4 de junio de 2023

Habana réquiem

 


Creí que “Habana réquiem”, de Vladimir Hernández, me quitaría el rancio sabor de boca que dejó la otra lectura (https://basurerodealmas.blogspot.com/2023/02/la-sal-y-el-cordero.html), pero para ser flexibles con la trama hay que mirar hacia atrás y recordar que muchos autores cubanos, al ser seducidos por las sirenas españolas, publican libros sesgados cuando se trata de describir la vida en la isla caribeña.
 
Ese dato es importante pues a partir del año 2000, fecha en la que Vladimir se refugia en España (justificando su decisión diciendo que en su familia hay sangre asturiana), comienza a recibir premios menores por una carrera que carece de interés, como su libro “Terra Ignota”, galardones suficientes para comprar su ideología. Pero la tierra llama e independiente de las comodidades en Barcelona, la vida en el caribe le hace guiños de que lo suyo es y será la isla y él, en su melancolía, lo refleja en “Habana réquiem”.
 
Así, lo que prometía ser una interesante novela negra, teniendo como trasfondo una Cuba a punto de caer en recesión, se convierte en la descripción de un arrecife imaginario donde la policía es como en todos lados, efectiva y corrupta, y por lo mismo, no hay final feliz para quienes aparentemente eran los buenos en la trama.
 
La novela tiene aspectos positivos: inicia en una comandancia de la Habana Vieja (llamada “La Mazmorra”), y a partir de ahí desarrolla subtramas sobre un trío de comandantes encargados de investigar, obvio, tres crímenes (un suicidio, un violador en serie y la muerte de un vendedor de drogas), aunque se echa en falta un lenguaje local que permita al lector ubicarse en la isla para “darle saber” a la trama, misma que se le va de las manos al forzar la aclaración de los crímenes.
 
Si no es porque cita algunos rumbos de la Habana Vieja, Sánchez describe a una policía ejecutando su trabajo en cualquier país del primer mundo por el razonamiento que impone a sus investigadores, la manera de vincularse con su entorno, el uso de la tecnología policiaca, pero también por la dudosa ética de los jefes policiacos (esa que, hay que reconocer, no tiene nacionalidad).
 
Nada más que decir que no sea que “Habana réquiem” es un intento de novela negra que termina en una novela policíaca común y corriente, cumple con los rigores del género (incluyendo las famosas vueltas de tuerca que pretenden desconcertar al lector), y si bien posee chispazos de genialidad, los señalamientos de una Cuba corrupta quedan en cómico intento de denuncia a consecuencia de personajes demasiado comunes y un desenlace tan vulgar que parece una broma que busca más desprestigiar al comunismo caribeño que mostrar la eficacia de la ley.

1 comentario:

Omolokun dijo...

Es lo que vende... Hasta en la isla y por eso el giro de tuerca.
🙈🙉🙊