Seguramente a pocos
le sonará el nombre de Roger Rocha, pero si lo asociamos al grupo 4 Non Blondes y su disco “Bigger,
Better, Faster, More!”, podríamos recordar quién es, y si agregamos que su
líder fue la controversial Linda Perry, entonces ya sabemos de qué va el tema.
Rocha sustituyó a
la guitarrista original Shaunna Hall en uno de los principales grupos alternativos de los 90’s, conocidos por su
sencillo "What's Up?", el cual fue primer lugar en varios países… y
luego se desbandaron. Perry hizo fama como compositora para artistas pop de dudosa calidad como Gwen
Stefani, Pink, Courtney Love, Christina Aguilera y Roger inició una interesante
carrera solista.
Un ejemplo de lo
anterior lo tenemos en su disco “Roger Rocha has the blues!”, en donde el
guitarrista, como lo dice el nombre, irrumpe en el blues con 18 canciones en las
que deja claro que conoce los secretos de este género musical, en general, y de
la guitarra en particular.
Rocha nació en
California, es de ascendencia mexicana y proviene de una familia de artistas
(pintores y escritores), de ahí que su inquietud creativa lo llevaran a grabar
con Bernie and the Believers, Mockingbirds, Dolorosa, The Goldenhearts, The Blue Swamis,
El destroyo y solista. Vive en San Francisco y da conciertos por la bahía
forjando fama en el circuito de clubes y reiterando con ello su negativa de volver
a formar parte del mainstream musical
(para ejemplo de ello véase el desastroso manejo de sus redes sociales).
Habituado a tocar
géneros disímbolos como alternativo, psicodelia, folk y garaje, Rocha da una
voltereta, se mete al blues y sorprende la facilidad con la que sus dedos pasan
del blues rural al urbano, mientras comparte las intrincadas
emociones que caracterizan ese ritmo.
Si bien los
puristas podrán cuestionar que este tipo de incursiones
son innecesarias, considerando que para escuchar blues se puede tomar cualquier
disco de un guitarrista de color, es justo señalar que Roger no se limita a
copiar músicos negros: expande su sonido más allá de los doce compases y le da
un matiz personal que lo diferencia de muchos intérpretes “blancos” como un tal
Eric Clapton.
Destacan los
temas “Fine Woman Blues”, “Dog Blues”, “Taklin' about My Baby” y el exquisito
“Midnight”, donde contó con la ayuda de músicos locales, aunque en algunos tocó
todos los instrumentos (bajo, piano, harmónica y batería), alcanzando gran
calidad interpretativa, lo que deja al disco con solo una crítica negativa: su
portada, pues si bien consta de una excelente fotografía, su diseño deja mucho
que desear.
Es una lástima
que por ser una autoproducción, la distribución de “Roger Rocha has the blues!”
sea tan limitada y ello lo haga uno de los discos más subvalorados en las
escena independiente del blues yanqui, así que si lo ven adquiéranlo sin
dudarlo.
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