció un café y al escuchar esas palabras unas terribles
náuseas le obligaron entrar a su privado a vomitar algo de color negro, al regresar se había transformado en una mujer
horrible, así que en ese momento supo cómo lo había embrujado: con el café que
le servía todas las mañanas…
- recuerdas que le advertí sobre
hacer caso a las señales?
- claro – continuó – así que dejó
pasar el día hasta que antes de la comida llamó al Jefe de recursos humanos para
tenerlo como testigo y aprovechó el retraso en una documentación que le había
pedido a su secretaria para avisarle que ese asunto era importante y que esa
falla le traería graves consecuencias a la empresa… y dado que no podía cumplir con su trabajo, lo adecuado era que pasara
a recoger su liquidación al Área de personal…
- vaya – atiné a decir…
- no sé para que la liquidó!! –
se quejó…
- para evitarse problemas legales
que le lleven verla de nuevo - aclaré…
- y qué haremos con esa mujerzuela? – me cuestionó Emelie…
- nada – expliqué – ve a la
iglesia a donde acostumbres ir con tu familia, escucha misa, comulguen los dos y
búscate una imagen de San Jorge, cuéntale con objetividad lo que sucedió, da el
nombre de la fulana y pídele que haga con ella lo que para ellos sea justo…
- gracias – dijo la francesa y
tras dudar agregó – no quiero que pienses que abuso de la flexibilidad que
tuviste conmigo, pero podrías consultar a mi hermana Adda?
- es casada? tiene hijos? –
comencé a buscar pretextos…
- no: el novio con el que se iba a casar la dejó para irse con su mejor
amiga…
- aaay Santísima Virgen de los apachurrados – protesté…
- quién es esa Virgen? – me interrogó - en qué iglesia
está? a ella tiene que ir a rezarle para que regrese su novio? se lo robaron con brujería?
No pude evitar que se me escapara
una carcajada por su ingenuidad ante mi queja…
3 comentarios:
Esa ultima parte estubo graciosa, aunque limpias emocionales no la conocia! Conosco algunas personas que les falta una , un saludo ,un abrazo a ti y atu esposa att Paulo
Con un simple café se puede causar tanto mal?
Como percatarse que comiste brujería? Es más dañina?
hola anpinimo, cualquier bebida, comida u objeto sirve para hacer bruejría, saludos...
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