4.
Se
podría escribir mucho sobre la faceta espiritista de Madero, más se corre el
riesgo de aburrir por la adulación con la que lo embaucaron los desencarnados
para levantarse en armas, de ahí que sea más interesante el ejercicio que hace el
espiritista y escritor Ignacio Solares, quien contactó a Francisco I. Madero y a
Felipe Ángeles en sesiones espiritistas para escribir dos libros (uno para cada personaje), donde
cuestiona su proceder, les reprocha su desprecio por los consejos del mundo
espiritual y los responsabiliza del fracaso de la revolución mexicana.
Así,
en "Madero, el otro" y "La noche de Ángeles",
respectivamente, ambos son reñidos (cuasi enjuiciados por el autor), admiten sus
errores, aceptan haber cometido traiciones y reconocen las debilidades por las que
no evolucionaron en el plano terrenal, pese a contar con una gran herramienta, el espiritismo, para
lograrlo.
5.
Ignacio
Solares nació en Ciudad Juárez, Chihuahua en 1945. Es autor de libros como “Delirum
Tremens”, “Anónimo”, “La invasión”, “Casas de encantamiento” y “Nen, la inútil”,
destacando como un importante narrador mexicano con reconocimiento a nivel
internacional, pero también como un gran espiritista de cuya faceta en el medio
literario prefiere no hablarse.
Sobre
el origen del libro Solares comenta en una entrevista: “tuve acceso a los manuscritos espiritistas de Madero gracias al
historiador Manuel Arellano, a quien se los habían dado en resguardo para
protegerlos de la celosa familia católica que tenía doña Sarita (esposa de
Madero). Tuve acceso a la documentación y aquello fue un cambio radical para mí”.
Quizá
por ello la importancia de las palabras de Ignacio sobre Madero: “no se quería dedicar a la política, era un
místico en potencia, vegetariano y de pronto entra a la política por una voz
extraña que lo dirige … siguió el guion escrito por el espíritu, hasta cierto
punto, porque ya cuando está en Palacio Nacional* no conocemos más escritos,
porque seguramente se deshicieron de ellos”.
6.
Así,
en el texto "Madero, el otro" (que inicia con su asesinato), Solares reconstruye la vida del fallido presidente mexicano desde una
perspectiva inexplorada: las creencias místicas y religiosas, su práctica
espiritista y su contacto con las almas que lo predestinaban a ser “líder” de su iletrado y salvaje pueblo.
Aparte
de reprender a Madero, Solares le obliga contestar a sus duras críticas y es gracias al espiritismo que plasma un objetivo retrato
del personaje histórico que todo mexicano debería conocer, desmitificando al revolucionario
que ignoró la guía de su cuadro espiritual para convertirse en lo más vano,
soberbio, mentiroso y trivial que puede ser una persona.
Así,
en términos de acusaciones, Solares le espeta:
“Y por eso, porque no fusilabas, no fusilaste
a Bernardo Reyes en diciembre del once, cuando se rindió en Linares, después de
su frustrada rebelión y te limitaste a confinarlo en la prisión de Santiago
Tlatelolco, y por eso, porque no fusilabas, tampoco fusilaste al sobrino de don
Porfirio, a Félix Díaz, en octubre del doce, al rendirse en Veracruz, (...) y
lo dejaste en la prisión de San Juan de Ulúa, como una bomba de tiempo que
tardaría, apenas, cuatro meses en estallarte**”…
Y Madero confiesa:
“Como político he cometido dos graves errores
que han causado mi caída: haber querido contentar a todos y no haber sabido
confiar en mis verdaderos amigos. ¡Ah!, si yo hubiera escuchado a mis
verdaderos amigos, nuestro destino hubiera sido otro muy distinto; pero atendí
más a quienes no tenían simpatía alguna por la Revolución y hoy estamos
palpando el resultado”…
Ignacio lo ataca sin misericordia tras recordarle el momento de morir:
¿O es el
presentimiento de que tu muerte no hará sino desencadenar otras muertes, otros
odios hasta ahora dormidos, el tigre que tanto temió don Porfirio que
despertara, ola roja que cubrirá a tu país como a ti te cubrió los ojos con el
estallido del último disparo? ¿No te jactabas más de tus triunfos conseguidos
en el campo de la democracia que en el de batalla? (...) Aférrate al último
latido, al recuerdo del último latido: permanece en él, no lo olvides,
eternízalo. Puedes ser ese último hálito de vida, la última bocanada de aire
que oxigenó tu sangre, la trayectoria de la bala que disparó el mayor Francisco
Cárdenas cuando ya estabas en el suelo, desangrándote, y que se incrustó en tu
cráneo"…
Y
agrega Solares:
“Mira, las escenas que desentrañas dejan de
culparte y de fijarse en ti como un mal sueño. Sin embargo, no creo que debas
quedarte con esa última imagen de Félix Díaz por Plateros, tan grotesca, (...) Busca
otra, quizás años más adelante. Ésa, por ejemplo, de noviembre de 1914. Villa,
Ángeles y Zapata y muchísima gente más ante tu tumba, en el Panteón Francés”…
El
autor se da tiempo de hacer aclaraciones:
"El espiritismo sustenta la creencia en la
posibilidad de comunicarse con el espíritu de los muertos a partir de ciertas
prácticas que se cultivan en la intimidad, en una secreta alianza con un grupo
que comparte estas creencias y entre quienes se reúnen para posibilitar la
invocación a los difuntos a los cuales se convoca. Se solicita en estas
sesiones la presencia de los muertos conocidos a partir de ciertos ritos
repetidos y compartidos que, suponen, posibilitan el contacto entre este mundo,
el de los vivos, y el más allá. Se constituyen en una serie de prácticas de
ocultismo basadas en estas creencias. Se supone también que el sentido de estos
contactos está dado por la intención de comunicar determinadas formas de actuar
o de indicar los caminos más acertados para conseguir los logros que algunas
personas se proponen lograr en su vida o ante determinados acontecimientos de
la existencia humana considerados fundamentales".
