29 de enero de 2022

Cadáver y Santería en el penal de Puebla


para deborah
 
Mucho morbo ha despertado el hallazgo del cadáver de un recién nacido en un contenedor de basura en el penal de San Miguel, del estado de Puebla, y hago referencia a morbosidad porque es lo único que le interesa a los medios de comunicación para exacerbar la ignorancia, dejando de lado el un tema que siempre ha existido, pero que en años recientes ha alcanzado impresionante auge: el mercado negro de osamentas.
 
No contaré la historia de la aparición del bebé de tres meses de edad, pues para eso está la nota roja (los noticieros, pues), me enfocaré en señalar hasta dónde llegó la línea de investigación policiaca que vincula ese hallazgo con rituales de Santería.
 
Las primeras pesquisas llevaron a creer que el bebé había sido utilizado para introducir droga, dado que tenía una enorme cicatriz en el vientre. Sin embargo, una vez determinada su identidad, la policía de la ciudad de méxico siguió pistas que los llevaron hasta el panteón de Iztapalapa (el más grande de la capital), descubriéndose la existencia de una red que se dedica al tráfico de restos humanos para usarlos en ceremonias de brujería y Santería negra*.
 
Por si fuera poco, cuando los padres del bebé fueron al cementerio a pedir la exhumación del cadáver de su hijo, no sólo se les negó, sino que fueron amenazados por los empleados de “no decir nada”: fue cuando pidieron la intervención de la policía.
 
Esa línea llevó a los investigadores a identificar a un reo recluido por robo con violencia, mismo que se dedica a realizar los trabajos brujería y Santería negra, tras lo cual 19 funcionarios del penal fueron cesados y detenidos como cómplices.
 
Así, tenemos dos asuntos que son preocupantes: uno, el cinismo con el que ciertos practicantes de Santería, venidos a delincuentes, trabajan cómodamente desde la cárcel haciendo obras no solo para otros reclusos, sino para las autoridades penitenciarias, políticos, narcos, artistas, policía y hasta deportistas… dos, la existencia de un mercado negro de osamentas en el cual están involucradas desde los mandos de las correccionales hasta los administradores de los panteones.
 
Ahora bien, no podemos negar que todo practicante de Palo, Espiritismo, Osha, Vudú e Ifa en algún momento necesitan adentrarse entre lápidas y tumbas para realizar alguna obra que ayude a superar algún problema y con una finalidad exclusivamente espiritual, pero también sabemos que ahí también se realizan velaciones, emparejamientos, destierros, cajones, salaciones, amarres, enterramientos, pactos, ritos sexuales… o siendo prácticos: ¿de dónde sale la kiyumba para fundamentar una Nganga?
 
Esto no es nuevo en los terrenos de los cementerios mexicanos, de hecho, es una práctica común en cualquier lugar del mundo y desde tiempos ancestrales. El Palo, por ejemplo, tiene sus orígenes en el culto a los ancestros enterrados en los solares familiares.
 
Si bien es cierto que esta venta ilegal nunca terminará, de ampliarse las investigaciones a otros cementerios impactará en el aumento de precios de los restos humanos en esta especie de “supermercados”, o la renta de tiempo/espacio para realizar estas y muchas obras que en ocasiones es mejor evitar su descripción.
 
Así, caben algunas preguntas que Paleros, Espiritistas, Santeros, Loas y Babalowos deberían tratar de responderse:
 
¿Hasta dónde se está tergiversando la práctica de las religiones de origen africano, al punto de usar cadáveres de recién nacidos, que ya es imposible ocultarlo y se hace de dominio público?
 
¿En qué obras, con cuál Orisha y para con qué finalidad se usan los restos de un bebé?
 
¿Hasta qué punto habrá confrontaciones entre religiosos con los familiares que montan guardia durante las siguientes horas al entierro para cerciorarse de que el cadáver de su allegado no sea profanado (tema documentado)?
 
¿Qué otro tipo de prácticas religiosas, donde se hace uso de todo lo que implica un cementerio, saldrán a luz?
 
¿Hasta dónde piensan los practicantes mexicanos seguir reinventando (pervirtiendo) de manera tan impune y grotesca las religiones de origen africano?
 
¿Están conscientes de que mientras más es su cinismo al enlodar la palabra de Orunla con actividades ilícitas, más se acercan a la proscripción de esta práctica religiosa?
 
Aparte de lo anterior, otras consecuencias ya se vislumbran y es el aumento del desprestigio que como religión ya de por sí tiene la Santería. En este contexto veamos una nota periodística publicada a raíz del caso en el penal de Puebla: “Dentro de una mochila abandonada debajo de un puente peatonal de Iztapalapa, cerca del panteón, policías de la Ciudad encontraron una osamenta. Era un cráneo, la pieza más cara y con mayor demanda entre quienes practican la Santería, una religión que llegó de Cuba y a la que se encomiendan delincuentes para, supuestamente, obtener protección”.
 
¿Así o más complicados los terrenos por los que por los que actualmente está caminando la práctica religiosa del Palo, Espiritismo, Osha, Vudú e Ifa? ¿Será que el ya de por sí espeluznante caso de los Narco-satánicos ha sido superado?
 
* el término “Santería negra” fue acuñado por la policía y secundado por la prensa.

2 comentarios:

Yenyok dijo...

No es incredible como la humanidad ah llegado a cierto niveles de maldad, la verdad estoy harta de los humanos y toda su drama. Eh visto en varios documentales que en varios países hispanos los cementerios están en muy malas condiciones y con mochas tumbas profanadas. Recuerdo cuando murió mi abuela materna hace ya unos 19 anos hubo que hacer guardia en el cementerio pero para que no se robaran el ataud lujoso que compro mi tío a pesar de que ella expreso que quería el mas barato. En mi país usualmente se roban los candados y otros metales del cementerio y los huesos que dejan los familiares rodando una vez que los desalojan del nicho para venderlos a los estudiantes de medicina, pero últimamente con una nueva llegada de immigrates practicantes de Palo/santeria estamos viendo muchas tumbas vacias.

Gracias por el post.

Shalom
Deborah

ujule rachid dijo...

tiene muchas más aristas, deborah, pero es tan asqueante ya la práctica de osha e ifa en el mundo, que enlistar cada marranada sería interminable... saludos...