5 de agosto de 2021

Aleyo

Fue el cierre del güiro para Oshún, así que Santeros, Iyawos, Aleyos, Babalowos y algún Mayombero, empezaron a despedirse. Lo observé de nuevo y seguía sentado en una silla en un rincón alejado del trono a la dueña de los ríos. Los pocos religiosos que se quedaron destaparon botellas de ron mientras las Santeras comenzaron a barrer el patio.
 
Estábamos en la colonia Miravalle, al sur de la ciudad, y habíamos sido invitados al güiro por un Babalowo que ocasionalmente nos pedía apoyo para trabajar religión.
 
Me quedé platicando con un Tata mientras mi esposa hacía lo mismo con su concubina. Me sentía cansado y quería irme, pero me interesaba modificar la patipemba que un amigo Palero me había compartido (quería saber si se podía sustituir la menga por fula) y me quedaba claro que aquel él podía aclarármelo.
 
En cuanto nos despedimos el joven se acercó y me pidió permiso para platicar. Ni decir que no tenía ganas de hacerlo: me caía mal pues siendo Aleyo (hijo de Shangó), era altanero y arrogante, exageraba su baile en los tambores, (un día lo escuché decir que su Orisha ya lo montaba), cortejaba a toda joven que se cruzara en su camino y siempre se embriagaba, de ahí que no quería imaginar su soberbia si coronaba Santo, más aquel día se veía confundido.
 
– ¿puedo platicar con usted? – pidió – sé que ya es tarde, pero no le quitaré mucho tiempo – agregó.
– dime – ofrecí recordando a una Santera que cierta noche, regañando a sus ahijados, les advertía que un religioso debe ser accesible ante todo.
– es impresionante cómo monta usted a Yemayá – expuso sin que viniera al caso.
– gracias… ¿de qué quieres hablar?
– me gustaría que me hiciera una consulta – soltó y yo no pude reprimir una carcajada.
– por favor, tú tienes a tu padrino, ¿cómo te atreves a pedírmelo? – me quejé.
– no se moleste –pidió – es que…
– bajo ninguna circunstancia lo haré – señalé exagerando – es una falta de respeto a tu padrino y a mi Orisha tutelar.
– es grave – dudó antes de pedir – déjeme le explico y luego me da su respuesta.
– no veo cómo puedas hacerme cambiar de opinión – advertí – pero te escucho.
– bueno – titubeó – me da pena…
– ya es tarde – lo presioné – estoy cansado y vivo lejos.
– seré directo: estoy preocupado porque tuve sexo con los elekes y mi ildé puestos… me preocupa que Shangó sienta que le falté el respeto a él y a los Orishas.
 
Solté tal risotada que los religiosos que estaban dando cuenta del ron voltearon a verme. Busqué una silla, me senté y le señalé la que estaba mi lado. Se acomodó con una mezcla de vergüenza y desconfianza.
 
– me temo que no tienes ni la más jodida idea de qué son los Orishas – solté tras controlar mi risa.
– claro que sé – comenzó a olvidarse de su humildad – son unos Dioses que nacieron en Cuba y…
– ya me quedó claro que no lo sabes – lo interrumpí – ¿acaso no platicas con tu padrino? ¿no has leído algún libro sobre el origen de la religión Yoruba? ¿has revisado lo mínimo en la web? – lo cuestioné.
– mi padrino dice que uno no debe leer ciertos temas – explicó – si no se ha coronado Santo…
– estoy hablando de cultura general: no necesitas estar iniciado para saber de dónde viene la religión o quiénes son los Orishas, cuáles son los grados religiosos y cuál es el comportamiento de cada uno.
 
El joven se quedó callado y entre ambos se hizo un silencio incómodo. Suspiré y decidí armarme de paciencia.
 