Vale
la pena señalar que ante muchas de las increpaciones de Solares, las respuestas
de Madero son el silencio, mientras que en otras le entrega completamente la
palabra para que justifique sus actos y errores sin que sus débiles argumentos
convenzan al lector de nada.
7.
En
otra entrevista Ignacio Solares señaló: “espero
que el lector se contagie un poco del asombro que tuve al descubrir todas estas
historias”. Y remata: “las estatuas
de nuestros héroes me aterran … hay
que derrumbarlas aunque sea con literatura”, y en el caso de Madero, a lo
largo del libro lo consigue (para los interesados en el tema, también escribió “El
jefe Máximo”, basado en las experiencias del presidente Plutarco Elías Calles,
quien afirmaba que veía fantasmas en
su oficina).
El libro "Madero, el otro" es un extraordinario ejercicio sobre la práctica del espiritismo en méxico que deslumbrará al lector por las enormes posibilidades que éste ofrece para conocer la verdadera historia de un país, o de cualquier hecho del pasado, que haya marcado el destino de millones en el presente.
Ignacio Solares, Madero, el otro, 232 páginas, Editorial Debolsillo, 2016
El libro "Madero, el otro" es un extraordinario ejercicio sobre la práctica del espiritismo en méxico que deslumbrará al lector por las enormes posibilidades que éste ofrece para conocer la verdadera historia de un país, o de cualquier hecho del pasado, que haya marcado el destino de millones en el presente.
Ignacio Solares, Madero, el otro, 232 páginas, Editorial Debolsillo, 2016
* es la sede del Poder Ejecutivo
Federal y desde donde gobierna el presidente.
**
los textos entrecomillados son párrafos tomados del libro "Madero, el
otro".
4 comentarios:
Buenas noches Sr. Ujule Rachid. Cómo están?
Muy interesante, y poco publicada con seriedad, la interactuación de los Espíritus con la Política, le felicito por ello.
Otra fuente de los historiadores... el espiritismo.. y que hablen los mismos protagonistas de los eventos. Muy fuerte.
Me induce a preguntarle, ¿alguna vez se le apareció algún personaje difunto importante o de relevancia político-histórica?
También me induce a pensar si con tantas decadas de distanciano habrían ascendido en la Luz.
En fin, excelentes aportes.
Atentamente,
ketu
hola ketu... han sido taaaantos los desencarnados con los que me he cruzado desde niño, que no recuerdo, pero a simple repaso de memoria, no me ha tocado alguno "importante"... por suerte.
el problema con francisco i. madero, felipe ángeles o cualquiera que haya participado en la revolución mexicana, es que llevaron a la muerte a millones de personas... así que así que es posible que ya hayan reencarnado más que nada para pagar lo que hicieron...
si bien hay plazos en términos de años para poder reencarnar (mismos que ya he mencionado varias veces), también en el extremo en ocasiones en que se reencarna a las pocas horas de haber muerto, como el caso de aquellos que se suicidan... gracias por escribir, un abrazo...
Buenos días!!
Siempre da gusto leerte porque no dejo de aprender de tus textos.
Quería preguntarte si una persona en vida es muy mala tarda más o menos en reencarnar y si antes de morir empieza a pagar en vida por sus malos actos.
Un saludo
La Española
hola española... el pago de lo hecho en vida por lo regular se paga en la siguiente reencarnación (por ejemplo, quien hace mucha brujería en esta vida, en su siguiente reencarnación la padecerá y no encontrará quien se la quite), sin embargo es posible que si la maldad es muy grande, la persona que la hace empiece a pagar antes de morir, más contrario a lo que pensaría la gente, no sería con enfermedades o malas situaciones, no: lo pagan directamente sus hijos, familiares cercanos o sus seres más queridos... saludos...
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