10 de diciembre de 2020

Tambores batá

 

para simone, quien brilla con luz propia
 
1.
Los tamboreros comenzaron a tocar el viernes por la mañana y harían sonar las percusiones hasta el domingo entrada la noche. Serían güiro y cajón durante todo el fin de semana en aquella casa ubicada en el estado de Morelos, colindante con la ciudad de méxico, cuyo caluroso clima, dijo el Babalowo que organizó todo, serviría para que “los Orishas y los Mpungos se sintieran en su casa” (¿?).
 
Ese fin de semana sucederían muchas cosas: desde la acumulación de energía Orisha y de Mpungos, pasando por celebraciones de Mano de Orunla donde serían iniciados dos ahijados nuestros (de 10 en total), tres rayamientos (de 9), dos coronaciones de Santo y hasta un juramento en Ifa; todo en una lujosa mansión y con los gastos pagados por aquel policía iniciado en Ifa.
 
2.
La invitación nos llegó a través de un Babalowo amigo nuestro, quién nos avisó que no tendríamos que erogar gasto alguno relacionado con iniciaciones pendientes con varios ahijados, salvo el pago de derecho: habíamos oído que aquel Babalowo atendía a deportistas, altos políticos, artistas y poderosos militares, así que no nos extrañó la invitación. En este país hay muchos mexicanitos que acuden a los Orishas pidiendo favores, y para obtenerlos, son capaces de sacrificar mucho dinero para sobornarlos fingiendo ser buenos religiosos.
 
Mas como a veces sucede, nos enterarnos del trasfondo de tanta generosidad hasta el sábado: los jefes del organizador estaban hartos de sus fechorías dentro de la policía y habían decidido deshacerse de él iniciando una investigación con la consigna de ponerle un alto, de ahí la intensión de agradar a los Orishas, más esos motivos eran lo de menos si tomábamos en cuenta que las iniciaciones habían comenzado y no podíamos interrumpirlas.
 
Aquello me colocó en un dilema, así que comenté con mi esposa que lo prudente sería irnos, mas el asunto era complicado: no podíamos salirnos a mitad de los ceremoniales con el riesgo de llevarnos el osogbo, ni dejar a los ahijados a su suerte, y lo peor, recoger ante la mirada de cientos de asistentes nuestras soperas y atributos de palo del inmenso altar, sin tener que responder preguntas que pusieran en evidencia el origen de aquel fin de semana. Y esto último enredaba todo aún más: ¿hacer pública la poca honorabilidad de Babalowo nos haría sujetos de alguna represalia?
 
No estaba conforme con la decisión de quedarnos, pero mi esposa dio la solución: entre los asistentes se encontraba otro Babalowo, amigo y de confianza, a quien me sugirió plantearle la situación y nos tirara la cadena ante Orunla para saber las repercusiones de lo que estaba claro era una farsa.
 
Así lo hicimos: lo localizamos y nos invitó a su habitación, igual de cómoda que la nuestra, donde nos consultó y la respuesta fue contundente: el mundo espiritual estaba separado del material, dijo (aunque no rememoré algún oddu que lo citara así), avisó que los ceremoniales estarían bien realizados y que las secuelas de sobornar a los Orishas existirían solo “si había osogbo”. No había lugar a dudas. Y remató: “disfruten el fin de semana”, que no supe si era su (burlona) sugerencia o una orden de Orunmila.
 
Tras aquello optamos por quedarnos, aunque evitando participar en cualquier actividad para evitar que se nos robara el iré y sin descuidar las necesidades y atenciones para los ahijados.
 
Luego de la consulta ante Orunla hasta disfrutamos, a ratos, de tanta comodidad: una casa con abundantes habitaciones, grandes jardines llenos de palmeras, albercas, un río para hacer ebboses, y comida abundante (nada de chicharrón en salsa verde con frijoles y tortillas, o piezas de pollo, ya agrios, en salsa de champiñones, con los que muchos religiosos mexicanos sacian el hambre de los asistentes a cualquier ceremonia).
 
