1.
Fuimos invitados por T para participar en
una coronación de Santo doble para una mujer y un hombre: Yemayá y Shango con
oro para Aggayu, pero la ceremonia era entre semana, así que si bien aceptamos
también advertimos que contaran con nosotros un poco tarde por nuestros
horarios de trabajo…
Apenas y llegamos sucedió algo raro: T me
remitió al Cuarto de Santo mientras que a mi esposa la mandó a la cocina…
pasaron las horas y ya entrada la madrugada terminamos… nos despedimos y al
hacerlo de T se comportó de una manera un tanto distante…
A los 4 días regresamos a casa de T: quería
platicar con los Iyawos antes de que salieran del Trono… mi esposa se quedó con
una conocida hija de Oshun por lo que en un principio entré solo, sin embargo,
T me alcanzó y sin más comenzó una perorata hacia los dos recién iniciados…
- ustedes deben de saber que cuando un
Santero mayor participa en su coronación de Santo, deben respetarlo en
cualquier situación – soltó T sin más…
- sí – respondió la pareja…
- porque esa persona que viene ayudar para
que sean iniciados, trabaja o deja de atender compromisos para estar con
ustedes durante horas, estando al pendiente de que todo salga bien…
- sí – respondió la pareja…
- por ello es que su respeto y
agradecimiento debe ser permanente – continuó T – y sobre todo: ustedes deben
acercarse a ellos, los mayores, a preguntar… a plantear dudas… aprender de esa
experiencia para que con el tiempo sean también grandes religiosos…
- sí – respondió la pareja…
- y en este sentido deben saber que
entonces el derecho que ustedes incluyeron en todos los gastos de su ceremonia,
para pagarle a los mayores por su participación, es un dinero bien invertido
que los Orishas les duplicarán en su momento, porque ustedes lo entregaron de
corazón…
- sí – respondió la pareja…
- y también es una forma de corresponder la
aportación en todo lo que estará haciendo de ustedes mejores personas: ser
Santeros…
- sí – respondió la pareja…
- mucho o poco, yo tengo el derecho que le
voy a pagar saliendo de esta habitación a él – me señaló - y a su esposa por
haber estado en su ceremonia, y ustedes deben saber que estuvo bien invertido…
- sí – respondió la pareja…
- la cantidad que les pagaré – y dijo T un
monto que me pareció por demás generoso, al tiempo que seguía reiterando exageradamente
en el tema con sus ahijados a tal punto, que mi paciencia comenzó a esfumarse –
se las entregaré en este momento, así que despídanse del mayor que tengo
asuntos qué arreglar con él…
En ese momento entró mi esposa a la
habitación… los dos Iyawos nos pidieron los “levantáramos”, platicamos unos
minutos más, nos despedimos y salimos… una vez en la sala nos acomodamos en uno
de los sillones, T se puso frente a nosotros sentándose en una silla de madera
y sin más preguntó con exagerada alegría…
- y qué me cuentan?
- no mucho – le dije al tiempo que
escuchaba la advertencia de mi muerto: no
piensa pagarles ningún derecho, mintió frente a sus ahijados – de hecho ya
nos vamos pues venimos de trabajar, ya es noche y estamos cansados…
- cuándo los veo de nuevo? – preguntó T en
un tono que más que diplomático, me sonó hipócrita…
- yo te llamo – dije al tiempo que nos
poníamos de pie…
Nos despedimos y antes de salir me coloqué en
cuclillas frente a un Eshu que estaba detrás de la puerta, hablé con él en voz
baja, me despedí de él dando 3 golpes en el piso y salimos de la casa… mi
esposa estaba intrigada, así que me preguntó sobre mi conversación con el
Orisha…
- le di las gracias por todo y le avisé que
no volvíamos a poner un pie en casa de T – le respondí entre risas…
- y eso? – inquirió con curiosidad…
- le comenté que no podía trabajar religión
con gente mentirosa y ladrona – y me reí de nuevo…
- y eso? – me cuestionó de nuevo mientras
nos subíamos al auto… camino a casa le platiqué lo del robo del derecho que
según nos correspondía… y efectivamente: nunca regresamos a casa de T…
2.
- oye, necesito que me hagas dos favores –
soltó R a través del celular: un Babalow a quien conocía desde hace muchos años
y con el cual ingenuamente yo pensaba que teníamos una sincera amistad…
- dime – le respondí…
- me prestas a tu Oya para hacer un ebboe?…
- y eso? – pregunté aburrido suponiendo lo
que vendría a continuación…
- se trata de una chica con problemas y
necesito hacerle una obra…
- y? – repetí esperando que el trabajo se
realizara el sábado, pues era lunes y desvelarse al principio de la semana no
me sonó excitante…
- sería esta noche – aclaró R…
- bueno – dije no muy convencido – dónde
nos vemos?
