5 de abril de 2021

Obara meyi

 


Hay coronaciones de Santo que lejos de ser la consagración de un nuevo religioso, se convierten en una cena de negros, en un basurero espiritual, en la que los iniciados, en vez de mostrar su compromiso religioso, sacan lo peor de sí y la contaminan por su naturaleza de creerse Orisha en la tierra.
 
Una en especial fue un catálogo de mezquindades del Babalowo (Eleggua), el Oriaté (Iroko) y un Santero (Oggun) durante un paritorio de Oshanlá y Obá (para conocer otra anécdota sobre lo sucedido ese día, dar click https://basurerodealmas.blogspot.com/2015/10/mi-vida-en-la-santeria-34-te-vendo-tu.html e ir al inciso 7).
 
Mi esposa y yo llegamos tras terminar el lavatorio tal como lo planeé, pero alcanzamos a presenciar la última lectura de los signos sacados por los Santeros, como el caso de Ariel, hijo de Oggun: otro de los que se creen Orisha en la tierra y cuya actitud pendenciera era sabida por todos, aunque a su favor reconozco su eficiencia al trabajar Osha.
 
– Veamos Ariel – dijo el Babalowo arremangándose – sacaste Ojuani Shobe y ahí nace el recibir pinaldo, pero estás en osogbo y eso es una advertencia de que…
– ya lo recibí – lo interrumpió con jactancia.
 
La expresión del Babalowo se endureció, revisó la libreta donde anotó los signos, volteó a ver al Oriaté y continuó.
 
– ¿qué signo te habló?
– Obara meyi – soltó ufano y el ambiente se tensó.
– yo no soy tu padrino porque no te he realizado ceremonias – dijo el hijo de Eleggua tras reflexionar – pero fuiste aceptado en mi Ilé y al igual que tus ahijados, se les ha permitido trabajar y enseñado religión, porque así lo establece los mandatos de Ifa.
– así es “padrino” – señaló Ariel con ironía.
– a mí no me molesta que tú hagas ceremonias en otra casa religiosa, ya que tú tienes libertad de escoger a tus padrinos.
– así es “padrino” – repitió burlón.
– el problema es que perteneces a mi casa porque tú pediste ser recibido y te presentaste para ello ante mi Ifá…
– así es “padrino” – reiteró Ariel.
– cuando te haces iniciaciones fuera del alcance de mi mano no sé si están bien hechas, no conozco los signos ni lo que resultó tras recibir tu cuchillo – soltó molesto – lo grave es que si algo sale mal a mí será al que le toque sacarte del problema, no al que te lo parió.
– no se preocupe – lo interrumpió con soberbia – todo salió odara.
– tengo mis dudas de lo que dices – lo paró el Babalowo a su vez con prepotencia – Obara meyi advierte de que el osogbo del ahijado le pega al padrino y no me queda claro a cuál de tus padrinos le afecta, si a mí o al cuestionado religioso que te lo parió… por si no fuera suficiente ese signo habla del equilibrio entre la vida y la muerte, y eso es delicado… ¿con quién recibiste cuchillo?
– Luis… Oshungere – presumió.
– ¡¿carajo, no podías haber escogido un religioso más cuestionado y pendejo?! – explotó el Babalowo.
 
La escena se me imaginó un juicio de la inquisición: el Santero (siendo procesado) parado en medio del patio de mosaico blanco, al igual que las paredes, mientras que el Babalowo y el Oriaté ejercían de juez y verdugo. Ariel y el hijo de Eleggua se miraron retadores hasta que el segundo optó por seguir cuestionándolo.
 
– ¿cuándo recibiste pinaldo?
– hace una semana…
– ¿ya tienes el cuchillo en tu casa?
– sí – presumió.
– ¿lo tienes sobre Oggun, te lo dieron el mismo día? – atacó el hijo de Eleggua rascándose su prominente barriga.
– sí… sí.
– ¿cómo lo refrescaste?
– lo cubrí con cascarilla, manteca de cacao y lo envolví con algodón natural – presumió.
– ¿tiene ajitenas escritas en la navaja?
– sí…
– ¿y qué has hecho con él desde que lo recibiste? – insistió.
– nada… sigo trabajando religión con mis dos manos – respondió.
– te reitero: Oshungere no tiene buena reputación religiosa – repitió el hijo de Eleggua inseguro, más Ariel lo interrumpió.
– lo ven mal porque ustedes fueron iniciados en Cuba y muchos en méxico lo critican no solo porque él sabe lo que hace, sino porque fue jurado al estilo africano, sus iniciaciones son menos complicadas… y más baratas – acusó.
– ¡yo no obtuve mis iniciaciones en Cuba! – protestó el Babalowo.
asere: más respeto hacia la Isla, la cuna de la religión Yoruba – señaló erróneamente el Oriaté, quien hasta entonces se había mantenido expurgándose la nariz.
 