Por lo mismo, en algún momento reiteré mi máxima afirmación: “los Orishas son sobornables, todos”, así que tras largos años de práctica religiosa he confirmado que los panteones saturados, asesinatos impunes y encarcelamientos injustos, impunidad, agresiones sexuales, empoderamiento de pocos que condenan a millones a la pobreza, así como matrimonios deshechos, hijos sin padres y mendicidad callejera, todo ello es consecuencia de las caprichosas decisiones de las deidades y no de su sabiduría.
 
Eso sí, apenas caía la tarde las botellas de fino whisky, tequila y coñac comenzaban a circular sin límites, dando pie a grandes borracheras entre Santeros, Paleros, Babalowos y Tatas, mientras los tambores batá seguían sonando, embriaguez que impedía saber si algunos religiosos realmente estaban montados o simplemente hacían el ridículo. Como sea la parranda se extendía alegremente hasta la madrugada y ante el afanoso ir y venir de meseros, mucamas y cocineros.
 
Debo reconocer que al tercer día, el domingo por la mañana, las señales de los excesos habían desaparecido y los Babalowos y Tatas recuperaron su papel religioso: desde temprano se organizó el ñangareo, se realizó al medio día, como lo marca la regla, y hasta entrada la noche docenas de mayores atendieron a quienes recibieron Mano de Orunla, Coronaron Santo o se Rayaron, todo perfectamente organizado bajo la consigna de que los Itases debían terminarse antes de la media noche.
 
Al terminar la última lectura de destino, a eso de las 23:15, se avisó a los pocos que aún estábamos presentes que podíamos quedarnos hasta la mañana siguiente, garantizándonos la continuación de todos los servicios. Dado que uno de los últimos iniciados en ser atendidos había sido nuestro, aún estábamos ahí, más propuse a mi esposa irnos señalando que nunca he tenido inconveniente en manejar de madrugada en carretera, así que estuvo de acuerdo y salimos.
 
3.
¿Quiero ser objetivo o debo serlo?
 
Si debo serlo reconozco que ninguno de mis ahijados a tenido mayor problema en términos de acusaciones, desgracias o padecimientos a partir de aquel “ceremonial masivo” organizado por el policía.
 
Lo que sí, ha sido la actitud mezquina que caracteriza a todo el que se inicia en la Osha, el Palo e Ifa, quienes me confirman que esta es una religión que saca lo peor de la gente, tal cual sucedió con algunos de los ahijados iniciados aquel día: mentirosos, ladrones, prepotentes, tramposos y ególatras, lo peor de lo peor brotó en su comportamiento, no por las obras, insisto, sino por su propia naturaleza.
 
Pero si quiero serlo acepto que meses después de nuestra estancia aquel fin de semana en Morelos, un subordinado de aquel Babalowo cargó con todas sus culpas y fue separado de su cargo acusado de corrupción, mientras el otro, feliz, sigue en activo mientras ve como sus jefes, aquellos que lo querían correr, son despedidos uno a uno bajo los pretextos más ridículos que existen en la justicia mexicana.


6 comentarios:

Omolokun dijo...

Esperando te encuentres muy bien Hermano, al igual que toda tu Familia.
Como siempre, muy interesante tu historia y muy verdadera.
Tanto hombres como Orishas se mueven por interes de obtener algo, por eso se habla tanto de la Regla de Osh-Ifá y tanto pleito con los nigerianos y neo-nigerianos por acaparar a los Aleyos.
Cuídate mucho, te envío un fuerte abrazo.
Saludos.

ketu dijo...

Cómo está usted?
Sugiero enfocarlo desde un punto de vista Nietzscheano, y que se vea alguna vez la tercera película de Berserk
https://www.youtube.com/watch?v=Yb1tAT737cI

Un saludo

Yenyok dijo...

Entoces llenarse la boca diciendo soy hij@ de tal o tal Orisha es solo una ilusión humana porque cualquiera puede sobornar el Orisha que llaman de cabezera para joderte la vida y este aceptara con gusto lo que se le ofrezca?

Shalom

ujule rachid dijo...

hola yenyok... algo así, jajaja... saludos...

ujule rachid dijo...

saludos omolokun, tienes toda la razón hermano... gracias por escribir, saludos por allá...

ujule rachid dijo...

hola ketu... muy interesante Bersek, creo se convertirá en vicio, jajaja, un abrazo...