– creo que si no conoces los elementos básicos de la religión Yoruba, mucho menos entenderás lo que te voy a explicar – advertí.
– dentro de poco voy a coronar a Shangó – soltó ufano, lo que me hizo verlo con dureza, más me ignoró – y sé que cuando él se meta a vivir en mi cabeza me va a compartir todo el conocimiento de los viejos Santeros y Babalowos.
– ¡Dios! – exclamé exasperado ante su ignorancia.
– mientras eso sucede estoy preocupado – volvió a su inquietud.
– lo repito hasta el cansancio en mi blog y parece que nadie lo entiende: los Orishas no son Dioses, son energías.
– ¿usted tiene página web? – me interrogó ignorando mi explicación.
– los Orishas no son Dioses, son energías – reiteré cuando un Babalowo nos ofrecía una cuba (que rechacé educadamente), mientras el hijo de Shangó aceptaba gustoso – son tu propio astral depositado en tus atributos religiosos.
– ¿los Santos no existen? – preguntó abriendo desmesuradamente los ojos para dejar claro que no entendía nada – ¿entonces es mentira que Shangó vive arriba de un cocotero?... yo tengo una palmerita en mi casa y todos los días le ofrendo otí, oñí…
– va de nuevo – lo interrumpí mientras se oían los pícaros comentarios de los Babalowos sobre una Santera hija de Oba que había asistido al tambor – los Orishas no son Dioses, son energías que están en todos lados y son concentradas en tu astral según realices una obra o iniciación.
– por eso: ¿los Santos no existen?
– sí existen, pero no de la manera en que tú los imaginas siendo ambiciosos, infieles, borrachos, vengativos, lujuriosos, envidiosos, cabrones, guerreros y traidores, como afirman los cubanos.
– eso sonó a blasfemia – se quejó y me acordé de los Testigos de Jehová que van de casa en casa vendiendo la idea de que ellos poseen las respuestas a las dudas existenciales de quienes viven confundidos.
– no, ya coronarás Osha y entenderás muchas cosas – dije conciliatorio al darme cuenta que no llegaríamos a ningún lado – pero no te preocupes, tu problema de los elekes y el ilde se soluciona rápido.
– ¿de verdad? – cuestionó.
– claro – señalé subiendo el cuello de mi chamarra para evitar el frío.
– ya me habían dicho de tu gran videncia – me aduló.
– te vas a dar un baño con omiero – lo ignoré – ese día vas a lavar tus elekes y demás atributos que traías ese día, y en cuanto tengas oportunidad, durante alguna ceremonia que incluya 4 patas, les das de comer a todos con Eleggua.
– ¿así nada más? – me interrogó.
– el sexo no es malo… es algo natural entre los seres humanos y no es pecaminoso para los Orishas – ignoré sus cuestionamientos – así que tampoco debes verlo como un pecado – agregué burlón – relájate y para la próxima toma tus precauciones.
– ¿en serio? ¿Shangó no está enojado? – dudó.
– él es el primero en no fijarse dónde se mete – ironicé y me reí.
– gracias – dijo emocionado y comenzó tutearme: clara señal de que aparte de hipócrita, ya se le había pasado el susto – ¿cuánto es de tu derecho por consultarme?
– no te consulté… fue un consejo – aclaré – no me debes nada más de la moneda que gustes poner en el trono de Oshún.
– ¿me das tu bendición? – dijo y sin esperar mi respuesta se tiró al suelo.
 
Se fue, más en lugar de encaminarse al trono de Oshún se dirigió hacia el grupo de Babalowos, extendió su vaso y pidió lo llenarán de ron. Mi esposa se despidió de un grupo de Santeras, se acercó, me miró y con una risita dijo:
 
– sólo tú tienes esa paciencia – señaló.
– no te lo creas demasiado: se me está terminando – avisé


3 comentarios:

Omolokun dijo...

Saludos Mpangui...
Te encuentres bien al igual que toda tu Familia.
Y como ese religioso MUCHÍSIMOS que ni entienden ni saben ni nada... Son chingones porque coronaron y ya, eso es todo lo que saben y no les interesa nada mas.
Difícil de creer!!! JAJAJA.
Un abrazo, cuídate.

ketu dijo...

Buenas noches Sr. Ujule Rachid, cómo está usted?
Me parece que los hijos de Shangó despiertan más si cabe el instinto maternal de Yemayá.
Por otro lado, recomiendo que vea la serie "Trese" de ánime ambientada en Manila con folklore filipino.
El Opening
https://www.youtube.com/watch?v=vmGH_XB0xjQ

La Serie:
https://www.torrent.nom.es/6955-trese-t1.html

Creo que le podría gustar
Atentamente
ketu

Anónimo dijo...

Siempre me preguntare.....¿porque a algunos nos va muy bien en la ocha y no me refiero en el tema economico, sino de salud por ejemplo y otros tantos pierden hasta la vida misma y tienen malas experiencias como las descritas en este blog? .....Yo si estoy acuerdo de que no todos tienen camino en este tipo de religiones.. saludos Ujule Rachid.