Estuve a punto de reírme de la inmensa estupidez que dijo el Oriaté: “¿Cuba era la cuna de la religión Yoruba?”, pero me quedaba claro que de hacerlo entraría en una discusión que hasta ahora no me incluía.
 
– como sea – dijo retador Ariel apretando los puños.
– repito: no me importa si te haces iniciaciones en otro lado, pero Obara meyi habla de problemas que el ahijado le “hereda al padrino” y previene de la mentira y la traición, así que dime: ¡¿a cuál padrino vas a perjudicar? ¿a quién vas a traicionar?!
 
Ariel levantó los hombros con desdén, lo que hizo que el rostro del Babalowo se crispara: ahí me di cuenta que su molestia no era que el Santero hubiese recibido cuchillo en otra casa religiosa, el coraje era porque él no había cobrado el pago del derecho de una ceremonia que en méxico se “vende” carísima. El ambiente se enrareció más hasta que el Oriaté intervino.
 
– por algo ese signo dice que no debes “bautizar” a nadie – señaló – vas a tener que registrar a tu ahijado.
– no puedo consultarme hasta dentro de tres meses – lo atajó Ariel – o cuando haga los ebboses que marcó mi itá – presumió.
asere: hagamos una pausa antes de continuar con el Santo – señaló  prudente el Oriaté al padrino al tiempo que lo tomaba del brazo para llevarlo hacia la calle donde conversaron a solas unos 15 minutos.
 
Todos los religiosos se dispersaron por la casa; desconozco la razón de hacerlo, pero Ariel se me acercó.
 
– ¿cómo ves a este pendejo? – rugió, más levanté los hombros dándole a entender que lo sucedido entre ellos no era asunto mío – ni crea que le tengo miedo – insistió – soy hijo del invencible Oggun… y él no es mi padrino… de nada, sólo porque no quiero llevarme el osogbo me quedo, pero este cabrón se va ir a la chingada acabando el Santo.
 
Le sonreí a medias para darle a entender un par de cosas: una, no era mi problema si se mataban al finalizar la coronación, otra, aquel pleito me parecía una exageración.
 
Ariel se me quedó viendo y en su rostro se dibujó una expresión de asombro (como si en ese momento hubiera comprendido que haber retado al Babalowo fue innecesario… o a saber qué diablos), asintió y se alejó hacia una esquina. Luego sus ahijados se acercaron a felicitarlo por haber enfrentado a un sacerdote de Ifa, pero simplemente los ignoró.
 
Cuando el Babalowo y el Oriaté regresaron del patio venían sonriendo, tras lo cual, mañosamente, asignaron actividades a todos para continuar con la coronación de Santo menos a Ariel, ello con la intención, supuse, de evitar se refrescara las manos.
 
Al llegar al fifeto todos nos limpiamos con macutos y se ofrendó una guinea a Oggun, tras lo cual preguntaron al Orisha si todo odara, contestando con Okana, a lo cual el Orité interrogó directamente si ese signo era para Ariel y la respuesta fue un tajante Eyeife.
 
Ariel palideció mientras el Babalowo y el Oriaté sonrieron.


4 comentarios:

Yenyok dijo...

Entonces Ogun se molestó o el babalawo y Oriate hicieron algo?
Feliz de que sali de ese estrés y gastadera de dinero que el la ocha en NYC.

ujule rachid dijo...

hola yenyok... no, simplemente que el cuchillo recibido por el santero estuvo mal entregado... saludos...

Anónimo dijo...

Oiga ,cada cuanto debemos de hacer los ebbos que se marcan en ita? Deben de realizarse durante el año de yawo de santo o para siempre ??? Tengo 3 años de coronada yemaya pero nunca los hize, los puedo hacer ahora???

ujule rachid dijo...

hola, los ebboses marcados en el ita deben hacer forzosamente durante en el año de iyaworaje, requisito obligatorio para poder hacer el llamado ebboe meta... suerte...