- ese es el otro favor – dijo R haciéndose
el simpático – puede ser en tu casa?
- bueeeennnnoooo – dije arrastrando las
palabras sin poder evitarlo…
- va, entonces te veo a las 8 de la noche?
- dale – respondí y colgamos…
Le marqué a mi esposa a su celular y le di
la noticia… me respondió con un escueto “jum”…
Ese mismo día R apareció hasta las 10 de la
noche para trabajar Santería, acompañado de una señora y la citada jovencita… se disculpó como si con
eso remediara lo que ya parecía ser la prevista desvelada… me dijo que si
podíamos entrar a platicar a la habitación que tengo destinada para trabajar
religión y una vez ahí me informó que el ebboe consistía en hacer rompimiento,
baño con omiero, dar un akukó a Eshu, adie éru meyi a Oya, rogarle la cabeza y
ponerle elekes a la chamaca…
- pues vamos a darle para que NO nos de la
madrugada – le respondí sin saber si había ocultado bien mi enojo pues calculé
que si lo hacíamos rápido terminaríamos en unas tres horas…
- vamos – dijo animado…
Para la parte del rompimiento, lavar la
cabeza y el baño con omiero se necesitó la participación de mi esposa, mientras
yo preparaba la pasta para la rogación (que tuve que completar pues no llevaron
todos los ingredientes) y R platicaba con la mamá de la joven… ya que estuvo
preparada la adolescente atendimos a Eshu y después a Oya, para lo cual tuve
que sacar epo pues R tampoco había llevado… se colocaron los elekes y se hizo la
rogación para lo cual pidió prestado
mi Obatalá y de paso dos ataná…
Terminamos a eso de la una y media de la
madrugada… la chica estaba emocionada mientras que su mamá bostezaba, R
simulaba limpiar el piso donde se atendió a los Orishas y mi esposa y yo
estábamos a punto de quedarnos dormidos de pie…
Una vez que aparentemente se recogió todo, R
le hizo una señal a la señora y a su hija para que se despidieran… y en ese
momento se dio algo extraño que de inmediatamente supe interpretar: la mujer y
su hija no sabían si salir ya de mi casa, mientras por su lado R las apremiaba
con la mirada… y como no entendieron él me pidió lo acompañara a la habitación donde
habíamos trabajado…
- un favor – dijo con aparente pena - la
señora no trajo dinero, así que no puedo dejarte tu derecho por habernos
prestado a tu Eshu y a Oya…
- y eso? – dije por decir algo, para
incomodarlo, porque sabía que ante su primer comentario no había más por hacer…
- pues es que sí traía dinero, pero poco… y
en el camino tuvimos que comprar otras cosas – explicó…
- está bien – solté por no dejar, porque
por la hora a la que llegaron y debido a la falta de algunos ingredientes que yo
tuve que poner, lo único que se me ocurrió que pudieron haberse detenido a
comprar antes de llegar a mi casa eran unos tacos…
- pero te lo doy el fin de semana – dijo,
pero tras dudarlo un poco, amenazó – o cuando ella me pague lo que falta…
Regresamos a la sala y la señora y su hija
seguían ahí… se despidieron sin convencerme del sincero agradecimiento que dijeron tenerme, R simuló tener prisa y
también salió rápido…
Mi esposa entró a la cocina para preparar
algo de cenar y yo empecé a recorrer las habitaciones donde estuvimos para
apagar las luces, sin embargo, al entrar al baño vi la ducha llena de hierbitas
del omiero y en general el piso lleno de agua y manchado con huellas de zapatos…
Así que fui a la cocina por una cubeta y una
jerga para limpiar, más cuando quise abrir más la puerta de la ducha estaba
atorada… traté de correrla y nada… me
armé de paciencia… hice otro intento de moverla con cierta delicadeza y tampoco
cedió… probé tratando de levantarla por vla parte de arriba para cargarla y que
se pudiera mover, pero al hacerlo una de las rondanas simplemente se cayó y
entonces tuve que reconocer que ya me habían jodido la puerta…
Unos 15 minutos después el baño estaba reluciente, cenamos rápido y subimos a
tratar dormir… antes de acostarnos le comenté a mi esposa que la puerta del
baño estaba descompuesta… se limitó a mover la cabeza en forma negativa…
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